Abre los ojos y el frío desaparece, ya no hay más árboles, no hay animales ni lluvia salpicándolo; ya no está en su cueva. Respira pesadamente y se pregunta con temor qué será ésta vez, se remueve un poco en la suave cama y descubre que está en una de las peores pesadillas, una de las que nunca puede escapar a tiempo.
El oxigeno escapa de su ser con violencia y se niega a volver del todo con cada ojeada que da a su alrededor, lo sabe, podría distinguir a la perfección la habitación en la que se encuentra incluso si pasara una vida sin poner un pie en ella. Los poster clavados a la pared, el leve desorden en el suelo y las preciosas fotografías en la mesita de noche. Todo lo reconoce a la perfección, ¿Cómo olvidar la habitación que compartió con Peter por casi un año?
Acostado incluso en su lado de la cama, dando la espalda al resto de ésta y permaneciendo así por una asquerosa eternidad, Logan se pregunta qué verá ésta vez. Cierra los ojos repetidas veces e intenta obligarse a despertar pero está atrapado, como siempre, no puede despertar y ya no hay quien lo despierte, él se encargó de ello.
Traga saliva y siente que es ácido, recorre su garganta, la corroe hasta llegar al estómago donde permanece hasta hacerlo sentir que sus entrañas se corroen también. Toma coraje y decide también tomar el control, no permanente, sabe que en cuanto se dé la vuelta todo volverá a caerle encima pero no está dispuesto a extender su agonía, no de esa forma. Cierra con fuerza los ojos, deja caer por completo su espalda contra las cálidas sabanas revueltas y alza sus manos a una altura en la que le sea imposible no mirarlas al instante en que abra los ojos.
Sus manos y brazos comienzan a entumecerse como si no fuesen segundos lo que lleva levantándolos sino horas, siente que se ahoga cuando de pronto una leve y fría caricia recorre uno de sus brazos, siente como varias yemas juguetean en su palma y al final se entrelazan entre sus propios dedos --Está bien, están limpias Logan--.
Reconoce quién susurra y abre de inmediato los ojos, Peter tiene razón, ésta vez sus manos están limpias, no se manchan con la sangre del plateado, con la de cientos de mutantes o con la de soldados. Deja caer a un lado su mano libre y se permite contemplar la unión de su mano con la de Peter hasta que es soltado de forma brusca. --Pero cómo no van a estarlo, me corriste como si no te importara--.
-No, Peter- se gira y se topa con un Peter que lo mira con el ceño fruncido, recostado de lado y recargando por completo su cabeza en la blanca almohada, se ve tan perfecto con sólo la luz de la luna que se olvida por completo de que sólo está atrapado en otro de sus sueños. Toma la mano del chico entre las dos suyas y lo mira fijamente, se pierde en la noche de sus ojos enfurecidos. -No quería hacerlo, te necesito a mi lado Peter-.
El ceño fruncido desapareció y dio paso a algo incluso peor, los ojos de Peter lucían enrojecidos e inundados, su boca se torcía en una mueca que pocas veces había visto pero que desde la primera vez que la vio la odió con todo su ser. Peter sufría incluso en sus sueños. Tomó con delicadeza algunos cabellos plateados que le cubrían el rostro y los peinó hacia atrás mientras seguía apretando su agarre con la otra mano, sin querer dejarlo ir.
-Pero por encima de todo, Peter, necesito que estés a salvo… y a mí lado eso jamás será posible- la mano entrelazada con la suya pareció desvanecerse y dejó de ser capaz de tocarlo. -Te lo prometo Peter, jamás volveré a hacerte daño, ni a ti ni a nadie-.
*
-Lo siento Peter- dos horas, quizás más pero ya no importaba. Al parecer su palabra ya no tenía valor porque, a pesar de haberle prometido a Peter que ya no volvería a jugar a ser un héroe, estaba a punto de darle su merecido al único cazador que había sobrevivido al ataque del grizzly y tan solo susurraba una disculpa, esperando que de alguna forma ésta fuese escuchada por Peter.
Había despertado de su primer sueño después de cientos de pesadillas y lo había hecho por varios gritos cerca de su cueva. Recordaba perfectamente a la bola de cazadores estúpidos que había visto en la tarde y al escucharlos tan cerca no pudo evitar ir a echar un vistazo. Al final tan sólo confirmó lo que ya sabía, está condenado a la eterna y completa soledad. Ni siquiera podía tener por amigo o compañía a un grizzly porque incluso eso le era arrebatado.
Lo había prometido, quizás no al Peter de carne y hueso pero lo había hecho, no mas Wolverine… y ahí estaba, liberando sus garras frente a todos en aquel bar, frente al único cazador que había sobrevivido. No había sido difícil encontrarlo, después de todo ¿A dónde va un estúpido cazador después de sobrevivir al ataque de un oso? ¿A un hospital a atenderse? ¿A pedir ayuda? No. Obviamente el charlatán irá al primer maldito bar que encuentre a contar su hazaña y ganar bebida gratis.
Las libera y lo hace lentamente, observando el creciente pánico en cada uno de los presentes, escuchando por alguna parte un arma ser cargada, ignoraba por completo a las dos nuevas presencias que entraban y miraban indecisos la escena.
Estaba por comenzar la fiesta cuando una mano firme y femenina detuvo su brazo ~No te molestes con ellos, morirán todos de cualquier forma... tres de ellos en el mismo auto, dentro de una semana~ aquella chica era la misma que había visto por la mañana, la pelirroja asiática que le tomaba fotos como si fuera una gran atracción. Pensaba en ello mientras la miraba presumir su espada a todos y darles una pequeña demostración de lo que podía hacer con ella… de lo que podía cortar con ella.
Finalmente el bartender sobresale de entre sus clientes con una escopeta y es intervenido por un chico antes de que logre su propósito, después de escuchar el estruendo del arma al ser disparada, incluso él se asombra al ver que la bala termina dando al centro del tiro de dardos y no directo a la cabeza de la mujer como parecía apuntar.
--Wow, directo al centro-- es entonces cuando toda la atención deja de estar en la ruda pelirroja y pasa a su plateado acompañante que, con poco esfuerzo y un gesto alegre, le arrebata el arma, la observa de cerca y apunta con ella a los ebrios que parecían aun tener valor --¿Quién quiere una espada, teniendo una de éstas?-- Yukio sonríe, de forma suave y aterradora para los humanos que permanecen estáticos.
~Te esperamos en el auto~ Peter dejó caer la escopeta y salió inmediatamente detrás de Yukio, no le gustaban las miradas de los borrachos y mucho menos le gustaba la mirada de Logan.
--Esto no va a funcionar, no le va a gustar verme aquí-- y, aun a pesar de lo que creía, abría una de las puertas traseras del auto e intentaba hacerse espacio entre el montón de cosas en los asientos para intentar entrar.
~No estoy tan segura de eso~ caminando muy lento, dudando y mirándolos a ambos fijamente pero, a fin de cuentas, ahí estaba Logan, caminando hacia el auto y anclando su mirada en el plateado después de cruzar sus miradas por solo un segundo antes de que Peter huyera al contacto visual y entrara al auto sin importarle si aplastaba algo en el proceso.
Llegó a la ventana del copiloto y supo porqué a Peter le había costado trabajo subir, el interior del auto era un completo desastre y aun así la pelirroja le decía que entrara como si aquello fuese de lo más normal. Dio un último vistazo a la parte trasera donde Peter luchaba por hacerse un hueco y supo que o entraba en el lugar del copiloto o no entraba e hizo su propio esfuerzo por caber sin que sus rodillas fuesen un problema.
~Lo siento, lo tuve que alquilar~ él dudaba rotundamente que la renta del auto incluyera todo ese desorden pero no quiso perder el tiempo en tonterías como esa, como siempre, iría directo al grano. -¿Y tú quién eres?-.
Bien, ahora era turno de Yukio hacer su parte, aunque Peter dudaba que en verdad él hubiese hecho algo. Escuchaba a Yukio decirle a Logan casi lo mismo que a él le había dicho y decidió que escaparía de las miradas que recibía por el retrovisor entreteniéndose con cualquier cosa que encontrara en el desastre a su lado; no con la espada, ya había visto suficiente como para saber que aquello no era algo con lo que debería jugar, no con la ropa... no quiere traumarse si encuentra algo que no debería.
Mira al frente, los escucha discutir sobre una de las razones por las que ha estado discutiendo con Logan, "No mas Wolverine", y decide que no pasará nada si se distrae con el expediente de Logan.
~Interesante… entonces... ¿Por qué buscar justicia? ¿Por qué fuiste al bar por el cazador?~ No importaba, Logan no quería que importara. Para él, simplemente se había dejado llevar por la rabia y hasta eso había sido muy malo. Wolverine debía morir y estaba tan sumido en la idea que ni siquiera se preguntó cómo era que la chica sabía lo del grizzly.
-Eso no tiene importancia-.
~Yo creo que sí, porque tú eres un soldado, quieres justicia~.
-No lo soy, para el auto-.
~Tú eres un soldado~ por el bien de ambos, Yukio esperaba que si Peter no la ayudaba en ese momento era porque lo que estaba leyendo en verdad era digno de toda su atención y merecedor de su rostro desanimado.
-¡No lo soy, para el auto!- estacionó cerca de la acera y al ver que no recibía ayuda usó lo último que le quedaba.
~Tu eres un soldado, y buscas lo que todos los soldados~ Logan no quería escuchar, volvió a repetir que no era lo que ella esperaba y salió del auto.
-Vámonos Peter-.
--James Howlett... eres un soldado-- hasta entonces, ambos prestaron atención a lo que Peter había estado leyendo, esta vez no había pasado rápido las paginas, no, ésta vez había prestado atención a algo más que sólo a las fotografías de los últimos años. Peter había comenzado a leer desde el principio, desde el maldito principio que Logan nunca se dignó a contarle.
Porque nunca le había permitido conocer al hombre detrás de Wolverine o del hombre alterado que había sido transformado en arma. Todo lo que Peter había conocido había sido una simple y torpe mascara que se mantenía con un simple "No recuerdo y no quiero recordar", pero lo sabía, el temor en los ojos del hombre le decía que sabía perfectamente de lo que estaba hablando.
Ahora Peter dejaba de conocer a Logan, alzaba la mirada de las hojas en sus manos y sólo miraba a James, al hombre que asesinó a sus padres, al hombre que masacró a miles en las guerras y que, al contrario de lo que alguna vez le dijo, si tiene familia, aun tiene familia... aun le queda un tal Victor que estuvo con él, luchando a su lado en cada guerra.
Logan esperaba ver miedo, incredulidad o incluso asco, hubiese sido lo mejor, hubiese sido lo que se encargara de separarlos de una vez por todas, el golpe de gracia que terminara con él. En cambio, tuvo algo más lento, más profundo y agonizante. Había dolor y decepción en la mirada de Peter, había mil preguntas y el dolor de recibir la respuesta por parte de un papel y no de él.
Había ira y vacío. Porque parecía que nunca había importado, que había estado ahí siempre para él, entregándose por completo, revelándole todo lo que era, sentía y deseaba mientras que él no había sido capaz siquiera de decirle su verdadero nombre. Se sentía completamente ajeno, como si el último año de su vida hubiese sido una completa mentira.
Peter quería lanzarle la acosadora investigación que le habían hecho, salir del auto y volver a la mansión Xavier de donde nunca debió haber salido pero esta vez fue Logan quien ya no soportó el contacto visual, sentía como si Peter lo atravesara -¿Y qué es lo que buscan todos los soldados?- se volvió a mirar a la chica y esperó por su respuesta, sintiendo como si la chica dudara si en verdad debía decirlo.
~Una muerte digna~ a esas alturas la dignidad podía irse al demonio, lo único que Logan deseaba era una muerte, rápida y, de ser posible, sin sentir, ya había sufrido lo suficiente toda su larga vida como para terminarla de la misma forma.
-Un día- vio pasar varias patrullas en dirección al bar, entró al auto y esta vez evitó por completo mirar hacia atrás por los espejos -Sólo me despediré de Yashida y me iré- un feliz “ok” de Yukio, un par de segundos de espera y el auto volvió a estar en marcha, lo más probable era que la mujer había esperado un poco para saber si Peter también continuaría.
No hubo más conversación por el resto del trayecto en auto, no al menos entre ellos pero en algún punto de la noche Logan se atrevió a mirar por el retrovisor. Descubrió el bonche de hojas de su expediente dejado a un lado y a un Peter mirando por la ventana pero haciendo diversos gestos, aparentemente sin dedicárselos a algo o alguien pero él sabía lo que estaba ocurriendo, Peter hablaba en su mente.
Probablemente estaba intentando explicarle a Charles porqué no había regresado y también porqué no regresaría en un buen rato. Para cuando el auto se detuvo frente a un avión privado, la conversación mental pareció haber terminado sin problemas o una aparente intervención por parte de Erik o Charles.
~Son quince horas, dependiendo del viento~ subió al avión, resignado a pasar quince horas engarrotado a su asiento y bebiendo con la esperanza de calmar el malestar en su estomago... y aparentemente sufriría en solitario, otra vez. En cuanto tomó asiento, Peter se encargó de sentarse en el lado contrario tanto de asiento como de lado de avión, se acurrucó y, al igual que Yukio, no pareció importarle en lo mínimo las fuertes turbulencias.
Simplemente se acomodaron, Yukio incluso con un par de pequeñas sabanas, cerraron los ojos y se dispusieron a dormir o escuchar música con mucha concentración en la ventana. Mientras, su mente creía que aquel momento era el perfecto para llenarlo de las memorias que con ayuda de Xavier había logrado recordar. Quemaba suavemente su garganta con un nuevo trago, miraba por la ventana, cerraba los ojos y al abrirlos…
~*~
Estaba en Japón.
-¡Sal, vamos, vete!- los gritos de un joven Yashida retumbaban en el pequeño bunker donde lo habían encerrado. Era un enemigo, lo habían logrado encerrar y con mucho gusto, Víctor y él se habían encargado de gran parte de su ejército y aun así… aun así aquel hombre lo liberaba y esperaba que lograra salir y escapar de la catástrofe que se acercaba; no quedaría nada en Nagasaki.
Aquel hombre se ganó su confianza con ese simple gesto de bondad y quería creer que era por ello por lo que corría para salvarlo, lo metía junto con él en el bunker, recibía y resistía el infierno desatado por la bomba hasta que terminará y el hombre bajo su protección estuviera a salvo.
Podía verlo, el miedo en aquel hombre no había hecho más que incrementar, no lo culpaba, después de todo un hombre que se regenera después de haber recibido casi todo el daño es igual de peligroso y atemorizante que una bomba, o al menos eso le daba a entender su mirada y el verlo intentar subir e intentar huir.
Pero aún no era seguro, no, aún debía mantenerlo a salvo por lo que lo devolvió al suelo, explicó que aún no era tiempo de salir y pasó los siguientes minutos siendo observado a detalle, casi escaneado por todas partes. -Kuzuri… Kuzuri… Kuzuri- una y otra vez, alzó la vista y se encontró con un hombre que había abandonado el temor y ahora solo podía ver una combinación no muy común en las guerras. Agradecimiento, esperanza, alivio… curiosidad. -Kuzuri-
--¿Qué significa Kuzuri?--
-Monstruo…- ya no le parecía extraño y en ese momento tampoco llegaba a dolerle, después de todo, y con la reputación que se había construido al lado de Victor, aquel nombre era de los más suaves que le habían dado -¿No te duele? ¿No sientes?-
--Si siento, mucho-- Yashida dejó de pegar su espalda al lado contrario del bunker, se relajó y decidió dejar de mirarlo desde arriba como si fuese alguien superior; se dejó caer frente al mutante y dejó su curiosidad fluir con preguntas mientras esperaban a poder salir -¿Qué edad tienes?-
--… han pasado muchas guerras… demasiadas…--
~*~
Un quejido acompañado de una fuerte turbulencia lo devuelve al presente, se pregunta cuántas horas de sufrimiento le quedan y si el alcohol con el que cuenta le será suficiente cuando el quejido se repite. Da un largo y lento suspiro, meditando casi con molestia lo que debía hacer, ignorar a Peter… o levantarse en medio vuelo y llegar hasta su lado para ver lo que le ocurre.
Un quejido más y Logan se encuentra sujetándose con toda su fuerza de los asientos, apenas dando un par de pasos hasta llegar al asiento junto a Peter -Hey, niño ¿Qué sucede?- no hay respuesta, no hablada, tan solo un suave jadeo mientras que ahora es capaz de ver cómo el plateado tiembla e intenta acurrucarse lo más posible. Peter está dormido.
Hace uso de toda la delicadeza que posee para quitarle los audífonos sin despertarlo y se quita el saco para cubrirlo. Logra reprimir el deseo de acariciarle el rostro y sólo espera a notar que Peter deja de temblar y quejarse para volver a su asiento y a su tarea de sobrevivir al vuelo… sin notar que su pequeño gesto protector había logrado despertar al par de mutantes.
~Ya casi llegamos~ Yukio lo sabe, el tiempo que estuvo vigilando a Logan fue suficiente para saber que él siempre guardaba su pequeña cajita especial en el bolsillo derecho del saco. Le dedica miradas y señas simuladas a Peter que, al comprender, toma el saco con torpeza, murmura suavemente algo sin sentido y se acurruca dándole la espalda a Wolverine lo suficiente como para poder abrir los ojos e ir buscando en el lugar que Yukio le señaló sin saber ciertamente lo que debía encontrar.
-¿Predices el futuro?- Peter encuentra una simple y desgastada cajita metálica.
~Sé leer un mapa~.
-Predijiste la muerte de los hombres en el bar, si aciertas eres talentosa-.
~No todos tenemos garras~ la pequeña charla se dio por terminada cuando Yukio volvió a dejarse caer por completo en su asiento y volvió a cerrar los ojos, ni siquiera se preocupó por Peter y la caja, sabía perfectamente que la curiosidad del chico lo haría abrirla y así ocurrió un par de minutos más tarde.
Cuando la lluvia volvió a presentarse, ahora con truenos, más turbulencias y haciendo que Logan dejara el vaso de lado para beber directo de la botella. Peter abrió la caja de la forma más silenciosa que pudo, rápidamente y esperando a que un nuevo trueno escondiera el sonidito de ésta al ser abierta.
En un principio la desilusión en forma de algunos billetes y un par de pilas le hicieron helar el pecho, sin embargo, una pequeña hoja, ondulada al ser más grande que la cajita y al ser enterrada por lo demás, le hizo recuperar la curiosidad. Tomarla y descubrir lo que era le hizo recuperar el dolor en el pecho que se había marchado después de los minutos que había logrado dormir.
~*~
“Eres muy lento para mi, viejo, jamás lograras atraparme” aquellas palabras retumbaban en la mente de Logan mientras miraba con curiosidad la cámara instantánea de Peter que tenía entre las manos. Juntos en el sofá de su recamara; Logan presta atención a la historia de Peter acerca de cómo llegó aquella cámara a sus manos mientras disimuladamente se asegura de que está lista para tomar una fotografía.
La historia termina, Peter le sonríe y de fondo solo queda la televisión que lleva cerca de dos horas siendo ignorada por completo. -¿Sabes? Cuando le hablaste a tus padres de lo nuestro creí que el primero en amenazarme sería el imancito- acomodó la cámara en su regazo, como si hubiese perdido el interés en ella pero asegurándose de que apuntaba perfectamente al rostro de Peter que lucía sonriente pero que aún no era suficiente.
--¿Y no fue así?-- negaba lentamente, moviendo su cabeza.
-Charles nos sonreía pero en cuanto te distrajiste su mirada decía muerte y una voz en mi mente decía “Hazle daño y pasarás el resto de tu vida creyendo que eres una niña de seis años” rematando con “Y Peter sólo te cepillará el cabello”- ángulo perfecto, risa perfecta. Un suave apretón y ahora tenía atrapado a Peter en la foto perfecta.
~*~
Le costaba trabajo creer que Wolverine había llevado consigo aquella fotografía. Aún recordaba perfectamente cuando había sido tomada y pensó que Logan tenía razón, en aquel momento le había presumido que había logrado atraparlo, y así es, pero no en una simple foto, no. Logan lo atrapó en su ser y él decidió quedarse incluso sabiendo que le había mentido y ocultado su vida pasada.
Ahora se sentía tan timado, dolido y estúpido… porque para él aquello sólo significaba que Wolverine miraba en él solo a un debilucho que debía ser protegido a toda costa, un niño del cual se despedía para forzarlo a crecer y a madurar para que se desprendiera de sus juguetes, para que no se convirtiera en una damisela en apuros al intentar permanecer a su lado. Pues bien, ya le demostraría quién era la damisela en apuros y quién necesitaba madurar.
…
Hubiese preferido seguir en una incómoda camioneta desgastada, luchando por caber mientras Yukio conduce, incluso prefería volver a estar en el avión. De esa forma no estaría de mal humor, metido en una camioneta “Cool”, siendo ignorado completamente por el par de mutantes jóvenes, mandado al fondo de la camioneta, separado de Peter por Yukio que decidió sentarse en medio y, en cambio, siendo vigilado casi sin parpadeos por los hombres sentados enfrente.
El conductor mantenía su atención en el camino, tan sólo dando una que otra ojeada a la parte trasera por el retrovisor, el problema era el otro hombre, el que parecía haber sido entrenado para no parpadear ni quitar la vista de alguien y mantenerse en alerta, siempre con la mano lista para tomar el arma y apuntar.
--¡Es increíble!-- claro, Peter decía eso porque él no estaba siendo vigilado como si fuese un animal salvaje.
~Que no te engañen las luces, son días oscuros en Japón~ Yukio había estado muy concentrada en su celular hasta que Peter bajó la ventana polarizada para poder ver mejor ~Algunos creen que cuando el maestro Yashida enfermó, una maldición cayó sobre Japón~ ni esas palabras ni el rostro deprimido hacían que los ojos de Peter dejaran de brillar por todo lo que lograba ver.
-¿Crees que es un dios?- su mal genio estaba saliendo, hacía que su tono sonara brusco y los agentes fruncieran el seño preguntándose por qué era tan importante un irrespetuoso vagabundo.
~No, un hombre, pero un gran hombre. Después de la guerra, ayudó a reconstruir la nación y la empresa Yashida se convirtió en la número uno~.
-Wow ¿te dieron una tarjeta para memorizar?-aunque Peter miraba como hipnotizado las luminosas calles de Japón, también escuchaba atentamente, lograba distinguir cuando el seguro de un arma era retirado y el agente sentado en el asiento copiloto lucía demasiado tenso. Volvió a subir el vidrio blindado y esperó que ninguna bala o espada lo pusiera a prueba porque Yukio tampoco lucía contenta.
--… Tranquila… así es siempre, no sabe cuando abrir o cerrar la boca-- aquello no había ayudado en nada con su mal genio, pero el comentario de Peter había sido suficiente para que ninguna bala ni palabra saliera por el resto del viaje.
Entonces, pasó de ser vigilado por dos hombres con una simple pistola a ser vigilado por al menos quince hombres, cada uno con distintas armas potentes y eso era apenas la entrada. -Demasiadas armas-.
~Hemos sido atacados, algunos intentos de rapto… otros de asesinato~.
--¡¿Por quién o qué?!-- dos hombres escaneaban a Peter con detectores de metales y al menos cinco estaban sobre Logan, tentando su abultada ropa por todas partes y sin delicadeza al ver que los detectores se activaban por donde fuera que los pasaran y, al ver que Peter no traía más que su celular y audífonos, los dos hombres que lo revisaban se unieron al resto sin importar lo que Yukio les dijera.
-Es mi reemplazo de cadera- simple pero efectivo, los guardias se alejaron y Yukio pudo abandonarlos en una de las salas mientras hacia cualquier cosa excepto evitarle un mal rato a Peter. Sentía la mirada de Logan clavarse en su espalda y odiaba que, a pesar de que aquel lugar estaba repleto de guardias y sirvientes, la calma y el silencio parecían impenetrables.
Se preguntaba qué de tantas cosas quería Logan reclamarle o regañarlo como acostumbraba. Tomó asiento en la banquita, sin ser precisamente educado, con una pierna a cada lado de la ésta, y pasaba las páginas de un álbum de empresas Yashida sin prestarle la mínima atención. Sabía perfectamente que en cualquier momento Logan hablaría, quizás por su comentario en el auto… su presencia ahí…
-No sabía que era mi padre, no cuando lo asesiné- eso jamás se lo hubiese esperado. Logan tomó asiento a su lado, en silencio, quizás esperando una respuesta que Peter no sabía o quizás meditando si en verdad deseaba decírselo.
--Está bien, no tienes por qué contarme y yo no debí haber leído tu expediente--.
-¿A qué edad comenzaste a desarrollar tu mutación?- Logan miraba fijamente a la nada, parecía ver perdidamente el precioso estanque en el patio pero Peter sabía que no era así y dudaba que hubiese escuchado lo que acababa de decirle.
--No recuerdo, supongo que desde pequeño--.
-… pues yo sí. Antes no era así, antes era un mocoso que pasaba la mayoría del tiempo postrado a una cama porque me enfermaba siempre y la otra parte del tiempo la pasaba con Víctor, el hijo de uno de los sirvientes de quien se suponía era mi padre- Peter dio un suspiro, cerró el álbum y, al ver que Yukio no planeaba llegar pronto, se sentó adecuadamente y prestó toda su atención sin interrumpirlo.
-Una de las tantas noches en las que estaba postrado a la cama y siendo cuidado por Víctor… escuchamos gritos y después un arma ser disparada, corrimos y descubrimos que el padre de Víctor había asesinado al hombre que me dio todo y siempre cuidó de mí con amor paternal- dejó de ver a la nada por un momento, giró a ver a Peter porque sintió que lo necesitaba, los recuerdos volvían, tan lúcidos que necesitaba verlo a él para saber que no lo estaba volviendo a vivir.
-No lo soporté, vi como se escapaba la vida de su cuerpo. La ira me dominó, hizo que largas y filosas garras salieran de entre mis nudillos y corriera a enterrarlas en el hombre que me lo arrebató. Lo último que dijo fue que él era mi verdadero padre- ahora el plateado comprendía y se arrepentía, deseaba detenerlo, hacer que el gesto melancólico que no lograba esconderse entre tanto cabello y barba no estuviese ahí por su culpa.
-Mi madre nunca me importó demasiado, mucho menos después de que me llamara monstruo, me culpara por sus muertes y mandara al pueblo por mí con antorchas y armas… Víctor y yo huíamos, no había lugar para un par de mutantes por ninguna parte-.
--Excepto en las guerras-- Logan había permanecido en silencio por un tiempo, Peter dijo lo único que creía saber con certeza y Logan asintió, era verdad, los campos de batalla eran los únicos lugares en los que no importaba que fueras un monstruo siempre y cuando dispararás al oponente.
-Y estoy seguro de que hubiese continuado en guerras de no ser porque me hice llamar solamente Logan, me separé de Víctor y sus nuevos métodos sádicos de supervivencia y, sobre todo, de no ser porque me uní a Charles y su grupito de mutantes en la lucha contra Shaw… sé que esa parte y el resto lo sabes muy bien- cada detalle, aquella historia solía repetirse por las noches antes de dormir, aquel cuento del viajero en el tiempo que evitaba guerras y la erradicación de los mutantes era su favorito.
--¿Recuerdas tus otras vidas? ¿Cómo era antes de que cambiaras el futuro?-- quería saber a pesar de ser consciente de que eso no cambiaba el pasado de Logan, quería alejar de ambos ese pasado.
-Algunas partes, la mayoría son imágenes confusas o no estoy seguro de que sean verdaderos recuerdos, creo que sólo puedo recordar lo que se supone que para éste entonces debió haber ocurrido…-.
--… y recordaste algo que te afectó-- Logan giró a verlo de golpe, comenzaba a creer que no podía ocultarle algo a Peter, era como si pudiera leerlo a pesar de que él se negaba e intentaba cerrarse a todos --Estabas mejorando, las pesadillas disminuían y papá te ayudaba con los recuerdos pero de la nada volviste a temer, recordaste algo que te hizo volver a temer--.
¿Volver a temer? Jamás había dejado de hacerlo, simplemente había recordado el destino solitario que la vida le había asignado en esa y en todas las realidades alternativas. Porque no importaba cuanto lo intentara, siempre terminaba perdiendo a sus seres amados. Su padre, Víctor… Kayla…
-Tuve una esposa… o eso creo- no quería llegar a eso, Peter casi se levantaba y comenzaba a gritar por Yukio, le comenzaba a parecer infernal la tranquilidad del lugar, tan silencioso que el ruido de su corazón le bombardeaba los oídos y agradecía no tener su mutación en ese momento, de lo contrario estaría zapateando tan rápido que el ruido retumbaría por toda la mansión.
-La perdí. Murió por mi culpa- no estaba seguro, simplemente una noche no lograba conciliar el sueño, no importaba cuanto se acomodara o cuanto Peter se acurrucara en su pecho, sus ojos se negaban a ceder, permanecía mirando la luna y acariciando los cabellos del mismo color que ésta, envidiando el sueño tan placentero que Peter parecía tener y cuando por fin pudo dormir su mente lo torturó con recuerdos, imágenes borrosas, gritos y fantasmas de sensaciones tan fuertes que Peter tuvo que despertarlo usando un poco de fuerza.
Aquella noche recordó cuando perdió a quien parecía amar en otra vida y las siguientes noches soñó con perder a quien ama en esa nueva. Siempre era Peter, siempre eran sus garras las culpables de que su sangre se derramara. Y ahora estaba ahí, huyendo de Peter, de todos, como un cobarde, tratando de mantenerlo a salvo de la única forma en que la vida parecía permitirle, lejos de él, lejos del peligro del cual él parece ser un imán.
Peter comprendió al instante a dónde Logan quería llegar, nuevamente el problema de la damisela en apuros que en algún momento Logan no podría salvar y ya estaba harto, no volvería a discutir el tema, quizás jamás podría convencerlo de volver a su lado o a la mansión pero necesitaba hacerle ver que ya no es un “mocoso”. -Peter-
--Está bien, lo lamento no debí haber leído eso y tampoco debí hacerte recordar pero--.
-Lo único que quiero es-.
--¡Protegerme, lo sé!... lo sé-- por un momento su rostro se coloreó un poco al creer que había subido demasiado la voz --tan solo quieres proteger a los que te rodean, lo comprendo… y ahora lo acepto-- debía hacerlo, aunque sintiera que estaba renunciando a quien más deseaba, a todos esos torpes y tiernos planes a futuro que ahora jamás se cumplirían y a esas noches cálidas.
Y Logan, por primera vez, tuvo que comenzar a lidiar con un dolor distinto, una perdida que ya esperaba y que había llegado a pensar que necesitaba, desprenderse de Peter, no de la forma brusca y vacía en que él lo había intentado, no. Ésta vez era Peter quien estaba poniendo el fin, sin gritos ni ojos acuosos, y aún así tenía la misma sensación de que una parte de él le era arrancada y reemplazada a la fuerza por algo peor.
--Respeto tu decisión de alejarte y siento haberte presionado tanto-- odiaba reconocer cada faceta del menor, odiaba verlo ahora y reconocer cada cambio en su persona frente a él, verlo comportarse diferente, ver en él una sonrisa y saber que es la misma suave y vacía sonrisa que usa con cualquier persona… porque ahora es eso, ahora no hay dulces miradas ni mejillas coloreadas que intentan ser ocultadas.
--Pero, a cambio quiero que dejes de verla en mí, no soy ella, Logan, no soy una damisela en apuros que necesita que la rescates ni mucho menos un mocoso que no se sabe cuidar… no me perderás como a ella-- Logan podía escuchar y ver en el plateado el mismo cariño que expresaba al resto de mutantes, no uno dedicado y romántico al estilo Peter, era más uno fraternal, uno expresado a otro “hermano mutante” o quizás un buen amigo --… bueno, a ninguno, ya sabes viejo, puedes volver a la escuela cuando quieras-- y eso lo destruía más de lo que creyó.
Imaginar que algún día todos esos gestos, ese amor marca Peter sería para alguien más, pensar que alguien despertaría cada mañana a su lado, que alguien se robaría su aliento y suspiros… le hacía sentirse mortal, tan asquerosamente débil que temía arruinar las cosas y saltar a comerle los labios en ese instante, deleitarse una vez más.
--¿Hecho?-- Peter le extendió el puño esperando a que Logan lo chocara, esperando a que sellara esa extraña condena para ambos y al mismo tiempo deseando que se rehusara pero Wolverine suspiró, ambos mostraron sonrisas huecas y rozaron suavemente sus puños.
El salvaje bombardeo de sus corazones fue reemplazado por el tintineo de la lluvia en el estanque.