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No Es Complicado Amar por Natsuko-Rinmoshika

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Notas del fanfic:

FanFic en progreso. Mis ideas nunca están formadas concretamente, así que tardaré un tanto en subir cada capítulo. Mis disculpas.

No hay advertencias por el momento.

Consejo


~ × • × ~


Craig no podía entenderlo. Había acudido a Kenny por ayuda, buscando consejos con respecto a su situación con su amigo Tweek, confiando que escucharía cosas útiles de parte suya, pues el rubio últimamente recibía confesiones a morir, y correspondía a la mayoría sin problema alguno, aún si la chica era alguien de atributos pequeños -pues el chico de parka anaranjada ama los pechos grandes-, pero lo que le había dicho... ¿Aceptar a Tweek y dejar que el amor surgiera naturalmente?


Patético.


Llevaba tiempo siendo amigo de Tweek, desde que tiene memoria, así que, no, no podía creer que aceptarlo y esperar a que "el amor surgiera naturalmente" era una buena idea. Si fuera el caso, ya amaría a Tweek desde antes, ¿no?


Soltó un gruñido por lo bajo. — No me jodas, McCormick. No pienso aceptar a Tweek y hacerle la boba ilusión de que lo amaré en algún momento de nuestra relación.


Kenny se mantuvo relajado, sonriendo mientras veía el gesto de confusión e incredulidad en el rostro del azabache. Lo entendía. Tucker era un chico cerrado, rara vez se aventuraba en la vida, o en los sentimientos, y por eso mismo es que trataría de ayudarlo, le enterneció que tratara de corresponder a Tweek. — Lo creas o no, funciona. Bueno, no mentiré. Yo no he llegado a enamorarme realmente, ya que a veces las chicas que me confiesan su "amor" son unas completas desconocidas, así que sólo llego a tomarles mucho cariño. — Se encogió de hombros. — Pero tú ya quieres a Tweek, y lo conoces desde que eran unos simples niños, son casi inseparables; totalmente homo el uno por el otro, ¿o no? — Guiñó un ojo al otro chico, viendo como colocaba los ojos en blanco por unos segundos, aunque igual sonrió de forma leve. — Así que, si ya le quieres, siendo pareja podrías llegar a amarlo. — Extendió sus brazos por el sofá del apartamento que compartía con Stan, su mejor amigo de infancia.


Tucker le miró, y suspiró con resignación. — ¿Y si no llego a enamorarme...? — Cuestionó sentándose en el sofá, junto al rubio. Éste le miró de reojo.


— No seas tan pesimista. Todo en esta vida puede suceder, además, no veo por qué no habrías de enamorarte de Tweek, si ese chico es tan... Eh... — apretó los labios unos segundos, y rascó su nuca con una mano — bueno... Tweek es especial, ¿no? — Soltó una corta risilla, y Craig no pudo evitar reír también. Tweek era bastante especial, si, pero le divertía el hecho de que Kenny no hubiese usado alguna otra palabra para describirle. — Así que, anda, ya fingieron ser novios hace tiempo y todo salió bien.


El azabache ladeó sus labios, expresando un poco de molestia ante lo último dicho. — Éramos niños, McCormick. Añadiendo el hecho de que fue una relación forzada.


— Pero lo pasaste bien, ¿o no?~


— Sólo llegamos a tomarnos de las manos un par de veces.


— Y a besarse a escondidas.


— No fue así. Nunca nos besamos.


— Eso no fue lo que me contó Tweek. — Picó con su codo una costilla al amante de los cuyos, ganándose una mirada furiosa.


— ¿Tweek te contó sobre eso? — No se lo podía creer. ¡Ni siquiera sabía que Tweek y Kenny hablaban! Aunque se dio cuenta que, efectivamente, Tweek y Kenny no hablaban, pues el chico de ojos azules había comenzado a reírse, mofándose en su cara, la cual seguramente estaba roja, pues sentía que ardía. — ¡Eres un hijo de puta! — Empujó al rubio, tirándolo sobre el sillón azul, y se dispuso a darle un par de golpes y pellizcos, no muy fuertes, pero si un poco dolorosos. Cosas de amigos.


Se sentía tan idiota por haberle contado, sin querer, su secreto más penoso, o bueno, uno de tantos. Aunque, igual era divertido ver al rubio descojonándose de risa, aún si era agredido.


Le agradaba pasar tiempo con McCormick de vez en cuando. Extraña vez se estaba aburrido a su lado.


[...]


Después de aquella conversación con Kenny, el amante de cuyos estuvo pensando acerca de cómo podría llegar a enamorarse de Tweek.


Su amigo era adorable, y poseía unos ojos de tamaño casi enorme y de un color verde olivo bastante llamativo, y resaltaba el color gracias a sus largas pestañas y sus ojeras. Tenía unos labios un poco delgados y ligeramente maltratados, suponía que por culpa de las mordidas que se propinaba a veces en sus ataques de nervios, y también por el frío. Su cuerpo no era muy lindo, pues pasaba un poco más allá del peso adecuado en alguien delgado; cuando llegaba a verlo sin su característica camisa verde a cuadros, podía ver que incluso sus costillas se marcaban un poco. Pero su mediana estatura y cabello rubio descuidado le causaban ternura, al igual que cuando actuaba de forma ingenua e inocente.


Era una lástima que todo aquello sólo le provocaba querer proteger a Tweek, como a un mejor amigo, como a un hermano pequeño.


Suspiró, frustrado.


No, no podía ver la manera de que Tweek le llegase a gustar de esa manera.


— ¿Pensando en tu futura boda con Tweek? — Una voz cerca de su oído le hizo sobresaltarse, y sin quererlo, propinó un golpe en el estómago del chico detrás suyo. Kenny se quejó, llevando sus manos a la zona afectada, haciendo un puchero.


Tucker se giró a verlo, irritado. — Tienes la culpa por aparecerte así tan de repente.


El rubio bufó. — No es mi culpa que seas tan nena. — Ugh, de por sí su estómago le dolía porque hoy no pudo almorzar nada debido a que Stan tuvo que salir a trabajar rápido y no le dejó siquiera dinero para comprar algo enlatado. Eso se gana por ser un mantenido.


— ¿Qué haces aquí? — Preguntó el azabache, tomando la soda que tenía entre sus manos, viendo al frente suyo a un par de niños jugar felizmente, corriendo de un lado a otro, sin preocupaciones como el trabajo o, qué deberán comer el día de mañana. Inclusive importándoles poco el tema del amor. Que buena vida se lleva cuando se es un niño pensó, y una sonrisa involuntaria se plantó en sus labios.


Kenny tomó asiento a su lado, viendo su sonrisa, y luego dirigió su vista a donde Craig miraba. — Bueno, yo realmente sólo pasaba, me aburrí estando solo en casa, pero veo que tú planeas conocer a la ONU.


Ante lo dicho, Craig enarcó una ceja, volteando a ver al rubio sin entender. Éste sonreía de esa forma naturalmente descarada y divertida, como cuando nada bueno cruzaba por su mente, y entonces fue que de pronto algo hizo click en su cabeza, y como de costumbre, McCormick se ganó un buen golpe. — ¡Eres un...!


Kenny se sobaba la parte trasera de su cabeza, riendo. — Un hijo de puta, lo sé, lo sé. Me lo has dicho demasiadas veces. — Le cortó, Craig negó.


— Un jodido asqueroso. Deberían dar pena de muerte tan solo por pensar de la manera en que tú piensas. Puto marrano.


— ¿También por pensar que tienes un buen culo? — Cuestionó de forma casual. Una señora que iba pasando con su hija les miró mal, y apresuró su paso.


A Craig se le coloreó el rostro en un fuerte rojizo, y pasó uno de sus brazos por el cuello del rubio, atrayéndolo a él, dejando que la cabeza ajena quedara a la altura de su pecho, y haciendo un puño su mano libre, comenzó a frotar rudamente éste contra su cabeza. Kenny se quejaba más que nada por la presión en su cuello.


— ¡M-me estás asfixiando, Fucker! — Su voz salió de forma dificultada, y tosió un poco. Joder, Craig no sabía medirse, aunque él tampoco lo hacía con sus palabras, sabía bien que se lo ganó.


— ¿Te guardarás tus putas marranadas sólo para ti? — Dejó de calar la cabeza del rubio con su puño, sin embargo, su brazo continuaba rodeando el cuello de éste.


Kenny rió un poco, y enseguida tosió. — N-no pidas imposibles. — El agarre en su cuello se intensificó un poco, obligándole a llevar sus manos hacia el brazo de Tucker, clavándole sus dedos. Kenny extendió uno de sus brazos cuando vio a una pareja pasar enfrente de ellos, dramatizando. — ¡Agh! ¡A-ayuda, e-está loco, me quiere matar! — La pareja se detuvo y los vieron, Craig sudó frío ante eso, creyendo que caerían en la broma de McCormick, pero luego los mayores voltearon a verse entre sí, y soltando una pequeña risa, continuaron caminando. Craig suspiró. — ¡C-cómplices! ¡V-van a ser cómplices de este asesinato, agh! — Ya era enserio que la respiración se le estaba cortando, así que pataleó, arañó el brazo del azabache y lloriqueó.


— ¿Te rindes? No me importa ir a prisión por matarte.


— ¡V-vale, pero suéltame! — No se sentía con humor para morir ese día.


Finalmente, Craig le dejó libre, y Kenny tomó aire con desesperación, bajando el cierre de su parka anaranjada y halando de inmediato el cuello de su playera negra. Poco a poco fue recobrando el color natural de su rostro y la respiración.


El azabache sonrió. — Linda playera. — Comentó viendo el dibujo de líneas blancas, las cuales formaban así el torso de una mujer desnuda, hasta llegar a la parte donde empezaba la pelvis, marcando el inicio de la "v".


Kenny agachó la mirada. Oh, no recordaba siquiera que se la había puesto, como todo el día lo único que se veía utilizando era su abrigo naranja, lo de abajo era casi como la ropa interior. — Seh, es genial. Es uno de los mejores regalos que Stanley me ha dado durante el tiempo que llevamos viviendo juntos.


— Ya veo... — Miró alrededor de forma disimulada, y luego al suelo. — Tú... ¿eres completamente heterosexual?


La pregunta desconcertó un poco a Kenny. — Pues... Hasta donde yo sé, si. — Miró a Craig, y una sonrisa traviesa se formó en sus labios. — Aunque tú me estás haciendo dudar. — Deslizó su dedo índice por la espalda del azabache, quien al sentir su tacto, se estremeció, terminando por tensarse.


— ¡Te dije que dejarás de tus marranadas conmigo! — Se incorporó únicamente para propinarle un buen puñetazo en la cabeza a su amigo. Éste de inmediato llevó sus dos manos a ese sitio, sobándose con prisa.


— ¡Ese si me dolió, pendejo!


— ¡Y va a dolerte más si no le bajas a tu calentura!


— ¡Sólo jodía!


Craig bufó hastiado. — ¡Cállate de una vez! La pregunta iba enserio, jodido enfermo. — Ya las miradas de los demás presentes habían quedado en segundo plano.


Kenny hizo un mohín infantil, pero obedeció al azabache. Vale, era un cabrón, pero si le pedían que se tomara enserio algo, podía hacerlo.


Una vez vio que el de ojos azules había hecho caso, suspiró, relajando sus facciones.


— Durante el tiempo que llevas viviendo con Stan, ¿no has... Sentido algo por él? Quiero decir, si según tú es cuestión de tiempo para enamorarme de Tweek...


Kenny le cortó, riéndose, no a forma de burla, pero si con ternura. Craig parecía un niño pequeño y poco experimentado en el amor. — Si para eso me preguntabas sobre mi orientación sexual, lamento responderte que, soy totalmente heterosexual. Amo las vaginas y los pechos. No podría sentirme atraído hacia Stan, aunque... también tiene un buen trasero el cabrón. — Llevó una mano a su barbilla, levantando la vista como si reflexionara sobre algo importante.


A Craig le dio un tic en su ceja. — ¿Y así te haces llamar heterosexual...?


— Hey, no hay nada de malo en apreciar los buenos atributos de otros. Podría incluso decirte que tienes un buen paquete sin sentir que me meten dos dedos en el culo.


Y de nuevo, empezó otra discusión entre Craig y Kenny sobre lo marrano que esté último era, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Los pequeñines que los veían se reían de cómo el rubio era golpeado por el de chullo azul, y Kenny les pedía que llamaran a la policía.


— ¿Son novios? — Aquella pregunta les llegó de sorpresa ambos, que ya habían dejado de pelear, pero Kenny seguía sonriendo y Craig mantenía su ceño fruncido, junto a un ligero sonrojo en sus mejillas.


Kenny vio que Craig iba a hablar, así que le tapó la boca con una mano, y la otra la posó en su nuca, y se adelantó a responder a la niña que les miraba curiosa. — ¿Por qué lo preguntas, dulzura?


Ella sonrió levemente. — Porque mi mami dijo que las parejas, aunque a veces discuten, siguen viéndose con amor, y ustedes parecen tan enamorados como mi mami y papi. — Una risilla escapó de sus labios. Kenny casi chilla de emoción. ¡Que niña tan bonita!


Craig apretó fuertemente la mano que Kenny mantenía sobre su boca, logrando que le soltara y dejara salir un quejido. — No somos pareja, mocosa. — Intentaba intimidarla, pero ésta, al ver los gestos graciosos que hacía el rubio a escondidas del azabache, indicándole que estaba loco, volvió a reír. — ¿Qué te parece gracioso? — Frunció aún más el ceño.


Kenny señaló su propio rostro, y luego a Tucker. La niña comprendió. — Estás todo rojo, como una chica. — Y si, Craig lo estaba, pero empeoró con ese comentario. Kenny se mofó. No esperaba que añadiera ese último comentario.


— ¡Ve a con tus padres, maldita mocosa entrometida! — Se puso de pie, logrando que la niña se atemorizara un poco y se fuera corriendo. — ¡Y tú deja de reírte, pendejo! — Obviamente Kenny no hizo caso.


Esta vez la pelea terminó con un Kenny medio muerto en la fuente de aquella plaza, y con Craig marchándose a casa con todos los colores subidos a su cabeza.


[...]

Notas finales:

¿Opiniones? ¿Correcciones?

 

Recuerden que pueden expresarse sin necesidad de ser agresivos. Gracias. (?)


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