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EL ACTOR Y EL CONDE [CHENMIN] por solokik

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Notas del capitulo:

No me convencieron, gracias a quien intento.

El clima más cálido llegó mientras la primavera daba paso al verano, significó incluso más huéspedes en la residencia, con unos pocos desmayos oportunos Sohee pasaba más días en su habitación, una historia convincente dicha por los sirvientes enterados de la verdadera identidad de Minseok, lo hicieron parecer como si los médicos locales que habían sido llamados no tuvieran ni idea sobre la causa de la difícil situación en que se encontraba su Señora. Se estaba convirtiendo en conocimiento general que la nueva Dama Kim no era tan fuerte como su robusta figura sugería.

—Creo que la llegada de tu hermano podría ser muy bien organizada para el domingo por la mañana, podría llegar mientras la mayoría de la gente de la casa esté en la iglesia y Sohee este durmiendo, reponiéndose de otro mareo —dijo Jongdae, lanzando su pluma sobre la superficie de la mesa.

Minseok cerró el libro que estaba leyendo. —¿Tenemos invitados el domingo?

—Siempre tenemos invitados, pero sólo Chulho, Hyesuk y su hijo Kyungsoo, por lo que debería ser una presentación discreta para Minseok.

—¿Kyungsoo? ¿Viene a jugar con Daeul?

Jongdae se echó a reír. —Sé que Hyesuk habla de él como si todavía fuera un niño pequeño, pero Kyungsoo acaba de regresar de la universidad, está más cerca de tu edad que la de Daeul.

—Ah ya veo y yo aquí pensando que tendría otro miembro del público dispuesto a escuchar mis historias sobre el rey Arturo.

—Si me hubieras dicho que ese era el tema de cuentos de Daeul me hubiera unido.

—Supongo que será mejor que vaya a organizar lo que necesito para el domingo, incluso mi mejor conjunto de la ropa de Minseok necesitara arreglos —dijo, parándose para irse.

—No tienes que preocuparte por eso, he hecho que mi sastre te haga varios trajes, me aseguraré de que estén disponibles en la habitación de Minseok, que por supuesto, está al lado de la de tu hermana para que puedas acceder fácilmente a ellos.

—Gracias, no tenías porque.

Sonrió. —No podía dejar que mi cuñado pareciera un niño pobre y debo admitir que estoy ansioso por ver cómo luces en ellos.

—Luego necesitaras recordarte a ti mismo, o Sohee estará muy disgustada.

•••

Minseok se alegró cuando por fin llegó el domingo y fue capaz de vestirse sin tener que luchar con varias faldas o hacerse nudos con cintas, sus ropas nuevas eran por suerte más sencillas que la opción preferida de guardarropa de Jongdae, se sintió aliviado ya que no vestiría como un pavo real ni hacer alarde como parte de la colección de Kim Jongdae, que fue como le hicieron sentir a veces algunos de los vestidos más extravagantes de Sohee.

Era bueno estar de vuelta en ropa de hombre y no sólo por la libertad de movimiento que había estado extrañando, la irritante peluca de Sohee fue dejada en la mesita de noche y era un alivio humedecer sus labios sin tener una capa aceitosa de lápiz labial en su lengua, sólo tenía una última cosa que hacer y estaría listo, se quitó el anillo de bodas trasladando la alianza de oro a su mano derecha.

Abrió la puerta de su habitación y se asomó al pasillo, una bolsa de lona al hombro para dar la ilusión de que llevaba sus bienes mundanos con él, Jongdae, sus invitados y la mayoría de los sirvientes estaban en la iglesia, todo lo que Minseok tenía que hacer era llegar a la entrada sin ser visto, luego anunciarse como si acabara de llegar, dejó la puerta abierta y se dirigió por el pasillo, en la parte superior de las escaleras, vio a una doncella subir así que se las arregló para evitarla metiéndose en un cuarto de invitados, afortunadamente oyó sus pasos alejarse y una vez que ella siguió adelante tuvo libre el resto del camino hasta que se encontró en el centro de la entrada.

Dejó caer la bolsa y gritó. —¡Hola!

Un sirviente, que por lo que sabía, era de los miembros más jóvenes de la casa llegó desde la dirección de las cocinas, pareció sorprendido mirándolo dos veces cuando lo vio por primera vez. —¿Puedo ayudarle?

r13;Soy Ahn Minseok, estoy aquí para ver a mi hermana, la dama Sohee.

—Mis disculpas, señor, la señora está durmiendo y el señor Kim está en la iglesia.

—No, estoy de vuelta. —Se dio la vuelta para ver a Jongdae quitándose los guantes—. Sali inmediatamente después de las oraciones.

—Mi señor —dijo con una leve reverencia.

—Ciertamente no hay manera de poder confundirle con nadie más que no sea el hermano de mi esposa. —Extendió su mano y Minseok la estrechó—. Espero que se quede por un tiempo, Sohee le daría la bienvenida a su compañía.

—Me gustaría verla, pero al parecer está durmiendo.

La expresión de Jongdae se volvió seria. —Deje que uno de los sirvientes le muestre su habitación, ella ha estado enferma últimamente... Y estoy un poco preocupado.

—Sohee siempre ha tenido una constitución robusta, estoy seguro de que es sólo su adaptación a su nueva vida.

Jongdae agarró firmemente su hombro. —Al menos estará contenta de que esté aquí, la doncella de Sohee subirá algo para la cena, pero por favor, únase a nosotros en la mesa.

Minseok siguió al sirviente de nuevo a la habitación de la que había venido y después de simular llamar antes de entrar, se pasó el resto del día en la sala de lectura, regresó abajo a tiempo para ver a Jongdae a punto de entrar en el comedor.

—Ah, Minseok ¿Sohee bajará para cenar?

—No, se volvió a dormir cuando salí y aunque conseguimos ponernos al día ésta tarde, me temo que pude haberla agotado.

Era extraño no estar sentado en el extremo de la mesa y en su lugar se encontró a la derecha de Jongdae, estaba al lado de un hombre joven con el pelo oscuro, ojos grandes y cejas pobladas, se veía como una versión más joven de Chulho que estaba sentado frente a ellos con Hyesuk.

Chulho fue el primero en hablar. —Usted debe ser el hermano de Sohee, nadie podría confundirlos sino como gemelos.

—En realidad lo soy, pero me tiene en desventaja señor.

Chulho se presentó a sí mismo y a su esposa e hijo, Minseok recordó actuar como si fueran desconocidos para él.

—Jongdae mencionó que eras un actor —dijo Kyungsoo. —No he visto una obra en años. ¿Qué debería ver la próxima vez que esté en Seúl?

—No se puede equivocar con nada si va al Swan o al Rose, pero podría ser acusado de parcialidad.

Kyungsoo se echó a reír. —No puede ser tan malo como algunas de las compañías teatrales que viajan alrededor de Ulsan, no bromeo, una de ellas tenía a un hombre que debía haber actuado por lo menos setenta veces como una ninfa del bosque, apenas podía caminar, menos retozar alrededor de un bosque imaginario.

Minseok se atragantó con el vino y Kyungsoo le dio una palmada en la espalda. —¡Con cuidado! ya tenemos a una Ahn fuera de servicio, no quiero que Jongdae me acusé de intentar acabar con el otro.

—Llevará más que un trago de vino para acabar conmigo.

—Me alegra escuchar eso —dijo Jongdae —. Su hermana me mataría.

Kyungsoo era divertido y Minseok disfrutaba pasar tiempo con alguien de su misma edad y no tener que fingir ser su hermana, Jongdae también estaba siendo educado, haciendo preguntas acerca suyo para poner a los demás al corriente de sus antecedentes.

—Sohee me ha dicho que estuvo en Daegu, por lo que no pudo venir a la boda.

—Daegu, ¿eh? —dijo Kyungsoo con una sonrisa de complicidad—. Entiendo que algunas de las obras de allí no son muy educativas.

—Pongámoslo de esta manera, en los últimos meses de mi vida he abierto los ojos a todo tipo de posibilidades —respondió Minseok haciendo reír a Kyungsoo con fuerza. Jongdae le acaricio la pantorrilla con el pie, el toque lo sorprendió, pero no movió su pierna, en cambio se apretó debajo de la mesa.

Hyesuk se excusó después de la cena y Jongdae sugirió a los hombres trasladarse a la biblioteca para un amistoso juego de naipes.

Chulho estuvo de acuerdo. —Esto me dará la oportunidad de recuperar mi dinero.

Minseok se mordió los labios, no tenía mucho dinero y no podía darse el lujo de perder lo poco que tenía, Jongdae lo vio y ladeó la cabeza hacia un lado como si fuera a preguntar si había un problema. —Chulho, Kyungsoo, necesito hablar un momento con mi cuñado, por favor vayan a la biblioteca estaremos con ustedes en un momento.

Estando solos preguntó. —¿Qué pasa?

—No tengo dinero para apostar en las cartas
.
—¿Eso es todo? —Rodó los ojos—. Hay una bolsa de dinero en mi mesita de noche, no voy a extrañar casi nada unas cuantas monedas.

—No puedo hacer eso.

—Insisto.

La luz de las velas y el sensual rubor en las mejillas de Jongdae por el alcohol le daba un aspecto muy atractivo y Minseok pensó que sin duda lo aprobaría. —Hay otras cosas, más interesantes, que se pueden apostar que el dinero.

—¿Ah sí? Explícate.

—¿Qué tal si, quien gane pide algo al otro?

—Me parece que tienes algo en mente.

La voz de Jongdae sonó profunda y eso le afectó estremeciéndose cuando pasó un dedo por la concha de su oreja. —Quiero estar dentro de ti, nunca hemos…

—Entonces más te vale que ganes —interrumpió con una sonrisa— de lo contrario me montarás en la silla de la biblioteca.

Con una palmada a su culo, Minseok salió corriendo escaleras arriba para recoger el monedero de Jongdae, abrió el cajón de la mesita de noche en la habitación y encontró la bolsa de inmediato, también vio una botella de aceite que utilizaban durante las relaciones sexuales, cogió el frasco y la bolsa para correr escaleras abajo a la biblioteca donde Jongdae ya repartía los naipes, cinco para cada jugador.

—Ah, ahí estás r13;Jongdae le indicó que tomara el asiento vacío a su lado en la pequeña mesa cuadrada—. Nos hemos puesto de acuerdo con una apuesta de dos wones para no vaciar los bolsillos de Chulho de nuevo.

Minseok lanzó dos monedas sobre la mesa y levantó sus cartas. —¿A qué estamos jugando?

—Mao, confío en que conoce las reglas.

Asintió. —He jugado un par de veces.

—¡Ha! —Gritó Chulho—. Espero que quiera decir eso literalmente y no en la forma que su hermana aseguró haber jugado a los bolos.

—¿Sohee ha estado tramando sus viejos trucos, entonces? —dijo con una sonrisa—. Tenga la seguridad, Chulho, aunque he pasado el rato entre los ensayos jugando a las naipes por horas, Mao no es uno de los que he jugado regularmente.

—Todo es cuestión de suerte, realmente —dijo Kyungsoo recogiendo sus cartas.

—Tonterías —Jongde entrego la primera carta de la baraja para revelar los corazones como el palo—. Es un juego de habilidad, por lo tanto no puede ser acusado de ser injusto voy a relatar las reglas, jugamos cinco trucos, ganan tres y se toma el pozo, pero ganar la cuarta y no la quinta, entonces tienes que coincidir con el pozo.

—Y no hay que olvidar que los triunfos se clasifican en cinco, jack, as, rey, reina —dijo Kyungsoo—. Y descarta en orden de diez a dos para palos rojos hasta el negro. ¿Entiendes?

—Creo que sí —dijo Minseok, pero estaba tan inseguro como sonaba.

Dada la mano que le habían repartido, Minseok decidió que ni la suerte ni la habilidad le ayudarían y se alegró de que el dinero que estaba apostando era el de Jongdae y no el suyo. Jongdae ganó el primer truco con el as de corazones y continúo reclamando el segundo y tercero, por la petulancia de su sonrisa, no esperaba ganar más trucos, en lo cual probó tener razón cuando Chulho ganó los dos restantes y Jongdae reclamó el pozo.

—Tú turno para repartir Minseok. —dijo Kyungsoo —si puedes manejar una mejor mano para mí esta vez, voy a estar agradecido.

La mala suerte de Minseok continuó por varias manos, no pudo ganar un solo truco mientras que Jongdae ganó más veces de las que perdió, e incluso cuando perdió el pozo al fallar el quinto truco, después de haber realizado los cuatro anteriores, con la pila de monedas superó al suyo, no había ayudado que confundiera la clasificación de los números de los palos rojos y negros, sus compañeros de juego habían sido rápidos para invocar una regla -Mansión Kim- de la que nunca antes había oído hablar y terminó teniendo que coincidir con el pozo por error.

—He terminado —dijo Kyungsoo—. Es un maestro en este juego, Conde Kim y me voy a detener antes de que me quede sin dinero.

Chulho estuvo de acuerdo y ambos Do se levantaron para irse. Jongdae volvió a Minseok. —¿Qué dices Minseok, otra mano antes de dormir?

—Yo renunciaría si fuera tú —dijo Kyungsoo, palmeando con una mano sobre su hombro al salir.

Una vez solos, Jongdae preguntó —¿Aceptas qué he ganado?

—Apenas podría afirmar lo contrario.

Jongdae empujó su silla hacia atrás dando palmaditas a sus muslos. r13;¿Estás listo para hacer valer tu apuesta?

—Que nunca se diga que un Ahn no cumple una apuesta. —De la bolsa de dinero, sacó la botella de aceite y se la arrojo a Jongdae quien la tomó, se dio cuenta de lo que era y sonrió.

De pie, Minseok se quitó las botas y se desató los cordones de los pantalones, los empujó hacia el suelo, dejando al descubierto su miembro ya duro y salió de ellos antes de llegar al lazo de su calza izquierda. —No, déjatelo puesto, déjate todo lo demás puesto, quiero tenerte simplemente como estás ahora —ordenó Jongdae.

Minseok se sentó a horcajadas sobre su regazo, tuvo que aflojar lo suficiente sus prendas para liberar su polla, de algún modo estar en parte vestido lo hizo aún más emocionante, los besos descuidados que compartían, Jongdae con sus dedos trabajando para abrirlo hizo que la mente de Minseok se zambullera en una experiencia tan embriagadora como el vino.

—Eres exquisito así —susurró Jongdae mientras se alineaba contra su agujero y suavemente se empujó adentro.

Minseok se empujó hacia abajo, teniendo que inclinarse un poco hacia atrás para que la posición funcionara, mientras el fuerte brazo de Jongdae le impedía caer hacia atrás, el ritmo que establecieron fue errático nada que ver con la intensidad lenta que por lo general preferia en la cama, Minseok se retorcía y contorsionaba tratando de conseguir la fricción correcta, disfrutando de cuan profundo llegaba Jongdae dentro de él, sabía que estaba siendo demasiado ruidoso, lo intentó tanto como pudo, pero no consiguió guardar silencio, con la mano de Jongdae alrededor de su polla, se vino sobre su ropa pero a él pareció no importarle ya que se empujó más y más duro, lanzando finalmente un gruñido con su propia liberación.

Notas finales:

Hasta mañana.


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