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Pigmalión por ritsuka10

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JongUp llevaba varios días deambulando por las cercanías del edificio donde vivía con la esperanza de volver a toparse con su princesa, su suerte no era la mejor. Aquel hermoso ángel no volvió a tocar el pavimento que rodeada esa cuadra. Abatido el rubio se resignó a  entrar por la puerta principal pero su vista fue captada por un “inusual” enfrentamiento. JunHong peleaba, nuevamente, con el conserje debido  a que este  “sin querer” le había barrido los pies al tratar de pasar por donde él realizaba limpieza.

El menor de los Moon estudiaba para volverse profesor de primaria, él no era como el resto de sus hermanos queriendo ser Doctor, de hecho la sangre la causa desmayos fue por eso que busco una carrera más acorde a su noble personalidad.

El rubio decidió rodear el edificio y encontró una banca en el jardín al fondo donde se dispuso a vagar por Internet, mataría el tiempo hasta que su amigo desatara su ira contra el pobre administrador y no soportar su mal genio. Sus dedos vagaron por distintos sitios hasta encontrarse con un manhwa de una artista amateur, la imagen de la chica en la portada le pareció conocida, una sonrisa se formo en sus labios, por fin había encontrado a su princesa. Sin poder creer descubrió que su amada heroína era la protagonista de un cuento cyberpunk rodeada de elementos fantasiosos y con el objetivo de despertar al amor de su vida castigado en un sueño eterno por un malvado científico.

 

YongGuk giraba por quinta vez los ojos no podía creer que ese niñato le hiciera un tango solo porque “accidentalmente” barrio la punta de sus zapatos de diseñador, ya se había disculpado por enésima vez y se ofreció a limpiarlos o llevarlos con un bolero pero ese bicolor muchacho no estaba dispuesto a perdonar tal ofensa. Cansado se disponía a huir a su departamento pero una mano lo detuvo.

—No creas que te vas a escapar. —El universitario sujeto por el hombro al administrador.—Me debes una disculpa.

YongGuk rodó los ojos ignorando los quejidos de tan ruidoso chico, en menos de una semana se había terminado una caja de cafiaspirinas para quitarse el dolor de cabeza causado por las continuas “casuales” peleas que sostenían. Ese mocoso se quejaba de todo, el boiler no funcionaba, el vecino del piso de arriba hacia ruidos extraños, el elevador se trababa, los bordes de unas ventanas estaban muy sucios, una lista enorme de quejas se acumulaban en el buzón desde el día que ese tormento se mudó a vivir al conjunto de departamentos.

—Solo voy a ofrecer disculpas si tú haces lo mismo.—Le enfrentó girándose, su rostro se mostraba tenso. —Asume que también fue tu culpa.

JunHong hizo un puchero sosteniendo el aire hasta que sus mejillas eran dos globos inflados que cambiaban de un color carmín  a uno morado. Bang quedó sorprendido por tan infantil gesto levantó la mano para picar con un dedo uno de los hoyuelos causando que el rubio dejara escapar el aire retenido en un resoplido. Una mueca de alegría apareció en los labios del administrador, ese niño simplemente era adorable y en lo más profundo de su ser quería abrazarlo, aunque él en el pasado fue un duro capitán de la marina tenía un lado sensible y era susceptible a caer en los encantos de las cosas o personas lindas.

—Viejo grosero.— Le gritó huyendo hacia el elevador.—No vuelva a tocarme sin mi permiso.

Las mejillas del rubio se tiñeron rojas, ese hombre le causaba escalofríos desde el día que se mudó a ese edificio mataba el tiempo dejando miles de quejas en el buzón, era una forma infantil de despejar su mente, las peleas con él eran divertidas. Las puertas del elevador se cerraron fue en ese segundo que Jun saco el móvil de su pantalón se puso a checar viejas fotografías de su galería,  tenías tanas con su ex novio hasta ese momento no tuvo el valor de borrarlas, cada una era un dulce recuerdo que trataba de olvidar con el paso de los días.

 

JongUp emocionado caminaba por la calles, se dirigía a su clase vespertina, iba tan inmerso en la historia del manhwa, donde su adorada princesa era la protagonistas y hermosa heroína que no tomaba en cuenta a las personas que lo rodeaban o los objetos que se presentaban delante suyo. El rubio llego a un cruce donde solo se enfoco a ver ver de reojo un sentido sin prestarle atención a que era una calle de doble carril, sus pies comenzaron a moverse su vista estaba clavada en la pantalla del móvil, la música que llevaba a todo volumen le impidió escuchar el ruido del exterior.

HimChan una vez más huía de la empresa de su padre y buscaba esconderse en del departamento de su mejor amigo, levantó el rostro para captar como por segunda ocasión un chico delante de èl de cabellos rubios cruzaba la calle sin darse cuenta que venía un auto, corrio rapidamente hacia él para jalarlo de la camisa y pegarlo a su cuerpo e impedir que cruzará. JongUp se giró al sentir unas manos aferrarse a su cintura, una respiración entrecortada golpear su nuca, no entendía la situación.

—De nada.— HimChan esbozo con una mediana sonrisa de conquistador de cine.— Debes fijarte primero antes de cruzar.

—Suéltame pervertido.— El rubio le escupió al sentir algo duro pegarse en su trasero.—  No te des aire de héroe solo lo hiciste porque eres un depravado.

El menor se liberó del agarre para posar sus ojos en la entrepierna de su “salvador” donde se veía un pequeño bulto, sus mejillas se tiñeron rojas y salió corriendo a toda velocidad. HimChan miró la escena callado, observó el mismo punto donde antes el extraño rubio había mirado, chasqueo la lengua, el pantalón que ese día usaba estaba bastante ajustado y su amiguito había reaccionado sin su consentimiento al sentir tan perfectos glúteos posarse delante de él. Sus manos se posicionaron en su entrepierna, nunca le había pasado eso desde que era un adolescente calenturiento. El pelirrojo camino apenado por la banqueta tratando de ocultar su visible calor, todos tenemos esqueletos escondidos en el closet, unos más perturbadores que otros y quizá algunos más normales.

El primogénito de los Kim tenía una cierta obsesión por el sexo, generalmente necesitaba una pelicula pronográfica para descansar después de una pesada semana de trabajo, esa era la razón porque no deseaba casarse, todavía, su prometida no lo satisfacía además de que era una chica bastante reservada para realizar  perversiones en la cama. El pelirrojo sacudió la cabeza, solo en esa zona le pasaban las cosas más extrañas y por segunda vez se topaba con el mismo despistado chico, emitió una mediana sonrisa, era la primera vez que se le levantaba por un hombre relamió sus labios ahora iría directo al cuarto de su amigo a masturbarse viendo una pelicula de porno gay.

 

YoungJae volvía de clases abatido, acomodo sus lentes antes de ingresar la contraseña para entrar a su departamento, deseaba comer algo y dormir lo que restaba de la tarde. Sus roomies tenían reunión del club de baile hasta muy tarde así que podría disfrutar de la tranquilidad un par de horas. El pelinegro lanzó la mochila a uno de los montones de ropa sucia que había tirada por la sala, caminó hacia la cocina con ojos cansados cuando de pronto se encontró con una desagradable figura.

—¿Qué diablos haces en mi casa? .—Gritó, DaeHyun saltó de su lugar para apartar la mirada de su celular y enfocarse en el recién llegado.— ¿Quien te dejó entrar?

—Uppie me dio la contraseña de la puerta.— Contestó guiñando el ojo derecho como todo un conquistador.— Dijo que no había problema de que me quedara.

Al menor casi le daba una embolia del coraje, seguía sin creer que JongUp fuera tan ¿Confiado? no quería decir la otra palabra pero en su cabeza no dejaba de gritarle “tonto Up”. Sujeto el brazo del castaño para arrastralo hacia la puerta, era evidente la diferencia de fuerza ya que el mayor no se movió ni un centímetro. DaeHyun contraataco tomando fuertemente de la cintura del pelinegro como si de un koala se tratara.  

Estuvieron forcejeando varios minutos hasta que el mayor  elevó a YoungJae por los aires y lo cargó hasta el sillón donde lo dejó caer.  Avergonzado el chico de lentes trato de defenderse sujetando de la muñecas a su atacante que buscaba huir,  ambos cayeron al piso enrollados por una pelea, el castaño no paraba de reír debido a los chistosas muecas que en el rostro de Jae se dibujaban. La batalla finalizo cuando el mayor se sentó en las caderas del pelinegro y lo sostuvo por las muñecas pegandolas al piso, acercó sus labios sensualmente dejando en claro que él era quien mandaba en esos segundos, él tenía el poder.

—¡Wow! eres hermoso.— Dijo en tono de burla, Jae movía la cabeza de un lado a otro tratando de zafarse del agarre.— Hueles delicioso ¿Usas perfume para mujer?.— Una burlona sonrisa se formo en sus labios para acercar su nariz al cuello.—Tu piel es tan suave como la de una chica.

El pelinegro apretó los dientes, no podía creer que era acosado por su enemigo número uno, ese que lo usaba como objetivo para sus bromas más tontas, comer emparedados de crema para afeitar,  sobrenombres ridículos, burlarse de él cuando no lograba hacer las tareas físicas como encestar una pelota en la red. YoungJae comenzó a patalear desesperado al sentir como el castaño movía la nariz por su cuello, esa sensación le daba cosquillas y hormigueos en la parte baja de su abdomen.  DaeHyun disfrutaba de molestar a los más débiles en el colegio lo etiquetaron como “Bully” pero nunca usó la violencia, no fue un agradable compañero para muchos chicos ya que los usaba como objeto de sus burlas, a veces hirientes. Sus padres lo castigaron muchas veces pero él nunca llego a entender.

—¿Eres marica? .—Le cuestionó de golpe, Jae se volvió rojo,  no de pena sino de rabia por escuchar un adjetivo tan peyorativo, usó tosas sus fuerzas para lanzar lejos a su atacante..— Disculpa si te ofendí.

—No me ofende que pienses si soy gay pero no uses esa palabra en este departamento.—Le gritó, se puso de pie para caminar hacia la cocina.—  No se supone que tienes una casa ¿Qué haces aquí?

DaeHyun de un salto se puso de pie caminando hacia la cocina y verificar en el horno, el platillo que había dejado se había terminado de hornear, con la vista siguió como su compañero movía algunas cosas en la alacena parecía estar buscando prepararse algo de ramen, lo detuvo cuando le echaba agua a una cacerola.

—Como agradecimiento he preparado la cena.— Comentó el hombre apenado por sus acciones, la mirada de Jae lo desarmaba.— Disculpa por decirte de esa manera.

El pelinegro soltó un suspiro para tomar asiento en uno de los bancos y acomodar los codos sobre la mesa. Era claro que ese chico no se iria de forma pacífica, debia usar las palabras adecuadas y descubrir porque estaba en su casa, después de calmarse comenzó a cuestionarse por qué estaba ahí. DaeHyun contestó con casi toda “honestidad”, sus padres lo castigaron disminuyendo su depositos  por una travesura  en el semestre anterior además de que sus compañeros de piso lo dejaron solo con todo el paquete. El universitario sintió un poco de lastima por su “enemigo”, en el pasado fue un poco cruel pero también debía ser difícil para él salir adelante cuando muchas personas te dan la espalda. Al paso del tiempo los dos personajes olvidaron sus diferencias, principalmente YoungJae quien quedó enamorado de la pasta hecha por el estudiante de cocina, le fascinó el sazón, la consistencia, se estaba volviendo, en corto tiempo, adicto a esa comida. La pareja esperó a que llegaron los dos menores pero el hambre los atacó obligándolos a cenar solos.

—Sobre la palabra con M— Intervino DaeHyun moviendo los dedos nerviosamente y mirando a otro sitio.—Lo siento si te ofendí.— Dae no era bueno retractándose o pidiendo disculpas, la razón principal por que las peleas con sus padres no disminuían.— No tengo problema si fueras.

—No me importa lo que pienses de mi orientación.—Contestó orgulloso comiendo un bocado de la pasta.— A Junnie lo molestaban mucho en el colegio con esa palabras así que él es sensible por eso esta prohibida.— Le dio un sorbo a su vaso con coca-cola.

El mayor asintió prometiendo no volver decir ese objetivo, nunca pensó que las personas le dieran tanto valor a una palabra, torció los labios ese chico delante de él le agradaba  estaba sorprendido de que hubiera todavía chicos tan inocentes como esos dos, Up y Jae lo dejaron entrar sin cuestionar sus verdaderas intenciones aunque el pelinegro lucia inteligente era bastante confiado, tuvo un ligero remordimiento por mentirle pero necesitaba la ayuda y causar lástima era su mejor arma para lograr su objetivo.



JunHong bajaba por las escaleras adormilado, tocó su estómago con mucho cuidado una noche antes se había llenado de pasta que DaeHyun cocinó,  extrañamente los tres chicos hicieron un trato con su vecino, quien aceptó cocinar para ellos si le compraban los ingredientes. El rubio caminó por el largo pasillo hasta llegar a la puerta del departamento del administrador apretó sus labios para tocar la madera con su puño cerrado, no recibió respuesta así que uso el timbre, el cual, casualmente no servivia, golpeó nuevamente la puerta con más fuerza descubriendo que estaba entre abierta.

Jun llamó al administrador pero no recibió respuesta por ello se animó a ingresar, en el interior todo estaba en silencio solo el ruido de una lavadora aparecía de vez en cuando. El chico miró sorprendido aquel semivacío sitio,  una de las paredes estaba adornada por dibujos incompletos a lápiz, eran formas femeninas y masculinas desnudas. Las mejillas de Jun se tiñeron al descubrir más dibujos coloreados de seres humanos desnudos, tocó algunas hojas sorprendido por la técnica, no tenía conocimientos  fondo pero se notaba el talento.

Bang observaba aquella alta figura posarse delante de sus dibujos, él desayunaba cereal  tranquilamente en una mesa al fondo de la cocina, usaba unos enormes audífonos, razón por la cual no escuchó los golpes, ya anteriormente había desconectado el timbre porque los niños no dejaban de molestarlo con bromas. La vista del hombre se enfocó en el bien definido cuerpo del visitante, extrañamente sus ojos se enfocaron en la cadera y trasero, el administrador se regaño  asi mismo por ser tan superficial pero ese mocoso era muy atractivo. Una sonrisa escapó de sus labios al descubrir que el intruso trataba de imitar las poses de los modelos dibujados, lucía tan tierno cuando se mordía los labios o hacia pucheros.

JunHong se giró y brinco de susto al ver a un hombre mirándolo fijamente desde la mesa, ese cabello combinados con esa profunda mirada lo asustaron, trato de juntar fuerza pero sencillamente se encontraba doblegado por tan oscura presencia.

—Deje de mirarme como un enfermo.—Comentó serio tratando de reponerse del susto.— Hay una fuga en el baño de mi departamento.— Habló en tono más serio tratando de evitar que sus mejillas se volvierona rojas.— ¿me está escuchando?

El menor señaló los audífonos. Bang se los quito para firmar con un movimiento de cabeza, una pervertida sonrisa se dibujó en su rostro causando escalofríos en el rubio quien se tensó al ver como el mayor se ponía de pie y caminaba hacia su dirección. Jun dio un paso hacia atrás al sentir que la distancia entre ambos disminuye,   sus rostros se encontraban separados por centímetros, sus alientos se fusionaron y el menor apretó los ojos fuertemente.

Notas finales:

MUCHAS GRACIAS POR LEER EL FIC!! Espero les guste y leo todos su reviews, no se pueden imaginar lo feliz que me hacen, por ustedes y BAP continuo escribiendo 1 gracias por todo, muchas gracias


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