No entendía porque desde que empezaron su último año de preparatoria sus encuentros se habían vuelto tan esporádicos y acelerados. Creía que luego de haber solucionado la situación en que se encontraban resultaría más sencillo estar juntos pero, para su mala suerte, no fue así.
Y es que, luego de todo lo que ocurrió tras los relevos, había logrado entender la razón de su deseo tan fuerte de poder seguir a su lado pese a sus dudas e inseguridades y ahora que sus sentimientos eran claros no estaba dispuesto a dejar que las circunstancias interfirieran entre ellos.
Sin embargo, las cosas no siempre resultaban como él deseaba y sus preocupaciones y responsabilidades al igual que las del otro habían cambiado, haciendo que no todo resultara tan sencillo como hubiera querido.
-¿Cuál es la prisa? No es como si hubieramos terminado con todos nuestros pendientes-ese tipo de pensamientos eran los que llenaban su cabeza cada que, al terminar las prácticas conjuntas que llegaron a organizar, ambos partían por su lado sin más que un simple "Hasta pronto".
¿Por qué lo que habían logrado tras los relevos el año anterior parecía desvanecerse? No necesitaban hacer a un lado lo que sucedió, había sido significativo para ambos como para dejarlo en el olvido ¿No podían siquera tener una hora más? Con eso hubiera sido suficiente.
Se sentía un poco frustrado aunque en el fondo sabía que de alguna u otra manera lograría que sus caminos se encontraran, hayaría un momento en la apretada agenda del chico como capitán del equipo para que pudieran, cuando menos, conversar un poco y así calmar sus deseos de tenerlo un poco más cerca.
No era bueno con las palabras, no quería arruinar los momentos pero esperaba que al menos supiera que podía esperar cuanto fuera necesario hasta que hubiera terminado con todo. Aunque tampoco le parecía lo mejor estar todo el tiempo esperando captar su atención.
¿Qué importaba estar ahí pendiente de él si al final no iba a obtener más que un "Rin tiene cosas por hacer, será mejor que te vayas de una vez Nanase"? ¿Tan mal estaba querer tener un tiempo a solas? No podía equivocarse si sólo quería un poco de tiempo para ellos, no podía ser un error querer estar con él.
Le molestaba no tener tanta importancia como el resto de sus tareas pues entendía que si no se presentaba la ocasión y el otro chico le ponía restricciones para encontrarse era debido a todas las responsabilidades que había adquirido desde el momento en que aceptó el mando del equipo.
No sabía como pero encontraría una forma de hacerlo esperar, retenerlo al menos unos minutos a su lado sin importar lo demás así fuera un simple roce de manos que llamara su atención tal como en una ocasión lo había hecho aunque sin resultados satisfactorios pues el más alto sólo había sonreído antes de sacudir la mano para despedirse.
No importaba el hecho de estudiar en escuelas diferentes y tener apenas unos minutos para encontrarse, estaba decicido a buscar al menos un momento para ellos pues no quería arrepentirse después por las decisiones que no tomara, quería tiempo para demostrar cuanto le importaba y no se rendiría por nada.
Había momentos en que tenía la impresión de estar huyendo, como si temiera fracasar y prefiriera mantenerse tan alejado como le fuera posible de todo lo demás pero en el fondo estaba seguro de que lo único que hacía era correr en la misma dirección en que se encontraba el pelirrojo quizá con la esperanza de así poder ser en quien concentrara su atención.
Cuando caía en la desesperación y sus demás presiones no lo dejaban tranquilo sólo esperaba que llegara ese chico y lo ayudara a salir, a volver a encontrar su camino pues no estaba seguro de que los demás pudieran entenderlo aunque sus esperanzas se desvanecían al saber que el otro también tenía bastantes cosas por hacer.
Sus miedos se acumulaban y no podía ocultarlo, sólo quería que todo pasara y hasta cierto punto fue un alivio que el chico llegara para llevarlo de viaje pues necesitaba tener el apoyo de alguien para dejar de pensar en sus temores y que mejor que tener a quien más podía ayudarlo.
Fue tras ese viaje que muchas de sus dudas se aclararon, finalmente había encontrado su camino, lo que realmente le apasionaba y por lo que iba a luchar además de llevarse una muy grata sorpresa pues era también la manera perfecta de poder seguir al lado de esa persona tan importante para él.
-Siempre y cuando siga nadando encontraré a Rin otra vez-se dijo mientras miraba al pelirrojo dando un par de vueltas más en la piscina. Estaba rompiendo su rutina, sí, pero de verdad tenía ganas de observarlo un poco.
Ya no le preocupaba pensar en los diferentes rumbos por los que su destino los llevaría pues sabía por el chico que pensaba regresar a Australia, mientras que él iría a Tokio, ambos con la finalidad de prepararse para ser nadadores profesionales.
-¿De verdad está bien que no le digas nada?-los ojos verdes se instalaron sobre él cuando supo los planes del pelirrojo y que su mejor amigo no iba a hacer nada-Quiero decir, es casi seguro que eso no cambiará su decisión pero no sé, pensé que se lo dirías para no dejar las cosas así nada más.
-No es necesario, no quiero que dude sólo porque le cuente lo que siento por él-su tono neutro se mantuvo mientras seguía guardando las cosas que se llevó durante el viaje.
-Haru...-se veía la preocupación en su rostro pues había estado presente durante el proceso previo al viaje y estaba consciente de lo que el chico significaba para su amigo.
Se mantuvo en silencio aún con la mirada del más alto sobre él, iba en serio con no decirle nada al otro al menos no por el momento. Prefería dejarlo como estaba y enfrentarse a su respuesta al menos hasta que ambos estuvieran listos para comenzar su carrera como nadadores profesionales.
-Así está bien, mientras tanto la natación nos unirá y sin importar lo lejos que parezca estar sé que nos volveremos a encontrar, no hay duda-ese fue el pensamiento que provocó una pequeña sonrisa en sus labios esperando el día en que por fin pudiera confesarle sus sentimientos.
Pues no mentía, de verdad quería demostrar lo que sentía pero no era el momento adecuado. No intentaba huir, no buscaba ocultar las cosas para no ser herido, simplemente era su manera de hacer que sus destinos se encontraran.
-Si corro será para alcanzarte, si la presión es demasiada aguantaré por ti, si siento temor podré superarlo siempre y cuando te tenga como meta. De verdad todo lo que haga será para que podamos estar juntos.