Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo dulce de mi café por Midori Kaeru

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Es un pequeño One-shot, advierto que puede ser triste, por eso léase con discreción.

Notas del capitulo:

Comienza narrando Itachi ^u^ 

Hoy en la mañana me sentía tan extraño. Amanecí y tú estabas ahí, junto a mí; como siempre ¿cómo siempre? A lo mejor sí, pero yo lo sentía diferente. No es que tú hayas cambiado y yo esté sintiendo el cambio; No, todo está como siempre, pero ¿por qué me siento así?

Me levanté despacio, para no despertarte ¿desde cuándo dormimos juntos? No lo sé pero ya es algo tan natural; como una intimidad secreta y sutil que nos acaricia la piel, como un deseo que al igual que el aroma del humo de un incienso respiramos sin querer, y compartimos sin pedirlo ¿siempre ha sido así? No lo sé.

Fui a la cocina, la luz de la mañana apenas comenzaba a tocar las ventanas y el piso de madera desprendía un maravilloso aroma. Hoy el día es muy hermoso ¿es por ti? No, es por lo que tú haces en mí; cambias mi modo de ver las cosas ¿un engaño? No lo sé, vivo entre tantos de ellos que a veces no soy capaz de distinguir qué es real. Pero verdaderamente deseo que esto lo sea.

Me gusta el té, ¿recuerdas cuando me llevaste a una casa de té? Creo que fue por mi cumpleaños, creo que fue en el de mis 18 ¡te sorprendiste tanto! Tu expresión confusa fue tan linda, la guardo con cariño en mi memoria. Imagino que nunca pensaste en que era menor de edad, pero a mí no me importa.

Hoy otra vez quise cambiar, aunque sea un poco, ser más amable contigo y hablar un poco más. Estuve pensando y probablemente he sido muy malo contigo, pero también tú lo has sido conmigo. Otra vez pensé en hacerlo, cada vez son más veces; se están acumulando las mañanas en las que despierto y quiero cambiarlo todo, y me da tanto coraje no poder hacerlo. Sólo te miro mientras duermes, me gusta tanto el color de tu piel. Al final sólo termine cambiando la bebida que iba a tomar, no soy fan del café, pero esta mañana se me antojo.

Oye, ¿no serías tan amable de despertarte y besarme ahora mismo? Tengo tantas ganas de hacerlo esta mañana, tengo tantas ganas de decirte que te quiero y tocar tu cuerpo, tus tonificados músculos, tu boca. Te deseo tanto.

Pero no puedo hacer nada más que reírme de mis pensamientos absurdos, me avergüenza sentir esto por ti, pero me trae tanta felicidad. Y me gusta reír así, sin la preocupación de que alguien me vea; si supieras las veces que he sonreído como tonto al despertar y verte, al pensar en ti, antes de que despiertes. Cuando el sol apenas acaricia a la tierra, y al mar.

¿Sonaría tonto si te lo digo? Pero desde que te conozco me gusta estar cerca del mar, me recuerda tanto a ti, al delicioso aroma a sal que desprende tu piel. Su sonido y sus colores, son tan de ti. Creo que si es algo tonto, pero lo estoy queriendo a la par que te quiero a ti. ¿Será? Parece que sí.

Y entonces entendí que algo andaba mal cuando estaba preparando mi café, estaba sintiendo más por ti de lo que quisiera sentir. Tengo el presentimiento de que al final terminará doliendo tanto, al final esto nos destrozará tanto a mí como a ti. Pero justo ahora no quiero pensarlo, me da tanto gusto sentirme querido por ti, ver en tus ojos la sinceridad con la que me profesas tu amor.

Comencé a tomar de mi café. Estaba dulce, demasiado dulce. A mí me gusta lo dulce, tú bien sabes que lo que más me gustan son los dangos (aunque comienzas a hacerles competencia) pero nunca me preparo el café tan dulce ¿qué sucede? ¿Qué está pasando en mí?

Entonces, como una absurda revelación; entendí que te amo. En esta mañana en la que mi café quedo inusualmente dulce; en la que, como en muchas otras, has sido mi primer pensamiento en el día.

Te amo, te amo, te amo tanto.

Me pregunto si algún día podre decirte esto frente a frente, lo deseo tanto pero no puedo hacerlo. Es terrible. Cuando menos siento la necesidad de escribírtelo; no sé si algún día te lo daré o si quemaré esto en cuanto tenga oportunidad. No lo sé, pero ojalá supieras lo mucho que te amo, ojalá lo deduzcas, ojalá que mi deseo pase por tu mente, volando en un cielo despejado, inexistente, y llegará a tu corazón.

Te comienzas a mover, parece que estás a punto de despertarte. Eres tan lindo. Parece que debo dejar de escribir de una vez.

Sea como sea, pase lo que pase conmigo y contigo, sea lo que el destino, Budha o Rikudō Sennin quiera; no me importa, nada cambiará lo que siento por ti justo ahora.

Te amo, te amo tanto.

-*-

Un cuervo había llegado a la habitación obscura, mientras Kisame contemplaba silenciosamente el techo. Él advirtió su presencia y de inmediato supo que era de Itachi. Un vuelco en su corazón.

Tomó la carta y la apretó entre sus manos. ¿Un último mensaje?

Pasaron varios días y él no conseguía el valor para abrirla, el tiempo lento y la pesadumbre no perdona.

Pero ¿De qué tenía miedo?

Del dolor

Al final, se acercó al mar y se dispuso a leerlo; como un tesoro, miraba los trazos negros sobre el papel, uno por uno, en aquella costa tan nostálgica donde habían pasado tanto tiempo juntos. Justo donde el sol acariciaba la tierra y el mar, donde estaba su felicidad.   

Sobre la carta comenzaron a caer lágrimas, una tras otra. Inaudibles ante el salvaje romper de las olas, la humedad y el cielo gris.

Sé por qué no querías que nos amáramos, sé que no querías que te detuviera cuando quisiste morir en manos de tu hermano. Era lo más importante para ti, lo sé. Sé que temías herirme, pero igual  nos quisimos tanto. Tenías razón, terminamos destrozados.

Deseo desesperadamente alcanzarte al otro lado de las puertas de la muerte. Espérame, por favor; prometo que no tardaré.            

Kisame miraba de pie al interminable mar que tenía enfrente, mientras las lágrimas no dejaban de deslizarse por el contorno de su cara.

Yo también te amo.

 

Notas finales:

Ojalá les haya gustado ¡gracias por leer!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).