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EL ACTOR Y EL CONDE [CHENMIN] por solokik

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Notas del capitulo:

Este capítulo es de los mas cortos, así que si veo muchas leídas tal vez considere subir el que sigue mas tarde.

 

El desayuno era una perspectiva poco atractiva para Minseok mientras esperaba que llegase el sastre de Jongdae. Seohyun ordenó un vestido de seda roja que usaría para la boda, pero había elegido sabiamente no quedarse, ya que el humor de mil demonios que él se cargaba era más que evidente en su agria expresión.

Su autocompasión fue interrumpida por un suave golpe en la puerta, la abrió para encontrar a un hombre pequeño de edad mediana esperando pacientemente.

—¿Sí?

—Soy Jihon Señor. El sastre del Conde Kim.

Minseok se hizo a un lado para dejar pasar al hombre. —No esperaba que el Conde mandase a alguien tan temprano.

—Su Excelencia me informó que el tiempo era esencial. Sólo necesito tomar unas medidas, y estaré sobre mi camino. Si se quitara la camisa y la calza Señor, lo agradecería mucho.

Hizo lo que le pidio preguntándose inútilmente con cuánta frecuencia se vestiría como hombre una vez en la mansión Kim. Accedió a diez minutos con el sastre para estar de aquí para allá sobre su persona. No era como si la experiencia fuera nueva para Minseok acostumbrado a que el sastre de la familia tomara sus medidas, sin embargo estaba impaciente porque Jihon terminara su trabajo y lo dejara en paz.

—Bien hecho, Señor —dijo Jihon—. Llevaré el vestido conmigo y lo traeré mañana. El sastre recogió el vestido con mucho cuidado, tratando cada pieza con reverencia. —También tengo un mensaje de su Excelencia. Preguntó que si está de acuerdo, le gustaría encontrarse con usted en El Ancla al mediodía.

Minseok asintió. —Dígale que estaré allí. —El sastre hizo una reverencia y lo dejó por su cuenta una vez más.

•••

Minseok entró en la taberna, dejando atrás el bullicio de la calle. Se hizo paso a través de la clientela, quienes se sentaban en pequeños grupos bebiendo vino y hablando con seriedad, sin hacer caso de su presencia, hasta que encontró una mesa vacía junto a una ventana en la parte de atrás. Trató de mirar fijamente a través de la fina hoja del vidrio, pero la suciedad de su superficie le hacía difícil ver más allá de unos pocos metros de la taberna. Miró cómo era colocada en la mesa una jarra de peltre en frente de él.

Kim Jongdae se sentó y sonrió. —Gracias por venir Minseok.

—Dada la ferocidad con que mi prima se aproxima a los preparativos de la boda, estoy más que feliz de estar lejos de la casa por unas horas.

La mirada de Jongdae era evaluadora, y Minseok supo que sus mejillas estaban ruborizadas por la atención.

—Te ves mejor sin el vestido —Hablo Jongdae por lo bajo, mientras se inclinaba más cerca.

Los ojos de Minseok recorrieron la taberna, consciente de que estaban rodeados. Un grupo de tres hombres a su derecha estaban absortos en una conversación sobre la calidad de un reciente lote de seda, mientras que otro grupo a su izquierda estaban jugando a las cartas y no tenían interés de escuchar la conversación entre él y Jongdae.

—Conde Kim...

—Te dije ayer que me llamaras Jongdae, nada ha cambiado desde ayer. —Saludó a Minseok con su jarra de vino rojo antes de tomar un largo trago.

—Quizá debería ser más prudente con sus palabras. Estamos en público, después de todo.

Jongdae resopló. —A nadie le importa Minseok, lo que dice la ley y como actúa son dos cosas totalmente diferentes, especialmente cuando tienes dinero y eres el consejero de la Reina.

—No todos tenemos sus privilegios.

—Pero puedes —Jongdae se recostó en su silla—. Y seré capaz de protegerte, no importa lo que las lenguas venenosas puedan decir.

—Protección no es lo que yo llamaría a la farsa que estamos a punto de representar.

—Una boda silenciará incluso a las voces más enérgicas.

Miró a Jongdae con nuevo entendimiento. —Entonces por esa razón necesitas este matrimonio. ¿Hay rumores que están demasiado cerca para tu bienestar Jongdae?

—Eres tan inteligente como atractivo. —Tomó otro trago largo—. A veces es prudente probar que tus detractores están equivocados y mi matrimonio con Ahn Sohee hará exactamente eso.

—Mi prima sospecha que esos son tus motivos para este matrimonio.

—Como aprenderás, la corte puede ser una criatura inconstante. Nunca hace daño planear por cualquier eventualidad.

—¿No le fue suficiente un matrimonio? A pesar de que definitivamente no pareció ser un viudo sufrido.

La sonrisa de Jongdae titubeo, pero sólo por un momento.

—Jinha fue una buena amiga, una que conocía desde mi infancia y nuestro matrimonio estuvo arreglado por nuestras familias mucho antes de que pudiera caminar, pero por mucho que ame al hijo que me dio, ella no fue mi gran amor y ciertamente no fui el de ella.

Minseok tomo un trago de su jarra. —¿No debería preguntar quién fue su gran amor?

—Si tan excepcional persona existiera, entonces todavía no he tenido la buena fortuna de conocerla. ¿Pero qué hay de ti Minseok? ¿Estás dejando una hilera de chicas con el corazón roto gracias a nuestro arreglo?

—Yo… —De repente encontró el contenido de su jarra muy interesante—. No hay ninguna.

—Entonces hay una tradición que estamos conservando, mi novia será virginal. —Los ojos de Jongdae brillaron con humor y Minseok estuvo aliviado de no ver ningún indicio de malicia.

—No diría que estoy completamente intacto, pero no he estado muy involucrado con el sexo débil.

—¿Y con el sexo no tan débil?

Rápidamente miró alrededor para verificar si seguían siendo de poco interés para sus acompañantes antes de responder. —Quizás una fracción más, pero nada de gran importancia.

Jongdae se acercó, su aliento caliente contra la piel de Minseok. —Tal vez podemos llegar a un nuevo acuerdo. Un hombre tan joven y hermoso como tú no quería atarse a una pareja de cama, y yo prometería garantizar tu placer.

Minseok se echó hacia atrás. Jongdae estaba tan cerca que apenas podía respirar, sin poder formular una respuesta. r13;Yo…

—Tómate tu tiempo para pensar. No te obligaría a tal situación, pero si lo deseas, creo que podría ser para beneficio mutuo. —Acabó su jarra. r13;Debo irme r13;dijo con una sonrisa que le pareció genuina r13;. Te veré en la Iglesia.

Minseok lo miró marcharse. Muchos de los clientes parecieron reconocer al Conde y levantaron sus bebidas a modo de saludo mientras él pasaba. Agarró su jarra y se tomó de un trago todo el contenido. La sugerencia de Jongdae era muy tentadora y dudó que tuviera la fuerza para rehusar la oferta. Su moral en nada era parecida a la de un puritano y su cuerpo ya estaba claramente a favor de la idea, pero había cosas que no le sonaban verdad sobre los motivos del Conde. Cualesquiera que fueran realmente los rumores, debian haber sido bastante malos para que entrara en una situación en donde ambos podrían perder sus cabezas, por el momento no presionaría para obtener más repuestas. Necesitaba asegurase que el matrimonio siguiera adelante para que las deudas de su padre fueran pagadas y el honor de la familia Ahn permaneciera intacto.

Notas finales:

Es todo, por el momento, ya pueden regresar a sus actividades.


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