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Un Amigo Puede Sanar Un Corazón Herido por SheylaKon

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Notas del capitulo:

Espero les guste. 

Capítulo IV 

─¿U-Usagi-san?

Todos los presentes se quedaron estáticos en su posición por un corto tiempo que se les hizo eterno a todos.

Antes que el mencionado pudiese responder o reaccionar, Hiroki tomó su mano y se lo llevó velozmente dentro del ascensor ante la atenta mirada de los otros dos que no se movieron ni un centímetro. 
Pulsó el primer botón y luego pateó con fuerza una de las paredes.

¿Es que todos los Takahashi son unos idiotas? ─gruñía furioso sin atreverse a mirar a su amigo que hasta ahora no pronunciaba palabra alguna.

Se enojó, realmente se enojó.
Al ver salir primero a Takahashi se sorprendió, creyó ingenuamente que estaba ahí para pedir disculpas o darle una explicación. Sin quererlo realmente, iba a dejar al Usami solo con él, era un asunto de pareja que tenían que arreglar entre ellos. 
Pero al instante apareció ese hombre de cabellos negros con el que ya lo había visto antes. Su ira se encendió. ¿Realmente podía haber alguien tan estúpido?. Quería creer que sí porque la segunda opción era muy cruel. ¿Él... quería lastimar a Akihiko?. No sabía cual era la respuesta pero el hecho era que su amigo no podría no salir lastimado de ahí.

Actuó por impulso. 
El profesor no era nadie para reclamarle nada al otro castaño; sin embargo, eso era lo que deseaba hacer, quería sentirse al menos con ese derecho.

Él, que por muchos años añoró el afecto y amor del escritor. Él, que anhelaba una mirada como la que siempre se la brindaba a Takahiro y una caricia de su primer amor. Él, que aceptó ser un reemplazo de Takahashi, fue rechazado.

Y ahora que alguien tenía todo lo que él quiso, todo lo que el pedía, hace un tiempo, simplemente lo rechazaba. Que irónica es la vida. Y no contento con rechazarlo, lo lastimaba como a él lo lastimaron. 
Pero eso no lo hacía feliz, de ninguna forma. Hiroki estaba seguro de ya no amarlo, pero el cariño que siempre le tuvo permanecía ahí.

─Ven conmigo. ─habló el castaño tomando nuevamente su mano y sin verle aún, llevándolo fuera de ese edificio.

No fue una pregunta así que no esperó ninguna respuesta.

Las calles continuaban oscuras y él no tenía idea alguna sobre la hora. 
Caminaba algo apresurado por las calles sujetando con algo de firmeza la mano del otro, tratando de darle apoyo y sintiendo a la vez que si soltaba aquella mano, que si abandonaba aquel frío pero, curiosamente, cálido tacto, este simplemente se rompería y se esfumaría. Hiroki no sabía que tan cerca se hallaba esto de la realidad.

Akihiko no se quejaba ni se oponía a nada, solo seguía el paso del castaño. El profesor no tenía el valor para verle a los ojos. Si bien su rostro suele ser inexpresivo, sus ojos son todo lo contrario, te cuentan todo, su mirada te revela el ser del de cabellos de plata. Pero hay que ser diestro para ello, se tiene que conocer y saber leer aquellas joyas lila, y Hiroki lo hace, por eso no consigue el valor para ver el dolor que probablemente se hallaba en su corazón.

Llegan a su destino y el profesor con algo de duda suelta la mano de Akihiko para sacar una llave y abrir una puerta de madera.

Se adentra seguido por el escritor y prende una lámpara sentándose en el primer sofá que encuentra, el otro imitándolo. Este día actuó demasiado por impulso, estaba seguro de que eso le traería problemas en algún momento pero por ahora no importaba.

Lo primero que pensó fue en golpear al otro castaño, reclamarle no podría ser suficiente, mas, el corazón rompiéndose de Akihiko tuvo mayor peso en sus oídos y en su ser, por ello decidió llevárselo. En un inicio dudó pero no teniendo más alternativa, escogió ir a su apartamento. Sabía que ahora era inútil tratar de hablar sobre eso, solo lo trajo porque, de momento, no tenía donde ir y temía por lo que podría pasarle si lo dejaba solo. Y, sin admitirlo, a su lado lo siente más seguro, siente... que puede protegerlo.

Gira su cabeza viendo por fin a su amigo. Bajo la tenue luz y con el cabello cubriéndole los ojos, seguramente lo trae así desde que entraron por segunda vez al ascensor, pareciese como si descansará, su figura denota a alguien agotado, alguien que ha trabajado todo el día sin descanso, sin respiro, pero también se asemeja a alguien que lo ha perdido todo, que entregó su vida apostándola y resulto perdiendo la partida.

Hiroki no quería decir nada que podría tal vez resultar hiriente. Se quedó ahí admirando la figura de su amigo por unos segundos más hasta que notó por fin algo cuando una gota se desprendió de uno de los cabellos plateados del escritor.

Se levantó a buscar algo en una habitación. Akihiko no prestaba atención tan sumido en sus pensamientos como estaba hasta que algo suave golpeó su cabeza.

─T-Te vas a resfriar. ─hablaba con algo de nerviosismo en tanto movía, con algo de torpeza pero sin brusquedad, una toalla blanca sobre la cabeza del de ojos lila.

Aquel ni se había percatado de eso, no protestó y solo dejó que lo hiciera. Era algo extrañamente reconfortante en esa situación.

Sin querer, el castaño rozó su mano con la prenda que cubría al escritor.

─Quitate el abrigo.

El de cabellos plata levantó la mirada algo confundido. El profesor desvió rápido la suya en tanto un pequeño pero notorio sonrojo se posaba en sus mejillas.

─E-Está húmedo. ─señaló con uno de sus dedos al abrigo que traía puesto el otro.

Akihiko dirigió su vista a la prenda que señalaba su amigo e intentó hacer un amago de sonrisa que resultó en una sonrisa rota. Escondió su mirada atrás de sus cabellos nuevamente, sumiendo su figura a una similar a la de antes. El peso de los recuerdos y el dolor de estos era demasiado. No quería, no podía moverse.

Hiroki lo observaba desde su posición, de pie frente a él, con tristeza en su mirada, sentía esa maldita impotencia de no poder hacer más por él.

─Tsk. ─chasqueó la lengua simulando fastidio, como si alguien le estuviese obligando a hacer algo que no quería.

Se acercó más al escritor y con cuidado intentaba retirarle el abrigo. Akihiko lucía algo sorprendido pero no lo suficiente para cambiar su semblante; sin embargo, con sus fuerzas solo pudo facilitarle el trabajo.

Al tener aquella prenda en sus manos vió realmente cuan húmedo estaba. Lo colocó sobre la mesa, luego buscaría otro lugar donde ponerlo.

Hasta entonces se fijo en si mismo. Él no había estado tanto tiempo bajo la lluvia debido a que encontró pronto un lugar donde refugiarse pero si logró mojarse lo suficiente para sentir pesado su abrigo, ¿cuánto tiempo estuviste tú? Se preguntaba ya que la diferencia de humedad era bastante notable. Se quitó aquella prenda junto con la bufanda que había protegido el cuello de su camisa pero que aún así logró empaparse un poco haciendo que se quite dos botones.

Continuó secando los cabellos de Akihiko. Ahora, con intención, tocó disimuladamente el chaleco violeta que traía el escritor. Suspiró pesadamente.

─Voy a tener que quitarte esto. ─dijo sin esperar respuesta.

Se apoyó sobre sus rodillas mientras desabotonaba su chaleco y se lo sacaba. Efectivamente estaba húmedo, menos que el abrigo pero no por eso se lo iba a dejar. Quitó también su corbata para poder desabotonarle unos tres botones, imaginó que por aquella zona, como sucedió con él, la lluvia se había colado. Todo eso sin que Akihiko dijera alguna palabra o mostrará algún gesto de desagrado.

Cuando tuvo sus manos en el primer botón se llenó de nervios. ¿Pero qué estoy pensando? ¡No me estoy aprovechando de él!, en tal caso, es él quien se aprovecha de mi "amabilidad". Bufó y negó con su cabeza mientras pasaba al segundo botón. Tuvo la tentación de mirar hacia arriba. Tal vez esto sea incómodo para él... lo es para mí. Se dijo mentalmente, pero recordó que esta es una situación en la que le está ayudando, nisiquiera debe estar prestandole atención a su alrededor. No parece tener fuerzas... Se mencionó tristemente. 
Con el tercero no hubo problemas. Levantó lentamente su cabeza dando una fugaz vista al rostro del escritor. Sí, realmente este no lo veía. Su mirada estaba sobre él pero su mente debe estar en otra parte. Sonrió amargamente sin soltar todavía aquella parte de su camisa. A él vinieron velozmente los recuerdos de su última noche con Akihiko, era tan similar a como se encontraban ahora y pese a tantos años, aún dolía como en ese entonces.

¿Por qué?, ¿por qué estoy recordando eso?, ¿por qué aún duele?, ¿por qué... por qué con o sin venda, Akihiko no puede verme delante de él?

Se hacía esas preguntas en tanto agachaba la mirada cerrando los ojos pero sin soltar el cuello de su camisa, apretándola con algo de fuerza, como buscando algo de que aferrarse.

─Hiro... Taka... hiro.

Soltó bruscamente aquello de lo que se sujetaba alejándose a la vez.

No, Akihiko no había dicho nada, pero esas palabras sonaron tan claras en su mente que por un instante creyó estar viviendo nuevamente ese momento.

El escritor alzó con lentitud el rostro mirandolo con algo que parecía extrañeza.

Hiroki cerró fuertemente los ojos por un segundo para quitarse esos recuerdos, aquella sensación.

No es el mejor momento para pensar en esas cosas...

Se levantó con molestia del suelo y decidió que lo mejor era irse a dormir. Ya eran suficientes emociones para un día. Apagó la lámpara y al querer marcharse se detuvo dándole la espalda a su amigo que aún permanecía en el sofá. ¿Lo dejaría ahí... así?. N-No es mi problema, se respondió marchándose a su habitación.

Akihiko, en la soledad de la sala, se puso a pensar en como es que todo había resultado así, en que momento su relación terminó de esta forma, en que momento perdió a Misaki... y como es que entre tanto dolor, su castaño amigo parecía ser una pequeña pero brillante luz que alumbraba aquel oscuro túnel en el que se encontraba perdido. 

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Notas finales:

Este capítulo lo tengo escrito desde inicios de Abril pero, por no tener una continuación lista, no lo publicaba.

 Ya tengo listo el siguiente capítulo en el que se verá la perspectiva de Akihiko. Lo he escrito en un solo capítulo y creo que es algo largo, no sé si dividirlo en 2 o más partes o dejarlo solo en uno. No es tan largo, aclaro, solo lo es más que mis capítulos comunes. 

Esta actualización está en Wattpad desde hace unos días. No es mi plataforma favorita pero me resulta más fácil escribir ahí ya que siempre que escribo y publico, lo hago desde mi celular, además que solo publico cuando tengo datos/megas (no tengo internet por wi-fi). Si gustan, pueden seguirme ahí, mi cuenta tiene el mismo nombre.

Finalizando, espero les haya gustado y perdonen las faltas ortográficas y de redacción.

 

 


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