Ha pasado un mes desde que tengo a Charly conmigo, en todo este tiempo no he ido a trabajar, no porque no quiera, en realidad es una de las ventajas que tiene ser oficial de nivel 4, solo nos llaman para cosas grandes, como persecuciones o grandes redadas, cosa que es poco común en este lugar, los delincuentes realmente importantes no son estúpidos, de hecho, solo capturamos/matamos a esos tratantes de blancas, gracias al infeliz de mi "amigo", no recuerdo ni su nombre.
-Sabes Charly, necesito una novia- Al soltar eso tan de repente mientras la pobre niña estaba tomando su jugo, bueno, casi se atora, era casi de noche, estábamos cenando.
-¿Por qué?- Fue lo único que me dijo, tengo que tirar más leña para que mi plan salga bien.
-Bueno, necesito a alguien que me abrase y me de amor, aunque si lo pienso bien, tal vez esa persona no quiera que estés conmigo, bueno, te buscaré un buen lugar donde puedas vivir una vez que tenga novia- En realidad no dejaría a mi juguete por ninguna puta.
-¡NO!... no quiero irme- Me sentí tan bien al ver como sus ojos se llenan de lágrimas solo por mí, por la idea de que ella no quiere alejarse de mí, es tan satisfactorio.
-Bueno, la única forma de que tú te quedes es que esa persona también te quiera o que tú seas esa persona, pero ambas opciones son improbables- Ella al razonar bien lo que le estaba diciendo dejó de llorar, fácilmente podía ver a qué conclusiones estaba llegando.
Me levanté de la silla y me dirigí a la habitación, no porque quisiera alejarme, bueno, en realidad sí, una horrenda sonrisa sádica se estaba formando en mi rostro, me imagino todo lo que le puedo llegar a hacer si se vuelve mi novia, pero enserio necesito otro juguete, uno desechable que pueda romper.
Me tiré a la cama boca abajo, pude escuchar como Charly se levantaba estruendosamente de su lugar y corría a donde yo estaba, mi sonrisa se hace más grande.
-Si quiero ser tu novia- Fue lo que casi gritó una vez que se tiró arriba de mí, tenía la manía de que si yo estaba recostada ella se me sentaba encima, no me molestaba, me encantaba sentir su cuerpo sobre el mío.
-No lo sé conejita, aun eres una niña y no creo que puedas hacer todo lo que hacen las novias- Pude sentir sus manos aferrándose a mi camisa, tal vez intentado llamar mi atención o tal vez por la desesperación de una negativa, era satisfactorio verla tan alterada solo por mí.
-No importa, si puedo hacerlo, de verdad- Su voz sonaba algo nerviosa y eso me gustaba, me giré para quedar boca arriba y poder verle el rostro, ella se bajó de mí sola para sentarse a lado mío.
-¿Enserio, prometes que no te arrepentirás?, si lo haces no me quedará de otra más que buscar otra chica- Ella asintió frenéticamente.
-Está bien, acepto que seas mi novia, pero sabes que las novias tienen relaciones –Sexo salvaje- ¿verdad?- Ella se puso extremadamente roja, era tan gracioso verla así, ella asintió nuevamente pero esta vez más tímida.
-Si me complaces en este momento entonces serás mi novia para siempre y nunca te iras de mi lado, ¿aceptas?- Ella me miró entre sorprendida y asustada, enserio quero profanar su pequeño cuerpo, me he aguantado como una diosa todos estos días.
-Y-yo, b-bueno...sí- Lo último lo escuché en un suave murmullo, era lo único que necesitaba para poder saciarme al fin, sin la necesidad de tirar por la borda toda la confianza que he acumulado hasta ahora.
-Descuida, seré cuidadosa- Dicho esto tomé su cuerpo solo para recostarlo en el centro de la cama, comencé a besar su cuello, al principio suavemente pero mi lujuria ganó y empecé a succionar su piel, ella soltaba pequeños gemidos, le quité toda su ropa, anhelaba verla completa.
-Solo relájate, no te lastimaré -Tal vez- sería incapaz de dañarte -Mentira- te quiero mía- Eso último es lo único que puedo asegurar por completo, quiero que su cuerpo sea mío, mis manos recorrieron todo su cuerpo, acaricié sus cicatrices, pasé de su cuello a sus pequeños pechos, mis manos comenzaron a masajear su entrepierna, ella ya no se contenía, cada vez gemía más fuerte, o al menos eso creo, sus gemidos son suaves a pesar de todo.
-Esto solo dolerá un momento, relájate- Mi dedo índice entró suavemente, su cuerpo se tensó y pequeñas lagrimas se resbalaban por sus rojas mejillas, hice lo único que no le había hecho aparte de sexo oral, le di un suave beso y con mi otra mano estimulé uno de sus pechos, todo con el fin de distraerla del dolor pasajero.
Luego de un rato sus gemidos fueron totalmente de placer, decidí no introducir más dedos, no quería asustarla, no por el momento, cuando al fin llegó al orgasmo su cuerpo se relajó, saqué mi dedo y fui al baño a lavarme la mano y busca papel para limpiarla.
-Hey qué tienes, ¿Te lastimé?- Fue lo que dije al verla llorar, me acerqué a ella y me senté a su lado, ella solo me abrazó fuertemente.
-No me dejes- Fue lo único que me dijo, diablos, olvidé que las vírgenes son algo sensibles luego de su primera vez, o al menos las del tipo de Charly, ha pasado tanto tiempo desde que lo hice con alguien virgen y la verdad cuando yo lo hice la primera vez fui la primera en irme del lugar, aún recuerdo la cara de tristeza de aquella mujer al verme partir de su casa.
La volví a recostar en la cama solo para limpiarla, volví a ponerle la ropa y me acosté, ella rápidamente me abrazó y se quedó dormida, estuve viéndola por un largo tiempo, extrañamente me sentía feliz, pero no la felicidad que siento cuando veo morir a otra persona, ya saben, eso de ser policía en esta ciudad te deja con algunos trastornos mentales, era una felicidad más... ¿pura?, tal vez solo estoy cansada, sin darme cuenta quedé dormida.
A la mañana siguiente
Me despertó el sol que me daba de lleno en la cara, Charly seguía dormida en la misma posición de anoche, me levanté para hacer el desayuno, de seguro unos panqueques le gustaran, muero por volver a tener su cuerpo entre mis manos.
Estaba tan distraída mientras hacía la mescla que me tomó algo de tiempo reaccionar al fuerte estruendo que se escuchó en la entrada principal seguido de fuertes y rápidas pisadas que se dirigían a la habitación donde estaba Charly, tomé mi arma que estaba sobre la encimera y me dirigí a la recamara rápida pero silenciosamente, que mi entrenamiento sirva de algo, al llegar pude ver como una mujer de mi misma estatura, rubia tirando a blanco y desde mi posición se le notaba una prominente delantera, esa tipa estaba por clavarle una katana a Charly, mi juguete se removió entre las sabanas, al parecer estaba totalmente cubierta por ellas, cuando al fin logró sacar la cabeza algo adormilada pude notar como la mujer se quedó paralizada con la katana en el aire.
-Aww pero que linda eres- La escuché decir y esta puta que se cree, le pegué mi arma en la nuca para que notara mi presencia.
-¿Qué demonios haces en mi casa?- Ella por lógica fue bajando su arma hasta soltarla.
-Si no me vas a contestar quiero que camines lentamente hasta la salida- Ella simplemente comenzó a caminar en dirección a la puerta, le eché un vistazo a mi juguete, al parecer estaba en shock.
-Dime que mierda quieres- Le dije una vez la saqué de mi casa, ella me miró a la cara, sus ojos eran algo rasgados pero podía notar el tono violeta que tenían, tal vez es de la isla Violeta, toda la gente de ese lugar tiene los ojos así, ahora que lo pienso, vaya mierda de nombre.
-No te hagas la desentendida, tú mataste a mi esposo- Me dijo de forma despectiva.
-No sé quién mierda sea tu esposo, solo lárgate si no quieres que te mate- Sus ojos se llenaron de lágrimas y su cara se tornó roja de ira.
-Claro que sabes quién es, él era un buen hombre que murió injustamente por tu culpa delincuente, el solo vendía collares para mascotas- Ya sé de quién está hablando, ahora que lo recuerdo mi amigo me dijo en la llamada que se iría a ver a su familia, supongo que esta tipa es la esposa de ese mal nacido.
-Ahora recuerdo quien es y no era ningún buen hombre, ese imbécil era un tratante de blancas, violador y pedófilo -como yo- aunque si vendía collares pero era para esclavas, además soy oficial de policías- Mientras le decía todo eso su cara fue haciendo distintas muecas.
-Y si no me crees puedes ir a la estación de policías y preguntar, ahora si me disculpas...- Estaba por cerrarle la puerta en la cara pero ella atravesó su pie y no pude hacerlo.
-Aun así dejaste a una niña sin padre, eso no te lo perdonaré, te mataré... ¿podrías devolverme mi Katana?- Acaso esta mujer es retrasada, como sea, le hice un favor a la mocosa, hasta donde ese bastardo me contó, planeaba "celebrar" con su hija una vez llegara a su casa.
-Por favor no la mates, es lo único que tengo- Casi salto del susto, en qué momento llegó Charly.
-Charly ve a la habitación, ahorita te alcanzo- De la que se salvó esta idiota, estaba por meterle un plomazo en la cabeza o mejor aún, dejarla inconsciente y llevarla a visitar mi sótano, de seguro nos divertiríamos bastante.
-Mira te devuelvo tu espada pero no le hagas nada, ella me mantiene segura de la gente mala, como lo era ese hombre- Dijo haciendo referencia al esposo de la mujer, ella al escuchar eso pareció enfadarse mucho.
-Ese maldito- Dijo casi en un susurro, pero que hace esta niña, por qué le dio la espada, no me había dado cuenta, me quedé alucinando con lo del sótano.
-Está bien, solo porque me lo pide una niña tan bonita como tú... Una vez ella esté lejos date por muerta... saben dónde puedo rentar un apartamento, me quiero mudar junto a mi hija, me trasladaron a esta ciudad, yo también soy oficial- Pero qué... que rayos le pasa a esta tipa, ¿tan siquiera tiene cerebro?
-La casa de alado está desocupada, ¿verdad?- Que mierda haces niña, no quiero tener de vecina a esta lunática ni a su hija... bueno a su hija...
-Perfecto, así te tendré más vigilada, ya veras, cobraré mi venganza- Luego de decir eso salió corriendo, le hubiera quedado bien pero la pendeja se dio en la frente contra un letrero, yo simplemente cerré la puer... puta mierda, esta pendeja jodió la cerradura, tendré que comprarle otra.
-Descuida, no me alejaré de ti- Charly me miraba dulcemente luego de decirme eso, claro que no lo harás, primero te mato antes de que te alejes de mi lado, me incliné hasta que nuestros rostros quedaron a la misma altura, estaba por darle un beso pero ella se me adelantó, fue algo muy agradable y placentero.
Luego de todo eso al fin pudimos desayunar, presiento que mi vida dejará de ser tranquila con esa demente viviendo a lado, pasamos el resto del día viendo películas y comiendo en la sala, sinceramente nunca me imaginé que terminaría de esta manera cuando planee tener un juguete, tenía planeado tantas formas de tortura pero sin llegar a matarla, romperlo solo un poco hasta aburrirme y desecharlo.
Tuve que salir a la tienda a comprar otra cerradura, no tardé más de 5 minutos, hace tiempo que no corría tanto, traería a Charly pero aun no le he comprado ropa, tardé unas tres horas en poner la maldita cosa, todo sea para que no entren tan fácil a la casa, tendré que reforzar la seguridad si no quiero que cada loco de esta maldita ciudad entre como si nada, el resto de la tarde me la pasé viendo películas con ella, como no he estado haciendo durante todo este tiempo, con la diferencia de que ella está sentado sobre mí, se sentía tan bien.
-Tengo sueño- Fue lo que dijo mi conejita, yo apagué la tele y la cargué hasta la habitación, enserio amo cargarla, es tan suavecita.
Pensé en hacerla mía nuevamente pero el sueño le ganó, simplemente me quedé observándola y acariciando sus suaves orejitas blancas.
-Solo tal vez...- Me terminé quedando dormida sin darme cuenta.
¿EL FIN?