A los tres días SeungCheol fue al hospital por sus curaciones. Camino directamente a urgencias buscando a JiHoon, aunque preguntó por él le dijeron que tenía turno libre así que no lo encontraría hasta mañana.
Por lo que simplemente se fue olvidando por completo las curaciones que le correspondían.
Espero al día siguiente, terminó tarde en su trabajo, se subió al auto y llegó al hospital donde trabajaba JiHoon.
Caminando a urgencias lo vio atravesando uno de los pasillos con un vaso de café, sonrió de medio lado y corrió dando la vuelta para encontrárselo “accidentalmente”.
JiHoon iba leyendo los mensajes de su celular y bebiendo de su café, sus ojos no iban mirando el camino por lo que su paso era lento y cuidadoso para no chocar con alguien.
De pronto vio unos zapatos frente a los suyos, dio un paso a un lado y la otra persona hizo lo mismo.
Cuando elevó la mirada casi se le escapa el café de la boca, golpeó su pecho dando un paso hacia atrás. Notó su pulso acelerado con tan solo tener a SeungCheol al frente de nuevo.
—Hola —Lo saludó el pelinegro con una amable sonrisa.
—Buenas noches —JiHoon forzó una sonrisa y dio un paso hacia adelante pasando por al lado de SeungCheol, siguiendo su camino.
—Vine por las curaciones —Lo detuvo SeungCheol impidiéndole el paso.
—¿Eso no era ayer? —Preguntó confundido.
SeungCheol se alegró internamente al darse cuenta que JiHoon lo recordaba —No pude venir —Mintió.
—De todas maneras, no realizamos las curaciones en urgencias, es en el segundo piso. Si sube por esa escalera, dobla a la derecha y luego a la izquierda encontrará una sala con un letrero que dice curaciones —JiHoon movía su mano señalando el camino a seguir.
—Creo que me perdí en “no realizamos las curaciones aquí” —Soltó una risita divertido.
—Si quiere lo puedo acompañar —Ofreció JiHoon.
Tenía un tiempo libre mientras otro enfermero estaba en urgencias.
—Es que si no me las haces tú, no me las haré —Dijo SeungCheol tranquilamente sentándose en una de las sillas y cruzándose de brazos.
JiHoon lo miró y frunció levemente el ceño —No puede hacer eso.
—¿Hay algún riesgo? —Cuestionó arqueando una de sus cejas.
—Claro que sí, hay que ver las evoluciones de cada herida, cambiar los apósitos y pesquisar cualquier señal de infección —Respondió JiHoon.
—Bueno entonces si se infecta será tu responsabilidad —Miró la identificación del bajito —Lee JiHoon.
En su tiempo trabajando jamás había conocido a alguien tan insistente como SeungCheol.
Era un acosador de primera.
Pero analizando todo, él debía cuidar el bienestar de las personas y ayudarlos en todo lo que podía.
SeungCheol no debía ser la excepción a ello.
Aunque debería marcar aún más la barrera entre enfermero y paciente.
A pesar de que éste fuera, extremadamente guapo, extremadamente dulce, extremadamente loco y…
Extremadamente de su tipo.
—Por esta vez las haré yo —Miró los adorables hoyuelos de SeungCheol saliendo a la luz —Pero para la próxima tiene que ir al segundo piso.
—Claro —SeungCheol se levantó con entusiasmo de la silla mirando al pequeño.
—No podemos ir directamente a urgencias, tendrá que ser en la sala de descanso por la entrada de atrás —Pensó en voz alta cada movimiento que tendría que hacer.
Entraron por el estacionamiento del hospital a la sala de descanso, JiHoon encendió la luz y camino hasta la puerta haciendo sonar el cerrojo.
—¿Cerraste con seguro? —SeungCheol se volteó mientras se quitaba la camisa.
—Si me pillan aquí con un paciente lo más seguro es que me despidan —Cuando sacó los materiales, miró al mayor y se lo encontró sin camisa.
¿Cómo un chico tan guapo podía estar tan loco como él?
Parecía ser todo lo contrario a JiHoon y eso mismo le atraía al pequeño.
SeungCheol le desordenaba algo su mundo tan ordenado y tranquilo.
—¿Te arriesgas por mí? —El mayor lo miró sonriendo.
—Lo hago por mi profesión, dijo que no se haría las curaciones y eso puede tener algunas complicaciones —Se giró rápidamente ordenando el material que utilizaría pero también sirvió para ocultar sus mejillas avergonzadas.
—¿Dónde me acuesto? —Preguntó SeungCheol.
—En el sofá grande, aquí no hay camillas —Respondió sin mirarlo —Iré a lavarme las manos.
Fue una tortura para JiHoon revisar y limpiar los cortes que SeungCheol tenía en su pecho, luchó con pensamientos indebidos que invadían su mente.
Apenas estuvo listo le pidió que se vistiera para comenzar con la herida de su frente.
—Ahora puede sentarse —Indicó JiHoon empapando de suero fisiológico las otras gasas estériles.
—¿Por qué me tratas de usted? —Dijo SeungCheol mientras se sentaba —Estoy seguro de que no hay mucha diferencia de edad entre nosotros.
—Lo hago por respeto, yo soy el enfermero y usted el paciente —JiHoon se sentó al lado del pelinegro para limpiar la herida.
—Puedes tratarme de tu, es muy incómodo que hables tan formal —SeungCheol hizo una mueca de dolor.
—Se me hace difícil, ya adquirí la costumbre de hacerlo con todas las personas que llegan al hospital.
—Yo no quiero ser igual que todas las personas.
—Lo intentaré —Respondió sabiendo que está sería la última vez que lo vería.
—Inténtalo ahora —SeungCheol se movió ansioso haciendo que la gasa se deslizara hasta su oreja.
—Quédate quieto —Regañó JiHoon tuteándolo sin darse cuenta. Elimino la gasa contaminada y sacó otra.
—Está bien —Una sonrisa se formó en sus labios, sonrisa que JiHoon notó.
—Eso fue sin querer —JiHoon no pudo evitar sonreír levemente mientras seguía limpiando.
—Me dejaste impresionado con tu costumbre de hablar con las personas formalmente —Soltó una risita y luego se quejó nuevamente por el dolor.
—Lo haré si me molestas de nuevo —Seguía sonriendo sin darse cuenta por lo que acababa de hacer.
—No, no, me gusta así.
En los minutos de silencio SeungCheol se estaba volviendo loco con tenerlo tan cerca y no poder hacer nada, se estaba conteniendo por ver esos labios y no poder besarlos.
—¿Qué tanto miras? —JiHoon sonrió nervioso.
—Miro esos hoyuelos que tienes cuando sonríes —Respondió suavemente —Le da una picardía sutil y ternura a tu rostro serio que llevas normalmente.
JiHoon sintió sus mejillas calientes al instante, colocó un parche un poco más rápido de lo normal haciendo que SeungCheol se quejara, se levantó del sofá y comenzó a guardar las cosas.
—JiHoon —SeungCheol tocó su frente con cuidado.
—¿Sí?
—¿Puedo tener tu número de teléfono?
—No —Respondió rápidamente volteándose, vio los enormes ojos de SeungCheol y suspiró —No puedo.
—¿Por qué no?
—Sería poco profesional de mi parte —Camino hasta el mueble guardando lo que había utilizado.
—Sé poco profesional por un minuto.
Y JiHoon lo pensó por un minuto, pensó en olvidarse de las reglas, de lo que había aprendido y de lo que le habían enseñado acerca de no involucrarse con sus pacientes.
Pero luego un nuevo pensamiento apareció.
¿A cuántos chicos acosaba SeungCheol de la misma manera? Es decir, ni siquiera lo conocía.
—No puedo —Respondió nuevamente mirando al mayor.