Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Unicamente EDxAl por Hao Asakura

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Edward abrazó a su hermano y permitió que llorara hasta calmarse, Alphonse terminó por sentirse completamente en casa, en los brazos de su adorado nii san se sentía seguro y perdonado.

-Ve a casa con tu hermano, gritó él- dijo mientras estrechaba fuerte a Edward- le romperás el corazón si no vuelves.

-Así sería sin duda, Al… yo no podría vivir sin ti.

-Lo sé.

-Y no es porque seas mi hermano, siendo mi mejor amigo… espera, ¿Qué?-

-Antes no lo creería, pero ahora que todo mis recuerdos han vuelto lo sé totalmente.

Edward soltó a Alphonse, mirándole asustado.

-¿No te lo acabo de decir Nii-san? Cuando desperté había recordado todo.

Edward se puso pálido.

-¿y qué es “Todo”?

-No sólo lo que pasó antes de que me hirieran Ed, recordé todo lo que pasó antes de que me convirtiera en una armadura… y todo lo que pasó después… tuve una especie de sueño donde vi muchos de los eventos que han ocurrido hasta entonces, no en orden, ni completos, pero estoy seguro que en verdad pasaron, así que no intentes mentirme.

Edward se quedó en silencio, mirando a Alphonse con una cara shockeada, retrocedió de una forma apenas perceptible de su lugar en el sofá.

-Por dios Al, lo siento tant…

Al interrumpió sin escuchar, ganó el espacio que su hermano mayor había retrocedido inclinándose hacia él, mirándole directo a los ojos.

-Por fin he logrado recordar todos los sacrificios que hiciste para devolverme mi cuerpo, cada-día de-dolor.  Desde que perdiste tu brazo para atarme a la armadura, las operaciones para instalarte los automail, cada día de entrenamiento, ¡cada noche de fiebre y vómito durante tu rehabilitación! por fin he recordado cada lágrima que has llorado en la oscuridad creyendo que no me daba cuenta.

-No ha sido así Alphonse! ! Estas confundido!- Edward iba a levantarse del sillón, pero al lo tomó del brazo y tiró hacia abajo de forma determinante obligándole a sentarse de nuevo, el rubio palideció más todavía y lo miró aterrado.

-Sabías perfectamente que este día iba a llegar ¿no?, cuando trajiste de vuelta mi cuerpo de “el otro lado” los recuerdos que mi alma vivió contigo mientras estaba en la armadura y los de mi cuerpo atrás de la puerta se mezclaron volviéndose confusos, sabía lo que había pasado: Que tratamos de revivir a nuestra madre, que perdiste tus miembros, que mi alma estaba en una armadura… la existencia de un genocida que no era humano y buscaba la piedra, sin embargo, la mayor parte de mi infancia antes de transmutar un ser humano se borró casi al completo… ¡pero tú sabías que era cuestión de tiempo!

El tono de Alphonse era casi acusador. Edward se quedó un momento en silencio, recogió un mechón de cabello que caía cerca de su rostro y lo colocó detrás de su oreja.

-Caramba Al, no sé qué decir… lo siento de verdad.

-¿Hasta cuándo pensabas dejarlo así?

-Para ser honesto-  respondió el rubio sujetándose la frente con la mano de metal como si tuviera jaqueca- Tanto tiempo como fuera posible.

Alphonse se levantó lleno de frustración, quería tomar a su hermano mayor por los hombros y sacudirlo, obligarlo a confesar de inmediato.

-Edward casi te mueres por mi! ¿Cómo pudiste arriesgarte de esa forma?

-¿Eso es lo único que te preocupa de todo aquello? ¡Porque sigo aquí!

-¡No! ¡Claro que no pero!

-¡El pasado es el pasado Al! –Dijo Ed levantándose para irse a su habitación- no tiene sentido volver sobre él, éramos demasiado jóvenes y cometimos muchos errores.

-¿No tiene sentido que recuerde como es que cada día te alzaste encima de esas dos cosas y moviste el cielo, mar y tierra para devolverme mi cuerpo?- gritó Al señalando los automail de su hermano- ¿No tiene sentido que renunciaras a hacer alquimia a cambio de traer mi culo de este lado de la puerta? ¿Y todo para qué? ¡Para quedarte callado y dejarme largar sin hacerme un solo reproche!

El hermano mayor perdió la paciencia, empezó a gritar ¿cómo era posible que ahora Al le reprochase haberlo dejado ir? Eso había sido lo que él quería después de todo.

-¡Te deje porque no hacías más que repetir que ya no eras un niño y podías hacer las cosas por tu cuenta! ¡Te deje ir porque Roy dijo que eras sumamente necesario para la misión! Y también porque  merecías olvidar lo pasado y tener una vida sin mí!

-¡Y quien te dijo que yo querría una vida sin ti!

-¡!

-No decidas cosas por tu cuenta Edward.

-¡Deja de usar mi nombre!  Soy tu nii…

-¡Eres mi prometido Edward! ¡Eres mi vida!

***********flash back**************

La tarde roja.

-Hermano, tengo frío y hambre, regresemos a casa-

Ambos hermanos habían estado largas horas frente a la tumba recién instaurada de su madre, Al sentadito en el suelo abrazando sus rodillas, agotado por tanto llorar y Ed de pie, haciéndose daño de tanto apretar los puños, pensando, incapaz de aceptar la realidad.

-Está bien, pero rápido, tenemos mucho trabajo por hacer.

-¿Trabajo? De que estás hablando.

-De mamá Al, vamos a traerla de vuelta.

-¡Que cosas dices! ¡Eso es imposible!

Ed tomó la mano de su hermano menor y lo inició a caminar muy a prisa.

-¡Con alquimia Al! con alquimia podemos hacerlo, he visto algunos apartados en los libros del estudio- Edward tenía mucho cuidado con evitar decir “los libros de papa” o “el estudio de nuestro padre” aún en estos momentos se resistía a hablar de él.

-Yo también, ¿pero que no está prohibido?- Al había visto esos temas, pero los había leído muy por encima, podían ser muy listos pero eran niños, no les importaba la muerte hasta que la tenían de frente.

-Sólo está prohibido porque son estúpidos y no han logrado hacerlo, pero nosotros podremos.

Al miraba confundido la espalda de su hermano caminando, halándolo con determinación, le pareció que estaba enloqueciendo, pero ¿y si tenía razón? ¿podría ver a su mama una vez más?

Entraron a su casa, Ed cortó unas rebanadas de pan y las puso en la mesa sobre un plato, también dejó fruta, Al se sentó y tomo una rebanada a la cual le arrancó un trozo con la mano, se puso a masticar sin interés.

-No sabe a nada, las cosas no saben a nada sin mamá.

-Igual tenemos que comer- le respondió el rubio de espaldas, luchando para encender la chimenea- no podremos hacer nada si no tenemos energías- intentó un par de veces más, su alquimia tampoco parecía tener fuerzas con ese estado de ánimo tan adolorido, pero el enojo de esa pequeña frustración ayudó un poco y pudo hacerlo- ya está! Ven al fuego para que te calient…

Al estaba sentado pero ya no comía, sus lagrimas caían directamente sobre el pan que tenía en la mano y eran absorbidas de inmediato por este.

-¿Qué vamos a hacer sin mama Ed? ¿Quién nos querrá como ella? ¿Quién va a cuidar de nosotros?

Ed era un niño rudo, aventurero y obcecado, pero ver a su hermano menor en ese estado le trajo una sensación de inmenso vacío, recordó las palabras de su padre “No hay forma de que alguien cargue todo ese peso durante nueve meses sin amarlo” Su madre había hecho un gran esfuerzo para traerlo a él y a Alphonse a este mundo, porque los amaba. Como hermano mayor él se encargaría de proteger a la única familia que le quedaba, además necesitaba su ayuda, no podría intentarlo solo.

-Y-yo lo haré, no te preocupes, ¡yo cuidaré de ti hasta que mama vuelva!.

-Y si no vuelve?

-Lo hará ¡Tiene que hacerlo! De todas formas yo te cuidaré, lo juro- Muy seriamente Ed colocó su pequeña mano en la espala de su hermano mientras lo miraba a los ojos.

-¿Cómo lo harás? No sabes ni lavar la ropa! Siempre te ibas a jugar mientras yo me quedaba ayudando a mi mamá en todo ¡eres un holgazán! ¡Tampoco sabes cocinar! ¡Y odias las canciones para dormir!

En ese momento al muy joven Edward le cayó encima toda la realidad, Al tenía razón, nunca se había preocupado por ayudar a su mamá en los quehaceres, se sintió un pésimo hijo, sobre todo porque fingía que no le gustaban las canciones que su madre entonaba para hacerlos dormir, hasta pedía dormir en una habitación independiente a Al por considerarse ya demasiado mayor para nanas.

-Voy a aprender ¿de acuerdo? De ahora en adelante yo me encargaré de todo eso.

-No será lo mismo- Al puso ambos bracitos en la mesa y dejo caer su carita sobre ellos llorando.

Ed no sabía qué hacer, lo abrazó suavemente. . Al era muy pequeñito (o así le parecía a él) y debía estarse muriendo de miedo, quizá tanto o más que él, cuidadosamente le acarició la espalda como lo haría con un bebé, sentir la tibieza de su cuerpo le hizo anhelar aún más a su madre y el calor de sus brazos, estrechó aún más su hermano contra su pecho, el pequeño se estremecía en sollozos.

Todo era su culpa, si se hubiera dado cuenta antes que la enfermedad de su madre era algo serio.

Empezó a cantar suavemente con su voz infantil:

 

¿Qué hay arriba?

Son las estrellas,

las estrellas en su cuna de de cielo,

¿y ves eso?

Son las ramas de los árboles

de esa cuna de cielo que mece el viento.

 

Alphonse guardo silencio sorprendido, escuchando atentamente la canción mientras las lagrimas seguían deslizándose lentamente por sus mejillas.

 

las estrellas en el cielo,

y que es el cielo?

Lo único más grande que tú,

porque nada importa

más que esta luna, que es tu cuna

y mi cielo eres tú.

 

Al terminar la canción Alphonse se quedó mirando a su hermano mayor conmovido, no tenía idea de que conociera tan bien la canción y en su voz, casi le parecía haber escuchado a su madre y a su padre juntos en ella.

-E-entonces yo también voy a cuidar de ti hermano, ¿puedo?

-Lo haremos, traeremos a mamá de regreso- dijo Ed apretándolo fuerte.

-Si.

-Promételo Al, tu y yo juntos en esto… hasta el final y después.

-Lo prometo.

-No dejaremos que se interponga nadie en nuestro camino ¿verdad?

-No, seremos sólo tú y yo, siempre- dijo Al abrazándose a su hermano mayor.

Notas finales:

La nana que canta Edward la inventé yo :P no es muy buena pero esta inspirada en ellos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).