Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sólo una vez más por Mazeni

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

-¿Dónde estabas? Esto es un caos. 
 
-¿Ahora qué quieres?, acabo de hacer mi ronda actual. 
 
Un arconte de cabellera dorada y hermosos ojos verdosos acababa de llegar a su jerarquía, pero todo era un caos, cuando se fue estaba tranquilo, pero por alguna razón ahora que estaba con sus compañeros había un gran alboroto. 
 
Desde que salió a dar su ronda por los alrededores no pudo evitar sentirse intranquilo, no entendía el motivo pero no le dio importancia, tal vez eran sus nervios que estaban bastante alterados. 
 
Pero por alguna razón, algo, muy en el fondo de su ser sentía que iba a cambiar su vida, nunca se había sentido así de inquieto pero cuando llego a la jerarquía correspondiente no pudo disimular su angustia, pues todo estaba en un caos, y cuando aquello sucedía, quería decir que algún ángel había cometido una falta grave. 
 
-Eres el mejor arconte para llevar esta carga, pero esta vez solo eres tú, tienes que decidir tú solo el castigo,  tienes que ser fuerte. 
 
-¿De que estas hablando? ¿Dónde está el anciano? 
 
-Es que… 
 
-¿Qué pasa? 
 
-Es de él quien estamos hablando. 
 
-¿Qué? – no entendió las palabras de su compañero arconte, no lo entendió o mejor dicho no las quería entender. 
 
-Es que el primer arconte de mayor rango es el que será castigado, no solo él, también un ángel custodio, por eso tienes que usar la razón antes que los sentimientos. 
 
-No puede ser. 
 
Al escuchar el motivo de tanto alboroto su alma cayo por los suelos, no quería que eso pasara, había querido proteger a esos dos ángeles, pero al parecer ellos mismos habían cavado su propia tumba y aquel arconte con mirada profunda se debatía en usar la razón o por primera vez hacer lo que le mandaba su corazón. 
 
-Entraré. 
 
Con aire de suficiencia y orgullo entró lentamente a esa gran sala donde eran juzgados los ángeles, cuando entro vio a esas dos personas tomadas de las manos paradas frente a todos los arcontes. El rubio no pudo evitar que su corazón se oprimiera ante aquella imagen de los dos. 
 
“Tengo que dar el castigo, es mi deber” 
 
a32;
 
-¿Estas bien Yuuri? – esta era la octava vez que se detenían por el cansancio del menor. 
 
-Lo siento Viktor, es que no puedo volar mucho tiempo, solo te pido un momento. 
 
-Está bien cariño, tomate el tiempo que necesites. 
 
Dejando caer su peso en el suelo, el menor se sentó para descansar sus alas un poco, pero se percató de algo que solo por un momento lo dejo helado. 
 
-¡Viktor! ¡Tú brazo!
 
-Lo sé, no te preocupes – contestó tratando de tranquilizar al menor.
 
Viktor ni siquiera miró su brazo, había una mancha negra que recorría desde el antebrazo hasta la muñeca del mayor, cualquiera pensaría que tal vez sería pintura negra, pero no, a diferencia del pelinegro, el peli plata sabía que esa reacción en su cuerpo era natural, lo había presenciado varias veces. 
 
Yuuri por inercia observó su brazo y ahí estaba una pequeña mancha del mismo color que del arconte, apenas comenzaba a notarse, ya que en poco tiempo se expandiría más. 
 
-Es una marca que indica que ya no eres puro, si no tomas tu castigo se va extendiendo poco a poco por todo tu cuerpo, solo entonces se vuelve insoportable por el dolor, te hace daño hasta que eres juzgado y castigado, solo así desaparece. – contestó el arconte ante la clara confusión del menor. 
 
-Entiendo. 
 
Entonces era así que se daban cuenta cuando algún ángel cometía un pecado, pero por alguna razón Yuuri no le dio miedo, estaba a su lado Viktor, mientras estuviera junto a él nada le importaría. 
 
-Yuuri… 
 
-Estoy bien Viktor, de verdad. 
 
Al parecer el peli plata se estaba preocupando más de la cuenta, a los dos le iban a dar un castigo y era justo, no decía que no, solo por amarse iban a ser castigados. 
 
El pelinegro mentiría si dijera que no tenía miedo, claro que lo tenía, pero lo que sea por Viktor. 
 
-Estoy bien, vámonos. 
 
Tomándose su tiempo el menor se levantó con la ayuda del peli plata y nuevamente con las manos entrelazadas emprendieron una vez más el vuelo, esta vez sin detenerse hasta llegar a su destino. 
 
Ellos dos sabían que en el momento en que llegarían iban a ser arrestados,
cuando llegaron no había nadie que los recibiera, así que sin decir nada más se dirigieron a la jerarquía del mayor, al principio todos los miraban con desprecio, ningún ángel de otra jerarquía tenía que estar en ese lugar, pero se percataron de la marca de su compañero y para todos eso fue una sorpresa. 
 
-¿Qué demonios has hecho? – un compañero tomó al peliplata por el cuello tratando de alzarlo, pero la diferencia en fuerza era mucha. 
 
-¿Acaso estas ciego? 
 
-No lo puedo creer, eres el número uno en nuestro rango y sabes perfectamente lo que pasa, que… 
 
-Solo cállate, no me lo tienes que decir. – el arconte peliplata estaba exasperado ante su compañero. 
 
-¿Vas a perderlo todo por eso?, por ese custodio… - señalando al menor dijo mordazmente. 
 
-¿Eso?, ¿A quién te estás refiriendo cuando te expresas de esa manera? – aunque sabía que ya había perdido todo derecho de ser arconte no podía evitar enfadarse cuando le hablaban mal a su Yuuri. 
 
-A ese custodio. 
 
-Escúchame bien pedazo de mierda – ya no le importaba nada de como hablaba, total, ya había perdido su jerarquía – no puedo prohibirte nada, pero eso no me impide golpearte aquí mismo, si voy a recibir un castigo que sea uno que valga la pena  y nada me dará más gusto que romperte esa cara que tienes. 
 
Su voz era amenazante, el brillo de sus ojos se habían esfumado de la nada y nuevamente su cuerpo se tensó, ante esa faceta nueva de Viktor el menor por inercia se aferró más al arconte que hasta ahora había permanecido detrás de él. 
 
Nunca lo había visto de esa forma. 
 
-Viktor – dijo apenas audible – cálmate por favor, está bien, no me molesta en lo absoluto. 
 
Al sentir el agarre del pelinegro sus músculos se relajaron, no era la primera vez que le pasaba, pero la mayoría de las veces se tranquilizaba inmediatamente y era la primera vez que insultaba de esa forma a alguien. 
 
-Lo siento cariño, no te asustes. 
 
Abrazándolo como si los demás no existieran se aferró al pelinegro, no deseaba que ese ser le tuviera miedo, no lo deseaba en lo absoluto. 
 
-No estoy asustado, solo que no me gusta esa expresión que tenías.
 
-Bien, como sea, sabes lo que tienes que hacer, ahora el único con mayor rango es tu compañero rubio, hay que esperarlo. 
 
Sin decir nada Viktor miro a ese pequeño ángel custodio con amor y ternura tratando de tranquilizarlo, al fin de cuentas iban a estar juntos en la eternidad.
 
Por otro lado Yuuri se sentía cada vez más ansioso y más nervioso ante esas miradas culpables, no sabía que su Viktor era el primero en su jerarquía, con razón todos lo odiaban, y eso era justo. Aunque era la primera vez que estaba en la jerarquía nunca se imaginó que la conocería en esas circunstancias.
 
Sin soltar la mano del mayor entraron a una enorme sala, y al entrar algunos arcontes estaban sentados a su alrededor, se sentía con miedo, el momento había llegado. 
 
a32;
 
Para aquella pareja el tiempo parecía una eternidad, tal vez habían pasado minutos, pero para ellos dos era como si hubieran pasado horas parados en ese lugar esperando la llegada del arconte quien los juzgaría y propondría el castigo, pero al parecer no había llegado y todas esas miradas se posaban en los dos. 
 
Los murmullos algunos altos y algunos en un tono bajo se habían hecho notar, aunque Viktor le mostraba una sonrisa tratando de tranquilizar al menor, ambos sabían que no era real. 
 
-No puedo creer que por ese ángel haya arriesgado tanto. 
 
-Es una lástima, ese arconte era algo. 
 
-Mínimo hubiera estado con un ángel de primera jerarquía, no de la última. 
 
-Lo más seguro es que ese custodio lo haya seducido, el que tiene que pagar es él. 
 
-Siendo arconte y haciendo eso, que vergüenza. 
 
Esos eran algunos de los comentarios despreciables de aquellos arcontes alrededor de ellos, algunos no se detenían en decir lo que pensaban haciendo sentir menos al menor, al parecer que Viktor se haya enamorado de él era lo peor que había sucedido, pero el pelinegro pensaba muy diferente. 
 
Ante tales palabras el arconte cada vez tensaba su mandíbula en advertencia, en cualquier momento se iría contra esos ángeles y Yuuri lo sabia, por eso tomaba la mano del mayor y le daba leves apretones para que se calmara. 
 
Estaban tan concentrados en ignorar a los demás que se sorprendieron cuando de la nada la enorme puerta que antes acababan de cruzar se abrió repentinamente, al mirar en aquella dirección a Yuuri le dio un vuelco al corazón. 
 
Y ahí estaba, ese hermoso arconte que una vez perteneció a su corazón, iba a ser juzgado por él, y al parecer en su rostro se mostraba dolor y angustia. 
 
Con elegancia camino hacia ellos y lo primero que observo fue esas manos entrelazadas una con una mancha negra enorme y la otra con la misma mancha pero un poco más grande. 
 
Miró a Yuuri con angustia y enseguida miró a Viktor con desprecio. Se supone que lo iba a proteger pero lo estaba llevando directamente a su castigo, eso no era proteger. 
 
-Haz lo que tengas que hacer, no te detengas por nadie. – dijo Yuuri en un leve susurro que el arconte de cabellera rubia escucho perfectamente. 
 
No le respondió, al contrario siguió adelante sentándose en una de las dos sillas que tenía en frente, una de ellas había sido ocupada por ese arconte que en estos momentos esperaba por su castigo. 
 
Una vez sentado levantó la vista y miró a esos dos ángeles una vez más. 
 
-Comenzamos con este juicio, estos dos ángeles fueron lo suficiente imprudentes para ensuciar el nombre de dios, por lo que serán castigados. – con voz segura comenzó a decir mientras que los dos ángeles apretaban cada vez sus manos.

 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).