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Kuzuri por Lawli Bemma

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Notas del capitulo:

Hola :D


Creo que sólo quiero mencionar que me gustó el Peter que me salió en esta historia, creo que generalmente lo ponemos un poco débil y manejado por Logan, intenté que eso no pasara aquí.


Oh… y perdón si l@s dejo cieg@s por haber hecho el capítulo tan largo D:


 


 

~¡Logan!~ era impresionante cómo en sólo un segundo una tranquila y respetuosa ceremonia se había transformado en un tiroteo, con sacerdotes no siendo tan puros, reporteros arriesgando sus vidas hasta el final con tal de tener la nota perfecta y, en su mayoría, importantes empresarios y familias corriendo por sus vidas. Peter, ya acostumbrado a la cantidad de sucesos que podían pasar en tan poco tiempo, alcanzó a sujetar a Yukio antes de que fuera en rescate por el Kuzuri.


--Olvídate de él, créeme estará bien, Mariko es prioridad--  la pelirroja asintió y corrió hacia la mujer que consideraba su hermana al ver que varios hombres la tomaban y obligaban a avanzar hacia las afueras del templo. Peter llegó hasta Logan que aún permanecía encogido, presionando su abdomen y apenas manteniéndose en pie.


--¿Qué pasa? Levántate-- Ninguno de los dos parecía percatarse de la rubia doctora que grababa y observaba todo a su alrededor y que, al ser interrumpida por uno de los miembros de la mafia, ésta se había encargado del pobre hombre con tan solo un simple soplido que le había corroído todo el rostro sin piedad.


-Peter, corre, ve a un lugar seguro junto con Yukio- ya tenía suficiente, ya había sido tratado como niño por suficiente tiempo y ahora ningún lazo especial entre Logan y él le harían soportar la mirada y la petición del mayor que, bien sabía, más que una orden para proteger a Yukio era una orden para sacarlo del juego y que no estorbara.


--Oh ¡Cierra la boca! No te necesito-- corrió dejando a sus espaldas a un aturdido y aún herido Wolverine que no comprendía lo que estaba ocurriendo, algo estaba muy mal con él, su factor curativo no estaba trabajando como debería y apenas lograba ver a lo lejos a un borroso Peter alejándose; los gritos, los disparos, todo a su alrededor parecía tan distante, sus oídos parecían haber sido encapsulados de forma que apenas había logrado escuchar y comprender lo que el  plateado, a solo centímetros de distancia, le había dicho.


Yukio estaba teniendo dificultades para llegar con Mariko y ésta estaba teniendo dificultades para defenderse, Peter podía verlo, aunque prácticamente era arrastrada por los miembros de la mafia, ella continuaba oponiéndose y desasiéndose de ellos uno a uno con veloces y calculados golpes, al parecer nadie en la casa Yashida carecía de un buen entrenamiento pero los hombres se juntaban y pronto Mariko no sería capaz de defenderse.


Así que no importaba si aquello era temporal o si era algo permanente, Peter aprovecharía sus nuevos dotes prestados. Llegó detrás de Mariko y tuvo que hacer uso de toda la velocidad que le quedaba, su nueva fuerza y, sobre todo, tuvo que hacer uso de todo lo poco que sabía de pelea cuerpo a cuerpo, antes no le era necesario aquello, era capaz de terminar con un montón de matones con un simple toque de su dedo, pero ahora, sin su mutación y frente a mafiosos disciplinados para ser letales, le fue bastante complicado y no pudo evitar terminar el combate con varias cortadas y heridas en su cuerpo --Andando, tenemos que salir de aquí--.


Mariko permaneció estática, observando a Peter con curiosidad pasmada y haciendo que Peter también se quedara mirándose a sí mismo, mirando sus heridas sanar ~Kuzuri~ fue apenas un susurro debido al asombro, en el momento en que Mariko había visto a ambos extraños a punto de entrar a la habitación de su abuelo había creído que el Kuzuri era el hombre que lucía más alto, fuerte y mayor. Peter era todo lo contrario y no podía dejar de mirar cómo las heridas cerraban.


--¿Qué? No, no, no. El Kuzuri es viejo, feo y no sabe tratar a las personas y--  se habían distraído lo suficiente como para que la antigua oncóloga de Yashida se percatara de todo lo que había sucedido, aquel chico también poseía un factor curativo y aquello no podía ser mejor, con dos posibles intentos su plan no podía fallar.


Además, otros miembros de Yakuza, la mafia japonesa, se adelantaron con armas de fuego, rodeándolos y haciendo la tarea más complicada. Peter se preguntaba si sería capaz de soportar algún disparo y continuar como si nada al igual que Logan. Y, pensando en él, Wolverine llegó con muy poco estilo a través de una especie de ventana, bastante agitado y, para sorpresa del plateado, lucía cansado.


La distracción que produjo la entrada de Logan en los Yakuza, junto con la adrenalina del momento y el temor por mostrar sus nuevos poderes prestados, Peter tomó a uno de los hombres distraídos, lo usó como escudo y además provocó que él mismo le disparara a varios de sus compañeros. El resto de los matones fueron desgarrados por el verdadero Kuzuri mientras era observado por Mariko que no lograba comprender del todo -¡Vámonos!-.


Los tres continuaron el camino hacia afuera cuando no fueron capaces de encontrar a Yukio ni a los padres de Mariko, había cuerpos por doquier y demasiados miembros de Yakuza como para salir y perderse entre la multitud que corría por lo que debían ir aún más rápido y perderlos en la ciudad.


En algún momento, el aire en los pulmones de Logan se terminó y las energías abandonaron sus piernas, no pudo continuar corriendo detrás de los jóvenes, quedándose atrás y rápidamente siendo atacado por al menos tres Yakuza --¡Mariko, espera!-- ambos se detuvieron y volvieron la mirada hacia atrás, ya no había un Wolverine siguiéndolos de cerca y al encontrarlo entre la multitud tan solo podían ver a un arrodillado Logan que apenas lograba protegerse con sus garras.


Logan no terminaba de comprender, jamás se había sentido de aquella forma y jamás había caído frente a un trío de simples matones. Todo su torso de ardía, respiraba con dificultad y sus oídos retumbaban con el irritante ruido de las patadas contra el adamantio de sus garras. Peter estaba a punto de volver cuando los tres hombres cayeron al suelo, cada uno con una flecha atravesando algún punto vital en su cuerpo --Sigue, ¡Corre! Ya nos alcanzará--.


Ambos mutantes agradecieron mentalmente al arquero responsable y continuaron corriendo, adentrándose al centro concurrido de la ciudad y perdiendo poco a poco a los miembros de Yakuza, con ayuda de algunos conductores irresponsables, la constante ayuda del arquero y siendo más veloces hasta que los horribles zuecos de madera de Mariko y el cansancio en Logan comenzaron a robarles velocidad.


--¿Qué demonios pasa contigo?-- Logan no contestó, ni siquiera él estaba seguro de lo que le ocurría y sólo podía concentrarse en seguir corriendo sin importar qué tan borroso u oscuro comenzara a ver. Peter dio un vistazo a la parte trasera, aún quedaba un par de hombres persiguiéndolos y ya no podía ver al arquero, quien sea que fuese su ayuda había terminado y ahora debían encargarse.


Peter tomó una mano a cada uno y tiró de ellos, obligándolos a correr lo suficientemente rápido como para alcanzar a cruzar la calle y hacer que algún desafortunado atropellara a uno de los Yakuza, continuó corriendo, tomando a ambos con fuerza y guiándolos mientras buscaba cualquier cosa o lugar que fuese de ayuda --¡Aquí!-- los tres entraron a un local repleto de gente y maquinas de videojuegos, de esas que tanto le gustan y de las que había llegado a robar un par.


-Peter, no es momento- aturdido, apenas lograba identificar los característicos ruiditos de las maquinas, la gente se escuchaba como un constante murmullo y no le era posible ver bien los rostros. Se recargó contra la pared e inhaló todo el aire que pudo en cuanto Peter los metió a un cuarto bastante reducido y apenas a tiempo antes de ser alcanzados por el último mafioso que los perseguía. Una mirada bastó para saber el plan; esperó a que el hombre intentara derrumbar la puerta y, cuando estuvo cerca, lo desgarró con facilidad junto a la gruesa puerta metálica.


Debía admitir que de no ser por Peter aún estarían en el templo y sin demasiadas posibilidades. Se dieron un par de segundos para tomar aire y, antes de que la mente de Logan se pudiera concentrar en algo más que su dolor, el plateado abrió la puerta y caminó fuera del local, procurando no mirar demasiado el cuerpo en el suelo o las personas que los miraban con temor.


Debían continuar antes de que el leve agradecimiento de Logan se convirtiera en interrogantes ¿Por qué no corría? ¿Por qué no los había sacado de ahí en un segundo? ¿Dónde había quedado la sonrisa de autosuficiencia que siempre mostraba después del “Te sujetaré para evitar el latigazo”? Huiría a esas preguntas todo lo que fuese posible.


Continuaron caminando, a paso veloz e intentando no llamar demasiado la atención, suficiente tenían con la sangre en los trajes y el viejo jadeando de vez en cuando ~¡Ahí! La estación de trenes~ entraron y agradecieron que aquel lugar parecía incluso más concurrido que afuera.


~Está bien, puedo seguir sola, debe verte un médico~.


-Mariko-.


~Sangras demasiado, deben irse. Sé cuidarme sola~ permanecieron en su lugar, recuperando el aliento y viéndola alejarse con paso seguro hasta perderse entre la multitud que esperaba abordar el tren.


-Tenemos que seguirla- lo sabía, ambos lo sabían, era como volver al pasado, estar en una de esas viejas misiones que a Peter tanto le gustaban. Se alejó tan sólo un poco, al ya no ser Quicksilver necesitaba de sus otras habilidades cleptómanas, encontró a su víctima, un fuerte choque, un bolseo rápido y una disculpa, eso era todo, no se sentía orgulloso pero ahora tenía boletos.


--Logan-- volvió con el mayor que continuaba recuperándose, respirando suavemente y mirando al suelo, evitando marearse con las olas y olas de rostros, olores y ruidos en el lugar, no percatándose de que Peter le extendía su boleto.


-No estará bien sola-.


--Logan--.


-¡Estoy bien!- alzó el rostro y se percató de su error, el plateado no intentaba detenerlo y regresarlo como Mariko había intentado, él también sabía de que debían continuar.


--Muévete entonces-- nuevamente el rostro frío que tanto odiaba ver en Peter, atrapó el boleto que el plateado le lanzó con desdén y lo siguió de cerca, mirando a todas partes, buscando a alguien sospechoso. Abordaron el tren y, apenas distinguieron a Mariko, se acercaron. Logan tomó asiento en el lugar más cercano a ella mientras que Peter permaneció de pie, pensando demasiado en dónde debía sentarse.


-Oh, se siente bien ¿Es un tren bala?- creía que el plan era seguirla de cerca, supo que Logan pretendía hacerlo de demasiado cerca cuando se dejó caer y habló lo suficientemente fuerte para que Mariko se percatara y girara a verlos con molestia.


~¿Qué hacen aquí? Dije que sé cuidarme~.


-Te escuché... ¿A cuántos kilómetros vamos por hora?... y ¿A dónde vamos?-.


~Voy al final de esta estación, mi familia tiene una casa más al sur~ Mariko había remarcado el “voy”, esperando dar a entender su mensaje y molestándose aún más al ver que Wolverine se acomodaba en el asiento.


--No te ofendas pero es un mal plan, será de los primeros lugares en los que te buscarán-- aún de pie, Peter llamó su atención y, al contrario del mayor, hablaba con seguridad pero sin sonar agresivo o grosero.


-Sí, es una estúpida idea- Mariko se giró, ignorando al par de mutantes y fingiendo que no sabía de su existencia o al menos ignorando por completo al mayor, después de todo, era la segunda vez que Peter la salvaba y con él no tenía problema.


-Oye princesita ¿quieres jugar a fingir a que nada está ocurriendo? Está bien, el problema es que no creo que sigas viva si te dejamos sola- aquello fue suficiente para que Peter decidiera dónde sentarse. Pasó de largo al Kuzuri y tomó asiento en el lugar vació junto a Mariko, le sonrió amablemente y le ofreció su escape para ignorar al mundo entero, ese escape que tanto le gustaba y que en ese momento funcionó a la perfección.


Al ver que Peter le daba uno de sus audífonos a Mariko y comenzaban a escuchar música para ignorarlo plenamente, se levantó del asiento con una punzada en el pecho que iba más allá del dolor por una herida física. Anduvo a paso lento hasta encontrar un baño y entró en él sin que Mariko o Peter se percataran de su ausencia.


~Gracias~ Peter dejó de mirar por la ventana y miró a la chica, reconocía aquel gesto a la perfección, Ororo era de gran ayuda cuando se trataba de chicas y aquel gesto era frecuente en su eléctrica amiga; cada vez que él la ayudaba o salvaba en alguna misión era recompensado de inmediato con un leve golpe en el hombro, para después, ya en la comodidad y seguridad de la mansión, recibir un corto y suave “gracias” que a duras penas salía por su orgullo.


~Por lo de anoche y por ayudarme ahora~ si herir el orgullo de Storm era peligroso, no quería imaginarse cómo sería herir el de una heredera de la casa Yashida con entrenamiento, así que decidió no darle demasiada importancia.


--Está bien. No te enfades ni te ofendas, solo queremos ayudarte, es casi como nuestro deber-- así lo sentía, como una misión más, como si fuera su deber de X-man protegerla hasta el final.


 ~¿Por qué?~.


--Porque somos...-- se detuvo antes de terminar la oración, ya no había un “somos” ahora sólo quedaba él ¿cierto? Wolverine había muerto y ahora solo quedaba un Logan viejo y gruñón. Entonces ¿Por qué tanta insistencia de su parte por cuidar de Mariko? ¿Por qué era capaz de volver a ver cómo se asomaba esa faceta protectora y de liderazgo en Logan? --somos X-men--.


~No lo entiendo~.


*Yo tampoco* pensó y se lo guardó para sí, no quería confundirla demasiado ni entrar en temas incómodos.


--Somos mutantes... de los buenos... y queremos ayudarte-- los ojos de Mariko se abrieron un poco debido al asombro.


~Kuzuri es un mutante...~ aquel detalle lo desconocía, nunca había salido a la luz cuando su abuelo le contaba las mágicas historias del Kuzuri y aquello hacía que la magia desapareciera. Peter esperó por un momento ver desagrado en la joven, ver en sus ojos el ya acostumbrado odio que veía hacia los mutantes pero aquello jamás llegaría, ¿cómo podría sentir odio si quien amaba como a una hermana también es mutante?


En lugar de ello, una pequeña sonrisa nació en sus labios ~¿Tu mutación es soportarlo?~.


Peter soltó un bufido alegre --Muchos creen eso-- compartieron sonrisas y de no haberse alarmado por escuchar gritos y golpes por encima del techo del tren habrían continuado escuchando música e ignorando la falta de presencia de Logan en su lugar, ver por la ventana cómo un hombre salía volando y ver que seis garras atravesaban el techo fue suficiente prueba --Vámonos--.


Peter guardó sus audífonos y ambos corrieron por el pasillo hasta encontrarse con un baño abierto, lleno de trozos de papel ensangrentados, la chaqueta del traje de Logan y, por si fuera poco, un enorme hoyo en la pared frente al baño hecho por tres pares de garras. Peter tomó la chaqueta al mismo tiempo que Logan volvía a entrar al tren, ésta vez por el techo -Tenemos que irnos-.


--No me digas ¿hiciste amigos?-- le extendió la chaqueta y siguió caminando por el pasillo, intentando ignorar el evidente hecho de que de alguna forma Logan ya no se regeneraba, ahora tenía nuevas heridas y las heridas de las balas, si es que estas ya habían salido, volvían a humedecer y dar cierto tono carmín a su camisa.


Esperaron al final del tren a que éste se detuviera aunque no fuese el final de la línea y salieron nuevamente a las calles concurridas ~¿Qué sucedió?~.


-Eran los mismos del templo, te están buscando-.


No podrían seguir por mucho más, pronto oscurecería, el cielo amenazaba con volver a dejar caer una buena y tupida lluvia y además Logan comenzaba a cojear cada vez más lento, cada vez más exhausto --No podemos seguir así. ¿Hacia dónde está el centro?--.


~Por ahí~ Mariko señaló la calle más concurrida, llena de puestos y cosas que esquivar, más energía que gastar y más aturdimiento para Logan.


-¿Cuánto falta?-.


~Como seis cuadras~ soltó con cansancio, aquellos zuecos de madera le estaban matando de tanto caminar.


-Suficiente, nos quedaremos aquí- no esperó respuesta ni objeción, simplemente caminó hacia lo que creía era un hotel y se adentró sin esperar al par de jóvenes ni notar el leve pánico que creció en Mariko al ver el lugar a donde se adentraba.


-Dos cuartos, muy juntos, seguidos- con señas y mucha paciencia, Logan intentaba pedir habitaciones a la encargada que solo negaba, le decía cosas incomprensibles y acariciaba a su gato.


~Esto es un hotel del amor~ un suave susurro, Mariko lucía avergonzada, jamás creyó que entraría a un lugar de esa “categoría” y mucho menos con dos hombres, rogaba porque nadie la reconociera.


--¿Un qué?-- Peter comprendió lo que Mariko había dicho cuando se dio la vuelta y pudo ver en fotografías en la pared la clase de habitaciones que estaban en renta, curioso, aquello era incómodo incluso para él pero ya no podían continuar, necesitaban descansar. Con un leve sonrojo y una mirada fácil de interpretar, Peter pidió ayuda a Mariko ya que la discusión entre Logan, la dueña y el gato no parecía estar llegando a un acuerdo.


Entonces, Mariko se acercó y pidió en unos segundos lo que Logan no pudo ni con señas ~Dice que no quedan habitaciones juntas. Sólo queda el calabozo, la enfermería y la misión a Marte~ incómodo, verdaderamente era incómoda la situación, Mariko vio a ambos, Peter vio las fotografías y después de ver todos los “juguetitos” que habían en el “calabozo” y en la “enfermería” se decidió por lo que creyó más decente.


--Misión a Marte suena cool-- dicho aquello, las llaves fueron entregadas y, al no haber elevador, tuvieron que subir por escaleras y pasar rápidamente por los pasillos, ninguno deseaba escuchar las fiestas que se montaban en las habitaciones. Luces de varios colores y varios asientos adaptados para realizar posiciones bastante sugerentes los recibieron al llegar a la habitación.


-Acogedor- había cierto ambiente musical de viajes en el espacio, muchas estrellas decorativas y al menos un cuarto de baño al que Peter entró en busca de un botiquín. Se distrajo un rato viendo su propio aspecto, ignoró la “decoración” que también había en el baño y salió del baño con el pequeño botiquín básico que el hotel tenía la consideración de dejar.


--Déjame verlas-- señaló el vientre y el pecho de Logan al ser las áreas más dañadas.


-No es necesario- Mariko intentaba no moverse, casi intentaba dejar de respirar con tal de no meterse ni romper el ambiente que en un segundo surgía entre los mutantes. Ya había notado que una mirada era suficiente para que ambos se olvidaran del resto del mundo pero siempre era mejor alejarse, fuese bueno el ambiente… o malo, tal como se estaba dando en ese instante.


--Sólo intento ayudarte--.


-Pues no es necesario- Mariko se preguntaba, casi se lamentaba por lo que sea que hubiese ocurrido y que provocara que el par de mutantes se separara. Podía sentirlo, aunque sus tonos de voz fuesen toscos y sus gestos mostraran desagrado e ira, algo había en sus miradas, bastaba con que ambas chocaran para que un extraño y apagado brillo surgiera, uno suplicante, agonizante.


--Bien. Muérete desangrado entonces, oh, lo olvide, no puedes-- los vio separarse, Peter arrojó a cualquier lado el botiquín y volvió a entrar al baño, Logan salió a la especie de pequeño balcón y se quedó ahí incluso cuando comenzó a llover y la noche cayó. Ella permaneció únicamente con las ropas ligeras que traía debajo y escogió un lado de la enorme cama cuando Peter volvió a salir del baño.


Un par de ejercicios de respiración, un par de pensamientos positivos y ya se sentía mejor, estaba bien, Peter se miraba al espejo, parpadeó muchas veces en un intento de aminorar el color rojo en sus ojos y volvió a la habitación junto con Mariko, apenas mirando fugazmente hacia afuera e intentando no darle demasiada importancia al hecho de que la persona que más necesitaba descansar y curarse estaba afuera en la lluvia y sin parar de merodear, aparentemente vigilando.


Dejó salir una suave sonrisa ante la constante mirada de Mariko, comprendía si se sentía incomoda en aquel lugar y con dos hombres por lo que optó por recostarse casi en la orilla de la cama, lo más alejado de ella que pudo y ni siquiera se quitó la molesta corbata. Esperaba que de esa forma dejara de tener encima la mirada analizadora de la mujer. Estaba bien, un par de horas de sueño serían suficientes.


~Kuzuri es importante para ti~ ya no estaba bien. Sus ojos que comenzaban a cerrarse con pesadez volvieron a abrirse instantáneamente con esa suave voz que lo delató.


--No estás preguntando-- ambos susurraban a pesar de que Logan seguía haciendo guardia afuera y probablemente la lluvia terminaba de ocultar sus voces.


~Es obvio. Se nota cuando se miran... y tú eres importante para él~ antes le gustaba creer eso, pero ahora ya no estaba tan convencido de ello. Demasiados cambios, discusiones y distancia, cada vez más distancia.


--No, ya no... Intenta descansar-- a ninguno de los dos le agradó aquella respuesta, con ella terminó la conversación y cerraron los ojos algunas horas que a Peter le parecieron minutos y que a Logan le estaban pareciendo una eternidad. Afuera, aún sin descansar y bajo la constante lluvia, a Logan no le extrañaba del todo que sus heridas no dejaran de sangrar, estaba comenzando a perder la sensibilidad en las piernas y, sin importar la oscuridad o los charcos, una simple ojeada al suelo era suficiente para saber que estaba desangrándose.


Tal como Peter le había dicho y temía que se hubiese equivocado. Por segunda vez en su vida, después de ir a bordo de un auto siendo conducido por Charles, Logan temía por su vida y más aun por lo que pudiera pasar en su ausencia. Detuvo su constante andar, miró a través del vidrio que lo separaba de la habitación y se deleitó de la dulce imagen de un Peter dormido.


*"No puedo estar sin ti" si claro, mira como me tratas* ¿Iba a morir en ese lugar? Estaba alucinando, el Peter de sus sueños salía y se mostraba en el reflejo del cristal incluso cuando podía ver al verdadero Peter del otro lado de éste, salía y le reprochaba sus acciones que contrastaban con las palabras que a él si tenía el valor de decir -Peter- un suave roce al vidrio hizo desaparecer al plateado y cambiar el reflejo, ahora podía ver a un completo extraño, sonriendo y apuntándole con un arma.


Todo pasó tan deprisa que no comprendió en qué comentó cayó del balcón, apenas había conseguido desviar el disparo hacia un punto muerto pero a cambio había caído cuatro pisos. Cualquiera en sus zapatos pensaría que su momento había llegado, había caído de espaldas y no se sentía capaz de moverse, sus sentidos se nublaban, no podía escuchar nada más que el pitido que se instaló en sus oídos desde el momento del disparo por lo que no pudo escuchar cuando un nuevo disparo, efectuado por Peter, dio directo al pecho del miembro de Yakuza.


Mucho menos escuchó cuando el cuerpo cayó sobre un auto y activó las alarmas de este. El mundo parecía girar sin control y lo último que su vista le permitió ver claramente fue a otros dos hombres caer, ambos muy cerca de él y con una especie de cuchillo clavado en la sien. --Mariko, pide ayuda ¡deprisa!--.


Luchando por continuar, por recuperar el conocimiento, Logan sentía cómo sus piernas eran arrastradas con cierta dificultad, presión en su pecho y el frío penetrante del suelo y la lluvia contra su espalda era sustituido por un suave y delicioso calor. Sus parpados se alzaron permitiéndole ver a un Peter desesperado, cargándolo hacia el hotel.


*Estúpido viejo... estúpido, estúpido... no te atrevas a dejarme... Logan* Ese era Peter… ¿Cuál? Se preguntaba si estaba alucinando aquellos insultos y suplicas, ambas cosas eran suficientes para sacarle un intento de sonrisa a su moribundo rostro. En algún punto de la noche y de alguna forma habían logrado subirlo a una especie de camilla y ésta vez no pudo distinguir a quien pertenecían el resto de las voces o lo que decían, tan sólo se aferraba a la voz de Peter *Sujétalo... ¡Con fuerza!* era lo único que lo mantenía y lo sacaba de aquel abismo en el que sentía cada vez se hundía más.


¿Lo habían llevado a un hospital? Era lo primero que le venía a la mente al oler el alcohol, sentir como le arrancaban las balas del pecho y cosían sus demás heridas, abría los ojos y se topaba con una luz segadora y la figura del plateado, entre otras, hasta que no pudo volver más, la oscuridad se lo tragó y Peter desapareció -Peter... ¡No! Peter... no te vayas...-.



Susurros inentendibles, el olor a alcohol, sangre y más que no pudo identificar… ruidos… ¿Cabras? Para cuando fue capaz de abrir por completo los ojos, ya había amanecido. Apartó de su rostro la luz de la lámpara y se levantó lentamente, apreciando el lugar donde lo habían metido y, a juzgar por los algodones ensangrentados, las balas e instrumentos médicos, el lugar donde lo habían tratado.


Se había esperado una horrible habitación de hospital; en cambio, se topó con un cuarto lleno de jaulas, algunas con animales dentro, una sala de operación improvisada y un muy joven doctor que hablaba bastante preocupado, a saber de qué, con la mujer que les había atendido en el hotel. ~Son Mioko, la dueña del hotel, y su nieto Itoshi~ Mariko fue la primera a quien pudo ver.


-¿Es médico?- recibió la ropa que Mariko le extendía y, después de echarle una mirada a sus heridas, comenzó a vestirlas.


~Si algo así... es veterinario... a estudiante... de grandes animales~ como si aquello importara, le había salvado la vida y estaría agradecido hasta que volviera a ver la vida como una desgracia o maldición.


-Gracias- extendió su mano, esperando poder estrechar la mano del joven que lo había ayudado, en verdad no esperaba que el chico se asustara y alejara de golpe mientras decía una y otra vez “ok… ok… bien” en un muy forzado español.


--Apenas podíamos sostenerte cuando te alterabas, lo cortaste varias veces cuando trataba tus heridas-- por fin pudo ver a Peter que salía de entre algunas jaulas, sin corbata ni saco, dejándole ver su camisa completamente bañada en sangre, temió porque el veterinario no fuese el único con heridas hechas por él --Estoy bien, no es mi sangre-- el plateado recibió una muda de ropa que la dueña del hotel le ofrecía y volvió a desaparecer entre las jaulas.


Mariko también tenía ropa nueva, la vio pagarle a la mujer y hacer una inclinación antes de que se alejaran y comenzaran a limpiar el lugar. Mientras, dejaba que todas las piezas encajaran en su mente, todo lo que había ocurrido y lo que hubiese ocurrido de no ser por Peter, Mariko y el veterinario -Jamás había necesitado esto-.


~¿Qué, ayuda?~ dejó pasar la pregunta de Mariko, no tenía ánimos de ni energías para discutir.


-La doctora, la oncóloga de tu abuelo hizo esto… No estoy sanando, no como antes- Peter salió vistiendo la nueva muda, él terminó de abotonar su camisa y los tres salieron del hotel.


***


En algún barrio bajo, entre los más transitados de Japón, varios hombres y mujeres se preguntaban qué le ocurría al hombre que se retorcía en el suelo y que segundos antes tan sólo le había preguntado su precio a quien creyó que era una prostituta. Nadie se fijó en ella y, al ser la muerte algo bastante frecuente en el lugar, la gente se olvidó del hombre cuando éste dejó de respirar.


De esa forma, la antes Doctora Green, fue capaz de llegar con su contacto quien, apenas llegar, la tomó del cuello y empotró contra la pared -¡No tienes respeto! Me has hecho esperar dos horas-.


~Así que aun no los encuentras~ mostraría algo más que una sonrisa sínica si tan solo Harada le hiciera sentir algo. Ella podía someterlo tan fácil, un simple rasguño y un soplido que liberaba uno de sus venenos favoritos, ahora su cuello era libre y el hombre se doblaba y luchaba por respirar.


-Son mutantes, los dos tienen poderes-.


~¡Pero no son fuertes! Uno es un simple chiquillo y el otro ahora es débil ¡Yo suprimí sus poderes!~ cambiaron los papeles, ésta vez como debía ser, ella tomaba su cuello con fuerza y él gemía de dolor, se divirtió por un rato y lo soltó con brusquedad, no sin antes soplarle el antídoto ~¡Encuéntralos, los quiero a ambos!~.


***


El sol de medio día había abandonado el cielo hace un buen rato, el clima se sentía cada vez más húmedo y el hecho de que ahora viajaban en un pequeño autobús no ayudaba demasiado a aminorar el calor. Además, Peter sentía que tanto Yukio como Mariko conspiraban en su contra, dejándolo solo con Logan o haciendo que se acercaran. Mariko se había sentado con una dulce abuelita… él tuvo que compartir asiento con Logan.


El adormecimiento de estar sentado por horas, el bochorno del calor y si sumamos el hecho de que después de un rato a Logan le había entrado por fin el sueño y se había dejado caer en el costado de Peter, no, no estaba siendo un buen día. Podía sentir el calor emanar del cuerpo del mayor, de vez en cuando sus cabellos le picaban el rostro y en algún momento, cuando entró en pánico porque creyó que Logan había estado despierto todo ese tiempo, se dio cuenta de que el precioso paisaje le daba igual y no había dejado de ver a Logan dormir.


Tan tranquilo, tan distante al Kuzuri. Cuando fuera del mundito, en el que Peter se encerró, el paisaje se volvió más tranquilo, despejado y natural, pequeños escalofríos recorrían la espalda del plateado y se perdían en su estómago o en su pecho cada vez que el mayor murmuraba algo “Mn... ¡Mmn!... Peter... no”. Cómo le encantaría tener la mutación de papá Charles, entrar en la maldita mente de Logan y averiguar lo que había en ella.


Quería saber por qué parecía que Logan quería que se marchara pero se negaba a dejarlo ir. Así de confuso se sentía. El autobús y un tope se encargaron de traerlos de vuelta a la realidad, Logan despertó, abrió los ojos y creyó por un instante que todo había sido una eterna pesadilla, cualquier cosa vivida antes de ese tipo de despertares se lo parecería si se volvieran a repetir cada día como lo era antes.


Abrir los ojos y tener tan cerca a Peter, su esencia, su calor y su mirada, todo para él. Se sintió tan tentado, tan necesitado, que se olvidó por completo de los últimos días, incluso los últimos meses y se fue acercando cada vez más a aquellos labios que sentía que eran la verdadera razón de su agonía, cada vez más, haciendo que Peter sufriera un colapso mental, se estremeciera y sintiera como si la unión de sus alientos quemara. Haciéndolo imposible de soportar. Peter giró el rostro de golpe cuando el autobús hizo otra parada.


Mariko los miró y, casi demostrando la pena que sentía por verlos fallar de esa forma, se levantó ~Aquí bajamos~ sonó como si lo lamentara y ambos mutantes lo notaron. Logan aclaró su garganta y se retiró de encima de Peter para después bajar detrás de él y por un momento quedar cegado debido al deslumbrante sol que ya no tenía enormes árboles o rascacielos que amortiguaran o evitaran su presencia.


-¿Dónde estamos?- pequeñas y acogedoras casas, árboles preciosos, vistas al mar y cierta brisa gobernaba por todas partes. Nada de autos, prácticamente nada de ruido, tan solo suaves murmullos y sonidos relajantes.


~En las afueras de Nagasaki~.


Después de tanto tiempo no creyó que se sintiera tan bien, en un punto de su pasado se había jurado que jamás volvería a Nagasaki, no quería revivir los tiempos de guerra y sin embargo ahí se encontraba, con un lento andar, algunos pasos detrás de Peter y Mariko. Disfrutando de la quietud y la armonía de aquel pueblo, dejando que el sol hiciera su trabajo mientras pasean y Peter ayuda a Mariko con algunas compras.


Ingredientes para una buena comida y muchas, muchas bebidas energéticas que dentro de poco Peter necesitaría. Ambos dieron un vistazo atrás y al comprobar que Logan parecía perdido pero aún los seguía, continuaron. Mariko pensó que un pequeño empujón no estaría mal, Peter y Logan la estaban ayudando y lo menos que podía hacer era intentar hacer lo mismo por ellos. Por lo que tomó aire y dejó salir, en voz baja y sólo para Peter, la frase con la que su padre siempre la impulsaba… ya se esperaba la cara de Peter al no haber entendido una sola palabra, tendría que explicarse.


~Cuando era pequeña y tenia pesadillas corría a la habitación de mis padres... "vuelve a la cama y enfrenta tus miedos" mi padre solía decirme eso~ el rostro de Peter se iluminó de comprensión ~En cambio, mi abuelo solía arroparme y contarme historias de Kuzuri. ¿Sabes qué significa?~ negó varias veces con la cabeza, bastante concentrado en las palabras de Mariko ~Un animal feroz de enormes garras... mi abuelo me contaba cuando lo conoció en la guerra, cuando le salvó la vida... decía que Kuzuri algún día me salvaría~.


Un par de segundos y una mirada de Mariko bastaron para que comprendiera lo que intentaba decirle. Miró fugazmente a Logan y luego de vuelta a Mariko que ahora le sonreía de forma dulce ~Vuelve y enfrenta tus miedos~ ¿Miedo? ¿De Logan?… quizás demasiado para aceptarlo o no directamente miedo de él.


Quizás miedo a que por fin Logan le permitiera irse, que ya no lo detuviera y no lo buscara ahora que dejaría de intentar. Miedo a enfrentar una vida sin él a su lado pero con su presencia en su mente a cada segundo. Miedo a volver a intentarlo y volver a fallar. Eso y más lo atormentó por todo el camino a la casa de los padres de Mariko y por todo el tiempo que pasó sentado en la barra que separaba la cocina de la sala mientras su mirada se perdía en Mariko cocinando y Logan simplemente los miraba a ambos.


Su tormento se disipó y su cuerpo se tensó cuando Logan tomó asiento a su lado, ya se había cansado de estar tan sólo sentado a distancia. Peter, sabiendo que no podría huir por toda la vida, hizo de sus últimos intentos por evitar las preguntas de Logan, buscando cualquier cosa a su alrededor que le diera una salida.


--Es el arquero-- tomó una pequeña fotografía, podía ver a una Mariko muy joven y muy alegre siendo abrazada por el arquero, también joven, que los había ayudado a librarse de los Yakuza en el templo --¿Era tu pareja?-- el rostro de Mariko se iluminó al ver la fotografía, colocó varios platillos que había preparado en una gran charola y caminó con ella hasta la mesa de la sala.


~Es Harada... ahí estamos en un torneo, yo competía con los cuchillos~ acomodó los platillos junto al resto de alimentos y con un suave movimiento los invitó a sentarse ~Planeábamos contraer matrimonio pero mi abuelo nos detuvo, dijo que debíamos esperar a tener al menos quince~ se sientan todos a comer, Mariko da las gracias por la comida, ellos intentan dar las gracias. Peter intenta averiguar cómo es que se usan los palillos mientras que Logan directamente los encaja en su plato de arroz y toma una cuchara. Peter juró que aquello enfureció a Mariko más que cuando los vio en el tren.


~Si pones los palillos parados es de mala suerte, se asemeja al incienso de un funeral. Todo tiene un significado~ quitó los palillos y los dejó a un lado del plato de Logan antes de comenzar a comer.


-Y aquella noche, cuando corriste bajo la lluvia ¿qué significó?- Logan tomó los palillos.


Peter también tenía curiosidad, dejó los palillos a un lado, tomó una cuchara y le dedicó una suave mirada a Mariko en espera de su respuesta que al parecer no sabía cómo dar, intentaba transmitirle un poco de seguridad y quizás sabría también por qué había tenido que correr en la lluvia y salvarla de caer al mar ~Que mi abuelo moría~.


--No era eso a lo que le temías... y tampoco fue la razón por la que tu padre te golpeó-- Logan intentaba usar los palillos pero no lograba tomar algo y que ello llegara a su boca.


~Antes de morir, mi abuelo me dijo que en tres días, cuando leyeran su testamento, me volvería la persona más poderosa de Japón... dejó todo a mi nombre, la compañía... yo no la quería y no entiendo por qué no la dejo a nombre de mi padre, es su mayor ambición~.


-Quizás por eso lo hizo- Logan volvió a clavar los palillos en el arroz.


--¿Qué dices de tu prometido? Noburo ¿él lo sabe? ... no te ofendas pero parece un idiota-- *sin contar que con él no luces ni la mitad de alegre que en la foto con el arquero* pensó Peter al recordar la foto y compararlo con la forma en que Mariko parecía querer estar lo más lejos posible de Noburo durante la ceremonia de su abuelo.


~Mi padre arregló ese matrimonio, de esa forma tendría acceso a la política nacional~.


“¿¡Qué?!”.


Mariko dejó de comer cuando los X-men la cuestionaron al mismo tiempo, comprendía la parte romántica de casarse por amor que predominaba del otro lado del mundo, pero ese no había sido su destino y debía cumplir los mandatos de su padre, de ese lado del mundo el honor estaba por encima de lo romántico y lo sabía muy bien ~No obedecer a mi padre sería una deshonra~ quitó los palillos nuevamente del arroz, mirando de mala forma a Logan ~No espero que lo entiendas, no eres japonés~.


--No entiende ni los compromisos en su idioma-- Peter bajó la mirada a su comida en cuanto soltó eso, sabía muy bien que la mirada de Logan estaba encima de él, casi podía sentirla. El interrogatorio terminó y de ambiente sólo quedaron los murmullos de la sopa ser sorbida, el chocar de los cubiertos y la intensa lluvia cuando todos terminaron.


~Hay dos habitaciones, usen la de mis padres~ ¿Era una cruel broma? Mariko los había llevado hasta la puerta corrediza de la habitación y luego de despedirse se marchó. Si, era una cruel broma de la vida y ésta encima se reía en su cara cuando ambos entraron a la habitación, una grande, acogedora y suave cama matrimonial los esperaba.


--Bueno, descansa-- Logan sólo le permitió dar dos pasos antes de que lo tomara del brazo y devolviera a donde estaba.


-¿Qué sucede? ¿No dormirás?-.


--Como dijiste, estar aquí es una mala idea y tú necesitas recuperarte así que ésta vez yo haré guardia-- ¿Todo ese repentino escándalo era sólo su corazón latiendo? Peter rogaba porque Logan no lo escuchara, que hubiera un diluvio si era necesario para ocultar el ruido que retumbaba en sus oídos.


-¿Para eso tantas bebidas?- creía que no había prestado atención, que había estado perdido admirando el pueblo y le entraba más pánico al creer que no sólo se había percatado de las compras sino que también había escuchado su pequeña platica con Mariko.


--Sí, bueno... descansa-- cinco pasos, ¡Casi! Había estado a tan poco de tomar la puerta corrediza pero había sido tomado otra vez, ahora con más fuerza y ahora jalado hasta que sus cuerpos casi se tocaban. Quizás sus ojos había gritado su necesidad de huir porque Logan lo atrapó de los brazos y juntó sus frentes, haciéndole imposible huir y seguir teniendo esperanzas de que no escuchara su corazón.


-Sabes que tenemos que hablar- ambos se estremecen pero sólo Logan fue consciente de ello. Pueden sentirse, se miran a los ojos y se conectan. Logan se pierde en los ojos de Peter y lo que encuentra es miedo, como una presa asustada, teme por lo que su captor haga con él -Peter ¿por qué parece que perdiste tu mutación? ¿Por qué parece que robaste mis poderes? ¿Qué hiciste?-.


¿Decirle qué hizo? ¿De qué forma? Sólo lo había amado y al parecer con tanta locura que había sido incorrecto, demasiado… se había entregado por completo. --Creo-- se lamentó por haber dejado salir aquello como un jadeo. Respiró hondo y humedeció sus labios --Creo que cometí el peor error de mi vida-- no amarlo, eso jamás sería un error ni se arrepentiría aunque las cosas no terminaran bien para él. Su enorme temor era permanecer de esa forma en vano, ya habían pasado dos días y aún no había indicios de recuperar su mutación --pero es remediable--.


Logan lo escuchaba y se aterraba, más que una respuesta a sus preguntas, aquello parecía describirlo a él en su vida. Por un momento, la fuerza en su agarre incrementó y, con el temor de que la respuesta fuese afirmativa, dejó salir la pregunta con el poco aire que estaba logrando tomar -¿Permitirme entrar en tu vida fue un error?-.


Peter negó con un suave movimiento. Pasó saliva y se repitió las dulces palabras de Mariko, las dejó retumbar en su mente por un rato y finalmente se atrevió a hablar con toda la tranquilidad que antes jamás tuvo --Negarme a la idea de algún día tener que salir de la tuya--.


Se anhelan, se atraen como si sus cuerpos fueran imanes, el calor de sus respiraciones choca, les recorre toda la espina dorsal. Sus labios comienzan a buscarse y es entonces cuando una pequeña y maldita voz grita y activa una alarma en Peter. Se aleja, se deshace del agarre y camina de espaldas hacia la puerta sin dejar de mirar al hombre que luce tan confundido y dolido como él.


--Quédate tranquilo, son solo efectos de un suero que el tío Hank hizo. No es permanente...-- abre la puerta y sale de la habitación, siente cómo todo el calor que se había instalado en su pecho y rostro desaparece --buenas noches Logan-- cierra la puerta y siente una dolorosa punzada, se siente aliviado y decepcionado al mismo tiempo, sabe perfectamente que si Logan lo hubiese detenido otra vez no habría recuperado el control y se hubiese dejado llevar.


Camina hasta la cocina, toma todas las latas de bebida energética y comienza a beberlas como si fuese agua y deseando que de alcohol se tratara. Sus labios le hormigueaban al igual que  sus brazos y el recuerdo de la cercanía de Logan lo atormentaba tanto como al mayor que, después de debatirse internamente por una eternidad entre ir y devorar a Peter o respetar su decisión, decidió simplemente tumbarse en la cama y dejar que su mente retorcida le mostrara nuevamente al Peter de sus sueños y alucinaciones.


Aquella sería una larga noche.

Notas finales:

¿Qué tal? ¿Les gustó? J espero que sí.


¿Algún review, crítica, sugerencia, duda? Con mucho amor lo recibo y contesto <3


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