Recordaba haberse despertado cerca de las cinco de la mañana sin una pizca de sueño, le pareció extraño, ya que anoche estaba tan cansado que se había dormido inmediatamente, algo no muy común en el salvo cuando llegaba tan exhausto de trabajar para no pensar demasiado, costándole así retomar el sueño.
Su delirio mental no duró mucho cuando recordó el motivo por el cual se encontraba sobre el sofá y no en su habitación. y sin más, se había apresurado a ir a la misma para verificar que el sujeto no había empeorado.
retiró las cortinas y el mismo rostro que había observado la noche anterior se hallaba iluminado por los rayos del sol, no pudo si no sonrojarse al verlo “calmate, no te comportes como un estúpido Virgen” se regañó mentalmente, luego verifico que no tuviera fiebre y por suerte así lo era, chequeo la herida y comprobó que se encontraba bien, así que supuso que no tardaría en despertar en cualquier momento.
Necesitaba una buena taza de café para comenzar el dia, por suerte era domingo y no tendría que ir a trabajar, ese era el único día que tenía de descanso y le gustaba pasar el día relajándose creando cuadros de mosaiquismo para luego venderlos en la web, para el era grandioso poder hacer algo que le gustaba; hallaba simplemente grandioso crear con piezas tan simples algo hermoso y que además pudiera ganar algo dinero extra con ello.
Pero no siempre fue así, antes tenía una vida social más activa,como salir a bailar con amigos, ir a la uni y salir con chicos, ya saben cosas que un chico de su edad haría, pero todo eso tuvo que dejarlo atrás para poder trabajar y de apoco empezó a perder amigos hasta el punto en el que ya nadie se molestaba en llamarlo para preguntar si saldría, pero no los culpaba, comprendía que después de mucho intentar se hubieran dado por vencidos, “yo tambien lo hubiera hecho” pensó.
trabajaba tanto que días enteros no salía y si por casualidad los tenía libres prefería quedarse a descansar y pasársela durmiendo.
“ Creo que nadie envidiaría mi vida, si sigo así terminaré envejecido por tantos problemas, ¡oh Dios hasta he empezado a pensar y vivir como un anciano!”
-Sabes, nunca conocí a una persona que se haya pasado más de treinta minutos mirando una maceta tan embobada mente como tu-Erik al escuchar la repentina voz se sobresaltó girándose inmediatamente marchándose así con café la remera que tenía puesta.
Estaba apoyado sobre el marco de la puerta sosteniéndose con un brazo donde se encontraba la herida ya vendada y con una clara muestra de humor en su rostro, extrañado siguiendo el camino donde estaba dirigida su mirada dándose cuenta la causa de esta atención.
“ ¡Oh diablos!,qué vergüenza”se dijo para si, ruborizándose sin poder evitarlo, dándose cuenta de las manchas en su remera.
-Santo Cielos!..me asustaste!- apoyó la taza de café sobre la mesa- me podrías explicar qué haces ahí parado? deberías estar acostado, tu herida no fue grave pero perdiste bastante sangre.
-¡Buenos días!... ya que lo mencionas me siento un poco mareado y con algo de dolor pero es soportable, creí que no sobreviviría pero me encuentro vivo y todo gracias a ti, te voy a recompensar y…
-Buenos días - "ni tan buenos" pensó -No tienes que compensarme nada con tu agradecimiento es más que suficiente, solo hice lo que cualquier persona hubiera hecho.
-Bueno no todas las personas están dispuestas a ayudar a otras, pero insisto quiero agradecérselo de alguna manera, mira soy una persona importante y con dinero, te daré una cantidad por lo que hiciste por mi, vamos piénsalo, al menos para que puedas comprarte algo nuevo para ti- le dijo estudiándolo, “conozco esa mirada”pensó, y si que la conocía era unas esas miradas de pena que daba cuando trabajaba, "¿como se atreve?,¡ Pero si son todos iguales! ".
-¡¿disculpa?! mira estoy muy bien y no necesito nada y por lo que he notado te encuentras tan bien como aparentas ¿porque no llamas a alguien para que venga a recogerte?, de seguro tienes a alguien que está preocupado por ti- le dijo indignado mientras limpiaba la Mancha de su remera con una servilleta de papel.
- oye tranquilo, no quise ofenderte, pero bueno si no quieres dinero puedes pedirme cualquier otra cosa, y ya que lo mencionaste necesito llamar a alguien, volveré después de que me haya vestido, Por cierto, ¿sabes donde esta mi …
-Erik, me llamo Erik Thompson y deje tu ropa sobre la mesita de noche, está limpia y seca.
-Claro, gracias Erik- y sin más se se retiró.
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Todavía se le venían los recuerdo de cuando ese hombre o como había leído con anterioridad que se llamaba “David Martelli”, no había terminado de vestirse cuando sonó el timbre de la puerta principal ,habiéndose del otro lado un hombre trajeado seguido de dos más completamente voluptuosos y de gran tamaño, no tuvo tiempo ni de mencionar un vocablo ya que David le había dicho que eran los que lo habían vendido a buscar, agradeciéndole nuevamente y dejándole una tarjeta con su nombre y número para luego decirle que lo llamase si algún día necesitaba algo y sin más se fue. Pero claro, no sin antes hacerle prometer no comentar lo sucedido con nadie, le halló un tanto extraño pero a la final le dio su palabra.
Pensó que tal vez era mejor olvidarse del tema, solo era gente rica con sus problemas de ricos, mientras no supiera y no se viera involucrado mejor.
Era lunes por la tarde y no había mucho trabajado como otros días, había menos huéspedes lo que era mejor para el.
-¿escuchaste lo que se está circulando?- dijo Ana en voz baja mirando hacia la puerta cerciorándose que nadie la escuchara.
Ella era unas de sus compañeras de trabajo y casi siempre les tocaba los mismos sectores, a veces comían juntos en sus horas de descanso y era con la que mejor se llevaba desde que empezó a trabajar como mucamo. Ana en cambio estaba en esto por más de quince años, tenía treinta y seis años pero por su forma de ser tan vivaz aparentaba de menos.
- la verdad que no, he notado el hotel un tanto extraño, con menos huéspedes pero no lejos que eso-. Le dijo Erik un tanto intrigado.
-también me lo pareció a mi, pero lo que te quería decir es que Marío me contó que la bruja de Gloria va a achicar el personal, ¡todas estamos muy afectados!, ya sabes lo difícil que está la cosa-le dijo muy angustiada.
-tranquilizate Ana, solo son rumores, no te atormentes por cosas que no sabemos si es verdad- le respondió mientras volvía a ordenar el armario que había dejado hace unos momentos.
Cuando estaban terminando de limpiar la última habitación que les habían asignado, llegó Mario informando a Erik que la señora Gloria lo solicitaba en su oficina, sentío que su pulso se aceleró, se giró a ver a Ana que lo miraba con una expresión de angustia, le sonrió y le dio una señal que no se preocupara y luego se fue.
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-seguro ya te enteraste de la situación del hotel, ya que aquí las noticias vuelan-le dijo Gloria más seria de lo acostumbrado.
Le sudaban las manos, todo era extraño, sobre todo el hecho de que le hablara mirándola fijamente, cosa que no era muy común ya que siempre era muy tangente y lo despachaba sin dejar de atender sus cosas, tenía un mal presentimiento sobre esto.
-la verdad no mucho, ¿porque?.
-bueno, esto pasó el sábado por la madrugada y tu no estabas de servicio por lo que es lógico de que todavía no estés del todo informado de lo que pasó. La cosa es que vinieron unos inspectores que me cayeron de sorpresa y encontraron unos fallos que no estaban del todos en regla, pero bueno, son cosas que no voy a entrar en detalles contigo, pero el asunto es que sino me pongo en regla, me cierran el hotel.- hizo una pausa para luego ajustarse los lentes- concluyendo esto, ya no contaremos más con tus servicios.
-pero, ¿yo que tengo que ver en todo esto? además hago bien mi trabajo y…
Estaba muy afectado, no podían despedirlo, necesitaba el dinero y no había hecho nada malo, “¡por favor dios!, que esto no sea verdad” rogó.
-eso lo sé, pero tienes apenas veinte años y trabajas en negro, no te puedo blanquear porque no tienes veintiún años.
- ¡pero los cumpliré dentro de dos meses!, si espera…
-igual no es beneficioso para mi economía pasarte en blanco, así que no me queda más opción. Te pagaré lo de este mes y el que viene también para que tengas tiempo de encontrar otro trabajo, y agradece que soy generosa contigo- le dijo contando por última vez la pequeña suma de dinero y entregárselo en un sobre.
-toma puedes retirarte,¡ha! y cuéntalo cuando estés solo no me gusta que los huéspedes vean a mis empleados contar dinero, es de muy mal ver-dijo dándole señales para que se retirara.
Erik salió destrozado de la oficina, sinceramente no se lo esperaba, hace nada menos unos meses estaba contento de haber encontrado un empleo que pudiera cumplir meramente sus gastos y la deuda que tenía que pagar por culpa de su padre, fue directamente por sus cosas encontrando a Ana en el camino, entre lágrimas le contó sobre su despido y de lo angustiado que estaba por haberse quedado sin empleo.
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