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Unicamente EDxAl por Hao Asakura

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Notas del capitulo:

-___- no  hay manera de que me escriba una historia corta nunca :(

Los profundos ojos grises de Al estaban llenos de preocupación, a Edward le pareció ver en ellos a su madre y se sintió por momento como un niño con la rodilla lastimada, luego, al mirar su rostro completo le pareció lo que era: un hombre joven tratando de proteger a quien amaba.

Pero no tuvo tiempo de sentirse Julieta.

Al estornudó y la línea de pensamiento de Edward se rompió;  miró Alphonse desde su estatura y le pareció más “otouto” que nunca, con la ropa rasgada y un cardenal en la mejilla.

Un poco de sangre en la comisura de la boca.

Carajo ¿por qué no los había parado? Su hermano pequeño no estaba para defenderlo.

“Que vergüenza”

-Aru… escuchaste algo anoche?

-Nnnnosi…- reconvino Alphonse, Ed no tenía que saber que no sólo lo había escuchado, si no visto el espectáculo completo.

“Doble vergüenza, triple vergüenza, que diablos, vergüenza a la infinita potencia”

 Se puso de un tono escarlata alarmante.

-¿Por qué no lo dijiste algo?- preguntó con dificultad.

-Estaba a punto de hacerlo, pero tú lo echaste a los golpes.

-¡No estúpido! Porque no dijiste algo cuando llegaste!- Grito Edward.

Por algún motivo estaba asumiendo que Al había llegado después que ellos.

-Bueno, es tu departamento, tienes derecho a  hacer lo que quieras.

-Pero… ¡No es el tipo de ejemplo que debes tener de tu hermano mayor! Dios! Lo siento Al, estoy tan avergonzado, no sé que….

-Bueno, desde que me dijiste que salías con Roy, era obvio que hicieran esas cosas.

Edward se puso pálido, ¿acaso Al no estaba enojado? Él era quien ponía objeciones y Al  trataba de justificarlo, restándole importancia y había un solo motivo para ello: Alphonse se estaba aguantando.

-Todo lo que me interesa saber es si tú estás bien.

Era el colmo del ridículo, durante toda esta conversación y la anterior, Alphonse  estaba consciente de que Ed había tenido sexo con Roy y estaba aguantando el dolor que eso le producía, lo aguantaba aún ahora. Después de todo había venido a hablar de su “compromiso” ¿no?

Pero ahora tenía que hacer a un lado sus dudas y sus sentimientos para preocuparse por el bienestar de su hermano mayor.

Y él, Edward, en este momento no podía con el dolor de estarse separando de Mustang, porque era obvio que eso tenía que suceder.

No podía volver al lado de Roy, era inadmisible.

“Definitivamente soy el peor hermano del mundo”

-Estoy bien, no tengo intenciones de sentirme violado ya que no ocurrió a fin de cuentas.

-Dices eso pero…

-Mira Al, es incomodo estar aquí hablando en bata, voy a ponerme el uniforme y me iré a trabajar, seguiremos charlando luego ¿Vale?

-¿No irás a volver con él cierto?

-Ese es asunto mío- murmuró Edward mientras iba hacia su habitación, más por llevarle la contra a Al que por pensar siquiera en la posibilidad.

-Dijiste que no trabajarías hoy.

-Lesionaste a Mustang! ¿Quién supones que tiene que organizar el modo en el que se suplirán sus funciones? Y aunque no lo hayas herido de seriedad ¿Quién crees que debe poner la cara paraqué no seas despedido o (peor aún) arrestado?

- Nii-san…

-¿Qué?

-No quería que te sintieras avergonzado, no quería causarte problemas.

-Por ahora solo date un baño, hablaremos más tarde- dijo Ed encerrándose en su habitación.

-Nii- san! Nii…

Se topó con la puerta cerrada del cuarto de su hermano.

-¿Porqué me olvidaste Nii? Si quien perdió la memoria fui yo- susurró suavemente, su  voz rebotó contra la madera de la puerta.

Edward resentía todavía el sudor de Mustang sobre su piel, no había tenido tiempo de darse un baño, pero tenía tantas ansias de lavarse dos, tres, las veces que hicieran falta para borrar su rastro, se quitó el albornoz y se puso los pantalones del uniforme, asegurándolos con un cinturón militar.

“Soy un hombre y debo actuar como tal”

Se colocó una playera interior blanca.

 “No sólo eso, soy un alquimista estatal”

Encima de eso se abotonó una camisa blanca.

“La mano derecha del Fuhrer”

Se calzo las gruesas botas militares.

“Sería absurdo que me sintiera débil solo por esto”

Por último se cerró la casaca militar.

“Debo enfrentar los resultados de mis acciones con responsabilidad”

Cuando salió de su habitación escuchó corriendo el agua de la regadera, al menos en algo le habría hecho caso Alphonse, salió sin anunciar que se iba.

Era obvio que tenía que localizar a Mustang, lo más probable es que estuviera en el cuartel, algo como eso no iba a detener a Roy de sus actividades, pero en caso de que su estado fuera serio tendría que encontrarlo donde estuviera, primero pediría disculpas por Alphonse, luego terminaría su relación con él, y luego, dependiendo de en qué términos quedaran seguiría trabajando junto a él.

La luz de la mañana le dio en el rostro, las calles estaban bastante transitadas y había gente que lo saludaba feliz, pero un poco confundida de verlo dirigiéndose al trabajo apenas a esa hora, y caminando tan lentamente: Las botas militares le pesaban horrible hoy.

No había garantía de que Mustang aceptara terminar de buena gana, era muy orgulloso, apasionado… y lo quería,  le costaba trabajo admitirlo, pero lo quería, había tenido detalles y comportamientos con él que no había tenido con nadie más. Pero Edward ya no podía aceptar ese “amor”

Si no había aceptado un “no” en el momento de tener relaciones, que haría que aceptara un no a su relación? ¿Se pondría pesado? ¿Trataría de desquitarse de Al? El punto es que no podía seguir saliendo con un tipo que tal vez no pudiera detenerse de hacerle algo que él no quería.

Había escuchado a Al, había fingido que no, pero sí que lo oyó “Porqué me olvidaste si el que perdió la memoria fui yo?”

Por supuesto que no lo había olvidado, pero sí lo hizo a un lado, eran hermanos luego de todo, además él se había marchando de misión sin importarle para nada que él se quedara en Central angustiado por su hermano menor todos y cada uno de los días.

Solo…

“Espera… tal vez… ¿tal vez estoy enfadado con Al?” pensó de pronto “No tendría porque, cuando lo traje del otro lado él estaba bien, sabía  dónde había estado, de donde venía, pero no recordaba casi nada de lo que había pasado, así que todo esto no es su culpa”

¿O sí?

“La culpa es mía, por no decirle nada”

---Flash back----

-Tengo un montón de hambre Ed.

-Tranquilo, pescaré algo ya verás.

Estaban en aquella isla deshabitada, puestos ahí por Izumi-sensei para entender el “uno es todo y todo es uno” después de haber perdido un conejo al que no habían tenido la fuerza de matar se encontraban más hambrientos y exhaustos que nunca.

-No dudo que pesques algo, mi temor es si podremos quitarle la vida o no.

-Tenemos que hacerlo, a estas alturas son ellos o nosotros Al.

-¿Quieres que te ayude?

-No, estás demasiado cansado… tu sólo espera.

-Tú también lo estás.

-No, estoy bien, además te prometí que te protegería y también se lo prometí a mamá.

-Ambos le prometimos a mamá cuidarnos el uno al  otro.

-Bueno, si quieres ayudar recoge algunas hojas secas y ramas, estar bajo el sol hará que te desmayes.

Si había logrado pescar un par de bichos, sin embargo mientras los asaban apareció un tipo siniestro y se los robó, trataron de pelear con él pero era demasiado fuerte así que terminaron huyendo.

-Ese tipo tomó la costumbre de perseguirnos- dijo Ed cayendo de rodillas agotado.

-Supongo que considera que este lugar es suyo, somos invasores para él- sonrió un poco Al, quien como siempre trataba de comprender las actitudes de otros.

-Probablemente tengamos que matarlo o él lo hará con nosotros.

-¿Cómo puedes decir eso nii-san? Entiendo lo de matar animales pero… un ser humano es distinto.

-¡Ese tipo no es un ser humano! ¡Es un monstruo o algo así! Se ha quedado con nuestros peces y si sigue así no tendremos fuerzas ni para escapar.

-Aún así no podemos matarlo.

-Al no quiero que te lastime!

Los ojos de Al se pusieron tiernos.

-Mira… si podemos hacer algo que sea atarlo, o encerrarlo, cuando venga Izumi-sensei le hablaremos de él y ella sabrá qué hacer con él, nii… si lo matas tu alma saldrá herida y no quiero eso.

-Alphonse.

-Promete que no le matarás.

-Es que…

-Prométemelo!

-Está bien, no lo mataremos ok?

-Pienso que no podríamos aunque en verdad lo quisiéramos, pero por ahora no hay nada que hacer, busquemos alguna hierba para comer hoy, estoy seguro que mañana volverás a pescar algo.

Se acostaron uno al lado del otro.

-Re-realmente hace frío hoy- tiritó Alphonse.

-El cielo estuvo muy limpio hoy, estoy seguro que en la madrugada estará más frío.

-Aún en este lugar donde hay tantos árboles- Alphonse miró hacia el cielo, las estrellas brillaban entre las copas de los arboles bajo los que permanecían tendidos, el esporádico canto de una cigarra se percibía a lo lejos.

De pronto Ed abrazó a Al.

-¿Así estarás mejor?

-Y-yo si… si ¿Y tú?

-Mmm si, ya siento menos frío- murmuro Edward a punto de caer dormido por el cansancio.

-Nii, gracias por protegerme.

-No Al, gracias a ti, siempre me proteges de mi mismo; si no estuvieras a mi lado seguro cometería estupideces.

Al se acurruco entre los brazos de Edward rodeándolo a su vez con los suyos.

-¿Cumpliremos nuestra promesa cierto? Vamos a traer de vuelta a mamá.

-Por supuesto que sí.

-Y vamos a casarnos.

-Bueno sobre eso…

-¿Qué pasa nii-san?

-Creo que no podremos hacerlo.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Parece que es algo que solo está permitido entre hombre y mujer.

-…

-Pero bueno no te preocupes tampoco está permitido practicar transmutaciones humanas y aún así vamos a hacerlo.

-quieres decir…

-No importa si está permitido o no, haremos todo entre nosotros… en secreto ¿si?

-¿Y qué dirá mamá cuando regrese?

-Se que ella estará feliz, ella nos dijo que viviéramos uno por el otro ¿recuerdas?

Al suspiró y se aferró más a su hermano.

-Si vamos a hacer eso…

-Que.

-Entonces…

-¿sí?

-Que importa si es ahora o en el futuro?

Alphonse besó suavemente a su hermano Edward en los labios.

 

--- fin del flash back—

Era eso. Todo este tiempo, en el fondo, había permanecido profundamente enojado con Al, por haber olvidado todo y haberse marchado, por no haber permanecido a su lado para protegerlo de sí mismo, Al jamás hubiera permitido que saliera con Roy Mustang en primer lugar, no por ser otro hombre, ni por ser el maldito Führer, si no porque adivinaría que Roy trataría de someter a Ed.

Y Edward Elric no había nacido para ser sometido.

Para él había sido tan conveniente la misión de Alphonse.

“Acero necesitamos a alguien que sea capaz generar estrategias y negociar, Alphonse es el indicado para eso, tu lo arruinarías todo”

“Oh vamos! Deja ir al muchacho ¿Quién eres? ¿Su mamá? Quiere servir a su país, demostrar que es tan bueno como tu”

“Debes sentirte solo últimamente, me siento culpable, tomemos una cerveza hoy, conozco un bar excelente que…”

“Bueno el muchacho no te ha escrito ni te ha llamado en un par de semanas ¿y eso qué? Es una misión militar no un campamento scout, debe estar ocupado, por ahora su trabajo es su prioridad”

Ahí de pie mirando el perfecto cielo azul en medio de la gente y después de todo eso, Ed estaba listo para admitir lo mucho que le había dolido la partida de su hermano menor.

“No seas tonto nii-san, me he vuelto muy fuerte… ya no necesito que me sigas cuidando”

“La gente está siendo asesinada allá Ed, no se supone que ignore eso a cambio de resguardar mi propia vida”

“Recuperaste mi cuerpo y eso va más lejos que cualquier obligación de hermano, no puedo depender eternamente de ti”

“Déjame recorrer mi propio camino nii-san, esta ciudad necesita ser protegida por ti y Mustang lo sabe ¿Qué más da a donde me envíe?”

Edward miró las puntas de sus botas, unas ligeras gotas de agua tierna humedecieron la tierra delante de ellas.

Alphonse no tenía la culpa de nada, él había elegido callar, había elegido dejarlo partir, a fin de cuentas no tenía sentido vivir en el pasado, a fin de cuentas habían crecido para comprender que los hermanos no podían casarse.

No hacía falta.

Entre ellos había un vínculo más poderoso y más fuerte que un ridículo matrimonio, eran hermanos.

Habría un cambio en los planes, cazaría a Mustag donde quiera que estuviese, terminaría con él y lo obligaría a disculparse con Al, y si quisiera despedirlo o arrestarlo él mismo renunciaría a su puesto y así podría ponerle otra paliza, así tuviera que pasar encima de sus escoltas.

Pero antes.

Alphonse probablemente estaría saliendo de su ducha, confundido; lastimado por dentro y por fuera.


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