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Midnight por Princess Nemesis

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Notas del capitulo:

He vuelto. 

Su niño hermoso había reencarnado y su hermano mayor Ganimedes ahora le amenazaba para que no se le acercara. Pero aun sabiendo a lo que se enfrentaría no deseaba hacer caso a la advertencia hecha por el rubio. Kuran era la reencarnación de Attis, no deseaba alejarse de él, es más, quería saber sobre él, añoraba volver a tenerle entre sus brazos, estremecerse al escucharlo reír, volverle a ver esa bella sonrisa que hizo que en la era mitológica lo mantuviera protegido.

 

Zero salió de su trance momentáneo, al percatarse los miles de sentimientos que tenía Haru. Maldición. Había hecho que se volviera a preocupar.

 

—Haru –le llamo, haciendo que el rubio le observara —No pienso irme por una amenaza. Ni siquiera porque es de Takuma.

 

Apolo suspiró, sabía que diría eso, desde siempre él había sido así, por eso no podía evitar preocuparse. Tendrían problemas si se atrevían a no seguir una advertencia del Príncipe de los Dioses.

 

—Entiendo.

 

Esa fue la corta respuesta que dio. Que más podía decir, sabía que Zero se negaría en seguir esa advertencia, era porque precisamente quería acercársele. Desde el comienzo sabía que Zero amaría por toda la eternidad a su niño hermoso.

 

—Hades le ha estado buscando desde entonces, merece saber dónde está. No es justo que él no sepa el paradero de Attis. –dijo el rubio.

 

Zero, quien en ningún momento despego su mirada de Apolo, la desvió hacia la ventana.

 

—No creo que sea buena idea. Eso es lo que precisamente lo que Ganimedes no quiere, que los dioses elijamos algo por Attis. Quiere que él sea capaz de decidir su propio destino.

 

—Comprendo.

 

El peli plata sabía que para su padre fue muy difícil dejar ir a la persona que más amaba, además de que el gran Señor del Olimpo se había ganado el odio de su consorte. Pero nada se podía hacer ahora, el pasado ya estaba escrito.

 

—¿Que harás ahora que sabes que Kuran es la reencarnación de Attis? Eso no quita el hecho de que te utilizó.

 

—Es el cambio de turno, debemos ir. –dijo desviando el tema.

 

El rubio solo suspiró. ¿Cuánto amor te profesa Attis, si no es capaz de recordarte? Y con la maldición que tiene sobre sus hombros, posiblemente jamás lo hará Pensó Apolo.

 

 

*

*

*

 

 

El gran portón se abrió, produciendo un chirrido. Seguidamente los estudiantes de la clase nocturna, aparecieron. Todos ellos caminando elegantemente, destilando belleza por donde pasaban. Los gritos de las chicas se escucharon, pero ninguna de ellas dejo la fila, estaban emocionadas pero mantenían la formación.

 

—¡Buenos días chicas! ¡Veo que están tan bellas como siempre! –dijo Aido.

 

Eso hizo que las adolescentes casi se le fueran encima, pero no se movieron al recibir una mirada de advertencia por parte de Zero.

 

Yuuki y algunos nobles abrieron los ojos sorprendidos al ver al peli plata, su piel blanca parecía realmente suave, su figura era más esbelta, su presencia era tan magnética que no podían despegar la mirada de él, su cabello largo caía por debajo de su cintura, era hermoso no existía otra palabra para describirle.

 

La pura sangre se sonroso visiblemente, no esperaba que Zero se volviera tan bello. Sonrió al imaginar los días que le esperaban en compañía del peli plateado. Porque deseaba ir a varias citas con él, posiblemente bailarían juntos, o irían a comprar cualquier cosa.

 

Ruka,  ya conocía a Yuuki, por lo que ya sabía lo que pasaba por la mente de la castaña, en ese momento realmente sintió pena por Zero y Kaname, como ellos pudieron haberse enamorado de ella. Lo único especial que ella tenía era su sangre.

 

La noble apretó sus puños, esperaba que su disgusto, nadie lo notara. Todos vieron como Yuuki se dirigió hacia el peli plata, ésta parecía embelesada por la belleza de Zero. Kaname observo esa escena, su pecho dolió, pero su rostro no mostro nada, por lo que siguió caminando.

 

—Zero –dijo la castaña, en su rostro se encontraba su mejor sonrisa.

 

El mencionado dirigió su mirada hacia ella, le devolvió la sonrisa haciendo que Yuuki se sonrojara aún más. Él al ser un dios rápidamente se percató que en esos ojos granates no existían verdadera inocencia, toda era fingida, era como si ella estuviese cayendo a un vacío sin retorno.

 

Tanto Kaname como los nobles que le acompañaban, le pasaron por un lado a Yuuki y a Zero, en el rostro del castaño solo se podía apreciar la indiferencia. Los ojos del guardián se opacaron, acción que fue vista por Haru, quien estaba sentado arriba de un árbol. El rubio se mordió un labio, aun sin proponérselo Kuran estaba lastimando a Zero.

 

—Adiós –dijo Yuuki al ver que la dejaban atrás —Nos vemos pronto.

 

Él solo asintió, como si fuese una acción programada. Aunque Yuuki se percató que esos ojos amatistas estaban opacos no le importo. Ya que ahora tenía que ir a hablar con Kaname, seguramente este la consentiría, era su prometida después de todo.

 

Pronto los estudiantes de la clase diurna ya no estaban, por lo que Haru se acercó a Zero, quien estaba allí parado, sin moverse, con la mente en otro lugar.

 

—Te encuentras bien Zero.

 

Este solo asintió por lo que el rubio le agarro por los hombros y le sacudió levemente. Era obvio que no estaba nada bien. Sabía que esto podía suceder. Zero escondería todo lo que sentía, se lo guardaría todo.

 

—Le viste –esos ojos amatistas se volvieron vidriosos —He podido sentir todos sus años de soledad. Él ha sufrido todo estos años, y no he estado a su lado para aliviar el dolor de todo lo que ha perdido…..

 

Haru rápidamente le abrazo, parecía que el lazo que en el pasado compartían Artemis y Attis, no se había desvanecido. Eso hacía que Zero pudiera sentir el dolor de Kuran. ¿Cuántos años tendría viviendo en una permanente soledad? ¿Cuánto había sufrido el castaño?

 

—Lo vi….. Sabes que es dolor solo desaparecerá cuando él sea verdaderamente feliz. –Dijo mientras acariciaba esos plateados cabellos —Sabes que el único que le hará feliz es Hades. Él que te ha perseguido y odiado desde que eso pasó, pero no quiere decir que no anhele estar nuevamente con Attis, en ese sentido le comprendo. No me entrometeré, intenta hacer que Kuran recupere sus recuerdos. Aunque me muera de los celos, sé que siempre amaras a tu niño hermoso.

 

—Apolo…

 

No termino de hablar ya que el rubio le beso, era un beso desesperado, apasionado. Las lenguas de ambos danzaban. Era una guerra que ninguno de los dos deseaba perder. 

 

Tal acción su vista por un inmortal de ojos mieles, quien sonrió socarronamente, primero vio a Ganimedes, y ahora a los mellizos. Eso sería realmente interesante, ahora su señor estaría contento. Haría sufrir realmente a Zeus. Hacerle daño a su consorte y a sus hijos favoritos, con eso sería suficiente.

 

 

*

*

*

 

 

—Deberían de haberle localizado, ¿no son ustedes las Moiras? –reprochó enojado.

 

Las tres mujeres de vestimenta blancas solo se quedaron calladas. No era buena idea hacer enojar demasiado a Zeus. Este parecía realmente desesperado por encontrar a su esposo.

 

—Escúchenos gran Dios. No podemos revelar esa información, pero buscad en el mundo de los mortales, más precisamente entre los Cazadores, a aquel que se ha ganado la fama del Vampiro sin Colmillos. Si le localiza a él, encontrar el paradero de Ganimedes le será fácil. –dijeron las tres mujeres al mismo tiempo.

 

El hombre de cabellos negros y ojos plateados sonrió complacido, eso era lo que deseaba escuchar, pronto estaría nuevamente con su Consorte.

 

—Pero recordad Señor que su actuar en el pasado no fue el más indicado. Bajar al mundo humano traerá muchas consecuencias.

 

Zeus entendió esas palabras rápidamente, más bien recordó a ese joven de ojos borgoñas a quien su Consorte siempre le sonreía, ese mismo joven de quien su hermano Hades se enamoró.

 

Pero a quien el Señor del Olimpo se vio en la necesidad de asesinar.

 

 

*

*

*

 

 

—Para ti, Kiryuu es un perro. Que no le importa cuánto le lastimes, ya siempre vendrá a tu lado. No es así, Kuran-sama.

 

Ruka, sencillamente no pudo quedarse callada, ya ni siquiera podía llamarle por su nombre. Era realmente repugnante la actitud de Yuuki. Había lastimado a Kiryuu cuando decidió irse con Kaname, y ahora volvía, pensando que el peli plata seguía amándola. Es como cuando tienes a un perro y no importa cuánto le hieras, sabes que después que pase ese malestar volverá a acercársete meneando la cola contento.

 

Lo peor de todo era que ella sabía Kaname la amaba, y con sus acciones le estaba lastimando. Pero aun así ella lo seguía haciendo, le sonreía a Kiryuu y luego le sonreía al castaño. No se decidía por ninguno, porque deseaba tenerlos a los dos, deseaba besarlos a ambos, ansiaba estar en los brazos de ellos. Porque según ella los amaba a los dos.

 

Yuuki sonrió.

 

—Ruka, debemos apurarnos. Kaname y los otros, ya deben estar en el aula.

 

La noble apretó los puños, repugnante, no había otra palabra pare describir a Yuuki. >>El destino se encargara de castigarla. Ella no se merece ni a Kaname ni a Kiryuu<<

 

*

*

*

 

Takuma observó al castaño, quien miraba hacia la ventana. Este parecía muy concentrado viendo a la hermosa Luna que se alzaba en cielo. El noble no dudo y se le acerco.

 

—Es muy bella, no te parece.

 

Kaname se giró y sus ojos borgoñas se encontraron con los esmeraldas de su amigo. Solo asintió sin decir ni una palabra, y volvió a observar a la Luna. El rubio vio los meláncolicos ojos de Kaname y en ese momento realmente deseo que fuera feliz.

 

Era la reencarnación de Attis, de su querido hermano menor. Quien fue condenado a vagar entre los mortales, y todo era culpa de Zeus, este se encargó de que cuando muriera su alma no bajara al Inframundo.  Haciendo que fuera imposible que se encontrara con Hades.

 

Takuma se acercó al castaño, esta vez quería que él fuera feliz, pero sin la intervención de ningún Dios. Kaname podía elegir su propio camino, y siempre el rubio estaría allí, consolándolo si lloraba, riendo con él si era feliz, como siempre a su lado.

 

Recordó, que  después de que murió, se prometió a sí mismo, que lo protegería. Ni siquiera perdonaría a Zeus, si se atrevía a intentar dañarle nuevamente, mataría a cualquiera que se atreviera a intentarlo.

 

Apolo había seleccionado meticulosamente sus movimientos para proteger a Zero, oculto sus poderes divinos e hizo que este reencarnara como un hombre, para que pasara desapercibido. Si Apolo hacia todo lo posible para proteger a su hermana. Takuma también podía jugar de la misma forma.

 

La puerta se abrió y entró Ruka seguida de Yuuki, al verla el rubio apretó los puños, se tenía que contener para no lanzarle un rayo y despedazarla allí mismo.

 

—Kaname, ¿Qué te parece la apariencia de Kiryuu? –le preguntó al oído.

 

El castaño al principio dio un pequeño brinco, ya que esperaba que Takuma se mantuviera callado, pero parecía que se había equivocado.

 

—Se le ve bien, y parece que se lleva bien con el nuevo Guardián.

 

—Eso es todo.

 

Hacia esas preguntas para saber si alguna parte de sus recuerdos aparecían, pero por lo visto no sucedió nada, se mostraba indiferente acerca de la apariencia y belleza de Zero.

 

—Si –contesto. Esa respuesta hizo sonreír al noble.

 

Nuevamente la puerta fue abierta. Y Toga Yagari entro para poder dar sus clases, por lo que todos les prestaron atención. La expresión de Takuma se volvió sombría, tenía que estar pendiente de las acciones de ese hombre.

 

Solo con su ira podía hacer que enormes olas arrasaran la Tierra. Ese era el poder de Yagari, o mejor dicho Poseidón, quien tomo esa forma humana para poder vigilar a su sobrina favorita.

 

Realmente se le hacía difícil creer que se hubiera enamorado de un mortal, ya que él precisamente en el pasado no tenía buena relaciones con estos.

 

Se preguntó cómo le hizo Cross para enamorar a ese Dios.

 

*

*

*

 

—Entonces, Ganimedes se encuentra en ese lugar. –dijo el peli azabache.

 

En el rostro del Señor del Inframundo, no se podía leer nada. Pero en sus ojos solo existía la pura maldad. Eso delataba su naturaleza destructiva. El rey del Infierno, tenía el poder de destruirlo todo si así lo deseaba.

 

—Los hijos mellizos de Zeus, también están allí. Artemis tiene la apariencia de un hombre por eso no la podíamos localizar, y su esencia divina esta sellada. A demás de que se encuentra en un lugar protegido por el Señor que hace estremecer la tierra.

 

—Parece que Apolo dio un paso en falso. Hipnos, manda a tus hermanas, a las Amantes de la Sangre. Veamos si Artemis sigue siendo la digna Diosa Cazadora.

 

El oji miel asintió. Después de todo, cumplir los deseos de su Señor le era una delicia.


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