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Emergency Love - JiCheol por GabyKookie

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Al día siguiente JiHoon estaba tomando desayuno, a pesar de que no debía ir a trabajar hoy, ya tenía su día planeado desde muy temprano, ordenaría un poco el departamento, iría a la lavandería y luego al supermercado, y muy posiblemente descansaría el resto de la tarde.

 

El sonido de su celular lo interrumpió cuando masticaba su sándwich.

 

—¿Aló? —Habló apenas tratando de sonar lo más claro posible.

 

—Vaya, pensé que me habías dejado un número equivocado.

 

JiHoon reconoció esa voz de inmediato y sonrió sin darse cuenta —No soy ese tipo de chicos.

 

—Lo sé.

 

—¿Cómo te sientes? —Apoyó sus codos sobre la mesa dejando su desayuno de lado por un momento.

 

—Mejor aunque me acabo de despertar, vi el papel con tu mensaje y llamé de inmediato.

 

—Oh… —SeungCheol lo colocaba nervioso con lo más mínimo y ahora que le había entregado su número telefónico no sabía qué esperar.

 

—¿Qué haces?

 

—Tomo desayuno —Cogió su taza de café con una mano dando un sorbo.

 

—Hoy es tu día libre, ¿Verdad?

 

—Así es —Respondió con una sonrisa.

 

—¿Tienes planes?

 

—Algunos, cosas cotidianas que debo aprovechar de hacer en mi tiempo libre —Escuchó un suspiro pesado a través de la línea —¿Querías invitarme a salir ahora que por fin te he dado mi número?

 

—No, de hecho no. Te haré sufrir como lo hiciste conmigo.

 

—¡Oye! —Se quejó cuando escuchó una pequeña risa burlona.

 

—Es lo justo, hice una gran locura por ti.

 

—Yo no pedí que la hicieras —Frunció el ceño apretando sus labios.

 

—Lo sé, pero también sé que vales la pena para hacer eso y mucho más.

 

JiHoon estaba completamente rojo y agradeció que SeungCheol no lo viera en ese momento —¿Qué fue lo que hiciste? ¿Te tiraste por las escaleras? Nadie vio el no accidente —Desvió el tema antes de ponerse más nervioso.

 

—Eso es lo que menos. Dime ¿Qué harás hoy?

 

—Ahora iré a la lavandería —Habló JiHoon.

 

—¿La que queda cerca del hospital?

 

—Exacto —Respondió tranquilamente sin notar nada extraño —Luego al supermercado y me vendré a casa.

 

—Que gran día libre.

 

—La verdad es que soy una persona bastante aburrida, no me gusta salir a fiestas, prefiero quedarme comiendo algo mientras veo televisión, así también aprovecho de descansar —Sinceramente los días libres de JiHoon muy pocas veces cambiaban pero no era algo que le aburriera, le gustaba su vida.

 

—Eso no suena mal, pero yo podía darle más acción a tu vida.

 

—Conociéndote un poco más ahora, me da miedo a que te refieres con acción, tal vez, lanzarte de un edificio o de unas escaleras —Rió para molestarlo.

 

—No, no, no ese tipo de acción.

 

—¿Entonces?

 

—Una mejor.

 

JiHoon se quedó en silencio con sus mejillas sonrojadas, temía seguir preguntando a pesar de que un poco de esa acción no le vendría mal. Hace tanto tiempo que no ha estado con un chico.

 

—¿JiHoon?

 

—¿Sí? —Su voz salió en un susurro que estuvo a punto de repetir para asegurarse que lo habían escuchado.

 

—Ten un buen día, bonito —Dijo SeungCheol terminando la llamada con una sonrisa.

 

JiHoon no lo podía creer, le había dado finalmente su número a SeungCheol, también le había dicho que era su día libre.

 

¿Y no haría nada más que comprobar si estaba correcto el número telefónico?

 

¿Estaba bien sentirse enojado?

 

Más bien se sentía decepcionado, tenía interés en SeungCheol y eso era obvio, sino fuera así ni siquiera lo hubiera acompañado a su casa y simplemente hubiera pedido la ambulancia del hospital.

 

Lee JiHoon era de las personas que si vivía algún acontecimiento malo en la mañana pensaba que durante todo el día le pasarían cosas igual de malas.

 

“Si mi día comenzó mal, terminara mal” pensaba JiHoon sacando la ropa sucia del portaequipajes de su auto cuando se estacionó frente a la lavandería.

 

El saco de ropa era lo doble más grande que él, vivía solo y no entendía cómo podía ensuciar tanto.

 

Entró al lugar arrastrando la ropa, ya conocía todo muy bien por todas las veces que había ido antes. Se acercó a una de las lavadoras metiendo primero la ropa blanca y en otra la ropa de color, cuando iba a tomar el detergente otra mano fue más rápida que él quitándolo de la repisa.

 

Levantó la mirada encontrándose a SeungCheol echando el detergente en la lavadora que estaba frente a la suya. Fue imposible no sonreír al verlo.

 

—SeungCheol —Lo llamó.

 

—Oh, JiHoon —Se hizo el sorprendido.

 

—¿Qué haces aquí? —Preguntó esperando a que SeungCheol terminara y le devolviera el detergente.

 

—Lavando mi ropa, es obvio.

 

—¿En una lavandería que queda a diez cuadras de tu departamento? —Arqueó una ceja mirándolo fijo.

 

—Exacto —Dejó el detergente en su lugar y el menor lo tomó.

 

—¿Y eso? Jamás te había visto aquí.

 

—Siempre he venido —Dijo sonando relajado —Me gusta el detergente de este lugar.

 

JiHoon colocó a andar la lavadora y se dio la vuelta para llegar a SeungCheol en lo que estaba lista su ropa —Es un buen detergente.

 

—Tiene un buen olor —Dijo seriamente.

 

JiHoon soltó una risita por la situación en la que se encontraban —Claro.

 

—No pensaras que vine aquí solo por ti ¿Verdad? —Dijo en un tono serio.

 

—Claro que no —Se afirmó en la siguiente lavadora mirando al mayor con una sonrisa divertida.

 

—No soy ningún tipo de acosador.

 

—No lo pensaría ni por un segundo —Se inclinó hacia adelante mirando la lavadora que colocó a andar SeungCheol, tuvo unas ganas enormes de reír pero se contuvo cuando logró distinguir qué estaba lavando —Ese calcetín quedará muy limpio.

 

La lavadora de SeungCheol avisó que el proceso había acabado, tomó el calcetín echándolo en una bolsa de ropa y sonrió levemente.

 

—Ya termine, nos vemos JiHoon —Salió de la lavandería dejando al menor con la palabra en la boca.

 

Por un momento pensó que había ido a ese lugar por él, tal vez solo era una coincidencia.

 

JiHoon espero por su ropa y se dirigió a la siguiente parada; el supermercado.

 

A pesar de que pasaba más tiempo en el hospital que en su casa, las veces que podía cocinar prefería mil veces una comida casera a una comida rápida llena de aceite y sal. Por lo que escogía muy bien cada alimento, y el café jamás podía faltar en su despensa.

 

Iba caminando por uno de los pasillos mientras empujaba el carrito, se acercó a uno de los estantes para tomar el último frasco de café pero una mano conocida lo tomó primero.

 

Se volteó frunciendo el ceño y vio a SeungCheol dejando el café en su carrito del supermercado.

 

—¿Qué haces aquí?

 

—Comprando —SeungCheol se encogió de hombros —¿Tú?

 

—¿Me estás siguiente? —Cuestionó confundido.

 

—Ahora no puedo venir a comprar café tranquilo sin que me acusen —Se hizo el ofendido.

 

—Dos encuentros y que no sean en el hospital es extraño —Dijo JiHoon acusándolo.

 

—¡Está ciudad es pequeña y aun así me acusas! Seguiré mi camino —Se giró tomando su carrito.

 

—Espera, espera —Dijo JiHoon haciendo que lo mirara —¿Compraras ese café?

 

—Claro, es mi favorito —Mintió.

 

JiHoon entrecerró sus ojos mirándolo —No es justo, lo iba a sacar yo.

 

—Tal vez si tuvieras un novio alto… él podría sacar las cosas de arriba para ti, pero como no es así, la gente seguirá sacando las cosas antes —Dijo en un tono infantil dándose la vuelta para irse con su carrito.

 

En el siguiente pasillo se encontraron nuevamente de diferentes extremos, JiHoon sonreía bobamente cada vez que se sentía observado por el mayor cuando se ponía a elegir sus alimentos, dándose cuenta luego de que SeungCheol solo llevaba cinco sopas instantáneas y el café.

 

Estaban en la misma caja registradora para pagar, JiHoon iba primero y SeungCheol miró al cajero con esa sonrisa tan amistosa e innecesaria que le colocaba al pequeño.

 

—Ese cereal es el mejor —Dijo el chico mirando a JiHoon.

 

—Lo sabemos —Respondió SeungCheol colocando su mano, sin vergüenza alguna, en el hombro derecho del castaño.

 

JiHoon agachó la cabeza conteniendo su risa. Espero a que SeungCheol pagara y así salir juntos del lugar.

 

—Los celos no son sanos —Dijo en un tono burlón sujetando bien sus bolsas de compra.

 

—No sé de qué hablas —SeungCheol rodó los ojos cogiendo lo que había comprado.

 

Salieron caminando al estacionamiento, conversando animadamente entre risas y leves sonrojos de JiHoon. Ambos llevaban sus bolsas aunque JiHoon llevaba un poco más por lo que se le hacía más difícil caminar con ellas.

 

Entre risas contagiosas, JiHoon se fijó que el auto del mayor estaba al lado del suyo y sonrió internamente, esto no era una simple casualidad pero en vez de encontrarlo raro, era extrañamente dulce.

 

De pronto sus pies se enredaron con una pelota de unos niños que jugaban cerca, provocando que cayera directamente al suelo soltando todas sus bolsas.

 

SeungCheol se acercó rápidamente levantándolo con cuidado y asegurándose de que no hubiese recibido ningún golpe fuerte —¿Estás bien?

 

—Me duele la rodilla —Se quejó fijándose en la sangre que comenzaba a salir, a pesar de que era poca el dolor no se igualaba, le ardía demasiado.

 

—Sujétate bien —Dijo SeungCheol antes de tomarlo en brazos, a la vez que JiHoon se afirmó de su cuello.

 

—Y-Yo lo siento —Un pequeño se acercó a ellos tomando la pelota en sus manos.

 

—No te preocupes —Dijo SeungCheol —Pero ten más cuidado.

 

—¿Él está bien? —Miró a JiHoon un poco asustado.

 

—Claro que sí, tiene a su enfermero personal —Habló con una sonrisa sintiendo un pellizco del bajito en su brazo —¿Nos ayudas con las cosas?

 

—¡Sii! —El pequeño ayudó a llevar las bolsas junto a SeungCheol.

 

JiHoon se encontraba sentado en el portaequipajes del auto de SeungCheol, caía perfectamente gracias a su estatura.

 

—Déjame ver —SeungCheol llegó sacando una de las curitas guardadas en la caja de primeros auxilios del vehículo.

 

—¿Winnie The Pooh? —Soltó una risita mirando como su herida era cubierta por una curita color rosa con unos dibujos animados.

 

—Son de mi hermanita —Lo miró algo avergonzado —Si le pongo las normales se queja así que prefiero comprarle estás.

 

—Gracias —Murmuró JiHoon mirando a SeungCheol. Era un buen chico, no cualquiera hacia estas cosas —¿Te puedo hacer una pregunta?

 

—Claro —Se sentó al lado de JiHoon cruzándose de brazos.

 

—¿Por qué no me invitaste a salir hoy? —Soltó rápidamente —No quiero decir que lo debías hacer pero insististe tanto que pensé que así sería.

 

—Quise hacerlo —Respondió girando un poco su cabeza para mirar a JiHoon —Pero luego me arrepentí.

 

—¿Por qué?

 

—Es tu día libre, no quería molestarte con citas o algo así, por eso te pregunte lo qué harías así me acomodaría a tu día haciéndolo un poco más divertido —Confesó sonriendo.

 

—No me hubiera molestado salir un momento contigo, aunque sea mi día de descanso o día de trabajo. Pero lo lograste —Jugó con sus manos nervioso, eso hacía sido muy dulce de parte de SeungCheol —De verdad, me gustó mucho verte hoy.

 

—¿Tienes tu celular contigo ahora?

 

—Sí.

 

—Dámelo un segundo —Pidió SeungCheol estirando su mano.

 

JiHoon se lo entregó algo confundido para luego tratar de ver que estaba haciendo. SeungCheol apretó sobre la pantalla un par de veces y se lo devolvió.

 

Su propio celular vibró en su bolsillo del pantalón y él se levantó.

 

 

 

Nuevo mensaje

 

Hansol:

 

¿Dónde demonios estás? JeongHan llegó hace media hora para comenzar la sesión de fotos ¡Apúrate maldita sea!

 

 

 

—Parece ser muy importante —Dijo JiHoon mirando como SeungCheol respondía el mensaje al instante.

 

—Es trabajo —Hizo una mueca con sus labios y JiHoon se bajó del portaequipajes.

 

—¿En qué trabajas? —Preguntó el menor, hasta ahora no lo había pensado.

 

—Eso te lo diré en nuestra primera cita —Le guiño un ojo coquetamente. Y la respuesta de JiHoon fue inmediata.

 

—¿Cuándo será?

 

—Lo sabrás mañana —Dijo SeungCheol. JiHoon asintió y se volteó caminando a su auto pero el mayor lo detuvo antes de subirlo —Espera, no te he dado las indicaciones.

 

—¿Indicaciones? —Cuestionó confundido.

 

—Cambiar la curita antes de dormir —Dijo SeungCheol entregándole una nueva curita rosa que tenía en sus manos —Y… algo para aliviar el dolor.

 

JiHoon se quedó quieto mirándolo y dio un paso hacia atrás cuando lo vio acercarse más de lo debido, aunque fue en vano ya que el mayor lo sujetó de los hombros cuando unió sus labios con los del castaño.


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