Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Kuzuri por Lawli Bemma

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola :)

Creo que ésta vez no tardé tanto y tampoco tengo aclaraciones para éste capítulo… solo que hay muchas altas y bajas :/ 

~Pss pss, es por aquí~ claro, ahora Peter comprendía por qué Yukio se había tardado lo suficiente como para que él se condenase con sus aires de adulto súper maduro y responsable, ambos se levantaron de la banca y siguieron a una pelirroja vestida con un traje bastante tradicional japonés, cero maquillaje y un peinado que a Peter le parecía demasiado apretado.


--Vaya ¿Dónde dejaste a la chica ruda de botas?--.


~El maestro Yashida es tradicional~ y después de superar todos los pasillos y puertas corredoras, los tres fueron capaces de ver al final del pasillo una enorme puerta doble que, a diferencia del resto, parecía ser de grueso metal y tenía cientos de decoraciones.


Habrían llegado a las puertas de no ser porque fueron abiertas y una agitada mujer salió de lo que parecía una enorme habitación de hospital por lo que los mutantes extranjeros alcanzaron a ver. Ni Peter ni Logan comprendían por qué Yukio se había apresurado hacia la chica y Logan sobre todo se preguntaba por qué susurraban, igualmente podía escucharlas pero eso no cambiaba el hecho de que no lograba comprender una sola palabra. -¿Entiendes algo de lo que hablan?-.


--No pero creo que no soy el único al que le desagrada tu aspecto de vagabundo-- las mujeres susurraban, los miraban de reojo y luego seguían hablando con un rastro de disgusto, sí, también él creía que lucía un tanto… descuidado.


~Esperen aquí un momento~ la mujer pelinegra se marchó y Yukio volvió a abandonarlos, sin embargo y contrario a lo que ambos esperaban, no había gran desacuerdo. Dejando atrás todos los malos ratos e incluso dejando atrás los estupendos momentos que habían vivido juntos, el ambiente entre ambos se convertía en uno tranquilo, fuera de guerras, dolor y desilusiones, se convertía en una indeseada amistad, una con un extraño sabor…


-Como si tu aspecto fuese el mejor- agridulce, así se sentía. Peter podía sonreírle, darle un muy suave golpe en el pecho y continuar la conversación con ánimo y aún así, no muy en el fondo, Logan odiaba la situación. Lo reconocía, aquel no era su Peter, aquel que se miraba las ropas e intentaba arreglar su aspecto con cierta gracia no era más que el Peter que todos creían conocer, esa faceta amable que mostraba a todos.


¿Actuaba con él de la misma forma en que se mostraba cuando un nuevo mutante llegaba a la mansión y todos debían hacer que se sintiera como en casa?


--La diferencia es que yo soy un joven que luce genial incluso con un poco de lodo encima, tú eres un anciano con barba de meses y ropa horrenda-- no, mucho peor. Las bromas, las sonrisas, hasta el último de los gestos que le dedicaba eran más cálidos que los dedicados a un nuevo hermano mutante. ¿Ahora era como Kurt? ¿Quizás como Ororo? Rebajado a ser amado sólo de forma fraternal… quizás así es como debió ser desde un principio…


-¿Joven? Pareces un niño que estuvo jugueteando en el lodo- pero él, Peter y Dios sabían que no sería sencillo. Veía el puchero de Peter en respuesta a ser llamado otra vez niño y deseaba golpear su propio estomago para matar a los estúpidos insectos que revoloteaban sin su permiso o lanzarse al mar para ver si de esa forma su pecho dejaba de sentirse cálido.


Se acabaron las bromas, las sonrisas y los pucheros desaparecieron cuando la tensión comenzó a aumentar y les hizo anclar sus miradas en la del contrario; ya no parecían estar en Japón, ahora se perdían en su propio mundo y, aunque sus rostros parecían agradecer cuando escucharon pasos aproximarse, por dentro maldecían a Yukio por rescatarlos de ese mundo del que deseaban jamás haber escapado.


~Síganme~ de regreso al laberinto de puertas corredizas y pasillos por el que el par de X-men se dejaban guiar, Logan continuaba perdiéndose en sus tortuosos pensamientos e intentando llegar a una conclusión madura, de la misma forma en que el plateado lo había hecho y que, a decir verdad, jamás se hubiese esperado. ¿Debía agradecer? El hecho de no ser desterrado por completo de la vida de Peter y ser odiado como tanto esperaba, era algo bueno ¿Cierto? Entonces ¿Por qué sentía que algo no estaba bien?


Salió de su mundito interior cuando Yukio abrió una última puerta y les permitió ver una enorme habitación con dos tinas listas para tomar un buen baño, todo parecía un excelente detalle para que ambos tomaran un relajante baño hasta que a la habitación entraron dos mujeres con enormes cepillos y gestos no muy agradables. -¿Qué es esto?-.


~Shizu y Saki los van a desinfectar~ tanto Peter como él giraron a ver a la mutante como si no lograran comprender el significado de esas simples palabras, en cambio, Yukio les sonreía, caminaba lentamente hacia la salida y tomaba  con fuerza algo que ocultaba en su espalda mientras miraba fijamente a Logan ~Te afeitaran~.


-Tienes que estar bromeando-.


~Entra a la tina~ Peter supo que la pelirroja tenía una extraña fijación en todo lo filoso cuando vio que lo que ocultaba era una daga y con ella intentaba obligar a Logan a entrar en una de las tinas, apenas logrando sacarle al mayor un gesto burlón y que las mujeres empuñaran los cepillos como si fueran armas.


~¡Entra a la tina!~ no quería ser tallado por una completa extraña y mucho menos ser cortado por culpa de un simple baño. Respiró hondo, escogió una de las tinas y, mientras dejaba caer la ropa a un lado, rogaba porque creyeran que el rubor en su rostro era provocado por el vapor y el agua caliente, aunque, si lo pensaba, no todos los días se desnudaba para tres mujeres y un Logan… así que se sentía en todo su derecho de parecer un foquito rojo entrando al agua.


--¿Dijiste los? No gracias, ya se bañarme solito-- la discusión se había calmado en cuanto Logan había dejado de prestarle atención al arma de la mutante y se concentró en no parpadear mientras fuese capaz de ver nuevamente las piernas desnudas del corredor y ¿Por qué no? El resto del cuerpo de Peter tampoco le permitía respirar adecuadamente así que ¿Por qué no prestarle también atención?


Disfrutó viendo cómo lentamente aquellas piernas se introducían en el agua de una tonalidad verde no muy agradable debido a la cantidad de hierbas que habían usado; maldiciendo y deseando ser aquella verde superficie que acariciaba la suave piel de Peter cuando éste siguió bajando, privándolo de su cuerpo, ocultando bajo el agua sus muslos, glúteos y espalda baja hasta estar sentado.


Tuvo que llenar sus pulmones de golpe cuando no tuvo más aire que expulsar, haciendo que sus fosas nasales se llenaran de todos los olores que liberaban las hierbas en el vapor, pero ninguno de esos aromas fue suficiente para ocultar el más embriagante, el que por días le hizo caer rendido y por noches le otorgó paz; el aroma de Peter le hizo erizarse cuando se fusionó al vapor de su tina y le hizo temer por perder su cordura.


--Pero el anciano seguro que necesita la ayuda de ambas-- un fuerte agarre en su brazo lo sacó de su delirio, a tiempo para ver cómo una de las mujeres se acercaba a Peter, indecisa en lo que debía hacer, estaba seguro de que no había entendido una sola palabra de lo que el plateado había dicho pero podía ver perfectamente cómo su compañera usaba todas sus fuerzas para jalonearlo hacia la tina y apenas lograba moverlo.


¿Entrar a la tina y dejar que los bañen a ambos? ¿O alejar a la mujer que pretendía bañar a Peter y dejarse maltratar por las dos mujeres y sus cepillos con cerdas salvajes? De ese dilema Peter jamás se enteraría. Yukio desapareció junto con las prendas de ambos y Peter, con el agua cubriéndole el cuerpo hasta el ombligo, se dispuso a gozar de un buen baño mientras intentaba no reír demasiado por los “Ya, ya, ¡Ya!” y los  “Ok, ok” desesperados que Logan dejaba salir.


--Se siente bastante bien, ¿No crees viejo?-- Peter no se atrevía a mirar, tan sólo se limitaba a escuchar cómo las mujeres tallaban el cuerpo de Logan con demasiada efusividad, cortaban el cabello y aunque no entendía lo que decían estaba seguro de que al igual que Logan tan sólo se estaban quejando.


-Ok… yo haré ¡Yo haré esa parte!- el calor volvió a hacerse presente en el cuerpo de Peter al notar de reojo cómo una de las sirvientas había intentado cepillar más allá de la cintura de Logan y él le había arrebatado el cepillo, se había levantado, dejando ver aquello que habían intentado profanar, y sencillamente había comenzado a tallarse él mismo.


Peter agradeció eternamente al sirviente que entró con toallas y sus ropas ya limpias y perfectamente dobladas; salió rápidamente del agua que había dejado de estar tibia desde hace un buen rato, sus yemas y sus pies lucían como si tuvieran al menos 70 años más pero había permanecido dentro del agua porque era el único lugar donde podía ocultarse de la mirada de Logan.


Se apresuró a secar su cuerpo, sin poner especial atención a alguna parte en específico, tensándose por el repentino silencio en la habitación. Terminó de vestirse, tomó su celular junto con sus audífonos y salió del cuarto de baño justo antes de que comenzaran nuevamente los reclamos y los intentos de podarle la barba a Logan.


Incluso desde afuera podía escuchar el ruido de las tijeras y del agua salir de la tina. Peter pensó que de no haber cometido aquel terrible error aún tendría sus poderes y podría darse una vuelta por toda la casa e incluso la ciudad y volvería a tiempo, antes de que alguien siquiera notara su ausencia, pero al ser ahora igual de lento que el resto y ser un invitado (porque si, sus padres lo habían educado… la realidad era que ahora sí podían descubrirlo…) se limitó a recargarse en la pared y esperar a que la tortura de Logan terminara.


En algún momento, después de algunos minutos que en otros tiempos y condiciones a Peter le hubiesen parecido eternos, las sirvientas comenzaron a gritar y la voz del hombre que había llevado la ropa limpia se unió a las de las mujeres y la de Logan que parecían estar discutiendo porque no estaba toda la ropa que Logan traía puesta cuando llegó y sobre todo preguntaba dónde había quedado su caja metálica.


Lo escuchaba maldecir, incluso dejar de preguntar por el resto de su ropa y sólo seguir pidiendo de vuelta su caja hasta que alguno de los sirvientes debió comprender las vagas descripciones que intentaba hacer Logan de una caja y se la devolvió.


*Será por el dinero*


Se obligaba a pensar el plateado que se alejó de la entrada y fingió haber estado con audífonos todo el tiempo cuando escuchó que Logan se acercaba; aquella insistencia por tener la caja de vuelta ya no debía ser por la fotografía que guardaba en ella. La puerta fue abierta con brusquedad y Peter fingió dejar de ver algo importante en su celular.


Nunca creyó que el simple hecho de alzar la vista hiciera que su pecho casi explotara y una sonrisa de estúpido hipnotizado gobernara todo su rostro -¿Qué?- aquel hombre frente a él había dejado de ser el horrible vagabundo que hasta había llegado a espantarlo… y había vuelto a ser ese hombre con aspecto de sexi leñador que se había robado su corazoncito y su inocencia.


Parpadeó un par de veces, miró hacia los lados y descubrió que Yukio los esperaba al final del pasillo, lista para volver a conducirlos por los pasillos hasta su maestro; dejó a Logan sin una respuesta y simplemente caminó hasta la chica que al igual que él, o quizás con menos brillo en los ojos, le sonreía al gran cambio de apariencia de Logan. -¡¿Qué?!-.


~Que diferencia~.


-Me sentí violado- Peter carraspeó un poco para evitar reírse y, al sentir incómodo el silencio, dejó que su curiosidad se encargara del momento.


--La chica de hace un momento, ¿quién es?-- no esperaba que la pelirroja girara a verlo de golpe y permaneciera callada durante el trayecto, meditando demasiado su respuesta hasta estar nuevamente frente a las enormes puertas.


~Ella es Mariko, la nieta del maestro Yashida. Aquí es, estoy segura de que mi maestro los recibirá a ambos con mucho gusto~ Yukio evitó con ambos cualquier contacto visual y se limitó a abrir una sola de las puertas, entrando primero y adelantándose al hombre que reposaba en una extraña cama. Peter la vio inclinarse con mucho respeto y probablemente avisar de la presencia de ambos.


Todo en aquella habitación era demasiado llamativo, las pinturas, las pantallas, cada máquina y sobre todo los extraños organismos que una mujer rubia de enormes tacones llamaba supresores, había tanto en aquella habitación que no sabía a dónde dirigir su atención hasta que se aproximaron al hombre que permanecía recostado.


~Oh, Kuzuri~ lo vio sorprenderse, levantarse y estaba seguro de que la maquina que se encargaba del pulso de su corazón se había acelerado. Cuando la mirada del anciano se concentró en su persona supuso que era por ser un desconocido y al entrar en pánico optó por imitar la reverencia que Yukio había hecho antes.


--Mi nombre es Peter, es un placer--.


~El placer es mío, Peter. Doctora Green, déjenos solos por favor~ la mujer detuvo sus tareas, los miró a ambos y se retiró con desdén, no sin antes advertir “solamente cinco minutos”. Paseó su mirada por toda la sala una vez más y, al final, lo que definitivamente acaparó toda su curiosidad fue una enorme pintura que ocupaba casi toda una pared. Volvió a concentrarse en la presencia del anciano y no pudo evitar sentirse como el enano que Logan decía que era al señalar la pintura y pedir permiso para acercarse --¿Puedo?--.


~Adelante~ la aprobación junto a una suave sonrisa dio luz verde a una serie de acciones: que Peter se alejara hacia la pintura, no sin antes caminar lento para lograr ver las radiografías, los supresores que según las pantallas estaban dentro del anciano y los diferentes instrumentos, que Logan temiera porque Peter rompiera algo y también que Yashida pudiera hablar, casi susurrar, más a gusto.


-¿Cómo estás?-.


~No tan bien como tú, luces igual pero eso ya no me sorprende~ Yukio se acercó por unos instantes a ofrecer un remedio a su maestro, Logan giró para asegurarse de que Peter no hacía algo indebido y dio oportunidad a la pelirroja de susurrar algo en el oído de Yashida, algo que sería de ayuda y de lo que Peter era pieza clave, la atención de Logan volvió a un muy viejo Yashida y a partir de ese momento Yukio permaneció alejada.


“Use al chico”


¿Qué podría significar? Debía averiguarlo rápida y sutilmente, mientras más armas tuviesen contra el Kuzuri más fácil sería tenerlo en sus manos. Aclaró su garganta y posó en su rostro aquel dulce gesto que siempre usaba para alegrar a su nieta, mira al plateado al fondo de la sala, observando cada detalle de la pintura y en un instante la mirada de Logan también está en Peter.


~La pintura es de la aldea donde nací, representa la valentía y la destreza del poderoso Clan Negro, Guerreros Ninja. Sirvieron a mi familia durante siete siglos~ Peter veía una antigua aldea, llena de pequeños hombrecitos vestidos de negro, luchando y masacrando a otros hombrecitos. Se giró y sonrió ampliamente aunque no fuese precisamente al anciano a quien miraba con la enorme sonrisa.


--Es cool… y escalofriante-- aunque los labios de Logan apenas correspondieran la sonrisa, había una conexión entre el joven y el Kuzuri, Yashida lo notaba y lo sentía ¿Un hijo quizás? No, no compartían ningún rasgo y el brillo en los ojos de Logan era… “use al chico”, ahora comprendía.


~Así debe ser, hay más de la historia ahí~ señaló el mueble repleto de álbumes. Peter ya había perdido el interés en aquella pintura pero, si aquello le daba al anciano la confianza de hablar como parecía notar, estaba dispuesto a tomar algún álbum y fingir que leía atentamente una nota recortada del periódico mientras “para nada ponía atención en la conversación de los ancianos”.


~Durante muchos años quise darte las gracias por salvarme la vida~ Logan recordó que Yashida estaba a su lado y volvió a prestarle atención ~No te traje hasta aquí solo para hablar. Quiero saldar mi deuda~.


-No necesito nada-.


~No es un objeto… Eternidad… es una maldición. Las pérdidas que has tenido que sufrir, cualquiera se quedaría sin un propósito para vivir. Se volvería un Rōnin, un samurái sin un maestro~ Algo no estaba bien. Aquellas no eran las palabras y mucho menos la mirada de alguien en sus últimos momentos de vida; lejos de una despedida, aquello sonaba como un inicio ~Anularé tu eternidad haciéndote mortal~.


Logan dejó de escuchar las páginas del álbum ser pasadas por unos segundos y después ser pasadas con todo desinterés, estaba completamente seguro de que Peter también escuchaba ¿Era eso? ¿Aquel era su mal presentimiento? ¿Peter lo sabía desde un principio y lo había llevado ahí aun sabiéndolo?


-¿Por qué? ¿Cómo, cómo cambiarías lo que soy, lo que me hace así?-.


~Industrias Yashida puede hacerlo, tenemos la teoría de que tu capacidad de regenerarte puede pasarse a otro. Ya has luchado lo suficiente ¿No crees?... No estaba listo para morir en ese entonces y tampoco ahora… pero tú si ¿Verdad?~. Logan escuchaba aquellas palabras ser susurradas, reptar como serpientes hasta sus oídos y tentarlo como lo haría la muerte, con tersas palabras y preciosas mentiras.


--¿Estás ofreciendo asesinarme?--.


-No, no de inmediato, puedes vivir una larga y ordinaria vida, envejecer…~ Yashida había pronunciado especialmente lento la última palabra, miraba a Logan a los ojos y de pronto su mirada se ancló en otro punto de la habitación que a Logan no le gustó, tardó en seguir la dirección de la mirada porque sabía lo que vería… sabía a quién miraría ~ enamorarte… formar una familiay un día fallecer de causas ordinarias~.


“A su lado”.


Aquella era una oferta implícita, vivir y, en algún momento, poder morir junto a Peter, su Peter. Yashida lo estaba logrando, había apartado la mirada del plateado y ahora solo gozaba viendo la duda surgir en el Kuzuri que, a diferencia de él, no apartaba la mirada del joven.


Logan pensaba que había ido hasta Japón tan solo a despedirse de un viejo amigo… y había encontrado quizás el único camino que le permitiría obtener lo que más deseaba… dejar de ser Kuzuri… estar con quien más deseaba… dejar de sufrir cada día su eterna condena de soledad.


~Se puede hacer~ posiblemente… por un momento, quizás más largo de lo que le gustaría admitir, la duda y el deseo impulsivo que había sentido casi le hacían olvidarse de todo lo que había vivido, todo lo que había sufrido y todo aquello que no le desearía a nadie, mucho menos a alguien como Yashida que había ayudado y realzado a toda una nación.


Aquello, sumado a que había sido llevado con mentiras, no le permitió siquiera pensar en una posibilidad, en lo que él mismo quería o incluso lo que Peter podría querer. -Sí, bueno… fue un gusto verte, lamento lo del cáncer. Vámonos Peter-.


~Por favor, Logan, temo por mi familia, por todo lo que he construido~ Peter dejó de fingir que leía los recortes de los periódicos viejos y al notar la presencia de la doctora rubia de antes se preguntó cuánto tiempo había estado ahí.


~¡Ya basta! Se tienen que marchar~ la vio correr hacia las extrañas maquinas y preocuparse por las señales de alarma que comenzaban a emitir, comprendía que los corriera de esa forma.


~Por favor, Logan, Mariko es mi tesoro, la van a asesinar ¡debe ser protegida!~ no, ya no más. Quizás nunca antes había tenido en sus manos la elección de ser o no Kuzuri, sin embargo, siempre había estado en él la elección de ser un X-men, ser Wolverine, y su último “acto heroico” sería ese, salvar del infierno a un hombre que no tenía ni idea de la maldición que deseaba.


-No quieres vivir lo que yo. ¡Peter!- soltó su brazo del débil agarre que Yashida había hecho en un último intento de mantenerlo en la habitación, esperó a que Peter estuviese a su lado y se dispuso a salir sin siquiera mirar a Yukio. Apenas con el valor de mirar a Peter… quería creer, en verdad deseaba creer en el Peter que veía en ese momento.


Oh, Peter, a veces llegaba a ser tan transparente. Logan es capaz de ver el dolor incluso si lo intenta ocultar, sabe que el plateado mira al suelo no para evitar mirarlo sino para evitar ser leído por sus ojos, quiere evitar que descubran sus ojos acuosos y guarda sus manos en los bolsillos de su chaqueta porque intenta auto controlarse, cierra los puños con fuerza. Encoje los hombros no quiere hacer notar su respiración, muerde su labio, no quiere dejar salir ni una sola palabra.


Los tres mutantes salieron de la habitación sin darle importancia a los gritos que nombraban al Kuzuri y, antes de que cualquier reclamo o pregunta hacia la pelirroja fuera lanzada, los gritos de una discusión dominan por encima de la lluvia y se dejan escuchar incluso hasta el otro lado del jardín, donde los mutantes miran atentamente a Mariko discutir con un hombre que apenas le presta atención a pesar de lucir desesperada. Yukio se llevó la mano a la boca al ser capaz de ver y escuchar como Mariko recibía una fuerte bofetada.


Mariko permaneció inmóvil, apenas respirando y alzando el rostro lentamente sin tocar la mejilla que había recibido el golpe. Tan sólo un instante, quizás solamente el par de segundos más largos que Peter sintió en ese momento en que su mirada se cruzó con la de la mujer, había sentido como si su mutación regresara y de nuevo pudiera ver como si todo fuese en cámara lenta.


En ese par de segundos sus miradas se habían conectado e interpretado, ambas miradas destilaban el pánico y el dolor que hacia explotar sus pechos con el bombardeo de sus corazones que iba más allá del dolor físico; ambas miradas fueron capaces de entenderse porque sus dueños cruzaban por la misma crisis. Peter pudo ver sus mismas preguntas en la mirada de Mariko ¿Por qué continuar? ¿Por qué justamente a ella? ¿Por qué seguía ahí?


Peor aún, Peter no pudo ver en ella la fuerza necesaria para continuar y buscar una respuesta a esas preguntas, no pudo distinguir en la joven algún rastro de propósitos por continuar y quizás, y sólo quizás, de no haber visto aquello no habría salido corriendo detrás de ella en el momento en que supo que no se detendría al llegar a la pequeña barda decorativa que la separaba de la caída directa al mar.


Sin importar la lluvia, los gritos que escuchara a sus espaldas e incluso sin importarle su propia seguridad se lanzó tras la chica y llegó a tiempo para sujetar su mano y evitar que cayera al mar, tomó a la mujer con una mano y se aferró al borde de la barda para no caer también ¿Qué le estaba ocurriendo? Jamás había tenido tanta fuerza, había corrido hacia Mariko consciente de que eso ocurriría aunque creía que sin su velocidad y la fuerza que ganaba gracias a ésta no lograría mantenerse.


Y ahí estaba, sujetando a una mujer promedio con una sola mano y aferrando a ambos a la orilla con la otra, algo no estaba bien. No importaba, en ese momento no debía importar, no cuando una vida dependía de él. Apretó con más fuerza la mano de Mariko y fue subiéndola con cierto esfuerzo hasta que la joven pudo ayudarlo y subir por su cuenta --¿Estás bien?--.


La lluvia apenas le permitía notar los gestos de Mariko, podía ver una extraña combinación de reproche y agradecimiento al igual que en la mayoría de los guardias que se acercaron a la escena, bastante tarde para su gusto ~Si… sólo quiero irme~ notó que mantenía el agarre en su mano y la soltó de inmediato, de no ser por las gotas que nublaban su vista habría intentado descifrar su mirada una vez más.


En cambio, la vio marcharse con desgano y la cabeza gacha a lo largo de todo el jardín, evitando a los guardias y sirvientes que parecían pedirle que dejara de estar bajo la lluvia. Dio un suspiro y se dejó guiar por los sirvientes que, al contrario de los guardias, parecían realmente agradecidos por su acción, se reverenciaban y lo conducían hasta una de las habitaciones donde comenzó a recibir toallas, té, ropa seca y un par de inciensos.


Dejó salir una sonrisita, nunca le habían agradecido tanto. Tomó una de las toallas y la ropa seca aunque para nada era de su estilo y se animó a ir detrás del vestidor, ya se había dejado ver desnudo por suficientes personas ese día. La puerta que daba al jardín permanecía abierta, de forma que permitía escuchar el arrullo de la lluvia y los distintos comentarios de sirvientes agitados, aún así, Peter pudo escuchar el ruido sordo de la otra puerta ser abierta y posteriormente la pequeña presión de alguien tomando asiento en la cama.


-Eres todo un héroe- brusco y con sarcasmo, cualquiera creería que Peter ya debería de estar acostumbrado al mal genio de Logan… la razón por la que para Peter aquello se sentía como si le encajara sus garras justo en el pecho era que aquello antes jamás habría ocurrido. Una mirada fría y dura, un buen regaño en el peor de los casos… pero ahora ya no era así, ahora ya no eran nada.


--¿Por qué no vas directo al grano, viejo?-- salió del vestidor con la ropa seca y una toalla en su cabello. Logan lo miraba de una forma que no sabía y no quería descifrar, no tenía el coraje de descubrir lo que significaba y tan sólo se quedó frente a él mientras frotaba su cabello y de paso ocultaba un poco su rostro.


-Respeto tu decisión de alejarte y siento haberte presionado tanto- casi con burla repetía las palabras que hace tan solo unos minutos le había dicho con sinceridad, aquello picó una fibra sensible del orgullo del plateado al ver cómo su sacrificio era puesto en duda y objeto de tan desagradable reproche, no mostraría debilidad, no más. Dejó caer la toalla en sus hombros y ancló su mirada en la de Logan.


--Eso dije y eso hago-- sin titubeos ni dudas, sin apartar la mirada y sin permitirse rendirse, no frente a él.


-Mientes- Logan se levantó y terminó con el espacio que Peter había dejado entre ellos, no lo soportaba, la idea de que Peter lo hiciera ir hasta Japón a base de engaños, la idea de que Peter aprovechara lo que aún sentía le hacía sentir como si su sangre fuese corrosiva.


--No lo hago--.


-¡Lo haces! Tú lo sabías, tú me trajiste aquí- no quería asustarlo, no quería tomarlo de los brazos con brusquedad y sacudirlo mientras intentaba encontrar en él a su Peter… no quería alejarlo más pero nunca había sabido controlarse cuando se trataba de Peter.


--Sabía lo mismo que tú y no te metí al auto ni al avión a la fuerza-- se distanciaban, podía sentir cómo lo poco que había sobrevivido de aquel intenso amor, después de la discusión en el bosque, se desvanecía. El hecho de recordar aquella extraña jeringa en el bosque, la aparente perdida de los poderes de Peter y además la nueva fuerza adquirida le hacían rabiar más.


Su comportamiento, sus aparentemente inocentes manipulaciones ¿Cómo se atrevía a negarlas? De no haber estado Peter en el bar seguramente habría terminado desgarrando a todos, de no haber estado del lado de Yukio y reacio a marcharse jamás habría subido al maldito avión. Con mil demonios, si Peter no estuviera él seguiría siendo un maldito vagabundo con barba de meses y en el bosque. Todo lo había estado haciendo única y solamente por él.


-No juegues conmigo Peter- lo suelta y se aleja al ver su gesto, no soporta ver sus pesadillas hacerse realidad, ver en Peter miedo, desilusión, coraje… ver en él una mirada que le grita que en verdad es el Kuzuri al que todos temen.


--¡¿Jugar contigo?! ¿En verdad soy yo quien juega con el otro? ¡No soy yo quien guarda una maldita foto como si fuera un tesoro! ¡Yo no guardo secretos! No soy yo quien te persigue en las pesadillas y ¡No sabía que a ésto veníamos! De haberlo sabido…-- Peter se frena, es suficiente, desea tragarse sus palabras pero se mantiene porque Logan no lo habría hecho, él habría terminado de hablar incluso si veía como sus palabras lo destruían.


-De haberlo sabido ¿qué?-.


--Jamás habría ido a buscarte-- frio, seco. Odia ese nuevo Peter, odia lo que está pasando, odia su carácter, odia estar ahí… desde hace más de cien años que está ahí.


Suaves toquidos rellenan el silencio, no sabían por cuánto tiempo habían permanecido tan sólo mirándose y tampoco se habían detenido a pensar en moderar su volumen. Ambos giraron hacia la puerta que Logan había dejado abierta e intentaron tranquilizarse al ver a Yukio en el marco de la puerta. Se alejan, Peter se sienta en la cama mientras continua secando su cabello y Logan se recarga en la puerta que da al jardín.


-Solo quería despedirse ¿eh?-.


--Es mejor que le expliques ahora antes de que te saque la verdad a la fuerza-- aunque Peter lucía más calmado, su mirada y su voz habían dejado implícito que les debía a ambos una explicación. --porque no te gustara si lo hace-- dejó la toalla a un lado y tomó un poco del té humeante que los sirvientes le habían dejado.


~Crecimos juntas, casi como hermanas. El Maestro Yashida me encontró en un viaje que hizo al sur, llevó a Mariko para mostrarle una de sus nuevas fabricas… yo estaba buscando algo de comida en la basura~ era por eso que Peter jamás interrogaba, él solo atrapaba a los malos, los interrogatorios y búsqueda de información se lo dejaba a alguien a quien no se le bajara el coraje al escuchar una triste historia o viera una triste mueca.


-¿Y te trajo así, nada más?- si, alguien tan… Logan.


~Siempre ha sido difícil para Mariko hacer amigos~ ambos resoplan, casi pierden el interés y ya no necesitan más explicaciones, Yukio había dejado todo claro desde el momento en que había dicho que le debía la vida a su maestro ~Arreglaré que su avión salga en la mañana, duerman aquí~.


Desaparece al igual que las esperanzas de Peter ¿Acaso el lugar no tenía suficientes habitaciones? ¿Por qué el afán de abandonarlo a su suerte con Logan? Resopló al saber y sentir que su conversación no había terminado, seguramente Logan preguntaría por sus poderes y seguramente él no se contendría, haría las preguntas por muy estúpidas que fueran y por más desoladoras que pudieran ser las respuestas “¿Habrías venido? De haber sabido, ¿habrías venido?”.


Pero jamás salen las preguntas, por parte de ninguno. Aprovecha, se deja caer en la cama con las almohadas mullidas y ruega porque el incienso que le han llevado sirva para lo que espera, se acomoda en la cama dándole la espalda a Logan y aspira el extraño humo verde lo suficiente para no despertar cuando Logan lo llama.


Logan se acerca, le quita el extraño incienso de las manos antes de que pueda quemarse y lo acomoda adecuadamente en el colchón. Permanece a su lado por un rato, casi sin parpadear, agradeciendo que la lluvia se ha detenido y le permite a la luna brillar sobre su chico plateado. Se rinde nuevamente ante Peter y se deja caer a su lado en la cama, observando con más detenimiento sus rasgos, sintiendo como sus yemas le hormiguean porque ansían acariciarlo una vez más.


Intenta no rendirse, jura que sigue parpadeando y que se mantiene en control, él domina al sueño… no sabe, no siente que ya lleva varios minutos durmiendo, soñando.


~ * ~


-Peter- ese suave susurro logra separar los parpados del nombrado. Lo mira resplandecer tenuemente, acomodarse para mirarlo de frente y reprocharle con cada una de sus facciones.


--¿Por qué me trajiste aquí?--.


-No lo hice. Tú lo hiciste, fue por ti que vine aquí- ahí no teme admitirlo, ahí tiene el valor de decirlo sin importarle las consecuencias. Satisface sus deseos y el hormigueo desaparece cuando comienza a acariciar su rostro, con  tanta ternura y delicadeza como si temiera romperlo.


--Entonces, ¿Por qué le dijiste que no al anciano?-- ya no lo sabe, ahora le carcome su decisión, ahora piensa que ha sido un héroe por demasiado tiempo, ya ha sufrido suficiente y ahora merece que alguien lo rescate a él, que alguien se sacrifique por él --Por un momento creí que querías estar conmigo--.


-Y así es, Peter, no soporto que te distancies- toma su mano, siente su interior derretirse al ver la sonrisa en el menor que sus palabras provocan y se deja llevar aún más por sus deseos -Ven aquí- lo hala hacia su cuerpo, disfruta de sentir cómo Peter se acomoda encima suyo y cómo sus cuerpos encajan. Toma sus caderas y por fin, después de lo que a él le pareció otra vida, vuelve a embriagarse con el sabor de Peter.


Se hunde tanto en aquella ola de sensaciones que apaga sus instintos, deja de sentir algo fuera de aquella fantasía, no siente cómo en la vida real hay un cuerpo sobre él, hay alguien besándolo e introduciendo algo en su boca. No lo siente hasta que el Peter de sus sueños se separa y le susurra un “Despierta”.


~ * ~


Abre los ojos de golpe y lejos de ver frente a él a Peter, como tanto deseaba, se topa con la oncóloga que atendía a Yashida, todo sucede tan rápido que no es capaz de comprenderlo, la mujer corre, él suelta un grito que se deforma en una especie de gruñido por culpa de algo que se desliza por su garganta y libera sus garras por instinto y sin cuidado, sin ver o sentir que ha logrado cortar un poco el brazo de Peter.


Carraspea con fuerza, el jardín y los pasillos se llenan de pasos apresurados y lamentos. Peter tiene tiempo de despertar y reaccionar a tiempo para ocultar su herida, no quiere complicar las cosas o dar más problemas de los que al parecer ya hay en la propiedad.


~Está muerto…~ ambos se giran hacia donde escuchan la ahogada voz de la pelirroja y comprenden todo el alboroto y los llantos cuando ven pasar una camilla ~eso no  lo vi~.


Peter hubiese preferido pasar la noche ayudando en cualquier cosa, en vela como el resto, apoyando a Yukio, en cambio, al ser invitado, fue casi encerrado con Logan en la habitación. Hubiese pasado el resto de la noche comiéndose las uñas si pudiera, estaba consumiéndose internamente por todo lo que estaba ocurriendo: gritos, llanto, quejas, no entiende nada, su maldita herida ya sanó y no comprende, tiene miedo.


Rescata sus audífonos y su reproductor de música y solo así logra callar el incesante parloteo del tío Hank en su cabeza “Pueden haber efectos secundarios y…” ya basta, sube el volumen, vuelve a echar una mirada a su brazo y al no ver ni rastro de la cortada se resigna a esperar, a rogar porque sea algo temporal. Logan permanece sentado, dándole la espalda y montando guardia.


Peter se vuelve a dormir quizás por algunos minutos hasta que Yukio lo despierta y da a ambos ropa elegante para la ceremonia que se realizaría ese mismo día, mira hacia el exterior y nota que el cielo comienza a aclararse. Ninguno de los dos parecía tener ánimo para continuar con la conversación ni comenzar una nueva acerca de lo que había ocurrido en la noche por lo que, sin problema, cambiaron sus ropas y se dejaron conducir por varios sirvientes hasta estar en uno de varios autos negros, todos deslumbrantes, en fila y listos para partir hacia el sagrado templo.


Pasa la mayoría del camino mirando por la ventana, escuchando música, dando apoyo a Yukio que nuevamente sirve de bandera blanca entre él y Logan en el auto. El cielo luce resplandeciente para cuando toda la fila de autos se detiene frente al templo. Todo el lugar está lleno de personas sufriendo la perdida, guardias, paparazzis y algunos curiosos; entran al palacio ceremonial y se Peter siente intruso, en el lugar, la ceremonia, en algo preciado y muy importante para todo presente, intruso en las vidas de todos ahí presentes, no puede evitar erizarse con los rostros, el aura de cada persona, los sentimientos lo abrumaban y le hacían olvidar los suyos


Yukio los guía, les susurra la petición de que inclinen la cabeza y los guía a los padres de Mariko ~Lord Shingen, ellos son Logan y Peter~ los jóvenes mutantes se inclinan al mismo tiempo y casi mostrando el mismo respeto, Logan en cambio tarda un poco en dejar de mirar a todas partes en busca de la oncóloga y al por fin reverenciarse vuelve a su búsqueda, le es imposible notar como el hombre gira los ojos hacia Peter en un gesto desagradable, uno que pretendía decir “al menos uno de ellos es educado”.


Peter, al no sentirse con la confianza, incluso sin el derecho de hablarle al hijo del maestro de Yukio, tan solo da un codazo al mayor y logra sacarle una frase decente -Su padre era un buen hombre-.


~Díganme ¿Encontraron lo que buscaban?~ Logan dejó de mirar a todas partes cuando logró localizar a la mujer y se concentró en el desagradable hombre frente a él que miraba a ambos mutantes extranjeros con desagrado y superioridad ~Si es así, ya pueden regresar a la cueva de la que vinieron~.


Yukio lo toma del puño y lo hace darse la vuelta, no puede permitir una ofensa más. Ambos siguen a Yukio hasta su lugar de formación en las eternas filas de personas en traje de luto y Peter siente se está haciendo experto en desviar el tema --¿Quién es él?-- susurra y señala con la mirada al hombre que se alineaba hasta el frente junto a Mariko.


~Es Noburo Mori, el prometido de Mariko~ no volvió a hablar, el ensordecedor sonido de varios tambores marcaron el inicio de la ceremonia. Pensó que todo terminaría pronto, la ceremonia terminaría, intentaría darle sus condolencias a Mariko y después Logan y él se marcharían. No más discusiones, no más Logan, no mas profanaciones a la cultura de Mariko… o eso pensaba hasta que no fue capaz de detener el andar del viejo. ~¡Logan! ¿Qué estás haciendo?~.


--A mi no me mires-- no podía y lo más probable era que no debía hacer nada, aunque todos los presentes se ofendieran al ver cómo Logan detenía la marcha de Mariko hacia el centro ceremonial. Aunque los guardias sacaran sus armas no debía entrometerse, algo había visto Logan y ese algo no debía ser bueno, a pesar de todo seguía confiando en los instintos del viejo.


~¡Logan!~ nunca se esperó que el sacerdote sacara un arma y le disparara a Logan justo en el estómago, ni él ni nadie de los presentes que lo vieron caer.

Notas finales:

¿Qué tal? Espero que les haya gustado éste capítulo y ¡no se preocupen! jamás dejaría a Quicksilver sin su mutación, la fuerza y regeneración es sólo por el suero, es algo secundario y necesario :)


¿Algun review, critica, sugerencia, tomatazo? Con mucho amor los recibo y contesto <3


¡Gracias por leer!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).