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Un Amor Imposible por BlodDianielle

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Notas del capitulo:

Hola!!!

Aquí estoy con la continuación. Cualquier duda que tengan la pueden comentar. Sin más, las dejo con el capítulo.

UN AMOR IMPOSIBLE

CAPITULO 2

La cena transcurrió con tranquilidad, el aire que se respiraba era uno jovial y cargado de risas por aquellos presentes en la mesa. Naruto conoció al hermano y al cuñado de Sasuke y también a su hija Ino. Todos le habían resultado personas muy agradables.

Cuando llegó la hora de retirarse, todos se despidieron entre risas y promesas de volverse a ver, hasta que el teléfono de Sasuke sono, interrumpiendo un poco el aire ameno de la velada.

Con prisa, se retiró a un lugar más apartado y finalmente contestó

–buenas noches Jiraiya-sama– contestó el azabache

–/buenas noches Sasuke-san/– respondió el mayor –/me apena pedirte esto, pero el motivo de mi llamada, era para pedirte el favor de que dejaras quedar a Naruto hoy en tu casa y también, era para saber si podríamos reunirnos mañana. Hay algo muy importante que debo discutir contigo/– pidió el mayor.

–no se preocupe Jiraiya-sama, usted sabe que para mi y para mi hija, es un gusto tener a Naruto en nuestras casa, y con respecto a la plática, le parece bien si nos encontramos a las ocho de la mañana en la cafetería Raiton– pregunto el azabache.

–/me parece perfecto/– dijo el mayor mientras tosía y el molesto pitido de una máquina se hacía presente –/muchas gracias Sasuke por lo que haces por mí y por mi nieto/– le agradeció

–no es ningún inconveniente, Jiraiya-sama, hablamos mañana y cuidese mucho– pidió en una suplica el azabache

–/no te preocupes por mi chico, sólo te pido que cuides muy bien a mi tesoro, adiós nos hablamos mañana/– dijo cortando la comunicación.

El azabache guardo su costoso teléfono en el bolsillo de su pantalón y una mueca de preocupación se posó en su rostro, y si a Jiraiya le pasaba algo... ¿Quien iba a cuidar de Naruto?

Alejo esos pensamientos de su mente y se dirigió con pasó calmo a donde se encontraban reunidos los demás.

–que pasó Sasuke– pregunto Itachi al ver el cambio en el semblante de su hermano.

–nada importante– comento, restándole importancia al asunto.

–bueno, gracias a todos por esta maravillosa velada y espero poder volvernos a encontrar– dijo el Uchiha mayor.

–gracias a todos, nosotros nos retiramos, pues tenemos un doncel embarazado al cual cuidar– dijo el rubio mayor.

–adios a todos– dijo la rubia despidiéndose de todos.

La familia salió del restaurante y los únicos que quedaron fueron Sasuke, Sarada y Naruto.

–bueno, lo mejor será que yo también me vaya– comento el rubio.

–lo siento Naruto, necesito que nos acompañes al apartamento, porque hay algo muy importante que debo de hablar contigo– le dijo el Uchiha.

Los tres abandonaron el restaurante y montándose en el auto del Uchiha, partieron rumbo al departamento de este.

*****S&N*****

Al llegar al apartamento, Sarada fue a prepararle la habitación de invitados, mientras Sasuke y Naruto se dirigían al despacho.

Al llegar, Sasuke le indicó a Naruto que se sentara, mientras el fue al minibar que había ahí, y se servía un whisky a las rocas. Una vez tenía su copa de licor en la mano, se sentó en su sillon para posteriormente dirigirse a Naruto.

–Naruto, cuando estábamos en el restaurante me llamó tu abuelo Jiraiya, el me pidió en favor de cuidarte hoy, ya que el esta de viaje por unos negocios– comento mientras le daba un largo trago a su licor y sentía como le quemaba un poco la garganta.

–de nuevo en viajes– comento con tristeza –sera que ya no me quiere y quiere desaserse de mi– pregunto con la voz entrecortada a punto de soltar las lágrimas.

Sasuke, al ver esto sentía como se le rompía el corazón por ver al pequeño en aque estado, así que rápidamente se levantó de su asiento, y entre sus fuertes brazos tomo el pequeño cuerpo de Naruto y lo rodeo en un abrazo, permitiendo que su delicado rostro descansará sobre su trabajado pecho.

Llevo una mano a sus cabellos y empezó a acariciarlos sutilmente, cuando empezó a sentir que silenciosas lágrimas caían sobre su camisa y el pequeño cuerpo al que resguardaba, empezaba a convulsionar suavemente, debido a los sollozos que se le escapaban.

–shhh... No se trata de eso Naruto, estoy seguro que detrás de los constantes viajes de tu abuelo hay una buena razon– pronunció en tono conciliador, "de hecho una muy entendible razón" agrego en sus pensamientos.

Permanecieron por un tiempo más así, abrazados, y disfrutando de aquel calorcillo que inconscientemente uno le daba al alma de otro y viceversa. A pesar de que las lágrimas ya no salían de los orbes azules del rubio, por algún motivo, ninguno de los dos había querido soltarse.

Un bostezo escapó de los dulces labios de Naruto, y con todo el pesar del mundo, tuvo que liberarle del abrazo, para notar como el rubio hacia vanos intentos por permanecer despierto.

Al observar el dulce aspecto que tenía Naruto en su rostro, con lentitud se acercó a su frente y depósito un casto beso en la frente del menor, que se sonrojo y lo miraba ahora con sueño y vergüenza.

–dulces sueños Naruto– pronunció con voz suave –que descanses– completo, para después ayudar a levantar al adormecido rubio y guiarlo hasta la salida del despacho.

Una vez esté salió, Sasuke tomo su copa de licor, la cual había olvidado sobre el escritorio, y la tomo de golpe, vaciándola de su contenido.

Una sutil sonrisa de verdadera felicidad de asomo en su rostro, para después liberar un fuerte suspiro de frustración. No podía permitirse romper el vínculo que tenían, arruinandolo con estúpidos sentimientos que jamás serían correspondidos.

*****S&N*****

Después de su momento de reflexion, Sasuke salió de su despacho, para dirigirse a la habitación de su hija, pues debía desearle las buenas noches a ella y revisar que estuviese bien cobijada, para que no pescase un resfriado.

Tocó suavemente la puerta, y al recibir respuesta, ingreso a la habitación de su hija.

–Sarada– llamo al entrar

–papá– respondió al llamado mientras se acomodaba mejor en la cama.

–veo que aún sigues despierta– comento mientras caminaba por la habitación, asegurándose de que todas las ventanas estuviesen cerradas.

–porque no se lo dices– pregunto.

–decirle que a quien– pregunto, pese a que haya entendido perfectamente a lo que se refería.

–Decirle a Naruto que te gusta– comento como quien no quiere la cosa.

–no se de que hablas– fingió desinterés y se hacía el loco, mientras cobijaba bien a su hija.

–¡oh por favor! No intentes negar lo evidente, se te nota en la mirada y en como le tratas, es más, a ninguna de tus conquistas las tratas asi– respondió con obviedad.

–Sarada– reprendió.

–¡vamos! No hay cosa que me alegrase más que tener un lindo madrastro como Naruto, de hecho, a Naruto sería al único que aceptaría para ser tu pareja– comento con picardía y haciendo puchero.

–deja de pensar esas cosas sin sentido y mejor acuestate a dormir– dijo a su hija, mientras depositaba un casto beso en su frente –buenas noches, Sarada, que tengas dulces sueños– deseo, mientras le retiraba los lentes a su hija y apagaba las lámpara, que se encontraban ubicadas a los costados de su cama. Salió de su habitación y se dirigió a la suya para hacer lo propio.

*****S&N*****

Una sombra negra se deslizaba sigilosa, en el silencio y la oscuridad de la habitación. Lo único que se podía vislumbrar, eran unas hebras azabaches como las noches oscuras de invierno.

La silueta se acercó al lecho donde descansaba aquel ser, ajeno a todo lo que ocurría en su entorno y sumido completamente en el mundo de los sueños y se posó a su lado.

El ser que merodeaba la habitación, acercó su rostro a las hebras doradas y aspiro su aroma, llenando sus pulmones de aquel peculiar y singular aroma a canela.

Con su blanca mano, recorrió la pequeña porción de piel que se encontraba descubierta, deleitándose con la calidez y la suavidad que le ofrecía el tacto.

Deslizó lentamente su mano por el contorno de esa figura, notando lo sutil y delicada que era. Aquello era sumamente raro, pero para el era más que facinante y encantador.

Contempló aquella figura, el recuerdo de los orbes del ser que dormía a su costado le hizo sonreír.

Admiro el cuerpo del ser que se encontraba tranquilamente y reposando sin la menor interrupción y por un instante, deseo se algo más que un simple espectador.

Asumiendo su realidad y suspirando en señal de rendición. Depósito un beso cargado de amor en la mejilla de aquel ser celestial, y sin más, abandono la habitación.

*****S&N******

La mañana siguiente llegó, trayendo consigo nuevas experiencias, nuevas aventuras y nuevas oportunidades.

En la vivienda de los Uchihas, todos sus ocupantes se encontraban listos para partir a sus respectivos sitios de labor o en el caso de los menores, de aprendizaje.

Naruto y Sarada, después de recoger sus complementos de estudio y verificar que todo estuviese en orden, salieron de la morada, siendo seguidos de cerca por Saauke, quien impaciente, les esperaba parado en el umbral de la puerta.

Los tres tomaron el ascensor y el azabache mayor presiono el botón que los llevaría al garaje de aquel lujoso edificio.

Una vez en el garaje, Sasuke y los menores se dirigieron hacia el parqueadero destinado para el apartamento 609, donde les esperaba Jūggo, para llevarles hacia el Instituto. Los tres saludaron respectivamente al peliaranja y despues el azaache hablo.

–bueno chicos, yo tengo que irme, pues quede de verme con un cliente– pronunció con seriedad.

–de acuerdo, adiós Sasuke-sama, que tenga un buen dia y muchas gracias por su hospitalidad– se despidió educadamente el rubio.

–adiós Naruto, que tengas un buen día y no se cuantas veces más tengo que decirte que sólo me digas Sasuke– se despidió y de paso regaño al rubio par llamarle con tanta formalidad.

–adiós papá, que te vaya bien en el trabajo y piensate lo que te comenté anoche– comento con picardía la pelinegra.

–Sarada– llamo en forma de regaño, a lo que la menor le saco la lengua sacándole un suspiro de resignación al mayor. –portate bien y que te vaya muy bien en el instituto– deseo el mayor.

Los menores se subieron al auto y el azabache se acercó al pelinaranja que aún se encontraba en el auto.

–Jūggo, por favor llevalos al Instituto y cuidalos mucho– pidió el azabache. –no sabes del inmenso favor que me haces a mi y a mi familia– agradeció el azabache.

–descuida Sasuke, sabes que lo hago con gusto y que lo primero para mi será proteger a tu familia, sabes del gran aprecio que le tengo a los tuyos, así que cuenta con ello– respondió con cordialidad y agradecimiento el pelinaranja.

–bueno, los dejo, espero que tengan un excelente día, adios– se despidió de todos por última vez el azabache, para luego apartarse del auto y dirigirse al suyo, el cual estaba aparcado al lado.

El pelinaranja puso en funcionamiento de nuevo el motor y sólo fue cuestión de segundo para que observará como el auto llegaba a la recepción y después de los respectivos permisos, se perdiese en las transitadas calles de Konoha.

Un suspiro Broto de sus labios, antes de poner en marcha el motor de su lujoso Mercedes Benz E350 y salir con rumbo al destino que había pactado con el tutor legal de su prohibida adoración rubia.

*****S&N*****

A pesar de que su costoso traje Armani no encajaba para nada con la fachada simplona del lugar, era su cafetería preferida, pues tenía un toque hogareño, ni la más costosas cafeterías ni todo el dinero que costaba un platillo de aquellos lugares, podía remplazar las ingeniosas y exquisitas tortas de tomate que fabricaban en ese pequeño local.

Camino a paso apresurado, hasta que en una de las últimas mesas vio algo que no le gustó en absoluto. Jiraiya, el "abuelo" y tutor legal de Naruto estaba conectado a una bala de oxígeno, su piel tenía una tonalidad bastante blanquecina y estaba bastante deteriorada, su cabello y su cuerpo parecían carentes de vida, y en su rostro no aparecía la mueca jovial que siempre le caracterizaba.

Al llegar a la mesa, una meseta de piel blanca, ojos cafés claro y un extraño cabello morado se acercó a su mesa.

–¿torta de tomate y un americano?– pregunto la camarera.

–por favor Anko– respondió el azabache con un leve asentimiento, al parecer era cliente frecuente de aquel lugar.

–claro y usted– pregunto dirigiéndose al pelo blanco.

–por favor traigame un vaso de agua, es lo único que puedo consumir en este momento– pidió amablemente el mayor.

–claro, enseguida le traigo su orden– dijo, para después marcharse a traer los pedidos.

– buenos dias, Sasuke– saludo el mayor, para después toser fuertemente, cubriéndose la boca con un pañuelo.

–buenos días Jiraiya-sama– saludo el azabache, pero al notar el estado del mayor se atrevió a preguntar –¿se encuentra bien?– pregunto preocupado por la salud del mayor.

–de eso quería hablarte– respondió una vez controlo su ataque de tos y asporo un poco del aire de su bala de oxígeno. Fueron interrumpidos por la camarera que dejó las respectivas órdenes y se marchó con una escuela reverencia. –antes que nada, quisiera saber cómo amanecio mi sol– dijo, refiriendose a Naruto.

Las siempre serias y duras facciones del Uchiha se relajaron adoptando un aspecto de serenidad y calidez, dejando de lado al poderoso magante dueño de millones, para después contestar.

–el amaneció en perfecto estado– comento con serenidad y una emoción que escondía muy bien –anoche lloro cuando le dije que usted se había ido de "viaje de negocios" piensa que usted lo va a abandonar– comento con un poco de melancolía al recordar lo sucedido la noche anterior.

–me temo que me va a odiar, por eso te cite aquí y de eso es lo que quiero hablarte... Necesitamos hablar sobre Naruto...–

Notas finales:

Hasta aquí!!

Espero les haya gustado. Lamento la demora y nos veremos en una futura actualización.

Chau!!


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