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Lágrimas de plata por Zero Shiro Rose

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Notas del capitulo:

Holaa, siento mucho no haber actualizado antes, pero han sido unas semanas un poco complicadas, pero ahora lo gordo ya ha pasado y sí que se actualizará más a menudo.

Bueno, lo de siempre, estos personajes no me pertenecen blah, blah, blah...

Y como aviso para los próximos capítulos.

ESTE FIC NO SIGUE AL PIE DE LA LETRA LOS JUEGOS DE FINAL FANTASY XV, que si no la serie no me salía como quería, con lo cual habrán diferencias bastante grandes entre esto y los juegos.

Merciiii a tod@s por los fics y espero disfruteis el capítulo.

Aclaraciones:

GN: Guardia Nocturna

Pontus: Mar inmenso

Takao Kuroba, un joven de 23 años con un gran sentimiento patriótico por Lucis y gran fan de la família real (a pesar de no haberlos visto nunca en persona), se había graduado de la Universidad Especializada en Fuerzas Especiales y Militares a las afueras de Insomnia, en la renombrada ciudad universitaria Caelestis con nota media de 9.

 

Se le ha catalogado siempre como un chico amable, dispuesto a ayudar a cualquiera y con un gran sentido por la justicia…

 

Y por si fuera poco, desde que se unió a las fuerzas de protección civil y más tarde a la GN, contaba con una lista bastante larga de casos penales exitosos, en resumen, un hombre eficiente y diligente en su trabajo… pero…

 

-Oh bella dama, tus finos cabellos superan a la más suave seda, y tu rostro angelical debe descender de la mitológica Medusa, porque con una sola mirada, has petrificado mi corazón- teatralizaba el peli-verde mientras cogía la mano de una joven camarera y la besaba suavemente - Por ello… ¡¡Sal conmigo en una cit-!!-

 

 

 

- ¡¿Quieres hacer el favor de pedir de una vez?!- gruñó Zero tras darle un golpe en la cabeza. “Este maldito pervertido… ¿Alguien podría decirme por qué sigo con este tipo?”

 

-Espera por favor, al menos  dejame tu numero- dijo Takao desde su posición en el suelo mientras la chica se alejaba corriendo y sonrojada, pero al no conseguir respuesta dejó caer su cabeza con aire depresivo.

 

-¡¡ZERO!! ¡Mal amigo! ¡¿Por qué has hecho eso?!- gritó enfadado después de su mini momento de depresión.- Era una hermosa joven, la estaba conquistando y tú la has espantado- dijo de pie mientras lo acusaba con un dedo.

 

-Haz el favor de sentarte y deja de hacer el ridículo- contestó el oji-amatista de forma desinteresada- Estás montando un espectáculo, idiota.-

 

Y fue entonces que Takao se dio cuenta de que todos los clientes y camareros/as del establecimiento, los miraban entre divertidos y preocupados por que empezaran una pelea, por ello se sentó frente a su supuesto amigo y enfurruñado miró por la ventana el caminar de la gente.

 

-¡Hola chicos!- ambos giraron la cabeza, y frente a ellos, una mujer de unos 30-40 años de cabello y ojos castaños, vestida con unos pantalones negros, zapatos del mismo color, camiseta amarilla de manga corta con el logo del restaurante y una gorra blanca los miraba con una sonrisa.- ¿Qué vais a tomar?-

 

-Hola Sarah, yo tomaré lo de siempre- respondió Zero con el rostro en blanco.

 

-Yo también- respondió Takao con una amplia sonrisa.

 

-Siempre que os veo me pregunto lo mismo… ¿Cómo podéis estar juntos cuando se nota que sois lo opuesto el uno del otro?- miró a los dos y suspiró- supongo que nunca lo sabré, ahora vuelo- y se fue con una gran sonrisa.

 

-Qué raro... - comentó Takao- Siempre está con una sonrisa, pero hoy no… Ne Zero, ¿Tú qué crees que le passa?- Pero no recibió respuesta- Sabes, el que debería estar enfadado tendría que ser yo, no tú, ya que le has arruinado a tu amigo una posible futura relación romántica con una hermosa camarera.- sollozó.

 

-Creo que me sentiría mal si no te hubiese visto hacer lo mismo con otras cinco chicas antes de llegar aquí- contestó el otro sin mirarlo- Es más, creo que he hecho una buena acción al evitar que esa chica salga con un pervertido como tú.-

 

-¡¡ZEROOO!! ¡¿Por qué piensas tan mal de mí?! ¿Qué he hecho para que tengas esa imagen de mi?- preguntó lastimosamente el mayor.

 

-Las revistas XXX en tu cuarto, la obsesión que tienes por la ropa interior femenina, tu estrecha vigilancia sobre cualquier chica que pase por la calle, tus constantes coqueteos con cualquier persona femenina sin importar siquiera si es una criminal, todos los libos que hay en tu apartamentos del Doctor Amor sobre “¿Cómo enamorar a una chica?” o “¿Qué hacer para que una chica te preste un mínimo de atención?”... ¿sigo? la lista es larga- enumeraba con los dedos de las manos.

 

-Hmp- fue la única contestación del otro.

 

La comida pasó rápida y ella ambos se fueron de vuelta al bloque de apartamentos, las calles cada vez más solitarias mostraban el miedo de la gente a pasear por la noche, por culpa de los recientes y numerosos ataques de los niveles-e.

 

Tras despedirse de Takao, Zero subió las escaleras hasta su apartamento, entró y cerró la puerta del piso, este era bastante sencillo, constaba de un pequeño salón-cocina donde había una pequeña mesa para el café, un armario con la ropa de Zero y un futón doblado en la esquina izquierda; y otra habitación que era un pequeño baño con ducha, retrete y pileta con espejo.

 

La única fuente de luz era de la ventana de tamaño mediano que había en la sala y desde donde tenía una vista de los edificios del centro de la ciudad, así como una perfecta visión de la calle hasta que giraba en un cruce de caminos el lado derecho, y el lado izquierdo torcía hacia la derecha por otra calle.

 

Los últimos rayos de sol entraban por dicha ventana iluminando la estancia con colores anaranjados, y era en momentos como estos cuando Zero se preguntaba si había sido una buena idea dejarlo todo para vivir aquí.

 

Se acercó poco a poco al asiento de la ventana, donde tenía las cuatro únicas fotografías que había en toda estancia, se sentó frente a ellas y las miraba con nostalgia.

 

La primera con un marco negro, era de él e Ichiru con unos 10 o 12 años, ambos vestían con unos pantalones negros y camisetas de manga corta de distintos tonos, Ichiru una de color azul oscuro y él una azul celeste, estaban bajo unos árboles de sakura y su hermano sonreía mientras abrazaba su brazo derecho; él por su parte solo sonreía mientras miraba a la cámara y entrelazaba los dedos con los de la otra mano de Ichiru, ambos tan idénticos y felices… en aquel tiempo nadie hubiera pensado que las cosas acabarían así.

 

En la segunda estaban su maestro Yagari, su compañero cazador y auto-proclamado hermano mayor, Kaito Takamiya, Ichiru y él. Su sensei le revolvía los cabellos a Ichiru mientras este lo abrazaba con fuerza mientras él y Kaito miraban a la cámara sin expresión. Fueron sus padres los que habían decidido hacer la foto, después de la primera vez que habían ido a la Asociación.

 

La tercera era la fotografía de su primer verano en la Academia, en esta estaban Kaien, Yuuki, Kaname y él, sinceramente, nunca supo por qué escogió esta fotografía, debería odiar a estos tres; a Kuran por utilizarlo y manipularlo con mentiras amorosas para proteger a su princesa; a Yuuki por marcharse con su hermano y abandonarlo sin nisiquiera despedirse o explicarle nada; y a Cross por habérselo ocultado todo y permitir que ocurriera.

 

Pero no podía odiarlos, no más de lo que se odiaba a sí mismo por creer que un ex-humano como él podía ser amado sinceramente por alguien, por encariñarse con Yuuki y haber esperado que ella se quedara con él para no volver a estar solo, egoísta; pero por lo que más se odiaba era por no haber podido evitar la muerte de Ichiru, su hermano, él no merecía acabar como lo hizo, lo había matado bebiéndose su sangre en vez de llevarlo a la enfermería. Por ello no los odiaba, ya no, ahora solo sentía vacío cuando miraba esa foto.

 

Y por último, la foto donde salía el dormido sobre el heno del establo mientras Lily, su fiel amiga le mordisqueaba el cabello.

 

Lily, su yegua, la única que siempre se había mantenido a su lado había muerto durante la batalla contra Rido, aún recordaba cómo encontró el establo de los caballos sepultado bajo las partes  que se habían desprendido del edificio, todos los animales habían muerto en el acto, así que solo podía tener la esperanza de que su muerte había sido rápida e indolora.

 

Plic, plic...

 

No sabía que estaba llorando hasta que sus propias lágrimas habían caído sobre sus manos, se recostó al lado de la ventana, apartando su vista de las fotografías, o quería seguir recordando, ya bastante echaba de menos a Yagari, Kaito e incluso Yori como para seguir en sus memorias.

 

 

-Aquí Kiryuu- contestó a la llamada del teléfono- Yo me encargo, no se lo comuniques a nadie más, quiero cazar solo.- y colgó.

“Perfecto, algo con lo que distraerme”

Las calles estaban desiertas de personas a pesar de ser las 22:00 pm, y a medida que Zero salía de la zona urbana con dirección a la base del puerto los coches también disminuían hasta que solo se oía el rugido del motor de su moto (una que él y Takao habían semi reparado y rescatado  de un viejo taller para que funcionara y el peli plateado pudiera ir y venir de sus misiones en solitario cuando estuviera de mal humor).

Llegó a un polígono abandonado en el extremo sur del puerto Pontus, esa zona era la más descuidada de toda la periferia, corrían rumores de espíritus vengativos que ansiaban las almas de todas aquellas personas que se acercaran al lugar, y los dos asesinatos aún sin resolver solo lograron acrecentar los cuchicheos.

-Tch- fue lo único que dijo Zero al ver el lugar, se bajó de la moto y con Bloody Rose en la mano se acercó a la nave.

No se oía ni un solo murmullo ni tampoco notaba ninguna presencia, pero con el bello de la nuca erizado y ese extraño cosquilleo bajo su piel no indicaban nada bueno, con sus sentidos alerta entró en el edificio.

El interior estaba igual, o peor que el exterior, no había ni maquinaria, ni restos de materiales… nada. Solo unos cuantos papeles viejos y basura de todo tipo, por lo demás todo desierto, pero a pesar de eso la extraña sensación seguía recorriendo a Zero, levantó la mirada y en medio de la oscuridad del techo un cuerpo cayó directamente hacia él, muy tarde se dio cuenta de que era un Nivel-e, alzó la pistola y disparó, y entonces… se desató el caos.

Mínimo una docena de Niveles-e cayeron uno tras otro rodeando al cazador de cabellos plateados, todos con los colmillos extendidos y los ojos rojos como las luces traseras de los coches.

“Mierda, pero que coño… ¿Como no he notado su presencia antes?”

Zero disparaba sin cesar a la vez que esquivaba y paraba los ataques de esos vampiros, estaba concentrado en los cinco que tenía delante cuando un sexto saltó por detrás suyo y le mordió en el brazo derecho.

“¡Joder!” pensó con los dientes apretados y disparó en el cráneo a ese ser que acabó convertido en polvo.

Así siguió durante media hora más matando a esas criaturas una tras otra, no sin recibir heridas, cortes o mordiscos por el camino hasta que la última bala impactó en el ojo izquierdo del último Nivel-e convirtiéndolo en un montón de escombros.

El almacén ahora olía a pólvora, muerte y sangre, su propia sangre que caía como cuentagotas de forma constante al suelo cubierto del polvo en el que se habían convertido esas cosas, su respiración se hacía cada vez más pesada, y el dolor de garganta le quemaba como fuego ardiente mientras sentía como si su pecho fuera atravesado por agujas de ganchillo.

“Mierda, ¿Por qué justo ahora?” conocía a la perfección esos síntomas, su sed de sangre hacía su aparición después de tres meses de estar bajo control.

“Mierda” Maldijo por última vez antes de salir de mala leche del polígono abandonado.

Notas finales:

Aquí os dejo el link de la segunda foto, las otras tres me las inventé:


https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/736x/b5/e8/c1/b5e8c14fce6cb2c0c0fed0aa553e0321.jpg


Espero que os haya gustado.


 


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