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Pigmalión por ritsuka10

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EL momento se tornó incómodo para dos personajes, cada uno era un desconocido para el otro, su punto de conexión fue un sujeto de traje, que minutos después de su pequeña platica arribó al edificio. Ahora los tres se encontraban en el interior del departamento, sentados en el sofa esquinero en forma de L. La chica y el universitario maquillaban preguntas inconscientemente para desenmascarar al contrario, averiguar qué papel fungía en la vida de la persona que ambos compartían. El objeto de la discordia  se agregó a la escena, los dos primeros sujetos se giraron para recibir a un hombre enfundado en una traje sastre, cabello finamente peinado hacia atrás.

 

—Hyorin.—El hombre llamó por su nombre a la mujer quien dibujó una sonrisa.— Disculpa no he tenido tiempo de enviarte los documentos que me pediste.

 

El hombre caminó hacia una caja que guardaba detrás de uno de los sillones, que formaban aquella sala modular. Era pesado el contenido por lo tanto se ofreció a llevar el archivero a su automóvil, la mujer asintió con una mediana sonrisa, de esa forma tan efímera, vaga y relampaga se despidió del jovencito de hebras castañas, ninguno de los dos pudo saber algo sobre el contrario.

 

JunHong caminó hacia el pasillo para observar a la pareja andar de forma lenta, conversaban de forma casual, un nudo se hizo en su garganta, sus manos sudaron, palpitaciones emergieron en su pecho, volvió a ingresar para tomar asiento, en cuestión de segundos su mundo dio un giro inesperado. Bang regresó al departamento sabiendo que ese chico lo iba atormentar con preguntas, como su ex esposa lo hizo, cerró la puerta y se dirigió a la cocina. Jun se se giró abierto a es escuchar  una explicación.

 

—La chica era mi ex esposa.— Comentó, Jun asintió atento por saber más, el hombre sacó un par de copas para servir algo de vino .— Esta será una larga historia  ¿Tienes tiempo?

 

El universitario afirmó, estiró la mano para sostener la copa. YongGuk se sentó a su lado, era tiempo de confesar su origen, quién era y porque llevaba escondido en ese sitio desde hace un par de años. YongGuk Bang era, o fue, un capitán de la marina, desde pequeño decidió seguir los pasos de su padre y abuelo, le llamaba la atención el orden, el honor que los hombre uniformados cargaban en la espalda, deseaba ser respetado y admirado como sus predecesores lo fueron. Desde adolescente tuvo una novia, la cual amo hasta quedarse sin aliento, ella era su musa, su mundo, representaba todo, por ello cuando él tuvo una posición acomodada en la marina le propuso matrimonio.

 

 

La joven pareja celebró una reunión en su ciudad de origen, se mudaron a vivir en un modesto pero cómodo departamento. Su futuro lucía como un festín delicioso a devorar, en un inicio fueron los amantes más felices de la faz de la tierra, cada uno se desarrollaba profesionalmente buscando devorar el mundo. Las peleas llegaron cuando el inflexible, frío capitán deseaba un hijo pero la recién graduada no, ella también anhelaba  alcanzar sus metas y un hijo cortaría sus alas, profesionalmente hablando. El capitán era un hombre recto que se guiaba por las estrictas normas de una conservadora sociedad, sus compañeros de profesión también eran militares que no demostraban emociones, “los sentimientos son para los débiles” le recordaban continuamente.

 

—Me volví un déspota bastardo, la dejaba sola, la tache de egoísta.—YongGuk confesó hundiéndose en el respaldo del sillòn, Jun no movió un dedo ya que el aire se atoraba en su pecho.— Ella era tan frágil, se encontraba tan sola, tan vulnerable.

 

El hombre le dio un sorbo a su copa de vino, la personalidad de una persona se constituye de sus acciones del pasado, son la consecuencia de sus decisiones. Hyorin siempre fue hermosa pero Bang no pensaba en ella sino en sus propias ambiciones, la descuido, con sus actitudes le dio a entender que no la amaba, sus continuos abandonos la dejaron expuesta a depredadores. Un ávido cazador detectó a la presa, la enamoró y la chica cayó en sus redes.

El capitán Bang descubrió el engaño en boca de su esposa quien le exige el divorcio, no para  fugarse con su aventura sino para escapar de esa cárcel, ella necesitaba tiempo para descubrir quién era. Hyorin no deseaba ser una mujer triste que mediga migajas de amor en otro ser, no quería ser una infiel pero tampoco tenía pensado quedarse con el hombre, que lamentablemente ya no amaba. Porqué YongGuk no supo ser ese marido que prometió frente un altar convertirse, ambos fallaron a su juramento de una u otra manera.

 

—Cuando ella se fue me quede con un hueco en el estómago, todo en lo que creía hasta ese momento estaba equivocado.—El hombre se servía otra copa y tomaba el contenido de golpe.— Yo fui el culpable, esa hermosa mujer de mis sueños fue una víctima, juré ante el altar hacerla feliz pero fallé.— Un suspiro escapó de sus labios.—Me fui de casa, deje mi empleo y vine como administrador a esconderme en este lugar.

 

El administrador contaba su verdad, confesaba ser un cobarde quien al verse abandonado decidió dejar todo y escapar, no hacer frente a sus errores, no enfrentarse a quien era. Escapó por al puerta fácil para saltar a la calle y encontrar eso que un día perdió. JunHong por fin se animó a tomar el contenido de esa copa, siempre creyó que Bang era una alma bohemia, libre que decidió alejarse del mundo por seguir su filosofía, no que era un fugitivo escapando de su propia realidad. Era extraño el solo imaginarlo dentro de un uniforme.

 

—¿Por qué fuiste a casa el día de hoy?.—Cuestionó el universitario acercando su labios.— ¿Piensas volver?

 

—No lo sé.—El mayor confesó para acercar su rostro al de Jun, tomó entre sus manos esas mejillas.— Gracias a ti tuve el valor de enfrentar a mis padres, fui a casa aceptar que mi matrimonio falló por mi culpa.

 

El capitán Bang regresó a su hogar, se enfrentó a sus padres para admitir que su egoísmo, su soberbia fue la culpable de la debilidad de su ex esposa. Ella no debía cargar con el estigma de ser una “mala mujer”, él también fue una esencial razón. En lugar de quedarse con su querida esposa en casa a escuchar sus necesidades, hacer propios su deseos, se encerró en su mundo, la trato de “inmoral” por no soñar con un hijo. Si él hubiese abierto su corazón, si hubiese escuchado bien quizá sabría que Hyorin si deseaba una familia, hijos, pero más adelante cuando ella también se sintiera plena en su profesión como el Capitán se sentía.

 

Una extraña tensión se posó alrededor de los “amigos”. El universitario tenía una pierna doblada como si abrazara su rodilla, el ex capitán se encontraba a su lado, la punta de sus hombros se tocaban, sus rostros se encontraban tan cerca, que sus alientos se cruzaban.  El hombre no soportó la separación, eliminó la distancia para besarlo, lo devoró sin piedad causando que el menor derramará el vino sobre el sofá.

Esa vez no cometería los mismos errores. Hyorin se fue por no sentirse amada, valorada y apoyada, no vio en su esposo ese amigo y confidente que necesitaba. YongGuk estaba dispuesto a dar todo para luchar por el amor de JunHong, con èl deseaba comenzar una nueva historia sin los mismos errores que la anterior.

El universitario se dejó llevar por esa descarga eléctrica corriendo por su cuerpo, se colgó del cuello para profundizar en aquella íntima caricia, de un ágil movimiento se sentó en el regazo del hombre. Su vida en cuestión de segundos sufría de una colisión de dimensiones catastróficas.

 




HimChan miraba en todas las direcciones buscando esconder su cara detrás del abanico de colores, se regañaba a sí mismo por haber accedido a ir a una cafetería con JongUp. Con su otra mano trataba de estirar el largo de su vestido para cubrir un poco más sus muslos, aunque usara mallas no se sentía cómodo. Para ser honesto no se sentía tan “maravilloso” ser acosado por las miradas de chicos calenturientos, admitía que JongUp era un auténtico caballero, quiso tanto negarse a la invitación por un café pero el chico era bastante persuasivo y amable. Ahora estaba delante de él tratando de aparentar ser una chica.

 

—Espero no te aburra mi conversación soy algo torpe cuando estoy frente a la persona que me gusta.—Confesó sonrojado el caballero rodeando el borde de su taza de chocolate.— Eres hermosa.

 

—Deja de repetir eso.—Masculló en tono agudo el hombre vestido de chica, le ponía incomodo esa mirada y las palabras tan encantadoras que usaba.—Para ser honesta creo eres interesante.

 

Para el hombre de negocios su amigo JongUp nunca fue aburrido, tedioso o molesto sino todo lo contrario, podía pasar horas, y horas conversando con él de cualquier tema, ya que le fascinaba su forma de expresarse cuando entraba en confianza. Todavía vestido de chica fingiendo ser alguien más le agradaba su compañía, quizá esa fue la principal razón por la que terminó aceptando la invitación, no quería romper de manera tan fría el corazón de su nuevo amigo.  

Los dulces amantes estuvieron toda la tarde intercambiando distintas ideas, caminaron por el parque más cercano. El universitario fue todo un caballero al defender a su “cita” cuando unos maleantes se acercaron hacer deshonestos comentarios a la dulce pelirroja, por debajo de esas capas de maquillaje el empresario se mordía la lengua para no golpear a todos los barbajanes que “la” molestaban. Estuvo maravillado al notar como el chico siguió al pie de la letra cada uno de sus consejos amorosos, que una semana antes le dio en una cena.

 

Cuando caminaban de regreso a la Universidad, donde HimChan tenía su ropa, el universitario se tomo el atrevimiento de entrelazar su mano con la “jovencita” más alta. Aquel astuto movimientos dejó en shock al director quien rápidamente se zafo para liberarse del agarre. Le aterraba romper el amable corazón del chico pero tampoco era capaz de darle alas, con una relación imposible. Ellos no podían tener una relación romántica por distintas razones, la principal es que no era esa mujer que él tanto quería.  

 

—Lo lamento.— Se disculpó deteniendo el andar para girarse y mirar de frente a la chica. Buscaba disculparse.—Apenas ha sido nuestra primera cita y me sobrepasado.

 

La chica se negó, rápidamente echó un vistazo a su alrededor para percatarse que el campus estaba vacío, las luces de las lámparas alumbraban una próxima negra noche. Esa tarde fue maravillosa para ambos, porque HimChan conocía y le agradaba JongUp pero le había mentido todo el tiempo. No quería dejar a la luz su verdadera identidad pero tampoco mentirle.

 

—Me agradas mucho JongUp. —Comentó acercando su rostro, tratando de lucir tímido y femenino, debía terminar la farsa sin herir su autoestima.— Pero tengo pareja, lo siento mucho.

 

—Me lo imagine. —El rubio acercó también sus labios, llevo sus dedos a la frente para acomodar un rebelde rizo, lo regresó a su sitio.— Eres muy especial para estar sola.— Sus alientos se entre mezclan.—No quiero ocultar mis sentimientos, me gustas mucho.

 

De un arranque de adrenalina el menor besó los labios de esa “adorable chica”. La sujeto fuertemente de la cintura para impedir que huyera, introdujo su lengua con sensualidad. HimChan se quedó desarmado ante el acto de valentía, se perdió en el sabor a chocolate de tan deliciosos labios, eran prohibidos, pero eran una exquisitez nueva. La suavidad de la lengua peleando con la suya por obtener el control, las manos rodeandolo por la cintura.

El mayor quería tener el control sobre el acto. él dirigió la caricia, él hizo retroceder al universitario porque aún vestida de mujer él comandaba. Cuando la falta de oxígeno se volvió un problema se separaron, sus miradas se cruzaron. HimChan llevó los dedos a su boca, a sus dientes ya que había mordido el labio inferior del chico en un arranque de pasión, sus piernas comenzaron a moverse a una gran rapidez, ¿Por Qué contestó el beso? ¿Porqué disfruto de aquel intercambio?

JongUp no se preocupó por perseguir a la “damisela” porque el beso lo dejo volando por el cielo, tocaba las estrellas, el sabor a café americano seguía en su boca, el dolor en su labio era vigente y las mariposas huyendo por sus poros lo incitaban a saltar de alegría. Esos síntomas eran claros, estaba enamorado de aquella extraña.







YoungJae le daba un sorbo a su café frío mientras miraba a la figura delante de él caminar en círculos. La pareja estaba en el interior del departamento del mayor, el menor de cabellos negros se hundia el sofá de cuero tratando de suprimir sus risas. DaeHyun había sacado, de quien sabe donde, un pizarrón y un plumón donde simplemente escribió el título “La pareja perfecta para Jae”. En teoría ahí debían escribir las características que tenía que  poseer su futura novia o novio.  Era una escena tierna y encantadora que lo dejaba volando por las nubes.

 

—Entonces ¿qué buscas en una pareja? .—Volvió a cuestionar el chico de cabellos castaños llevando la mirada a su amigo que tenía los labios ocupados en un popete, este levantó las cejas dudoso.—Debes tener una lista de atributos de  tu pareja ideal.

 

El menor dejó escapar un apretado suspiro, nunca antes se había puesto a pensar en describir a su chico o chica ideal. Quería que fuera alguien divertido, donde el paso del tiempo pasara rápido, reír sin detenerse y tener los mismos pensamientos, si algo gracioso pasaba girarse y mirar a su pareja. Sentir una clase de complicidad secreta que con nadie más tienes solo con esa pareja ideal.  También alguien escandalosa y romántica, una persona que lo sacara de su área de confort, lo invitará a probar actividades nuevas que por fuera odiara pero al final amará. Un personaje contrario a su propia personalidad. Sus ojos se posaron en la cara de preocupación de su amigo, quien trataba de armar una lista de acuerdo a su punto de vista. Su ceño se fruncía, sus labios gruesos se contraen, era sumamente guapo cuando trataba de ser serio.

 

—Me gustan que tengas buenas pompas.—Dijo en tono de broma, DaeHyun escribió la frase “firme trasero”.— Como las tuyas.—El mayor llevó su mirada  a su trasero, asintiendo, tenía buena retaguardia.— Con labios carnosos para disfrutarlos cuando lo bese.—El pelinegro dejo el envase de plástico de una reconocida cadena de café, y se puso de pie.—Como lo tuyos. —Caminó hasta posarse en la espalda y susurrar al oído.— Con piel morena, buenas caderas para que me levante, espalda no tan ancha, manos fuertes.—Lo abrazo por la espalda.—Como tú.

 

El dulce aliento frío golpeó el contorno de la oreja del mayor quien se giró sorprendido por la confesión. Al notar una malévola sonrisa en ese delineado rostro comprendió que todo era una broma. Entendió que YoungJae era un individuo de la vieja escuela que no se guia por listas de prospectos. Él se enamorara de la persona indicada cuando lo desee, cuando su corazón se lo diga. Dejó escapar una sonrisa al notar como le guiñaba un ojo, le mordía el labio inferior, parodiaba a una chica de un comercial que trataba de seducir al cliente para comprar su producto.

 

—Tú eres mi chico ideal.—Soltó de repente tratando de impedir salir su risa, quería lucir maduro y decidido.—Me vuelve loco tu acento de busan y tu firme trasero.

 

Rodeo a su amigo para llevar la palma de sus manos al trasero. DaeHyun soltó una risa al verse atrapado por ese inusual chico. Sus frente se unieron, le gustaba tenerlo de esa forma, disfrutando de su compañía siendo un bromistas en una importante situación. Rápidamente lo tomó por la cintura para alzarlo y llevarlo, entre quejas a la habitación principal. Lo cargó como si fuera un saco de papas. Dentro de la recámara lo dejó caer en la cama matrimonial, entre risas se puso de pie, se quitó la chaqueta y la lanzó al piso son sensualidad. TRataba de imitar una escena de striptease.

 

—Tomame sexi chico.—El moreno gritó lanzándose para aplastar  a su compañero pero este se rodó para dejar ir de frente a su amigo, el moreno se estampo en el colchón.—Ven acá ahora me vas a cumplir.—Estiró el brazo para atrapar al fugitivo y rodealo con sus brazos, se aferró a él como un koala, ambos no paraban de reír.— Aprovechate de mi.

 

Un mar de risas hicieron acto presencia, resonaron por toda la habitación, sus alientos se conectaban como el sonido de sus corazones. YoungJae era inmensamente feliz al tener a alguien como ese chico a su lado, en el pasado lo odio mucho.  Su egoísmo y soberbia lo llevaron a vivir un infierno en el Instituto pero ahora era distinto. Le gustaba ese nuevo sujeto, sí, lo admitía hace tiempo atrás se percató que no miraba al moreno como un compañero de juegos sino como algo más,  anhelaba besarlo, tocarlo de manera inapropiada.  YoungJae se descubrió en un callejón sin salida, era imposible que ese varonil hombre contestara a sus sentimientos.

 

Notas finales:

Espero les guste el capitulo!! no estoy segura si falta mucho para que termine el fanfic!! xD GRACIAS POR SU APOYO!! GRACIAS POR LEER!! Les invito a seguirme en Wattpadd!! he subido un fic nuevo llamado Rose, es una colección de oneshots lemon para mayores de 18. 


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