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EL ACTOR Y EL CONDE [CHENMIN] por solokik

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Notas del capitulo:

Hoy si subo el capitulo siguiente mas tarde.

Minseok se levantó tarde, sin sorprenderse de encontrar que Jongdae ya se había ido, el cuerpo le dolía, Jongdae había más que cumplido su promesa, con cada paso revivía el acto de la noche pasada y se estremecía al pensar en el paseo en carruaje de vuelta a la mansión.

Era más cerca del almuerzo que del desayuno para el momento en que entró en el pequeño comedor y devoró la selección de pan, carne y queso que habían dejado para él, con la cabeza inclinada sobre el plato de comida.

—Siempre tuviste los modales de un cerdo, a veces me cuesta creer que estemos relacionados y mucho menos gemelos.

Su cabeza se disparó a mirar a Sohee de pie en la puerta, con una sonrisa astuta y alegría bailando en sus ojos, se puso de pie en un instante y se reunió con su hermana en un abrazo.

—Fuera zoquete —dijo ella, golpeando en sus brazos, pero su tono era juguetón.

—No deberíamos hablar aquí —podríamos ser escuchados—, advirtió.

—El Conde Kim ya ha pensado en eso —respondió ella—. Su hombre, Baekho me recogió y me hizo esperar en el carruaje hasta que envio a los criados que no están al corriente de lo que está sucediendo al mercado.

—Debería haber sabido que Jongdae haría algo en su casa.

—Ciertamente parece un ingenioso compañero.

Le dio la vuelta antes de liberarla. —Estoy muy contento de que hayas venido, tienes buen aspecto, parece que el aire de Incheon te hace bien.

—Creo que ser la Señora de Shin Soohyun me está haciendo mucho bien —dijo Sohee sentándose a la mesa y sirviéndose los restos del desayuno de su hermano.

—¿Te has casado? ¿Cómo conseguiste el permiso de la familia para hacer eso?

—Realmente tienes que aprender a ser más creativo en tu forma de pensar Minseok, para ser actor puedes ser terriblemente tranquilo a veces, forjé una carta de consentimiento de mi hermano, ya que es el último hombre Ahn, era más que suficiente para la iglesia local.

—¡Falsificaste mi firma!

Ella se echó a reír. —Teniendo en cuenta lo que estás haciendo con Kim Jongdae, difícilmente puedes estar enojado con mi pequeño delito menor.

—Sí, bueno, si no te hubieras escapado, no estaría en esta situación.

—Por eso he aceptado ayudarte ahora. —Chasqueó la lengua—. Difícilmente podría dar la espalda a tu suplica, considerando que me has salvado de una existencia tan miserable.

—¡Yo no lo llamaría una existencia miserable!

—Discúlpame si me reservo mi opinión hasta que lo haya visto por mí misma, dudo que seas imparcial.

Jongdae entró en la habitación, se detuvo cuando vio a mitad de camino a Sohee, y sonrió, Minseok era deslumbrante, pero no tenía el mismo efecto en su hermana. —Señor Jongdae —comenzó Minseok —, permíteme que le presente a mi hermana Sohee.

Con una reverencia, tomó la mano de Sohee y la besó. —Señorita, por fin nos encontramos, es un honor.

—Sus bonitas palabras pueden trabajar sobre Minseok, Conde Kim, pero créame, espero que esté agradecido de que fuera él y no yo quién le acompañara al altar.

—Sohee —susurró Minseok —. ¿Dónde están tus modales?

—Por supuesto, siento… Que mi hermano se haya encontrado en tal apuro.

Jongdae rechazó las tentativas de Minseok de pedir perdón en nombre de su hermana. —Ella es una criatura alegre y protectora, estoy feliz de que haya alguien dispuesto a defenderte.

Él todavía estaba mortificado por el arrebato de su hermana. —Sohee, no puedes comportarte de esa manera.

—No te preocupes por esto Minseok, voy a jugar a la esposa sumisa en público y la hermana que te quiere, suficiente como para acallar cualquier rumor que temas que pueda surgir.

—Y con eso en mente, necesita cambiarse —dijo Jongdae.

—¿Cómo dice? ¿Qué hay de malo en lo que llevo puesto? —preguntó Sohee, indicando su vestido algo sencillo.

—Eres la dama Kim Sohee ahora y debes aparentar el papel, aunque es sin duda un conjunto muy útil, es poco apropiado para tu status.

Minseok la agarró por el codo y se la llevó, pensando que era mejor poner distancia entre ella y Jongdae. —Ven, tengo mucho para que puedas elegir.

—¡La impertinencia del hombre!

—Jongdae es justo, cuando veas lo que yo suelo llevar como Sohee te darás cuenta de que estás un poco mal vestida, y vamos a tener que hacer algo con tu pelo.

—No hay nada malo con mi pelo —dijo, aún más indignada.

Se apresuró a responder. —Por supuesto que no, pero me pongo una peluca con rizos y tú tienes el pelo corto cubierto por una redecilla.

Una vez en la habitación de Minseok, Sohee acarició la seda de uno de los vestidos más caros. —Veo lo que quieres decir, es exquisito, casi merece la pena aguantar a Kim.

—Pontelo, necesitamos estar listos para salir temprano, están preparando el coche.

Crecer juntos significaba que Sohee no tenía reparos en desnudarse delante de Minseok, la ayudó a quitarse su camisa de lino y ponerse el nuevo vestido, dudando de que, incluso con su figura ligeramente más curvilínea, ella se viera mejor de como lo hacía él cuando lo llevaba.

Sohee arrugó la nariz cuando Minseok le entregó su peluca. —¿Tengo qué usar esto?

—Sí.

Giró el ofensivo artículo en la mano, estirando un bucle con desdén. —No es la moda Minseok.

—Soy consciente de ello, pero al principio me pareció que el pelo largo me ayudaría a parecer más femenino y ya que es lo que suelo llevar, también debes hacerlo tú.

Sohee se quejó aún más cuando la ayudó a ponerse la peluca y el pasador en su lugar. —Es que pica —refunfuñó rascando la línea de su cabello.

Apartó los dedos lejos de su cabeza. —Entonces, agradece que sólo la vas a usar por una semana.

Había una cosa más que ella necesitaría, Minseok se sacó su anillo de bodas del segundo dedo de la mano derecha, en el que lo llevaba cuando no estaba vestido como Sohee, y se lo ofreció. —Ya tengo un anillo.

—Tú tienes piedras en él, este es sencillo.

Sohee no estaba feliz, pero se cambió el anillo de bodas a otro dedo y se puso el de Minseok. —¿Feliz ahora? —preguntó levantando su mano izquierda.

—Eufórico, ahora vamos.

Regresaron abajo para encontrar que Jongdae les esperaba. —¡Ah, los encantadores gemelos Ahn! Partamos voy a salir por delante a caballo, y llegaremos a la mansión Kim a tiempo para la comida especial que ha sido organizada.

Minseol disfrutó el viaje de vuelta a la residencia, Sohee se pasó todo el viaje contándole acerca de su nueva vida en Incheon con su marido, tendría que visitarla en algún momento para conocer al hombre que tenía la paciencia de tratar con ella a tiempo completo, e incluso era capaz de sacar el lado suave de una mujer que tenía una lengua que podría cortar ladrillos. Él, en cambio le dijo lo que ella necesitaría saber durante los primeros días en la mansión.

—¿Y qué hay de ti Minseok? Desearía que no hubieras entrado en esta farsa, esto podría ser muy peligroso.

—Es por eso que estás aquí.

—No me refiero a la cabeza, me preocupa tu corazón. —Sohee le tendió la mano—. Tú estás claramente enamorado de Kim Jongdae ¿Tiene, o puede, retornar tus sentimientos?

No quería tener esta conversación, no quería pensar más profundo en algo que ya le preocupaba. —No es así Sohee, tenemos un acuerdo, nada más.

—Quieres decir que calienta tu cama, pero no tu corazón.

—No sabes de lo que estás hablando.

Se negó a continuar con la conversación y se alegró cuando el carruaje llegó a la mansión. —Recuerda, esta es tu casa, trata de actuar como si lo hubieras visto todo antes, no te quedes pasmada o hagas comentarios sarcásticos.

Minseok no necesitaba preocuparse, Sohee salió del carruaje y caminó hasta la entrada donde Jongdae estaba esperando sin dar una segunda mirada a su nuevo y magnifico entorno, hasta logró sonreír calurosamente cuando él besó su mejilla y los escoltó al interior.

—¿Contenta de estar en casa, querida? —Jongdae le preguntó mientras caminaban hacia el comedor.

—No importa lo mucho que me guste Seúl, siempre es bueno estar en casa.

Se aseguró de mantenerse cerca de Sohee, de la lista de invitados que Jongdae le había suministrado, había sido capaz de darle los antecedentes de cada huésped y una descripción general durante el viaje, pero sabía que de alguna manera tendría que encontrar una forma de decirle quién era quién.

Fue un poco más fácil, ya que sus invitados estaban sentados para la comida cuando entraron, estaba claro que Jongdae había examinado también el posible problema, Sohee y Minseok tomaron los dos únicos asientos vacíos en la mesa, era donde solía sentarse cuando interpretaba a Sohee, al final de la mesa y un lugar vacío establecido a su derecha para él, a la izquierda de Sohee estaba Kyungsoo, que ya lo sabía todo sobre el acuerdo que los Ahn tenían con el conde.

Los hombres se levantaron cuando Sohee se acercó a la mesa y Minseok logró susurrar los nombres de Kyungsoo y sus padres, Hyunbin y Ryeowon, mientras extendía su silla para que se sentara, había por lo menos otros veinte invitados, incluso Joonmyun, sentado al lado de Jongdae, y Sooyoung con su hermano Woobin, reconoció a la mayoría de los invitados a simple vista pero no podría poner nombre a todos si su vida dependiera de ello, asi que tendría que limitar su conversación a ese extremo de la mesa con la esperanza de que Jongdae pudiera estar dispuesto a ayudarle después.

Ryeowon estaba hablando animadamente sobre su nuevo hijo, y Hyunbin tenía un brazo protector alrededor de la parte posterior de la silla. Hyesuk avergonzaba a Kyungsoo con una historia acerca de cómo persiguió a su hermana alrededor de las cocinas con una culebra.

—Entonces Sohee —dijo Hyesuk—, me imagino que proveerá a Jongdae de un hermano para Daeul.

Minseok logró no atragantarse con el vino cuando su hermana respondió. —Tengo la esperanza de que seamos bendecidos.

—¿Estás bien Minseok? —preguntó Kyungsoo con una sonrisa cómplice—. ¿No deseas ser tío?

—Para ser honesto, estoy más preocupado por qué tipo de niño pariría mi querida hermana, temo que tengamos que llamar a un sacerdote en lugar de una nodriza.

Sohee palmeó su brazo. —Si uno de nosotros es un hijo del demonio, serías tú.

—En comparación contigo soy un ángel, querida hermana, nuestros tutores vivían con el temor de una de tus rabietas.

La profunda risa de Chulho detuvo sus pullas. —¿Sabe Jongdae lo que ha permitido teniendo a ambos en la mesa? Aunque debo decir que me alegra verla bien como para unirse a nosotros Sohee, las bromas entre su hermano y usted son muy entretenidas.

—Pedimos disculpas por nuestro comportamiento, a veces Minseok y yo olvidamos que ya no somos niños.

r13;Oh, por favor, no pidas disculpas, es bueno para un anciano escuchar que los jóvenes se divierten.

—A pesar de ello, nos detendremos, por lo menos hasta que termine la cena. ¿Estás de acuerdo, hermano?

Asintió. —Se crea una tregua, por ahora.

—Dudo que ninguno de nosotros podría gestionar un alto al fuego permanente, y yo echo de menos nuestras batallas dialécticas cuando Minseok está lejos actuando.

—¿Tiene planes para volver a los escenarios? —preguntó Chulho escogiendo una miniatura de mazapán de manzana de un plato de dulces esculpidos.

—No por el momento, he aceptado la oferta de Jongdae de quedarme aquí un tiempo, a pesar de que probablemente haga frecuentes viajes a Seúl.

—Deberías acompañar a Jongdae la próxima vez —dijo Sohee—. Eso ayudará a mantenerlo fuera de problemas.

Minseok se preguntó que provocó el comentario de Sohee y siguió su mirada por encima de la mesa donde vio a Joonmyun susurrar algo al oído de Jongdae que le hizo echar la cabeza hacia atrás y reírse. —¿Por qué crees que yo sería capaz de hacer lo que está fuera de mi alcance?

—Creo que estás siendo demasiado dura Sohee —dijo Chulho—. Mientras que al principio pensé que seguía siendo el viejo Jongdae, desde el matrimonio se ha calmado considerablemente.

—No lo suficiente —dijo ella, pero tan bajo que Minseok estaba seguro de que fue el único que la oyó.

Jongdae se puso de pie y dio una palmada para llamar la atención de todos. —Bienvenidos —comenzó—. Con motivo de nuestro regreso de Seúl y mejora de la salud de mi querida esposa, los invito a todos a disfrutar fuera de esta hermosa tarde de verano, en la que tengo una sorpresa para todos vosotros.

Minseok ofreció su brazo a Soher y la condujo hacía el jardín. —¿Tienes alguna idea de lo que ha planeado?

—No, pero sea lo que sea, estoy seguro de que será bueno, Jongdae no tiene la reputación de ser un excelente anfitrión sin ninguna razón.

Los asientos estaban dispuestos en un semicírculo en el césped, los invitados se pusieron cómodos charlando animadamente sobre que podría ser el entretenimiento y Jongdae señaló a los hermanos para sentarse al frente a cada lado de él.

Dos hombres, vestidos de pies a cabeza de escarlata, hicieron volteretas en el césped delante de ellos, a ellos se unieron otros tres vestidos de azul también realizando volteretas y un cuarto de verde caminando sobre sus manos, Minseok aplaudió con entusiasmo cuando formaron una pirámide humana y el hombre de azul desde arriba saltó, dando volteretas y aterrizando perfectamente.

—¿De dónde vienen los acróbatas?

—Hay un festival en el pueblo.

—Pero hemos estado en Seúl ¿Cómo lo supiste?

—Es para lo que tengo un administrador en la propiedad —respondió Jongdae sin apartar los ojos de los acróbatas que continuaban su exhibición de volteretas sincronizadas.

Sohee también se mostró encantada con la exhibición, se inclinó hacia un lado para hablar con él. —¿Recuerdas aquella vez que vimos a los contorsionistas en Busan? Casi te rompiste la espalda tratando de envolver tus piernas alrededor de tu cabeza.

—Tenía ocho años Sohee, a esa edad podía poner mis piernas detrás de la cabeza, dudo que tuviera éxito ahora.

Jongdae no tuvo que decir nada para que Minseok se diera cuenta de lo que estaba pensando, su sonrisa lo decía todo, él se inclinó y le susurró al oído. —Te haces a ti mismo un flaco favor, por lo que he visto personalmente, eres lo suficientemente flexible.

Rápidamente miró alrededor, pero los demás invitados estaban demasiado absortos en los impresionantes numeritos acrobáticos para prestarles atención. —Eres incorregible.

—Eso nunca lo he negado.

Su respuesta fue ahogada por los aplausos que marcaron el final de la exhibición, los acróbatas, jadeando por el esfuerzo se inclinaron varias veces y muchos de los invitados arrojaron monedas a sus pies, mientras regresaban a la casa, Minseok sospechaba que también recibirían una buena cantidad de Anthony por su esfuerzo.

No pudo reprimir un bostezo mientras entraban en el salón. —Si estás cansado, puedes retirarte —dijo Sohee—. Creo que tengo la medida de todo.

—Normalmente no estoy tan cansado del viaje, pero salí anoche y la noche anterior. —Bostezó otra vez, en voz alta.

—¡Te estás convirtiendo en un viejo! Ve, yo le diré a Jongdae que te has retirado por esta noche.

Le dio un beso en la mejilla. —Gracias, si no me voy ahora, probablemente intentará y conseguirá que juegue a las cartas hasta altas horas de la madrugada y no estoy en forma para eso.

Tuvo que recordarse a sí mismo en que habitación se suponía debía estar, en un principio se había ido a su habitación habitual, pero la presencia del equipaje de Sohee le hizo recordar que tenía su propia habitación al lado, una habitación en la que nunca había dormido, cuando se desnudó y se metió bajo las sábanas, se dio cuenta enseguida de que las mejores camas en la mansión estaban reservadas para el señor y la señora Kim, esa no era de ninguna manera incomoda, pero se había acostumbrado a la otra cama y se encontró dando vueltas, sin poder conseguir la posición correcta, renunciando, se apoyó sobre la almohada y encendió una vela para leer.

La puerta se abrió y Sohee entró, sorprendido de verla, sobre todo porque pensaba que no podría haber pasado más de una hora desde que subió, frunció el ceño. —¿Sohee? ¿Hay algún problema?

—¿Quién es Joonmyun? —preguntó, arrugando la frente.

—Es un viejo amigo de Jongdae ¿Por qué?

Ella se paseo de un lado a otro por la habitación, un viejo hábito que había adquirido en su adolescencia y que nunca perdió. —Escuché un a conversación, él sabe sobre ti.

Minseok se sentó bien y cerró el libro. —Sé que lo hace, no es un problema.

—¿No es un problema? —Hizo una mueca—. ¿Así que supongo que tampoco es un problema que esté tratando de menospreciarte ante Jongdae?

—¿Qué?

Ella se sentó en el borde de la cama. —Aunque no estoy totalmente convencida de los beneficios de tu… —Agitó las manos como si buscara una palabra—. Coqueteo con Jongdae, pareces feliz a tu manera, así que me opongo a que un extraño trate de menospreciarte.

—¿Qué has oído? —preguntó con la esperanza de que Jongdae no hubiera sido tan despectivo como lo fue hace unos meses cuando oyó por casualidad una conversación similar.

—Joonmyun piensa que Jongdae está cansado de ti, que ya no es tan vehemente con su pasión.

—Entonces es un idiota, estoy seguro que Jongdae se lo ha dicho así —dijo, sonando más seguro de lo estaba.

—No con tantas palabras. —Suspiró Sohee—. No dijo nada, ni aceptó ni negó y Joonmyun continuó advirtiendole de jugar con tus sentimientos, ¡como si le importara!

—No es la primera vez que escucho eso —admitió—. Sólo pensé que habría dicho algo para corregirle, pensé que ahora significaría más para él.

La expresión de Sohee se suponía que tenía que ser cordial, pero él sabía que no era buena empatizando emociones, por lo que en lugar de eso, simplemente parecía incomoda. —Hay que tener cuidado Minseok, por favor dime que te protegerás, que no vas a hacerte más vulnerable de lo que ya estás.

Se dejó caer de nuevo sobre la almohada. —¿Y cómo se supone que debo hacer eso?

Notas finales:

Nos leemos al rato o bueno, ustedes me leerán.


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