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Príncipes del hielo por YunaYami

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Enzo cerró los ojos cuando Greg unió los labios a los suyos en un tierno beso mientras el comentarista anunciaba la puntuación del programa corto de uno de los patinadores. Fue entonces cuando oyó abrirse la puerta. Cuando quiso darse cuenta estaba en el suelo de su cuarto sangrando profusamente por la nariz mientras su padre le gritaba.

"¡Ningún hijo mío va a ser maricón! ¡Aunque tenga que hacer que te gusten las mujeres a hostias!"

***
Observó al patinador con los ojos brillantes e hizo una mueca cuando aterrizó mal en uno de los saltos,cayendo al suelo. A aquel chico no se le daban bien los cuádruples,ahora se vería forzado a hacer bien el resto de la coreografía. Se aferró al cojín mientras le veía danzar por el hielo. 
_Vamos,vamos...
Cambió de canal en cuanto escuchó los pasos en las escaleras. 
_Enzo ¿no tenías entrenamiento de hockey hoy?
Le sonrió a su madre y asintió.
_Es en una hora,me da tiempo.
_¿Puedes pasar antes de volver por el supermercado y traerme azúcar? Se ha terminado esta mañana. 
_Claro,mamá. Sin problema.
_Gracias,cariño.

***

Archerpoint. 
Ese era el nombre del pueblo donde Enzo vivía junto a sus padres. Era un pueblo pequeño y la mayoría de sus habitantes se habían quedado estancados en la edad de piedra,al menos mentalmente. Un hombre debía ser fuerte,una mujer debía ser femenina y el amor no era concebible a no ser que las dos personas fueran de géneros opuestos. 
El joven suspiró,agarrando su bolsa de deporte y se dirigió hacia la pista de hielo. Y por supuesto,como olvidar lo más importante que todos le repetían hasta la saciedad: el hockey es de hombres,el patinaje artístico para mariposones. Pero a Enzo le encantaba. Bailaban en el hielo de una manera casi hipnotizante y aquellos saltos,aquella flexibilidad... Eran increíbles y por ello se dedicaba a ver las competiciones a escondidas cuando le era posible,incluso estaba en foros y grupos de fans sobre el tema. Se quedó parado un instante frente a la casa en la que Greg había estado viviendo. 
Hacía cuatro años,cuando Enzo tenía catorce,un chico de su clase le había invitado a su casa. Él era nuevo y para su sorpresa,también le gustaba el patinaje. Se hicieron amigos,casi inseparables. Greg iba a verlo a sus partidos de hockey y Enzo le enseñaba a patinar en sus ratos libres. No pasó mucho el tiempo hasta que ambos se dieron cuenta de que lo que sentían por el otro era algo más que la amistad iniciada. Y entonces,todo terminó.  Greg había tenido que irse apenas una semana después de que les descubrieran,ya que había comenzado a correr el rumor por el instituto de que era homosexual y aquello derivó en acoso y más acoso. Cuando llegó con moratones en todas partes sus padres decidieron alejarle de aquel lugar y,por consiguiente,de Enzo. Se había quedado solo,viviendo una vida que no era la suya y sacando toda su frustración sobre el hielo. 
Avanzó hacia la pista y empujó la puerta oyendo vociferar a su entrenador sobre que olvidar las protecciones era algo inadmisible. Por cosas como aquellas Enzo llevaba siempre de sobra. Saludó a sus compañeros con un gesto de cabeza al entrar en el vestuario y colocó las cosas en su lugar de siempre. Mientras se cambiaba el joven que había sufrido el griterío por las protecciones se colocó  a su lado.
_El Parson me ha dado la charla de mi vida.
_Es culpa tuya,Ed.
_¡Pero si se me han olvidado una vez! 
_Más bien una tras otra.
_Eso no importa. La cuestión es... ¿tienes de sobra?
_Siempre tengo. Mientras me las limpies después todo irá bien.
_Gracias,tío. Por cierto,me han dicho que sales con Eve.
_No.
_¿No?
Enzo suspiró con fastidio. Eve era la chica más codiciada de todo el instituto,pero...no era su tipo ni por asomo. 
_¿Quien dijo eso?
_Ni idea. Lo he escuchado por ahí.
_Pues te digo que no salgo con ella.
_¿Pero por qué? ¡Si está buenísima!
_Porque no. Y ya está.
_Tío... ¿es que no tienes hormonas?
_Las tengo bien atadas,cosa que otros parece que no.
_Yo me lo tiraría.
_Tu te tirarías a todo lo que respire.
_Y porque me conoces de esa forma es que eres mi mejor amigo.

***
_¿¡Cómo que la semana que viene no podremos usar la pista a la misma hora?!
Enzo no prestó atención al revuelo causado por las palabras de su entrenador mientras se cambiaba. Al parecer tendrían que usar la pista más temprano y lo único que significaba para él era que debía comprar discos vírgenes para grabar los campeonatos de patinaje. 
_Se trata de un cambio de hora temporal. Al parecer un patinador vendrá a entrenarse aquí.
El joven alzó la cabeza.
_¿Qué? ¿Un patinador? ¿Y es bueno?
_¿Y eso que más da? 
_Bueno,solo me lo preguntaba. Es decir, es normal mostrar interés por un nuevo compañero.
Ed le dio una palmada en la espalda,riéndose.
_Creo que nuestro capitán tiene razón. Al menos esperemos a conocerle para juzgar.

***

El joven moreno suspiró contra la ventanilla de la furgoneta. Aquel pueblo era pequeño y frío,pero lo que a él más le gustaba era que estuviese a horas de alguna gran ciudad. Un sitio donde podría entrenar tranquilo sin cientos de ojos que vigilaran todos sus movimientos. Se masajeó la pierna y volvió a suspirar. 
_¿Noah? ¿Estás bien? ¿Qué te parece el pueblo ahora que estás aquí?
_Es un pueblo como cualquier otro.Solo me quedaré medio año así que no es necesario que me acostumbre demasiado a esto.
_Pero inténtalo ¿de acuerdo? Ser sociable en las clases y hacer amigos...como antes.
Noah se limitó a quedarse en silencio mientras el coche se detenía frente a una pequeña casita. Subió la cremallera de su cazadora y se ajustó bien la bufanda en torno al cuello antes de salir del vehículo. Era bastante vieja,pero por algún motivo le gustaba.
_Entrenadora,las llaves. ¡Quiero verla por dentro!
La mujer sonrió ampliamente. Pocas veces le había visto entusiasmado por algo desde lo de su lesión.
_Ya voy,ya voy. Saca las maletas antes al menos.
_No,quiero explorar primero.

***
Vio las luces encendidas al pasar,pero no se detuvo. Sabía que la llegada de nuevos vecinos se trataría en la cena. Empujó la puerta tras fijarse en que la camioneta de su padre ya estaba aparcada en su lugar y se dirigió a su cuarto a dejar su bolsa de deporte. Respiró hondo y bajó las escaleras,entrando en la cocina.

_Llegas tarde,muchacho.

_He pasado por el supermercado al venir.

Ocupó el lugar frente a su padre mientras su madre les servía la cena y después se sentaba en el lugar vacío con una leve sonrisa. La cena transcurrió en silencio hasta que su madre sacó el tema de las nuevas incorporaciones al pueblo. En cuanto mencionó la palabra "patinador" la mirada de su padre se clavó en él antes de soltar que aquel pueblo estaba mejor sin gente como aquella. Enzo se levantó,arrastrando la silla.

_No tengo hambre.

_Siéntate en la mesa.

_No.

_¡He dicho que te sientes,muchacho!

_Harold,déjale que se levante.

_¡Tu cállate,mujer! No es culpa mía que al niñito le moleste la verdad.

El joven apretó los puños y volvió a ocupar su lugar en la mesa,hirviendo de ira.

_¿Lo ves? Los hijos deben obedecer a sus padres. Y bien,muchacho ¿tienes algo que decirme?

Si que tenía. Muchas cosas,cientos en realidad.  Pero se mordió la lengua. Aquella mente cuadrada no entraría en razón ni aunque él perdiera la cabeza y le diera una merecida paliza. Respiró hondo y negó con la cabeza.

_Entonces termínate la cena. No trabajo para que la comida se desperdicie.

_Sí.

***

Se agachó para recoger una foto del suelo. En ella aparecían dos niños sonrientes, pero estaba muy gastada. Le limpió el polvo con la manga de su suéter y decidió guardarla. Quizá fuera importante para los dueños anteriores. Arrastró sus maletas una a una hasta el piso de arriba y abrió la puerta del cuarto. Era algo pequeño,nada comparado con su habitación en la residencia de deportistas pero no le importaba. Abrió la ventana de par en par y comenzó a sacudir el polvo a las alfombras y a descolgar las telarañas con una escoba. Si hubiera sabido que tendría que limpiar habría pedido a su entrenadora ir al día siguiente. Tras un rato de laboriosa limpieza,decidió ponerse con el armario. Fue allí donde encontró otro resto de los anteriores dueños. Esta vez se trataba de unas protecciones,supuso que de hockey. Por el tamaño diría que de un niño. 

_Oye,entrenadora...

_¿Sí? ¿Qué quieres,Noah?

_¿Sabes hace cuanto se mudaron los antiguos dueños?

_Creo que hace unos cuatro años. ¿Por qué lo preguntas?

_No es nada. Supongo que el hijo o hija ya es demasiado mayor para usar estas protecciones. Saldré fuera un momento. Tanto polvo no me deja respirar.

***

Salió a correr. A falta de un partido de hockey donde soltar toda aquella ira acumulada ,correr era una buena opción. Aunque todavía quedaban dos trimestres enteros para poder irse a la universidad,Enzo solo deseaba que el tiempo pasara rápido y no tuviera que volver más a aquella casa. Miró hacia atrás y de repente se encontró en el suelo sobre otra persona.

_¡Ah! ¡Mierda! ¿¡Pero que te pasa?!

_Y-yo...lo siento...

Se trataba de un chico de apariencia delicada y media melena negro azabache. Clavó sus ojos  azules en los de Enzo con el ceño fruncido.

_¿Qué? ¿Te levantas de encima de mi o no,gigantón desconsiderado?

 


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