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RinHaru week 2017 por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

Hemos llegado a la mitad de esta semana y vaya que se me han pasado volando los días... Para este día me inspiré en la canción "Solo para ti" del grupo Camila.

Era una mañana como muchas otras, con el sol filtrándose por las cortinas del ventanal de la recámara que desde un par de años atrás empezaron a compartir en su vida como pareja. Un fin de semana tranquilo sin prácticas matutinas para ninguno de los dos ni algún otro pendiente por resolver.

 

Permanecían sobre la cama aunque el pelirrojo, acostumbrado más que el menor a iniciar el día temprano, llevaba un par de minutos despierto observando en completo silencio las facciones tan tranquilas del chico a su lado mientras dormía.

 

Lentamente extendió su mano hasta poder tocar su rostro, quitando algunos mechones del flequillo que habían quedado sobre él. La sonrisa se dibujó en sus labios sin que siquiera se diera cuenta y era algo que muy regularmente le ocurría a su lado pues, aunque sólo una vez se atrevió a decirlo y de eso hacía muchos años, en más de una ocasión apareció en sus sueños como aquél a quien quería mostrarle todo lo que formaba parte importante de su ser.

 

-Tanto tiempo a tu lado y apenas pude darme cuenta de que siempre te busqué ¿No?-sonrió ante sus pensamientos antes de besar suavemente la mejilla de su amado, consiguiendo que los hermosos ojos azules que tanto ama se abrieran sólo un poco para mirarlo.

 

-Aún es temprano… ¿Por qué no puedes actuar como una persona normal y dormir un poco más?-esas fueron las palabras que escaparon en un susurro de sus labios antes de removerse sobre el colchón buscando más cercanía con su pareja apoyando su frente sobre su pecho recibiendo como respuesta un beso en la cima de la cabeza y una pequeña risa.

 

Y para que mentir, ese chico tan insistente, ruidoso y molesto había llegado a su vida para remover sentimientos que había dejado guardados desde el primer momento en que lo conoció, haciendo que poco a poco su cotidianeidad cambiara de color.

 

-No es precisamente temprano, son más de las ocho y deberías estar acostumbrado a despertar incluso antes. Que no haya entrenamiento no significa que puedas flojear.

 

Y ahí estaba de nuevo esa actitud entusiasta que años atrás le había molestado y con la que ahora sentía no podría seguir si faltaba. Una disimulada sonrisa llegó a los labios del más bajo aferrándose un poco más al cuerpo de su pareja recordando esos años en que ni siquiera tuvo noticias suyas y lo que tuvieron que pasar para poder volver a reunirse.

 

-Es eso a lo que llaman destino ¿No? Siempre hemos sido el par destinado, no por nada pese a todo regresaste a mí y logramos superar esos obstáculos-aspiró su aroma aún sin separarse de él.

 

Por más que sus palabras no lo demostraran esos ojos rojos, al igual que su cabello, y esos dientes afilados, que siempre mostraba en una enorme sonrisa, habían conseguido instalarse en su vida llenando espacios vacíos que ni siquiera conocía en su interior. Simplemente siguió aferrado a su cuerpo ocultando su rostro mientras los labios de su pareja se colocaban repetidas veces sobre su cabello.

 

No podía ocultar lo importante que era en su vida y lo mucho que significa para él pues, por más cursi y cliché que sonara, cada que recordaba sus años de infancia y parte de su adolescencia no dejaba de pensar que por cada razón para no coincidir había una y mil más para seguir juntos pues lo que los une es más que una simple amistad.

 

Lentamente el más alto lo separó de su cuerpo suavemente, cerrando los ojos mientras tomaba suavemente su mentón haciendo que ambos labios se encontraran en un dulce beso con el que intentaba transmitirle todo aquello que sentía, desde lo feliz que lo hacía poder compartir esos momentos a su lado hasta los cambios que su encuentro había causado en su vida.

 

El azabache correspondió a su beso rodeando su cuello mientras se pegaba a él, se sentía tan feliz de poder tenerlo a su lado que a veces le costaba creer que durante su infancia compitieran por las cosas incluso más absurdas o que no tuvieran ningún sentido.

 

Recordaba a la perfección todos los momentos que pasaron juntos y, curiosamente, en más de los que pudiera esperarse se encontraban en una competencia dentro o fuera de la piscina. Siempre estaban midiendo sus habilidades y comparándolas uno contra el otro, cada una de ellas iniciada por el más alto.

 

No eran lo que la mayoría podría considerar la pareja perfecta pues de vez en cuando sus diferencias llegaban a ser motivos de discusiones que no podían detener en el momento adecuado pero ambos estaban conscientes de que sus sentimientos y los del otro eran verdaderos, podían sentirlo por más difícil que pudiera ser la situación.

 

Y todo porque no estaban dispuestos a pasar lo mismo que tantos años atrás, no querían volver a separarse sólo por no ser claros y sinceros con lo que buscaban y sentían, no querían repetir la batalla y el distanciamiento originado tras el momentáneo regreso del pelirrojo a Japón que dio pasa a su futuro reencuentro.

 

Aunque al final de cuentas agradecían de cierta manera que las cosas hubieran sucedido de esa manera pues en caso contrario probablemente nunca hubieran sido capaces de entender la fuerte conexión que tenían y llegar a la conclusión de que su lugar siempre era al lado del otro.

 

-Oye Haru...-hizo una corta pausa mientras jugaba con unos cuantos mechones del cabello de su pareja, no estaba seguro de si por fin dormía o seguía despierto y quería asegurarse de que pudiera escucharlo; al recibir un monosílabo como respuesta no pudo evitar reír un poco y besar su frente-Te quiero ¿Lo sabes? En verdad eres muy importante para mí.

 

-Seguirás siendo un romántico hasta el fin de los tiempos ¿No?-contestó con una exagerado tono adormilado sólo para molestarlo.

 

Y, como solía ocurrir en momentos así, el rubor cubrió el rostro del más alto mientras refunfuñaba y entre frases sueltas reprendía al chico por ser tan insensible y no mostrar siquiera un poco de consideración por sus sentimientos a lo que sólo respondía que su voz era molesta y no lo dejaba dormir mientras se ocultaba entre las sábanas y el pecho de su amado aferrándose con mayor insistencia a él.

 

-Rin, también te quiero como a nadie y es vergonzoso pero en verdad eres el amor de mi vida, he descubierto tantas cosas a tu lado que simplemente no terminaría de decir cuan agradecido estoy por estar siempre conmigo-esos eran sus pensamientos mientras la discusión seguía, no iba a decírselo abiertamente pero quería demostrarselo y por ello, pese a las quejas que le daba, se mantenía pegado a él como si quisiera fundirse en su pecho y permanecer así sin importar nada más.

Notas finales:

Un día más  llegó pero por aquí seguiré y espero seguir contando con su apoyo. Nos leemos mañana


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