Han pasado cuatro días desde el incidente con esa loca, para mi desgracia realmente se mudó a la casa de al lado, lo sé porque luego de lo ocurrido al día siguiente vino junto a uno de los de bienes raíces para verla, al tercer día llegó el camión de mudanza para dejar las cosas y supongo que hoy vendrá para quedarse y acomodar todo, dicen que esa en específico está embrujada por un enorme fantasma, espero que le jale las patas en la noche, a ella y a su mocosa que por cierto, está bastante follable, pero noté que a Charly le llama la atención jugar con esa niña, después de todo supongo que tiene que disfrutar su infancia, si esto sigue así tendré que convertir ese sótano en una sala de juegos o algo así como una cueva femenina pero con juegos y sin rosa... no al rosa.
-Huele a quemado- Me dijo Charly mientas me jalaba la blusa para llamar mi atención.
-Coño de la madre- Mierda, eso me pasa por andar divagando mientras le preparo el desayuno a Charly.
-Coño de la madre... suena chistoso- Pero qué...
-Charly no digas groserías, eso solo lo dice la gente mala- No quiero que se corrompa, no más de lo que ya la corrompí yo.
-Pero tú lo dijiste, yo también quiero- Hace pucheritos, aun soy inmune pero mis defensas están desmoronándose.
-Lo dije porque soy mala, tú no puedes y si lo dices te castigo- Dije rotunda, no quiero que mi conejita sea una mal hablada, al menos hasta que cumpla la mayoría de edad.
-Tú no eres mala, eres muy buena, me salvaste- Se abraza a mi cintura y me mira con los ojitos brillantes, si supieras niña, si supieras...
-Bueno, de todas formas no dirás groserías, si las dices se te caerá la lengua- Con eso bastó para que saliera corriendo con sus manos sobre su boca, posiblemente fue a verse al espejo.
Mientras tanto en la casa de alado
-Qué opinas cariño, esta será nuestra nueva casa- Le dije a mi hija, la mudanza fue rápida y solo nos falta acomodar todo, la casa está en buen estado, tal vez le dé una manita de pintura y queda como nueva.
-Es más grande que nuestra otra cas, pero da miedo- Dijo mi pequeña con voz temerosa y era la verdad, este lugar se ve bastante sombrío.
-Descuida cariño, una vez acomodemos todo se verá mejor- Dicho esto comenzamos a acomodar todo, nos llevó toda la tarde y aun nos faltaron algunas cosas sin mucha importancia, era de noche, casi las diez, luego de cenar nos fuimos a nuestras habitaciones, eran bastante espaciosas y cada una tenía su propio baño, eso es una maravilla.
Okay, son las 2:30 de la mañana y estoy escuchando ruidos en la primera planta, se escuchan pasos que definitivamente son de algo o alguien enorme, tal vez se metieron a robar, de esta ciudad no me extraña.
Salí a investigar con Katana en mano, no quiero que suba a dónde estamos y le haga algo a mi hija, camino de la forma más silenciosa posible para no alarmar a lo que sea está rondando en la casa, logré llegar a las escaleras y me asomé un poco.
-¿HAY ALGUIEN AHÍ?, TENGO UNA KATANA Y SÉ COMO USARLA-Lo que sea que estaba ahí abajo se alarmó y se escucharon sus pasos apresurados y luego pude distinguir como eso bajó unas escaleras, tal vez fue al sótano.
Tomé rápidamente una linterna que estaba en una mesita cerca de las escaleras y corrí detrás de eso, tengo que deshacerme de lo que sea que es, no me puedo arriesgar, tal vez es esa delincuente que trata de eliminarme antes que yo lo haga con ella.
Cuando llegué a las escaleras del sótano, comencé a bajarlas de forma lenta y apuntando la linterna a todos los rincones del lugar, el sitio estaba bastante vacío de no ser por un bulto que logré ver en el rincón más profundo, esa cosa era enorme, estaba cubierto por lo que parece ser una cortina o tal vez eran sabanas, no estoy segura.
-Hey, si estas vivo, sal de ahí y tal vez no te mate... si estás muerto mejor no hagas nada, podemos llegar a un acuerdo de convivencia- Tengo que ser educada si es alguna especie de fantasma, tal vez hasta logre que cuide la caza de posibles intrusos.
-Mami, me asustaste con tu grito-
-¡¡LUNA SANTA!!- Mi hija apareció de lanada y provocó que soltara la linterna y mi katana, solo escuché el golpe de estos dos contra el suelo y luego fuertes pisadas que se acercaban a nosotras, no me dio tiempo de racionar y cuando me di cuenta estaba botada en el suelo con una persona encima mío, una muy enorme persona.
-¡Corre Monic!- A pesar de que quería gritar, esa cosa que tenía encima me estaba aplastando los pulmones y sentía que me faltaba el aire.
-Disculpa, podrías bajarte de mi mami por favor, a cambio te doy un sándwich- Escuché que dijo mi hija, acaso cree que me dejará ir a cambio de un mísero trozo de pan.
-Solo si lo tuesta en una sartén- ¿Pero qué?... creo que es una mujer, su voz la delata.
-Hecho, ven, te lo prepararé- Sentí como ese peso extra se desvanecía, al parecer si se quitó, me quedé ahí botada como por tres minutos y cuando al fin espabilé pude sentir el olor a pan tostado.
-¿Que rayos está ocurriendo?- Dije al entrar a la cocina, pude ver mejor a la intrusa, era una mujer enorme creo que mide alrededor de dos metros, su cabello está revuelto y lo tiene bastante corto, solo le llega un poquito más debajo de la nuca, es de un color café bastante bajito y sus ojos eran de color azul.
-Mami no seas maleducada, ella estaba antes que nosotras- Dijo mi hija, ella era una niña bastante madura para su edad, su cabello blanco le llega hasta la mitad de la espalda, y tiene los ojos de color violeta al igual que yo, la diferencia es que ella ocupa lentes.
-¿A qué te refieres?-
-Bueno, cuando tú estabas acomodando arriba, yo bajé al sótano y me la encontré, le conté que nosotras compramos la casa y ella dijo que si se podía seguir quedando en el sótano que no nos molestaría y yo le dije que sí y que si quería que en las noches podía salir a comer algo- Terminó de contar mi hija, la chica no había dicho nada en todo este tiempo, solo permanecía intercambiando miradas entre su comida y yo.
-Eso sí que no, ella no se puede quedar aquí, se tiene que ir- Al decir esto la chica parecía querer llorar.
-Mamá tienes que ser educada, esta era su casa y ella fácilmente nos puede echar, ya viste su tamaño y su fuerza, además será de gran ayuda, puede cuidarme mientras tu estas trabajando- La chica miraba a mi hija con esperanzan, estaba por volver a dar otra negativa pero no pude evitar notar que ella tenía unos bultitos en su cabeza, me acerqué a revisarla y al tocarlos me di cuenta que eran orejas, mejor dicho, orejas de oso.
Ella parecía ponerse muy nerviosa, yo seguía revisando sus orejas, tal vez sea como Charly, pero es una pena que no sea tan adorable como ella, aunque se ve inofensiva a pesar de ser tan grande, no desprende ninguna especie de energía negativa, tal vez enserio sirva de niñera y así no me preocupo de dejar a mi hija sola con esa loca viviendo al lado.
-Supongo que está bien, se puede quedar, pero si rompe algo se va de patitas a la calle- Dije algo molesta, no puede creer que mi hija me convenciera.
-¡Gracias mami!, ven, dormirás conmigo, no dejaré que duermas en ese sótano ahora que ya no hay que ocultarte- Dijo mi hija mientras le tomaba una mano a la chica y la arrastraba escaleras arriba rumbo a su habitación... ¡¡ESPERA!!
-¿A dónde crees que la llevas jovencita?, ella se queda en el sótano- Dije con voz molesta, no confío del todo en esa tipa.
-No puedes obligarla a dormir en ese frío lugar, ¡es inhumano!- Dijo mi hija molesta a mitad de las escaleras, la tipa solo se "escondió" detrás de mi pequeña.
-Ella ha estado bien durante todo este tiempo, no creo que le pase algo- Tengo que imponerme, soy la adulta en esta casa.
-Eso es totalmente inmoral, donde están todos esos valores que me enseñaste desde que era una bebé, ¿acaso tú no los aplicas?, ¿acaso solo eran mentiras?- Mierda, esta mocosa habla como abogada.
-Claro que los aplico... está bien, pero se queda conmigo, no quiero que te haga algo- Mi hija dudó un momento pero asintió algo indecisa, se giró a ver a la tipa y le pidió que se agachara hasta quedar a la misma altura, mi hija le dijo algo al oído y luego le acarició la cabeza.
-Mamá por favor se buena y no la hagas sentir mal, ella es una persona sensible, si le haces algo entonces dejo de darte tu beso de buenas noches- Lugo de eso terminó de subir las escaleras para luego meterse a su cuarto.
-Okay grandulona, te comportas o te rajo la garganta, sígueme- Ella se tomó la garganta con sus manos para luego mirarme con miedo, esta será una larga noche.
A la mañana siguiente
-Dios que rico se siente dormir hasta arde, bendito sea el sistema de esta ciudad- Se sentía tan bien dormir hasta tarde y sentir unos protectores brazos rodearme la cintura... un momento.
-Pero qué... ¡¡¡AAAHHHH!!!- Me asusté al ver un enorme cuerpo detrás de mí, además de que me estaba abrasando como si fuera una especie de peluche, mi grito la despertó y estaba lo suficiente atolondrada como para intentar levantarse y caerse de la cama.
En la casa de Aria.
Estaba tranquilamente tomando mi desayuno junto a Charly cuando escuché un estruendoso grito proveniente de la casa de al lado, espero que un fantasma o algo así le provocara un infarto, algo menos de qué preocuparme.
-¿Crees que estén bien?- Charly me miraba con sus ojitos llenos de preocupación.
-Claro que sí, tal vez están viendo alguna película de miedo- Me levanté de la mesa para recoger los platos, no sin antes plantarle un beso a mi conejita, ella simplemente atinó a sonrojarse.
Ya encontraré la manera de deshacerme de es lunática, pero por el momento prefiero disfrutar de la compañía de Charly, nunca antes me había sentido tan bien.
En la casa de Robin
-Por última vez Monic, ella se irá de la casa- Estaba tan molesta, esa tipa se atrevió a abrazarme mientras dormía.
-Pero mamá, ella no lo hiso a propósito, tal vez creía que eras un osito de peluche o algo así, te prometo que no lo vuelve a hacer- Mi hija me miraba con ojos suplicantes y la otra tipa solo miraba la escena preocupada y temerosa.
-Está bien, solo porque necesito que alguien se quede contigo, además se ve lo suficientemente grande como para espantar a esa delincuente que tenemos al lado.
-¡Gracias mami!, te aseguro que ella no lo volverá a hacer- Ahora que lo pienso, no sé el nombre de esa tipa.
-De acuerdo, pero ella necesita un nombre, algo que asuste y que sea cool- Necesita un buen nombre, uno que no sea Charly... adoro a esa niña.
-De hecho yo tengo nombre- Dijo tímidamente la chica oso.
-Eso no importa de ahora en adelante si quieres vivir aquí te llamaras... Beast- Ese es un gran nombre.
-Mami ese nombre es muy feo, ella en realidad se llama Li- Le tapé la boca a mi hija con ambas manos.
-Ella ahora es Beast, no está a discusión o si no se va a la calle- Solo eso bastó para que no se hablara más sobre el nombre de la chica.
El resto del día pasó bastante tranquilo, para mi sorpresa Beast sabía cocinar bastante bien, mucho mejor que las sopas instantáneas, tuve que buscarle algo de ropa, no podía dejar que anduviera por ahí enrollada en una cortina, entre mis cosas encontré un enorme suéter de lana blanca con cuello de tortuga y en cuanto a la parte inferior solo encontré unas pantis, se tendrá que quedar así hasta que logre conseguirle algo que sea de su tamaño, en el peor de los casos tendré hacerle algo yo misma, mientras tanto, se improvisó una especie de falda con un trozo de esa vieja cortina.
Al llegar la noche ya todo estaba en su lugar, mi hija se fue a dormir y esta vez no estaba dispuesta a dejar que me abrasara, no soy esa clase de mujer.
-Muy bien Beast, acomódate de ese lado de la cama y acuéstate mirando a la pared- Ella me hiso caso inmediatamente, al parecer es bastante obediente y eso me complace.
Me acosté a su lado y la abrasé por la espalda, crucé mis manos por su cintura y me acomodé lo mejor que pude, ella parecía algo tensa pero en cuestión de segundos se relajó tanto que terminó durmiéndose, así está mejor, me encanta tener el control.
A la mañana siguiente.
Al levantarme aun sentía como Beast estaba acurrucada entre mis brazos, al parecer se dio la vuelta y su cara estaba oculta entre mis pechos, creo que tiene su encanto, estaba pensando en eso cuando mi hija entró corriendo al cuarto y saltó sobre nosotras, Beast parecía algo alarmada pero al darse cuenta de que solo era Monic se volvió a acurrucar.
La mañana pasó tranquila, estaba sentada leyendo el periódico, es entretenido ver lo mucho que trabajan los policías novatos mientras yo puedo estar hasta meses sin trabajar y aun así me pagan una muy buena cantidad, Beast y Monic estaban jugando a las muñecas o algo así, estaba por levantarme para ir a jugar con ellas pero el sonido de la puerta siendo golpeada me distrajo, fui a abrir y cuando lo hice me quedé sorprendida.
Una muy molesta delincuente estaba parada frente a mi puerta y una pequeña Charly me miraba algo emocionada.
-Escucha loca, solo vine porque Charly me lo pidió y no pienso dejarla sola... ella quiere jugar con tu hija- Dijo con tono malhumorado.
Charly solo asentía rápidamente y se lanzó a los brazos de la delincuente, ahora que lo pienso no nos hemos presentado.
-Supongo que si es por esta linda niña está bien, mi nombre es Robin Shima soy oficial de policías de nivel 4- Si ella es oficial de policías de seguro solo es una novata.
-Como sea, yo soy Aria Smith y soy oficial de policías nivel 4- Dijo de forma distraída ya que estaba acariciando las orejitas de Charly, maldita sea yo igual quiero toca... un momento.
-¡¿Eres Aria Smith, la novata que subió en 2 meses hasta el nivel 4?!- Rayos, se supone que soy yo la que la tengo que impresionarla, no ella a mí.
-Sí, oye, solo quiero que Charly se divierta un rato, no me apetece socializar contigo loca- Estaba por contestarle su insulto cuando sentí la presencia de Beast detrás de mí, eso y que la cara de Aria mostraba sorpresa.
-¿Qué ocurre Smith?, ya no eres tan ruda cierto, al parecer ella venía con la casa y ahora está a mis servicios, es una poderosa bestia capaz de comerte de un solo bocado- Para mi sorpresa Beast se adelantó a mí y al parecer quería intimidar a Aria cosa que estaba logrando de no ser...
Charly saltó de los brazo de Aria para acercarse hasta Beast, dio un gran salto ya que la conejita solo le llagaba hasta la cintura, tomó a Beast del cuello de tortuga y la arrastró hasta su altura para posteriormente darle una bofetada.
-No seas una maleducada, no puedes ir de bruta intentando intimidar a las personas, eso no se hace- Luego de eso Charly la soltó y fue nuevamente a los brazos de Aria.
El silencio se hiso presente, hasta el momento en que Aria empezó a soltar fuertes carcajadas, Beast solo corrió a esconderse detrás de mí.
-Ahí tienes a tu poderosa bestia- Esa delincuente solo se seguía burlando de Beast, estaba por gritarle pero el sonido de nuestras radios nos distrajo a ambas.
-"A todas las unidades, preséntense inmediatamente a la estación de policías"- Si nuestras radios sonaban eso quería decir que posiblemente estaban buscando a un pez gordo.
-Supongo que luego te traeré a jugar- Le dijo Aria a la pequeña niña entre sus brazos para luego irse rápidamente a su casa.
Yo entré aun con Beast pegada a mi espalda, le revisé el rostro pero no tenía nada, o Charly no le pegó duro o ella es muy resistente.
-No le abran la puerta a nadie, yo tengo llaves y si alguien se mete lo atacas Beast, grúñele o algo, de seguro sale corriendo- Le di un beso en la frente a mi hija y uno en la mejilla a la chica oso, ella también merece algo de afecto, no pude ver su reacción ya que salí corriendo a la estación, o eso intenté, la escena que ocurría en la casa de al lado me detuvo.
Charly esta aferrada a las piernas de Aria, al parecer la niña estaba llorando y la oficial intentaba meterla a la casa aunque no estaba teniendo mucho éxito, me acerqué para descubrir que estaba ocurriendo realmente.
-No quiero que te vayas, me da miedo estar sola, no me dejes sola por favor- Suplicaba Charly entre llanto, pensé que Aria estaría indiferente pero en su rostro de verdad se notaba la preocupación, creo que ella tampoco quería dejarla sola.
-Tengo que ir, necesitamos el dinero para comer y si no llego me van a despedir- Intentaba convencerla para que la soltara pero la pequeña era bastante testaruda.
-Qué tal si se queda en mi casa, mi hija y Beast están ahí, tal vez la grandulona no sea ruda pero da bastante miedo, ella las protegerá- Le ofrecía a la oficial que se notaba desesperada, ella me miró algo sorprendida pero notaba la desconfianza, se lo pensó unos segundos y al final un segundo llamado de la estación la convenció.
Costó un poco convencer a la pequeña de que se quedara pero cuando mi hija le ofreció jugar con sus muñecas ella aceptó rápidamente. Ambas corrimos a la estación luego de asegurar la casa y cuando llegamos el jefe nos dijo que estaban buscando a unos asesinos y que no nos iríamos hasta encontrarlos, para mi buena suerte me asignaron con Aria porque su compañero fue asesinado anoche mientras salía a comprar leche, pobre imbécil, al menos ahora tendré bien vigilada a esta delincuente.
Ella manejaba tranquilamente y yo me aseguraba de observar todo lo posible para encontrar a los criminales.
-Sabes que te voy a matar, no creas que Charly siempre te tendrá a salvo- Ella solo me miró por un segundo y luego se concentró nuevamente en el camino.
-Eso lo sé, pero si me matas entonces ella quedará sola- Nos detuvimos en un semáforo.
-Yo cuidaré de ella, la criaré como si fuera mi hija- Sería lindo tener una hija tan linda como ella, además de que tiene esas lindas orejitas de conejo.
-Acaso crees que Charly correrá a tus brazos luego de saber que me asesinaste... eres una ilusa, ella te guardará odio y rencor, buscará la manera vengarse y tal vez no te asesine a ti, sino a tu hija, eso te dolería más ¿no es verdad?, incluso tal vez mate a esa chica oso, no creas que no me di cuenta de sus orejas- Me gustaría decir que no me importa pero la verdad es que sí, ella tiene razón, el odio puede cambiar incluso al ser más bondadoso.
-Te odio- Dije aburrida, tendré que buscar la manera de que Charly no sepa que la maté, me ganaré su confianza y luego...
-Me complace escuchar eso, el sentimiento es mutuo que lo sepas, ahora concéntrate, quiero regresar a mi casa y pasar un buen rato.
Solo espero que las cosas no se compliquen mucho, odio los problemas innecesarios.
FIN