Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Unicamente EDxAl por Hao Asakura

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les guste este nuevo cap. Las escenas de pelea y puñetazo no se me dan nada bien ;) sin embargo le puse muchas ganas, Gracias a todos los que lean esta parte acepto comentarios, criticas y sugerencias.

 

Edward miró a su hermano menor, su rostro de facciones finas y esos ojos idénticos a los de su madre, la vio ahí dentro, no había podido protegerla, pero lo haría con él, Alphonse necesitaba quien lo quisiera, no debía quedarse solo por ningún motivo, podría ponerse triste como Trisha al partir Hohenheim y enfermar, él era todo cuanto le quedaba.

No iba a permitirlo.

-Al- dijo Ed tímidamente bajando la mirada- crees que entonces… ¿podamos casarnos?

-¿Qué dices Ed? ¿Cómo mamá y papá?

-Excepto que yo no te dejaría, ¡Jamás haría algo como eso!

-Ed, eso  se puede hacer?

En los de alquimia decía que transmutar humanos era un tabú y un pecado, pero en ningún libro de la casa trataba sobre relaciones familiares, leyes civiles  u otro tipo de tabús diferentes a los relacionados con la alquimia, en la casa de los Elric no había ni un solo libro religioso o de leyes que no fueran la física o química. Trisha jamás había mencionado nada al respecto, posiblemente porque jamás imaginó que su hijo mayor pudiese tener una idea tan descabellada.

Pero la había tenido,  solo por ver cuán parecidos eran ella y Alphonse, sólo por eso.

Y sin embargo no había marcha atrás.

-¿importa si no? Vamos a intentar una transmutación humana.

-Son cosas diferentes ¿Por qué no le preguntamos a la abuela?

-Al.

-No sé mucho Ed, pero suena raro, los hermanos no se casan.

-Al no podemos decirle a nadie sobre esto, nos separarían, no volveríamos a ver a mamá, ni tampoco al otro, si vamos a hacerlo tiene que ser un secreto.

-¿un secreto sólo para los dos?

-Así es, decide, si estás conmigo lo estás en ambas cosas ¡o en ninguna!

Alphonse  tenía el presentimiento de que ninguna de las dos cosas  no estaban bien, pero había tres cosas:

Una, estaba sumamente vulnerable, eso lo hacía incapaz de arriesgarse a que su hermano ya no le hablara por no ayudarle a revivir a su madre, eso lo dejaría aun más solo y triste.

Dos, idolatraba a su hermano, Alphonse amaba a su familia pero su padre se había ido, su madre había muerto diciéndoles “cuiden siempre uno del otro” Edward le estaba prometiendo que nunca lo dejaría y eso era justamente lo que el pequeño anhelaba con todas sus fuerzas: no perder a su hermano jamás.

Tres: Podía funcionar, eran lo suficientemente listos para hacerlo, su madre les había dicho que eran tan inteligentes como su padre,  la posibilidad de volver a ver la sonrisa de su madre era demasiado tentadora, poder abrazarla una vez más.

(Aunque algo en su interior le decía que podría también NO funcionar)

-Estoy contigo nii san, estoy contigo!!

-¿En las dos cosas Al?- Ed le miró arqueando una ceja, ese gesto lo hacia su padre cuando les regañaba. Edward era toda la cara de su padre, el rostro llenito con las mejillas tersas, las facciones redondeadas, el dorado de los ojos y el pelo eran idénticos

-En las dos.

-Bien, en ese caso comencemos a estudiar.

-¿y cuando nos ca… es esto… ¿Cuándo nos casamos?

-Pues cuando seamos mayores Al- dijo Ed como si fuera lo más obvio del mundo, ya estaba distraído abriendo un libro y mordiendo un pedazo de pan- por ahora solo estamos comprometidos- dijo con la boca llena y masticando.

Estaba claro que la solemnidad solo podía durarle a Edward unos cuantos minutos.

De pronto tocaron la puerta. ¿Quién podría ser tan tarde?

Ed se levantó y abrió la puerta sin preguntar.

-Abuela Pinako- claro, no podía ser otra persona.

-Niños vayan a dormir a la casa, no es bueno que estén aquí solos.

-Estamos bien abuela, he encendido la chimenea y no tenemos hambre realmente.

Pinako estudió la mesa, vio la fruta desperdigada, el libro abierto sobre la mesa, no parecía normal, los niños debían estar desechos en llanto, llamar a su madre durante toda la noche. Lo que ella no sabía es que no tenían planes de aceptar que su madre no iba a volver.

-Al dile algo a tu hermano, pueden dormir cuantas veces quieran allá, es su casa ahora.

-En otra ocasión abue, estamos cansados y todo lo que queremos es dormir y contar historias de mamá.

Eso le pareció más aceptable a la anciana, quien pensó que tal vez los niños eran más fuertes de lo que parecían, o más maduros, no en vano eran genios alquimistas, pero se estaba equivocando bastante.

-¿seguros que estarán bien?

-Queremos pasar esta noche solo nosotros dos, así va a ser de ahora en adelante.

-No están solos, nos tienen a Winry y a mí, espero que eso les quede muy claro.

-Sabemos, ahora vete a descansar abuela- dijo Edward mirándola a los ojos.

-Los espero mañana para el desayuno.

-De acuerdo- dijo Ed.

-Hasta mañana abuela- dijo Al.

Ed volvió a cerrar la puerta.

-Escucha, lo primero que tenemos que hacer es revisar palmo a palmo la construcción de un cuerpo humano.

--Fin del Flash back—

-Vaya- suspiró Ed con estupor- si que recordaste todo.

-En estos momentos… mi mente luce como una película mal editada, pero estoy seguro que sí.

El rubio tragó saliva antes de  seguir.

-Bueno, estas consiente de los años que han pasado? Y de que ambos somos hermanos?

Tenía en sus labios una sonrisa amable que Alphonse percibió como la de un hermano mayor tratando de insinuar a su hermano menor que Santa Claus no existe. Dejando suficiente lugar a la duda como para pueda sentir que lo ha descubierto por sí mismo, quedando a salvo su dignidad.

-¿Eso hace alguna diferencia para ti?

A Alphonse no le importaba su dignidad: Quería respuestas.

-Oh, vamos Al!

-Supongo eso significa que si.

Por un momento se quedó mirando el suelo sin saber qué hacer con su dolor.

-Sé que para ti deben ser recuerdos sumamente vívidos, los acabas de obtener, sin embargo…

-A-ce-roooooooooooooo!!!!!

El peor momento posible, ¿Qué horas eran? Ed echó un breve vistazo al reloj : siete de la mañana.

“Maldito Mustang” pensó, mientras la puerta empezaba a resonar con los estridentes golpes de Roy.

-No abras- espetó Alphonse con una furia que Edward nunca le había oído.

-Abre la puerta ahora mismo!- ordenó Mustang mientras seguía tocando.

-Parece que hoy todo el maldito mundo cree que puede decirme que hacer- gruñó Edward, como Alphonse desapareciera en el interior de su habitación, decidió abrir.

-¿Por qué no te has ido a trabajar?

-¡Que te importa! Si no estoy en el cuartel mi vida no te incumbe- iba a cerrar nuevamente la puerta pero Mustang lo detuvo interponiendo su mano y entrando al departamento.

-En cierta forma si, dado que salimos.

-Todavía no decido si eso va a seguir ¿recuerdas lo de ayer?- susurró Ed cerrando la puerta a su espalda.

-E- es por eso que necesitaba que fueras al cuartel ¡prometiste que hablaríamos!- dijo Mustang susurrando también.

-Bueno- suspiró Edward- aún hay mucho tiempo por delante, podemos hablar más tarde… mira estoy en algo…

-¿En algo en tu casa sin vestir y sin peinar?

-Al…

-Escucha, no importa, sólo quiero disculparme, perdí el control ayer.

-Creo que fuiste un poco más allá de solamente perder el control, te pedí varias veces que pararas.

-Lo sé! Lo sé! Me dejé llevar! Es solo que te deseaba tanto que…

-¡Tuve que pegarte Roy!  

-Bueno, no es que no me hayas golpeado antes.

-Pero esto es distinto! Mira… no tengo tiempo para explicarte. Hablamos más tarde.

-No, no me iré hasta saber que estas bien! Hasta saber que estamos bien!

-Co- como podría estar bien? Casi me violaste – El tono de ira que Edward estaba empleando no dejaba lugar a dudas sobre el motivo de su enojo-

-Lo entiendo! Y me estoy disculpando ¿no puedes darme otra oportunidad?- La mano de Roy gentilmente trató de rozar el rostro del rubio, quien casi sin sentirlo la atajo apartándola de sí.

Alphonse apareció en el umbral de su habitación, se había puesto pantalones y sus botas del ejercito, lentamente camino hasta llegar frente a Mustang, era mucho más pequeño y delgado, pero se había plantado frente a él sin la menor muestra de temor.

-Oye! ¿Porqué no te vas?-

Una oleada de adrenalina golpeó el cuerpo de Edward, esa no era la voz de siempre de Al, no era la mirada de siempre de Al, habría un problema muy grande si Roy no se iba de inmediato.

-Oye Roy- comenzó Edward.

-Lo siento Al, ¿los desperté? – sonrió Roy, dándole una salida al chico para que pudiera rectificar.

“Hoy todo mundo me da salidas” pensó Al “Como si fuera a tomarlas”

-Más bien, nos interrumpiste.

-¿A las siete de la mañana? ¿En el horario en el que Acero ya debería estar en el trabajo?

-Bueno, tampoco es tan tarde- dijo Ed

-Tu hermano está de permiso Acero, pero tú no tienes motivos para faltar. Ve a mi oficina a las…

-Vete a la mierda- interrumpió Al. En su mente no hacía otra cosa que pasar una y otra vez la escena entre Mustang y su hermano.

-¿Disculpa?- preguntó el pelinegro como si no se lo pudiese creer.

-Al!- Ed llamó la atención de s hermano menor de igual forma: sin podérselo creer.

-Estas acostumbrado a que todo mundo te obedezca no, pero hay límites, que te hace pensar que puedes estar aquí parado dando órdenes!- Gritó el castaño

-Alphonse no sé qué te está pasando, solo vine porque Acero no había llegado a trabajar y me preocupé, creí que sabías…

-Si sé.

-Ed me dijo que no te importaba.

-Ahora sí que me importa, te quiero fuera de nuestra casa, y fuera de la vida de mi hermano- amenazó Alphonse sujetando a Mustang por el cuello de su uniforme y dándole un cabezazo.

-Alphonse!- gritó Ed. Nada que hacer, en un par de segundos su hermano y su novio se hallaban pelando a puño limpio.

-Creo que eso lo debería decidir tu hermano!- gritó Roy quien había resistido el cabezazo, aunque su frente sangraba. Ya le había dado un puñetazo a Alphonse y sintió que había estado a punto de romperle la quijada, pero eso no disminuyó el coraje ni la fuerza del menor que le asestó una patada que con dificultad pudo esquivar.

-No podrá hacerlo si no le dejas espacio a pensar, y aún si pensara que está bien seguir contigo no lo dejaría.

La segunda patada terminó como un rodillazo en el pecho de Mustang.

Edward lo observaba todo paralizado de estupor, habiendo derribado sillas y  roto la mesa, sentía que tenía que pararlos, si esto hubiera sido en otro momento, posiblemente hubiera sujetado a Al de la camisa, le hubiera pegado algún coscorrón y regañado hasta quedarse sin voz, pero en esta ocasión, luego de lo que Mustang había hecho, no se sentía particularmente inclinado a defenderlo.

“Menos mal que anda sin su escolta” pensó el rubio “De estar Hawkeye o alguno de sus guardaespaldas mi hermano estaría muerto… por otro lado ¿Porqué esta tan furioso?” Alphonse pocas veces pelaba de esa manera, Ed podía verlo atacando con una fuerza que lo hacía ver invencible, casi le parecía verlo como una armadura de metal.

“Alphonse sólo pelea así cuando la vida de alguien que ama está en peligro”

Mustang era más alto, tenía más años de experiencia y definitivamente era más fuerte, pero el odio de Alphonse los emparejaba. Había algo que a Roy le faltaba para pelear, y era la motivación de saber porque estaba hiriendo al hermano menor de Edward, un joven que se había dado a respetar y a admirar en todo el país por su valor y sacrificio, un joven cuya inteligencia respetaba.

Si lo hubiera sabido hubiera perdido más rápido.

Algo en su interior le decía que debía detenerse, que no tenía la razón.

“Quizá escuchó algo de lo que pasó ayer” fue el pensamiento del peli negro y del rubio al mismo tiempo.

-Se-quedaraconmigo- jadeó sujetado a Al por la ropa

-Jamás dejaré que lo vuelvas a tocar- Alphonse lo sujetó de las sienes y haciéndose a un lado lo estrelló de frente contra la esquina del pasillo provocando que el peli negro quedara casi inconsciente, luego lo sujetó del brazo y abriendo la puerta lo arrojó fuera del departamento.

En cuanto cerró la puerta agotado, herido y cubierto de sangre miró a Ed, quien se sobresaltó, durante una fracción de segundo pensó que Al lo atacaría también a él.

-Él te hizo daño? Yo… la próxima vez que lo vea cerca de ti lo mataré…

Notas finales:

Nuestro pequeño Al se acaba de delatar amigos! como reaccionara Ed? le pondra una golpiza parecida a la que le acaba de dar Roy ¿porqué no metio las manos mientras estos dos peleaban?

XD la verdad fue porque no podía salir de su asombro y una parte de él deseaba que alguien se desquitara por él con Roy ups... gracias Al, tiraste un buen paro.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).