CAPÍTULO V
El joven de cabellos negros se levantó sin agregar ni una sola palabra, a pesar de no saber la razón de estar ahí. Sólo observó con atención todo el escenario.
- Akemi, espero que tengas una buena explicación para esto –Exclamó Deidara molestó.
- Sé lo que estás pensando, pero tranquilo, él está bajo mi control por el momento –Contestó Akemi.
- Uhm, ¿eres idiota? ¿No has escuchado hablar sobre su poder? –Dijo Dei enojado.
- Dei, eres muy fuerte, pero tu orgullo siempre te hará mantenerte poder debajo de otros. Sólo sobreestimas a Itachi porque nunca pudiste vencerlo, sólo es eso. Ahora, ¿comenzamos? –Dijo dirigiendo su mirada hacia Sasuke y Naruto.
Itachi, no mates a tu hermanito, sólo déjalo inmóvil. Quien me interesa es el rubio.
Itachi actuó sin pensarlo dos veces, creando el Jutsu Gran bola de fuego para atacar a Naruto; pero la bola explotó en el mismo lugar de donde estaba él, lo que provocó el impacto de todos.
Deidara se había escabullido por la arena con su jutsu de ocultación como un topo hasta llegar al azabache y saliendo con una bomba de arcilla que golpeó la barbilla de éste, sin poder esquivarlo aunque había sido algo tan simple.
- ¿Qué demonios estás haciendo, Dei? –Preguntó Akemi.
- Te dije que no quería estupideces, Akemi. No tomes al Uchiha como un juego. Hey, ustedes dos –Gritó dándoles la espada a Naruto y Sasuke, mientras no perdía de la vista a Itachi, quien estaba de cuclillas-, ayúdenme a atacar.
- ¿De qué hablas? ¿Por qué haríamos eso? Sigues siendo el mismo raro –Respondió Naruto.
- Porque en este momento es lo único que los puede salvar, y no lo digo por Itachi, lo digo por Akemi –Respondió Dei.
Deidara se colocó al lado de Naruto tomando como un sí su silencio. Al principio ellos dos dudaron, pero sabían que en una batalla, la confianza es lo último que deben tener.
- Cometiste el peor error de tu vida, Deidara –Dijo Akemi con una sonrisa que causaba escalofríos.
- Naruto, Sasuke, será mejor que se pongan en defensa y no tomen esta pelea a juego –Dijo Deidara con el ceño fruncido.
- ¿Por qué lo dices? –Preguntó Sasuke sin entender el poder de su oponente.
- Por eso –Contestó Deidara observando a Akemi.
- Qué lástima que al primer día de tu regreso mueras, Dei. ¡Rinnegan! –Gritó Akemi.
Los dos quedaron impactados, inclusive Itachi. La obtención del Rinnegan no era por cualquier ni para cualquiera.
- ¿Cómo tienes ese ojo? –Preguntó Naruto al ver que sólo el ojo izquierdo poseía el rinnegan.
- Es algo largo de contar y ya me estoy aburriendo.
- Eso te matará, Akemi –Gritó Deidara.
- No me interesa, tendré el tiempo suficiente para saciar la sed de sangre que tengo. Ahora, ¿qué prosigue? Ah, sí, ya recuerdo. Pueden salir –Dijo Akemi.
Aparecieron de pronto dos hombres. Eran casi iguales: Cabello negro corto, ojos con el rinnegan y vestimenta de color roja.
- No pude invocar a los seis caminos del dolor, pero con ellos dos bastará: El camino Naraka –el que en el anime revivía a los pain muertos- y el camino animal –convoca criaturas.
- Tsk, yo también soy poseedor del rinnegan, idiota, por si no lo sabías –Dijo Sasuke.
- No, Sasuke, por favor. Juguemos limpio, somos tres contra dos –Exclamó Dei desviando la mirada.
- La palabra limpio es lo que menos te describe, Dei –Interrumpió Akemi.
- Eso te durará no más de un día, y te terminará matando –Intervino Deidara-. Akemi, aún puedes retractarte, deja al maldito mocoso en paz o morirás.
- Así que sí tienes sentimientos, Dei. Me siento halagado, tal vez debería darte de regalo a tu amado Uchiha –Dijo provocando un leve sonrojo al rubio.
- Tsk, cierra la boca –Contestó Dei, fingiendo molestia.
- Eres tan obvio, Dei, pero eso no importa ahora. Comencemos:
El camino animal invocó a la bestia “Cancerbero”, un perro con 10 cabezas y alas y les ordenó que se dirigieran hacia Naruto, quien las contraatacó sin darles algún golpe, ya que por cada golpe se duplicaba.
- Sasuke –Le dijo Deidara en voz baja-.
- ¿Qué?
- Necesito que hagas que un ataque de esa bestia se dirija hacia Naruto, mientras yo lo distraigo.
- ¿Qué estupidez dices?
- Akemi no se cansará hasta ver a Naruto muerto, y aunque Naruto es más hábil, tenemos dos debilidades: Itachi y el que Akemi tenga algún as bajo la manga.
- ¿Por qué estás haciendo, esto, Deidara? –Preguntó Sasuke sin entender al bipolar rubio.
- Porque me encanta jugar a las luchitas, idiota.
- No me refiero a eso, imbécil. ¿Por qué teniendo a Akemi de tu lado no te unes a él?
- Aunque me moleste, Naruto y tú son de mucha ayuda para mí. El sharingan y el rinnegan son signo de traición. Necesito regresar a mi aldea, necesito cobrar venganza.
- Lo podrías hacer junto a Akemi.
- Sí, pero sé que él está viendo todo desde otra perspectiva; cree que yo le abandoné con intención. Supe que ya no me tomaba como un amigo desde que invocó a tu hermano.
- De acuerdo, Deidara. Haré lo que pides, pero déjame decirte algo.
- ¿Qué es?
- Se ve en tus ojos que no estás aquí por venganza. –Dijo el Uchiha caminando hacia el lugar de la batalla.
- ¿De qué hablas?
- No importa, es tierno que finjas ser tan duro –Dijo Sasuke riendo.
- Después de esto lo mataré –Dijo el rubio con un signo de enojo en su frente.
Naruto: ¿Por qué no me están ayudando? Ese loco ya invocó a un rinoceronte.
Sasuke: *Si le aviento un ataque fuerte al animal, seguro le ordenarán que lo envíe hacia Naruto* Chidori Kagutsuchi –Una variante del chidori, con mucha más concentración de chakra gracias al Amateratsu-.
Como lo esperaban, la bestia lanzó el ataque hacia Naruto, y cuando éste lo iba a evitar, Deidara le lanzó una bomba de arcilla en forma de ave lo bastante grande para encerrarlo y ser atacado por la técnica de Sasuke.
Naruto: ¿Qué significa esto? –Gritó Naruto enfadado, tirado sobre el suelo.
Dei: Te lo dejo a ti, Sasuke.
Sasuke alzó la cabeza de Naruto, dispuesto a meterlo en un Genjutsu, pero de pronto algo salió mal. El camino animal había invocado al ave gigante, que con una velocidad impresionante había llegado a la espalda de Sasuke, perforándolo justo en el corazón y haciendo que la sangre le brotara de su boca, cayendo al mismo tiempo al piso.
- ¡Carajo! Naruto, ten cuidado –Le gritó Dei a Naruto mientras peleaba contra las bestias, pero el rubio estaba consternado-. ¡Naruto, esquívalo!
Akime había lanzado una esfera de chakra dorada hacia Naruto, pero éste lo ignoró por completo.
La sangre voló por el aire. Deidara había protegido a Naruto del ataque, colocándose frente de él.
Cayó de rodillas, escupiendo más sangre, mientras detrás de él el azabache estaba casi inconsciente, tratando de resistir un poco más. Los dos estaban al borde de la muerte, viendo pasar su vida en unos cuantos segundos.
- ¿Por qué…? –Preguntó Naruto sollozando.
- Naru, escúchame –Le dijo Deidara con intervalos para tomar aire-. Necesito que finjas morir, nosotros te protegeremos. Si mueres, Akemi seguirá matando gente para alivianar su dolor, pero si no lo haces, podrás detenerlo. En cuanto él no te vea, lárgate, ¿entendiste? –Dijo Deidara mientras se levantaba con un gran esfuerzo.
- ¿Cómo podría abandonarlos?
- Naruto, mírame a los ojos y escucha lo que te diré, porque será lo último que sepas de mí:
“Aquella vez que me preguntaste porqué me casé con Sakura te respondí que no lo sabía, pero sí sé por qué lo hice. Me sentía traicionado por ti, y quería demostrarte que no eras el único que estaba detrás de mí. Así que, por favor, dile a mi esposa que me disculpe por no ser un buen compañero de equipo, ni un buen amigo y mucho menos un buen esposo. Dile que me disculpe por prometerle que le entregaría mi corazón, cuando ya se lo había entregado a alguien más, cuando ya te lo había entregado a ti. Disculpa por ser siempre tan teme y nunca decirte lo que siento por ti: Te amo, Naruto”.
“¿Estás escuchando? Mi voz confesándose a ti. ¿Lo estás escuchando ahora? ¿Escuchas mi corazón? Como las gotas que caen en las ventanas al llover, entraste a mi corazón”.
- Sasuke, yo no te abandonaré –Dijo Naru llorando.
- Nadie te pregunto si lo harías o no, dobe –Respondió Sasuke.
- Sasuke, te amo.
El azabache le dio un pequeño beso en los labios e inmediatamente después, lo sometió a un Genjutsu.
“Sólo vive tu vida brillando como una estrella y yo seré tu luz de luna”
- ¿Ustedes son…? –Preguntó Deidara interrumpiendo la escena de amor sad xD.
- No, no somos nada. Ahora, sigamos con esto.
- ¿De qué hablas? Los dos sabemos que los ataques fueron muy fuertes, ni siquiera sé cómo es que estamos parados aún.
- Jajaja, lo sé, eso me pasa por pelear junto a un idiota como tú –Dijo Sasuke sonriendo mientras se desplomaba hasta el piso.
- Tsk, baka. Despierta, alguien debe sacar a Naruto de aquí.
Deidara caminó hacia Naruto y lo subió en un ave de arcilla, que se fue volando.
- ¿Qué haces, Dei-chan? Es obvio que el rubio ha muerto y si no lo está, morirá. Nunca podrá salir del genjutsu; he oído que no se le da.
- Sólo cállate –Dijo Deidara mientras le aventaba un bola de arcilla tan pequeña como una pelota de béisbol-.
- Se nota que ese ataque te dejó mal, esa porquería no me hará nada. –Se burló Akemi.
- ¡Katsu! –Gritó Deidara sonriendo y cayendo de rodillas.
- ¿Qué? Ni siquiera explotó –Dijo el peliazul mientras empezaba a reír a carcajadas.
- ¿Quién dijo que era para ti el ataque, imbécil?
- ¿De qué hablas? –Preguntó Akemi sin entender, pero ya no recibió respuesta, Deidara estaba completamente inconsciente.
*Así que pensó en despertar a Naruto con un dolor externo al genjutsu. Lo pensó bien* Pensó Itachi, para después prepararse para acabar con el que había herido a las personas que más amaba en la vida.
- Deidara… -Dijo sin pensarlo, como un impulso que se había ocultado por tanto tiempo.
~Porque nunca existió odio en ellos, sólo ingenuidad, que les hizo creer que el amor era en realidad una enemistad~