Omega02
~ Prólogo ~
Se dice que los humanos no somos los únicos en este mundo, y muchos de nosotros nos hemos preguntado al menos una vez en la vida qué hay más allá.
Y por supuesto que hay más vida, ¡el mundo en general rebosa de ellas! Miles de razas distintas y especiales conviven allá afuera, y así como la Tierra tiene sus conflictos internos por los humanos belicosos, las otras razas también tienen sus asuntos.
Uno de tantos planetas fue Omega02. Omega02 fue un planeta prácticamente primo de la Tierra. Tenían lo mismo que los humanos y eran tan civilizados como ellos, aunque un poco más avanzado en ese momento. Pero fue gracias a la riqueza de su tierra y a la tranquilidad de los de este planeta los enemigos comenzaron a llegar, y en un ataque…
Millones de sus habitantes subieron a naves justo a tiempo antes de que el destructivo poder de una raza superior acabara con aquellos que no pudieron subir a una nave, lastimosamente siendo este un 35% de la raza total.
Durante años fueron viajeros en el espacio, navegando en grupo sin destino por el espacio exterior. Luego de un par de siglos, cuando estaban en las ultimas cargas de combustible, dieron con un planeta llamado Tierra, primo de su planeta ya conquistado.
Para los del planeta Omega02 la Tierra fue una tercera oportunidad para rehacer su vida y continuar con su raza. Era un sitio enorme con la cantidad perfecta de oxígeno para que pudieran crecer fuertes y con cantidades magníficas de agua y tierra fértil, pero este era un planeta ya habitado y debían amistarse.
Su llegada a este planeta fue motivo de habla en todo el mundo, comenzando la noticia en Europa y prontamente exponiéndose hacia regiones vecinas.
Los nuevos huéspedes fueron amables en todo momento y se presentaron con costosos obsequios de su país ya extinto, por lo que hacerse un lugar en la sociedad fue bastante fácil. Pero estos seres no eran igual que los humanos, ¡Tenían características de lo más peculiares!
Los extranjeros del planeta Omega02 venían con una única diosa, con solo una religión. Muy parecida a la Artemisa de nuestro mundo, existe otra diosa llamada Kiba en este planeta primo. Kiba era la diosa de los animales, de la fertilidad y del respeto entre razas. Y eran muy fieles a su propia religión, pero esto no era precisamente malo.
Fue gracias a sus características animales que estos “extraterrestres” obtuvieron el nombre de Gente animal.
Incluso dentro de esta misma raza, denominada gente animal, existen especies. La gente animal del equipo vacuno, la gente animal avícola, la gente animal que son del tipo canino, la gente animal reptiliana…
Fueron una maravilla en su época, pero desgraciadamente durante los siglos XIX y XX la mayoría de la primera generación de habitantes de esta única clase estaban muriendo y, debido a una incompatibilidad biológica que se mantuvo por muchos años, les resultaba muy complicado reproducirse aunque se intentó incluso con humanos. En ese momento estas personas eran muy animales para los humanos.
Nuevamente la evolución ayudó a estas personas, bestias, quienes fueron perdiendo la apariencia animal hasta casi dejarla en un 20% de su cuerpo físico, de esta forma las bestias pudieron crear uniones, lazos, crías con humanos. Aunque todavía, dejando en evidencia su verdadera raza, la mayoría se quedó con rasgos como orejas, cola, olfato sobrehumano, branquias, incluso lo que hacía a cada subespecie especial.
Para finales del siglo XX la población de este tipo volvió a su auge, y ya con los nuevos genes de los humanos entre ellos se comenzó una jerarquía entre las personas bestias. Aquellos que eran concebidos entre bestias puras se les llamó alfas, mientras que aquellos que eran concebidos por una pareja conformada por un humano y una bestia se les llamó omegas.
A muchas personas de la Tierra les gustan las personas animales gracias a lo únicas que son, y a sus habilidades sobrehumanas además de lo trabajadoras que son la mayoría. Todos quieren ser amigos de uno de estos maravillosos seres y la aceptación de los humanos atrajo la atención de más seres que, al igual que los del planeta Omega02, querían un lugar seguro. Pero este es un tema del que se hablará dentro de la historia…
Hubo muchos grandes que consiguieron estas personas tan especiales, como lo fueron el tener su propio juzgado, la aceptación de los jóvenes en las escuelas junto a los humanos, el derecho de casarse, de tener un trabajo… e incluso se comenzó a creer que existían vínculos amorosos entre individuos, independientemente de si son o no humanos.
Pero las jerarquías sociales que los propios humanos se daban comenzó a afectar a los pacíficos hombres bestia a partir del siglo XXX, en donde ya los alfas se sentían poderosos por seguir con una raza pura y con el gene dominante entre todos, omega o humano, y comenzaron a volverse más engreídos y salvajes.
Los alfas comenzaron a hacer lo que querían y los omegas y los humanos se vieron en la necesidad de rechazar a la mayoría de alfas en la sociedad, ocasionando un asunto bélico en donde se perdieron muchas vidas, para la mala suerte de la humanidad siendo esta la más dañada.
Ahora, con los alfas revolucionando sin motivo ético válido, los humanos y los omegas buscan una vida tranquila y sin miedo, pero los alfas son muy salvajes y a la mayoría hay que reprimirlos usando la fuerza, fuerza que un humano normalmente no tiene.
Aunque si por algo se nos conoce a nosotros los humanos es el nunca rendirnos y siempre progresar de alguna forma u otra. Por eso, medidas preventivas contra los Alfas fuera de control, como se les llamó a aquellos que querían imponer sus reglas a la fuerza frente a humanos y omegas, comenzaron a crearse en el mundo. Japón, Inglaterra, Rusia y Estados Unidos son los países más seguros de alfas en la actualidad, y ante el poderío de las grandes potencias muchos alfas decidieron alejarse de la sociedad por su cuenta, muchos otros siguen intentándolo y algunos otros se unen a la causa de luchar contra su propia raza para mantener la paz.
Pero aunque el mundo esté en una guerra ahora mismo, existían humanos que seguían relajados e ignoraban lo que pasaba, saliendo despreocupadamente por las noches a divertirse, incluso algunos omegas lo hacían.
Algunos incluso tenían una extraña relación de amo y bestia, muchos otros prefieren solo ignorar todo lo que sucede y buscar su propia vida tranquila dedicándose a su trabajo y a su familia, y algunos otros se alistaban al ejército de su país para ayudar a terminar con esta guerra de una vez por todas.
Ahora, en pleno año 2117, el asunto no ha menguado demasiado. Los alfas comienzan a volverse más insoportables y salvajes que causan terror a cada omega que los huele o a cada humano que los nota en la multitud.
El trabajo mejor pagado, penosamente, ya no es el de doctor o abogado sino el de militar y las familias comienzan a tener miedo.
Afortunadamente para la humanidad, en cada país hay un cuartel de omegas, alfas y humanos dispuestos a detener el avance de los alfas descontrolados, aún si es a la fuerza. Una lucha de ideales a la que no se le ve fondo todavía, y donde repentinamente la pureza de la raza es lo más importante.
Judal, como la mayoría de los omegas, posee una belleza tan hechizante que lo meterá en muchos problemas con los alfas fuera de control. ¡Afortunadamente no está solo! Tiene a su lado al humano más fuerte de todos, o eso es lo que piensa un tonto enamorado. Sinbad no es un alfa ni mucho menos, no es más que un humano pero aun así está dispuesto a proteger a Judal cueste lo que cueste. Y aunque al principio no parecen llevarse del todo bien, pues uno se niega a aceptar la evidente atracción entre ambos, deberán trabajar juntos cuando una misteriosa chica llega a ellos con noticias perturbadoras.
Ninguno quiso involucrarse en la guerra y ahora, sin querer, eran la clave de la victoria.
¿Se lo tomarán bien? ¡Una pareja recién formada enfrentará su primer gran problema juntos!