La luz de la mañana borró las huellas de otra noche difícil. No podía dormir, ¿y por qué molestarse en hacerlo? Si cada vez que cerraba los ojos su mente le recordaba de una forma cruel lo que había perdido.
Salió desesperado del bunker, buscando librarse de aquellas paredes frías que lo asfixiaban. Respiró el aire fresco de la mañana y se dejó envolver por aquella atmósfera de calma.
Después de meses, el dolor no parecía desvanecerse.
Sam trataba de darle su apoyo, soportando en silencio su humor cambiante, pero Dean necesitaba estar solo. Necesitaba tener su propio espacio.
Su hermano tenía la certeza de que su madre aún seguía luchando en aquel universo alterno y él no era quien para acabar con su optimismo.
Si. Existía una gran posibilidad de encontrar a su madre, pero Cas...
Era su culpa de que su mejor amigo no estuviera a su lado. Si hubiese sido sincero cada vez que le dejaba mensajes a su teléfono celular o en su última charla...
¡Dios! Daría lo que fuera por volver el tiempo atrás. Intentar mirar las cosas desde otra perspectiva, detenerse a escuchar y creer en las palabras de Cas.
¿Por qué no podía exteriorizar sus emociones? ¿Por qué siempre pensaba que no era digno de lo que Cas podía ofrecerle?
Y ahora, de nada le servía buscar las respuestas, Cas estaba muerto y no había oportunidad de recuperarlo.
Ya no.