Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor Inmortal por LevitaHatake

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, espero que estén bien, y si no es así, que todo mejore pronto.
Bien aquí tienen el quinto episodio de esta historia; que si me dio un tanto de problemas, porque no sabía si tomar ya ciertas decisiones, pero pues al final ya tome algo y así seguirá.
Muchas gracias por su paciencia, sé que me tomo mi tiempo para actualizar, pero trato de darles lo mejor que puedo hacer, espero que les agrade el capítulo de hoy.

¿Ya vieron el episodio del anime de One Piece? Ya salió mi querido Katakuri, en todo su esplendor, tal cual es, me encantó.
Y otra cosa, estoy muy emocionada porque ya salió Vento Aureo, la quinta parte de Jojos, les recomiendo verla (incluso si no han visto las anteriores partes)

 

 

 

 — ¡MALDITA SEA, TERMINEN CON ESOS BASTARDOS DE UNA BUENA VEZ!

 

 

Una batalla de campo se llevaba a cabo entre dos bandos conformados por aproximadamente cincuenta individuos.
Corazón luchaba al costado de su hermano mayor; el hombre de cabello rubio, equipado con armadura de color perlado, se defendía con un gran escudo decorado con su característico símbolo de corazón y, en cada oportunidad, se descubría para atacar a un adversario con su espada.
Ya quedaba poco para que la batalla terminará, el equipo enemigo ya tenía muchas bajas. 
Al instante de deshacerse de su adversario, apresuradamente, Corazon busco con su cobriza mirada a Law.   
Finalmente encontró al muchacho quien aún se encontraba luchando fervientemente, atacando y cortando los cuerpos de varios hombres con su larga espada.
Law ya había tomado la vida de varios contrincantes; había avanzado tanto desde aquel nevado día en que asesino por primera vez… Habían pasado tres años desde entonces, ahora Law era un muchacho que había ganado altura, fuerza y hostilidad.

 

 

— ¡NO TE DISTRAIGAS, CORAZÓN!—grito Doflamingo bloqueando el ataque de un enemigo dirigido a su hermano menor.

 

 

— ¡LO SIENTO…!—y el rubio volvió a su posición ofensiva.

 

 

— ¡VAMOS, DIAMANTE, DESHAZTE DE ESE BASTARDO…!—continuo Doflamingo al alejarse de su hermano y volver a la pelea— ¡ESO ES, PICA…!

 


Tenían que ganar esta batalla, ganarían una buena cantidad de bienes si se deshacían de esa banda de invasores que había estado dando problemas a la región en donde se habían alojado por esta temporada. Al cabo de un rato más, Doflamingo emitió un grito de victoria y alzo su espada en gesto orgulloso y todo acabó.

— ¿Qué diablos te ocurrió?—pregunto el líder de extrañas gafas y cabello rubio al caminar de regreso a su campamento.

 

—Perdóname, me quede en blanco…—balbuceo Corazon ocultando la verdad. Le costaba mucho tener que ocultar y dejar de tener gestos de protección hacia Law.

 

 

—Vaya… Aun luces desorientado, ¿no estarás enfermo? Deberíamos ir al río a refrescarnos, después de quitarnos las armaduras, claro.

 

 

—Sí, creo que es una buena idea…

 

 

—Bien, iré a quitarme esto. Te veo en unos minutos…

 

 

 

Mientras tanto, más tarde, un par de jóvenes se encontraban a la orilla de un río.
Baby 5, de ondulado cabello negro atado en una coleta, se disponía a vendar una pequeña herida en el brazo izquierdo de Law.

 

 

—Oye, Law…—pregunto la joven terminando de cubrir la lesión de su compañero.

 

 

— ¿Qué quieres, Baby?—contesto el muchacho, cuyo cuerpo empezaba a formar una llamativa musculatura; su torso estaba desnudo ya que se había remojado hace minutos en el río.

 

 

 

La primavera estaba comenzando a llegar a la región donde el ejército del ave carmesí se había estacionado.  Los arboles estaban recobrando su follaje y verdor, y el clima en ese día en particular era más cálido de lo normal.

 

 

— ¿Qué es lo que harás cuando logremos la meta del joven amo?—pregunto la muchacha recostándose boca abajo al lado de Law. El cuerpo de la chica, al igual que en el caso de Law, se había desarrollado bastante en estos últimos años, y en ese momento, las curvas de su cuerpo resaltaban por las prendas ligeras y empapadas debido a que había decidido entrar al agua junto a su compañero.  

 

 

—Ah… No lo sé…—soltó Law con indiferencia mientras tomaba una rama, la partía en dos y arrojaba una mitad hacia el río. En realidad no lo sabía con exactitud, solo tenía un objetivo que tal vez solo se quedaría como una fantasía para siempre— ¿Tu qué harás?

 

 

—No lo sé, supongo que haré lo que el amo Doflamingo me ordene en ese entonces…

 

 

—Vaya… Pensé que…—Law por un momento se imaginó que la jovencita diría algo relacionado a convertirse en la esposa de alguien importante, tener hijos y ser muy feliz pero, al final de todo, a juzgar por el tiempo en que llevaba conociendo a su compañera, si era más acertado que esta esperara un futuro dictado para siempre por aquel líder de cabello rubio—. Nada, olvídalo…—y en ese momento noto la mirada ávida de varios soldados que habían llegado al rio para refrescarse, estos no dejaban de ver la figura de su compañera, que parecía ignorar las reacciones que provocaba. Law tomo la camisa que se había quitado hace rato y cubrió con ella el trasero y caderas de la chica.

 

 

— ¿Qué sucede?

 

—Tienes que cubrirte, no es apropiado que estés así—dicto Law mirando con desagrado a los soldados que parecían odiarle por arruinar su vista.

 

 

—Oh, no lo había considerado. Muchas gracias, Law—dijo la muchacha con voz muy alegre.

 

 

Y en ese momento el rostro de Law se detuvo en una expresión de fascinación que rápidamente trato de borrar.
Corazon y Doflamingo habían llegado al lugar, ambos venían solamente con sus pantaloncillos más ligeros de tela de lino, que fungían como su ropa interior.
Los ojos grises de Law no pudieron evitar fijarse en el pálido y bien formado torso de Corazon…
Un calor recorrió su cuerpo y su garganta paso saliva en un gesto para tranquilizarse un poco, ni siquiera la batalla de hace rato logro perturbar tanto su corazón como el hecho de ver a ese hombre de espeso cabello rubio semi desnudo acercándose a él.

 

 

—Baby, ya te he dicho que este no es un sitio para ti—declaro Doflamingo viendo a la chica con un deje de suave reprensión—. Menos mal que Law está aquí para protegerte—agrego el rubio poniendo sus manos en la cintura.

 

 

— ¡Lo siento mucho, joven amo, solo quería refrescarme bien y ayudar a Law con sus heridas!—explico Baby con rapidez y culpa—. Regresaré al campamento…

 

 

—Cúbrete bien—ordeno Doflamingo—. Y ve con cuidado, por favor…

 

 

— ¿Estas herido, Law?—pregunto Corazon volteando a ver a Law con angustia.

—No es nada, estoy bien—contesto Law con voz grave e indiferente mientras se ponía de pie—. Baby ya se encargó de eso. Me tengo que retirar, con permiso…

 

 

Y Corazon le miro con suma preocupación y un deje de indignación; era tan frecuente que Law lo evitara desde hace tiempo y, lo más frustrante, era que nunca podía tener la oportunidad de averiguar las razones detrás de ese comportamiento tan aislado.

 

 

—Espera, Law—soltó Doflamingo—. Quisiera hablar contigo un rato, hace mucho que no te veo tan cerca, parece que ya no vives con nosotros.

 

 

—Estoy cansado, necesito descansar—objeto Law tratando de librarse de aquella situación e ir lo más pronto posible a su tienda.  

 

 

—Puedes descansar aquí—terció el líder esbozando una sonrisa de medio lado—. Así que entra de nuevo al río y toma un buen lugar…—y Doflamingo le hizo una seña con su dedo índice ordenándole que lo acompañara al agua.

 

 

Law, sintiendo una increíble mezcla de frustración y ansiedad, se adentró de nuevo en el río y pronto Corazón se posiciono a su lado izquierdo; esto último solo empeoro el estado del joven moreno y este se propuso que tenía que evitar a toda costa el mínimo roce con aquel rubio.

 

 

—Bien, Law. Primero, quiero felicitarte por el increíble desempeño que tuviste en esta batalla—empezó a decir Doflamingo al entrar al agua y posicionarse frente a su hermano menor y Law—. Con esta última victoria, ya alcanzamos a cubrir todo lo necesario para el siguiente viaje. Sin duda, cada vez que te manifiestas así viene a mi mente aquel día en que Corazon decidió acogerte con nosotros, has sido de gran ayuda… Y lo seguirás siendo.

—Gracias…—se limitó a decir el joven moreno, tratando de que su mirada no se desviara hacia su costado izquierdo y empezara a fijarse en el torso de su mentor.

 

 

—Y bueno, dejando de lado los deberes, quisiera preguntarte, ¿Qué has estado haciendo en tu tiempo libre? ¿Por qué ya no pasas tiempo con los demás? La única persona con la que te veo convivir es con Baby, y eso solo a ratos.

 

 

—Estoy entrenando…

 

 

—Pero no puedes estar entrenando todo el tiempo—terció Corazon moviéndose de lugar para ver directamente al serio rostro de Law—. Necesitas descansar. Aunque seas el mejor en una pelea, si tu cuerpo se va desgastando…

 

 

—Lo sé, también descanso lo necesario—declaro Law tratando de esquivar la mirada cobriza de Corazon—. No necesitas preocuparte por eso.  

 

 

—Vaya, relájense, suenan muy tensos—soltó Doflamingo mientras lanzaba un poco de agua al rostro de ambos—. Creo que necesitan una buena revolcada con alguien para dejar salir todo ese estrés…

 

 

—Por favor, Doffy. No hables de eso ahora…

 

 

—Oye, Law. Ahora que eres un muchacho con más vello en la cara que mi querido hermanito, ¿ya te has acostado con alguna chica?

Los ojos de Law se abrieron demasiado y su pulso se aceleró bastante.
¡Qué pregunta tan imprudente! Pero para Doflamingo era natural preguntar y platicar con sus subordinados sobre prácticas sexuales como una manera de amenizar el ambiente.
El muchacho recordó aquella lejana ocasión en la que su líder le había instruido para llevar a cabo su primera masturbación... En esa ocasión Doflamingo se había llegado incomodado un poco, pero tal vez fue por el hecho de que Law seguía siendo tan solo un pequeño puberto.  

 

 

—No—respondió Law secamente.

 

 

— ¿Eh? Pensé que ya te habrías acostado con alguien… Me sorprendes—confeso Doflamingo—. Siempre veo que las chicas se quedan mirándote cada vez que llegamos a una aldea…

 

 

Por su parte, Corazon, miraba sumamente incómodo y molesto a su hermano, tratando de no ver directamente a Law mientras estuvieran de ese tema. Le costaba tanto admitir que tarde o temprano ese muchacho tomaría un rumbo diferente, que tal vez un día conocería a alguna mujer y haría su vida lejos de él.

 

 

—Aún no he encontrado a alguien que me agrade—explico Law para que Doflamingo dejara de preguntar.

 

—Oh, con que resultaste ser muy exigente… ¿Y qué dices de Baby?—inquirió el rubio con cierto toque amenazante.

 

—Ella es mi compañera, no la he mirado ni la miraría de esa manera, nunca—declaro Law sin titubeos.  

 

—Muy bien dicho, te hubiera dado un buen golpe si hubieras dicho otra cosa…

 

— ¿No crees que la sobreproteges mucho?—inquirió Law a pesar de no tener algún interés romántico en la mencionada chica—. Sé que es muy ingenua pero, si no empieza a razonar por su propia cuenta, tal vez le traiga problemas en un futuro…

 

 

—Yo sé cómo cuidar de mis personas queridas, Law. No te metas en ese terreno…—espeto Doflamingo tornándose serio por un instante, pero segundos después recupero su actitud relajada y continuo— ¿O qué? ¿Acaso quieres que también te trate así? No, espera, ese es trabajo de Corazon…

 

 

—Más bien, era…—balbuceo el hermano menor de los Donquixote cruzando los brazos—. Disculpen, iré a nadar un rato—y el rubio se sumergió en el agua y se fue alejando.

 

—Parece que si lo moleste en serio…—dijo Doflamingo rascándose la nuca.

 

—Si sabes que Corazon es muy susceptible no deberías hacer esos comentarios—expreso Law sintiendo un alivio al ver que la tentadora presencia de Corazon se había retirado.

 

 

—Pues tú también eres responsable de eso, “pequeño” Law—informo el rubio de cínica sonrisa— ¿Sabes que eres de lo poco de lo que se ha estado preocupando (además de mí, claro) en estos últimos meses? No, los últimos años… Eres su motivación, Law.
Y has estado muy alejado de él… El pobre ni siquiera pudo concentrarse lo suficiente en batalla, tuve que auxiliarlo en cierto momento.

 

 

 

Law sintió una sensación horrible, peor que el efecto de una navaja enterrándose en la piel.
Su rostro, por un breve momento, dejo de pretender esa taciturna expresión y dejo entrever un deje de preocupación y culpa. Sus ojos grises se pusieron a buscar la figura de Corazon pero no la encontró, quizá ya se había ido de regreso al campamento.

 

 

—Quería llegar a este punto, Law—y Doflamingo se acercó al joven—. Eres un soldado valioso, me has servido muy bien en todo tipo de misiones, pero… También tienes un deber importante para con mi hermano ¿entiendes? Él te salvo la vida, ¿qué clase de gratitud demuestras al aislarte la mayor parte de los días?

 

—Yo…

 

—Law, ¿Qué pretendes hacer con la vida que mi hermano te brindo?

 

—No lo sé… Solo… Quiero…

 

— ¿Qué es lo que quieres lograr en tu vida?

 

—No lo sé…

 

—Bueno, tienes una nueva misión: Vuelve a hablar con Corazon, no tienes que pasarte todo el día con él, solo asegúrate de darle el gusto de una breve plática al día, informarle sobre tus actividades y progreso, solo eso.

 

 

Law se mantuvo en silencio. Las palabras de Doflamingo retumbaban en su cabeza; que culpable se sentía, su interior se ahogaba de arrepentimiento y quería borrar todo gesto que haya herido a Corazon, pero también le fastidiaba tener que aguantar su profundo e intenso deseo hacia él… Sería tremendamente difícil fingir y ocultar todo estando cerca de él a diario.

 

 

—Es una orden, Law. Necesito que Corazon vuelva a estar completamente bien. Aun no se lo he dicho pero… Probablemente haremos un viaje hacia al oeste. Llegó una carta de un viejo conocido que necesita ayuda. Hay un par de grupos rebeldes que estan dando problemas al reino de Arabasta.

 

 

— ¿Ese no es un reino muy grande?

 

—Así es. Por eso tenemos que estar en óptimas condiciones. Una vez que lleguemos ahí, nos atenderán muy bien, y si logramos el objetivo, nos recompensaran generosamente. Tal vez ya consigamos de una vez por todas la flota que necesitamos para cruzar el mar y llegar a las nuevas tierras.

 

 

A Law le costaba imaginarse el aspecto de aquellas nuevas regiones en las que Doflamingo quería a darse conocer. Se preguntaba si en esos insólitos lugares por fin lograría su objetivo final… Y de pronto un escenario desolador llegó a su mente: Corazon terminaría en una posición sumamente inalcanzable para un simple soldado como Law…
Seguramente terminaría comprometiéndose con alguna noble, con alguna mujer de buena reputación y familia, tendría descendencia, sería feliz y viviría cómodamente por el resto de su vida, y todo el amor que Law tenía dedicado para él se quedaría guardado en su mente y corazón, disfrazándolo como lealtad pura, eso sí tenía la suerte de ser su caballero protector.

 

 

 

—Bueno, ya deja esa cara…—dijo Doflamingo sacando a Law de su trance mientras sacudía el erizado cabello oscuro de este último—. Salgamos de aquí…—y salió del agua junto con Law para acomodarse bajo unos árboles—. Oye quería preguntarte algo más…

 

— ¿Qué?

 

— ¿Recuerdas aquella vez, hace años, en que me sorprendiste en el bosque con Monet?

 

 

—Sí… Lo recuerdo—murmuro Law con vergüenza— ¿Por qué lo preguntas?

 

—Recuerdo bien que me preguntaste si yo había estado con hombres también durante la breve plática de orientación que te di, y…—y Doflamingo se aclaró la garganta, de repente se había puesto algo serio—.  Se me ocurrió que… Tal vez, ahora que eres mayor, tienes esas inclinaciones…  

 

 

Law tenso sus labios y volvió a sentirse acorralado. A pesar de estar completamente refrescado por el agua sintió que un calor intenso recorrió su rostro y el resto de su cuerpo.

 

 

 

—No, claro que no. Bueno…—contestó Law porque, después de todo, solo sentía atracción por Corazon y no hacia cualquier otro hombre—. No sé...—y esto último lo dijo con voz ahogada.  

 

—Law…—y Doflamingo poso una mano sobre el hombro izquierdo del muchacho—. Entonces ¿tampoco has experimentado con hombres?

 

 

—Por supuesto que no.   

 

— ¿No te gustaría intentarlo?—pregunto Doflamingo en un susurro que resulto un tanto perturbador para Law.

 

 

 

Un horrible escalofrío recorrió el cuerpo del muchacho moreno, no sabía si estaba malinterpretando a su líder o si en verdad Doflamingo estaba proponiéndosele.

 

 

— ¿A qué te refieres?—se atrevió a preguntar Law tratando de aclarar el asunto y fingiendo que no podía ver a través de sus posibles intenciones.

 

 

Y Doflamingo soltó una estruendosa risa, que tenía un tono un tanto cínico y algo resignado.

 

 

—Oh, Law… Bueno, dejémoslo así. Parece que aun eres muy joven para entenderlo a la primera, eso es suficiente para no insistir—y Doflamingo alejo su mano del hombro del joven moreno—. Bien, me retiro… Descansa, Law—y el rubio se puso de pie, listo para volver al campamento.   

 

 

 

Fue algo totalmente inesperado, tan solo un par de años atrás lo trataban como un simple niño y ahora tenía que enfrentar esa clase de gestos, justo de la persona menos apropiada, su líder y hermano de la única persona en la que estaba interesado de verdad.

 

“Pero Doflamingo debe de hacer lo mismo con todos… Si, hace lo mismo con todos. No debe ser nada personal” pensó Law al recordar la naturaleza de su líder.

 

 

—Además…—siguió balbuceando el muchacho mientras seguía su camino—. Nunca lo permitiré. No soy un lame botas como el resto que cede a sus caprichos fuera de batalla.

 

 

 

Sin embargo, aun después de haber llegado a esas conclusiones, su cuerpo tardo en deshacerse de la desagradable sensación que le había causado recibir tal proposición.
Para cuando Law iba llegando al campamento vio a lo lejos a Corazon, quien iba con un plato lleno de comida.
El muchacho decidió acercarse a pesar de que el cosquilleo en su estómago apareció junto con el acelerar del latido de su corazón.

 

 

—Corazon…

 

— ¿Law?—se sorprendió el rubio con un gesto que reflejaba su asombro por el repentino acercamiento del muchacho.

 

—Corazon, ¿puedo acompañarte un rato?—solicito el joven de erizado cabello negro, tratando de no mirar mucho a la cara del hombre de cabello rubio.

 

—Por supuesto…—respondió Corazon con voz suave y esbozando una incrédula sonrisa—. Pero, ¿tú no comerás? Deberías ir por un plato también, no te preocupes, yo esperare a que vuelvas, estaré en mi tienda.

 

 

Minutos después, Law y Corazon se encontraban comiendo sentados en la alfombra de los aposentos del rubio.

 

—Entonces… ¿Te las has pasado entrenando?—indago Corazon al terminar con sus alimentos. 

 

—Sí, lo siento… Es solo que… No quiero fallar en alguna ocasión importante… Por eso quiero entrenar cada día—conto Law, quien decía un tanto de verdad y un tanto de una excusa que había adoptado para evitar a Corazon—. Quiero tener el mejor ataque que pueda concebir y llegar a ser el mejor en la ofensiva...   

 

 

—No te exijas mucho, no eres el único que pelea en este grupo… Además, ¿en verdad quieres que mi hermano llegue tan rápido a su meta?

 

 

—Ah…

 

—Sinceramente no quisiera que llegara ese día…—soltó el mayor mientras se rascaba la nuca y dejaba escapar un pesado suspiro—. ¿Sabes, Law? Siempre he estado al lado de Doffy, ayudándolo en todo este tiempo… Pero a veces siento que, entre más avanzamos, más lejos quiero estar de todo esto.

 

 

—No entiendo… ¿Te sientes bien, Corazon?—cuestiono Law al notar que el rostro de su mentor se había angustiado.

 

 

—Jeje, no te preocupes, Law… No es nada importante. Solo...—dijo Corazon sonriendo con melancolía y algo de pena—. Solo prométeme que si algún día me llego a ir lejos de aquí, lejos de Doffy, podré seguir relacionándome contigo y me mantendrás al tanto de todas tus hazañas.

 

 

 

Law, por primera vez en todo ese rato, miro directamente al par de iris de color cobrizo de su mentor y sintió un arrebato de intensa devoción hacia él...
Sentía que un ardiente fuego nacía de su pecho, quería tomar una pálida mano de Corazon,  estrecharla con fuerza entre las suyas, para después exponer una larga lista de juramentos, justo como había escuchado que los caballeros famosos hacían con sus amadas, y exponerle todo lo que sentía respecto a él, para dejarle en claro que nunca permitiría que algo así sucediera, que nunca se alejaría tanto de su lado y nunca dejaría de serle fiel...
Pero no podía, y quizá no podría hacerlo nunca.

 

 

 

—Corazon, si estoy aquí es gracias a ti… Si un día decidieras marcharte y abandonar este tipo de vida—empezó a decir Law, con una voz que parecía mezclar su nerviosismo latente con su firme convicción de mantenerse al lado de Corazon hasta su último aliento—, yo haría lo mismo, me iría de aquí sin dudarlo, no tendría sentido que permaneciera luchando si tú no estás aquí. Solo hago mi mejor esfuerzo durante las batallas para que puedas verte beneficiado de todo eso… Para que, tarde o temprano, tengas una mejor vida.

 

 

Y Corazon, al escuchar eso último, se conmovió demasiado…
Sus ojos dejaban escapar un brillo de felicidad, se sentía tan honrado de recibir tales palabras.

 

 

—Law…—musito el hombre rubio, tratando de no emocionarse demasiado y reprimir sus ganas de abrazar fuertemente al muchacho, debido a que Law ya no era un niño pequeño, lo —. Muchas gracias… Lo aprecio bastante…

 

 

—Es lo mínimo que puedo hacer—siguió Law—. Estoy en una eterna deuda contigo.

 

—Law… No digas eso. No vuelvas a decirlo—le dijo Corazon con una voz suave pero que también quería sonar en una intención muy seria—. No estás en deuda conmigo. Tú eres libre de hacer lo que quieras… No me debes nada, ¿entiendes?

 

 

El joven moreno se mantuvo en silencio después de las últimas palabras de Corazon.
Por su parte, el hombre de cabello rubio sostuvo su mirada en el taciturno semblante de Law… Observo como su cara había madurado; como su rostro era enmarcado por las gruesas patillas oscuras y su barbilla estaba cubierta por una pequeña mata de vellos oscuros; miro con atención los ojos grises que tanta devoción le habían ofrecido hace minutos y finalmente dio un breve vistazo a la recién formada musculatura del muchacho.    
Corazon pensó que Law (con sus diecisiete años) lucía mucho más intimidante y masculino que él, y así soltó una ligera risa, apenándose de su propia imagen.

 

 

 

— ¿Qué sucede?—se alarmo Law al ver que Corazon había comenzado a reírse de la nada.

 

—Nada… Es solo que… Estaba burlándome de mi mismo—explico el hombre con una sonrisa algo apenada.

 

 

— ¿Por qué estabas haciendo algo así? ¿De que podrías burlarte?

 

—Oh Law, ¿no te das cuenta de que luces mucho más masculino que yo?—expuso el rubio sin dejar de sonreír—. Ahora, a tu lado, parezco un simple debilucho...

 

 

—No es cierto. Además, eres mucho más alto que yo, Corazon.

 

—Pero lo que importa, Law, es el rostro… Tus ojos, tu expresión… Es mucho más intimidante que la mía. Además, ya sabemos que en el campo de batalla, me aventajas por mucho—continuo Corazon haciendo un gesto con sus dedos indicando las batallas del rostro que menciono.

 

 

—No creo que sea importante—opino Law—. Tu apariencia está bien tal como está, una cara como la mía solo sirve para una pelea, pero tu rostro es digno de un caballero noble, refleja bondad, inspira tranquilidad y confianza… Y creo que eso es más valioso.

 

 

—Je, si tú lo dices…—y Corazon miro directamente a Law, sonriéndole con un afecto paternal.

 

 

 

Una enorme alegría crecía y se fortalecía en Law cada vez que escuchaba a Corazon reír, verlo sonreír era la mejor recompensa que podía pedir después de una batalla…
Ahora reflexionaba cuanto había extrañado estar charlando con él; algo que también noto era que la sensación de ansiedad y de intenso deseo físico se habían esfumado conforme el tiempo pasó, la dulzura y tranquilidad que Corazon le inspiraba al hablar habían calmado sus impulsos.  

 

 

—En verdad, extrañaba platicar contigo…—dijo Corazon con voz relajada.

 

 

Y segundos después, el aura de confianza y cálida tranquilidad, se rompió al irrumpir Doflamingo en el lugar.
El líder abrió las cortinas de la carpa y se abrió paso hacia al interior.

 

 

—Corazon, necesito hablar contigo…—anunció Doflamingo mirando directamente a su hermano menor.

 

—Doffy, ¿no puede ser después?—replico Corazon haciendo una ligera mueca de molestia.

 

—Creo que ya descansaste lo suficiente, ¿no es así? Es importante, tenemos que organizarlo lo más pronto posible.

 

—De acuerdo…—y el rubio se puso de pie—. Discúlpame, Law. Seguimos hablando luego.

 

 

—Sí, no te preocupes—y Law observo con cierto recelo a Doflamingo mientras se marchaba de ahí junto con Corazon.

El joven se puso de pie y salió de la tienda, listo para ir a descansar un rato en su propia tienda y repasar una y otra vez todas las palabras y gestos que Corazon había hecho en ese anterior rato de ensueño, mientras que, sin darse cuenta, iba caminando con una suave sonrisa.

 

 

—Bien, Doffy, ¿de qué se trata?

 

—Me llego esta carta, de mi viejo amigo, Sir Crocodile—anunció Doflamingo mostrándole el papel en cuestión que traía el sello de la noble casa del reino de Arabasta, la familia Nefertari.

 

 

Corazon tomo la carta y leyó con atención su contenido.

 

 

—Vaya… Sí que llegó lejos—musito Corazon al devolverle la misiva a su hermano mayor—. No entiendo, si se supone que es tan capaz para llegar ahí, ¿para qué nos necesita?

 

— ¿Realmente importa? Nos dará el capital que hace falta para nuestra flota, además de un reconocimiento único que me… Nos ayudará bastante, como nunca antes pudimos obtener—explico Doflamingo con un tono algo hostil.

 

—De acuerdo, Doffy. Si eso deseas… No me opondré.

 

—Necesito que informes a tu tropa, que todo el mundo se preparé para un largo viaje, llegar hasta allá no será cómodo, además…

 

 

Y Corazon comenzó a tan solo oír las palabras de su hermano mayor, sin prestarle la atención necesaria, se dedicó a divagar sobre el buen rato que había tenido hace minutos junto con Law y sobre lo fastidioso que sería tener que llegar hasta Arabasta, había escuchado que era un lugar muy cálido, exótico y digno de temer debido a su clima tan variable.

 

 

 

Un par de semanas después el ejército del ave carmesí estaba rumbo a Arabasta.
El grupo decidió tomarse un par días para descansar y proveerse en una aldea que quedaba en los límites de la región que llevaba a las tierras sin nombre y sin poblaciones, tierras que tendrían que pasar con mucho cuidado para llegar a su exótico destino.

 

—Oye, Law…

 

— ¿Si, que sucede, Corazon?

 

 

Law y Corazon se encontraban sentados alrededor de una pequeña fogata en donde estaban cocinando un par de pedazos de carne de ciervo que habían cazado.

 

 

—Quería preguntarte algo… Puede que resulte incomodo pero…

 

—Puedes preguntarme lo que sea—aseguro Law sin dejar de ver el fuego, pues había comenzado a sentir una ligera sensación de nervios por lo que Corazon quería averiguar.

 

 

Y en ese momento Baby 5 llego frente a la fogata.

 

 

—Oh, Law, señor Corazon, ¿no tendrán más comida por ahí?—pregunto la chica con una expresión algo angustiada.

 

—Claro…—y Corazon le brindo una pequeña cazuela donde estaba resguardando el resto de la carne—. La echaré al fuego de una vez. ¿Qué te sucede? Te ves exaltada.

 

—Oh, es que…—y la joven comenzó a sonreír con una mezcla de nerviosismo y extrema felicidad—. Acabo de convertirme en la novia de un chico…

 

— ¿¡Qué?!

 

—Es un muchacho que vive en la aldea que está cerca, fue tan amable conmigo… Aunque el pobre no tenía nada que ofrecerme, hizo el esfuerzo de conseguir un par de flores preciosas, ¿no es lindo?    

 

 

Law y Corazon se miraron sutilmente con una clara expresión de incomodidad y algo de pena por lo que Baby les estaba contando.

 

 

—Oye, Baby, no sé si lo has olvidado, pero no podemos quedarnos aquí para siempre. No puedes quedarte aquí tampoco—se decidió a decir Corazon de la forma más amable—. No podrás seguir viéndolo, será mejor que…

 

— ¡Por eso estoy decidida a pedirle al joven amo que lo acepte en nuestro grupo!

 

—No, Baby… No creo que sea buena idea…—se apresuró a decir Corazon comenzado a ponerse más serio, pues podría imaginar con toda claridad la reacción que su hermano mayor tendría en cuanto se enterará de algo así.

 

—Pero no quiero dejar a mi novio aquí. Oh, veo al joven amo por allá, iré a decírselo de una vez por todas, enseguida vuelvo…—y la muchacha fue a acercarse a su líder.

 

 

 

Corazon y Law observaron como Baby llego frente a Doflamingo, quien venía acompañado de Monet, ambos iban riendo hasta que la chica de cabello negro llego frente a ellos.
Vieron como Baby le hablaba a Doflamingo de una manera muy emocionada pero conforme seguía hablando Doflamingo perdía su amplia sonrisa.
En unos segundos Baby estaba de regreso junto a Corazon y Law, mientras que Doflamingo siguió su camino junto con su dama de largo cabello verde.

 

 

—Baby, ¿Qué ocurrió?—pregunto Corazon intrigado por la situación.

 

—El joven amo dijo que mañana lo hablaríamos con más calma—respondió la chica con una sonrisa confiada—. Creo que ya no le falta mucho a ese pedazo, lo tomaré…

 

 

Law noto que Corazon seguía con un semblante preocupado y que Baby estaba tan despreocupada, invadida por la ilusión de su primer amor platónico.
Al terminar todos de comer, se dieron las buenas noches y fueron a sus respectivas tiendas.
Law aún se preguntaba que sería lo que Corazon quería preguntarle…

 

 

—Law…

 

— ¿Corazon?

 

—Oye, mañana seguiremos hablando. En verdad el asunto de Baby me distrajo de lo demás… Creo que entiendes el porqué, ¿cierto?

 

—Me imagino… Doflamingo no estará muy feliz con la noticia.

 

—Si… Es lo más probable. Bien, descansa. Probablemente mañana será un día agitado—declaro Corazon con voz cansada.

 

 

Law siguió a Corazon con su mirada hasta que el rubio salió de su vista.
El joven moreno entro a su carpa, se recostó y comenzó con su hábito de repasar el rato que había pasado junto a Corazon.

 

Al día siguiente, Law se despertó un poco más tarde de lo acostumbrado.
Salió de su tienda y se dirigió hacia unos árboles a las afueras del campamento para orinar.
Al terminar escucho unos sollozos que provenían a no más de un par de metros de ahí.
Law se aventuró a caminar hacia el origen de lamentable sonido y finalmente se encontró con la desolada figura de Baby 5, recargada contra un tronco.

 

 

—Baby… ¿Qué te…?—y Law detuvo sus palabras pues no le costó mucho llegar a la conclusión, tan solo se limitó a guardar silencio hasta que la chica dijera algo.

 

—Law… Yo… Mi novio… ¡Él…! ¡Ese malvado…! ¡ÉL SE DESHIZO DE MI NOVIO!—exclamo Baby con voz desgarradora mientras seguía derramando lágrimas.

 

—Lo siento—musito Law a pesar de que no había tomado en serio la supuesta relación de Baby con aquel extraño.

 

—Me quedaré aquí… No voy a volver… Si vuelvo… ¡JURO QUE NO DEJARÉ QUE SIGA EN PIE!—grito la joven, apretando fuertemente sus puños y mandíbula.

 

—Baby… No puedes quedarte aquí. Y no puedes hacerle eso a Doflamingo—dijo Law con voz seria y calmada—. Entiendo que lo que te paso es horrible… Pero necesitas seguir, no tiene caso que te quedes en este lugar.

 

— ¡¿Por qué!? ¿¡Para qué…!?

 

—Puedes tener una vida mejor si te esfuerzas en llegar más lejos que esto. Tarde o temprano conocerás a alguien, puedes tener una familia y ser feliz, pero creo que todavía no es el momento…—y Law se puso de cuclillas para estar más cerca de Law—. Llegará la época en que nadie podrá decirte que hacer, ni siquiera Doflamingo, pero tienes que luchar para que ese día llegue… Tan solo… soporta un poco más.

 

— ¿En verdad crees eso? ¿Crees que sea posible algo así?

 

—Sí.

 

— ¿Por qué? ¿Tu también piensas en hacer algo parecido?—pregunto Baby con voz quebrada mientras trataba de tranquilizar su respiración.

 

—Sí…—admitió finalmente el muchacho después de pensarlo unos segundos—. También tengo cosas que quiero hacer de verdad, y no solo para Doflamingo. Vamos, levántate…

 

 

Y Law ayudo a la chica a ponerse de pie. Espero a que se calmara un poco para regresar al campamento.

 

 

— ¿Quieres que te acompañe a tu tienda o…?

 

—Creo que iré a entrenar…—musito la chica quien aún se veía algo tensa.

 

—Bien, iré contigo. Solo iré a cambiarme de ropa, ahora voy…

 

 

Y la chica siguió su camino, en busca de sus armas para desahogar la frustración que aun llevaba por dentro. Law se fue a poner una ropa más apropiada y en el camino de regreso se encontró con su querido Corazon.

 

— ¿A dónde vas con tanta prisa?—pregunto el hombre rubio.

 

—Es Baby… Me la encontré llorando en el bosque hace rato.

 

—Entonces ya ocurrió lo que temía…

 

—Sí. Ya se tranquilizó un poco pero creo que aun…

 

 

Y de pronto un montón de gritos y exclamaciones de asombro se escucharon.
Pudieron ver que a lo lejos Doflamingo bloqueaba un ataque de parte de Baby 5.
La chica le había tratado de dar una estocada con una espada y, por su parte, el líder de cabello rubio detuvo el ataque con su propia espada, que era más grande que la espada de la muchacha.

 

 

—Maldita sea… ¡Si lo hizo!—soltó Law apresurándose junto a Corazon para llegar ante la pelea.

 

 

Baby seguía tratando de atinar un ataque, pero era inútil, Doflamingo detenía y esquivaba todos los intentos de la chica.

 

 

— ¡Baby…! ¡Ya basta, no tiene caso…!—exclamo Law.

 

— ¡Baby, detente, por favor, te lo suplico…!—demando Corazon tomando con fuerza los hombros de la muchacha desde atrás.

 

 

Y en ese instante, las manos de Baby dejaron caer la espada.
El rostro de la chica estaba pasmado, sus ojos seguían llenos de tristeza y frustración, pero el irresistible deseo de parar con sus ataques, solo porque Corazon se lo pidió con tanta conmoción, fue mucho más fuerte.
Por su parte, al ver que Baby había decidido dejar de pelear, guardo su arma y decidió retirarse sin decir nada.

Law miro con mucha cautela la postura de Doflamingo, el rubio de gafas extrañas no lucía molesto, tampoco lucía contento o satisfecho, tenía una expresión neutral, algo muy raro en él. Luego volvió su mirada grisácea hacia Corazon que seguía tranquilizando a Baby.

Los demás soldados y subordinados que estuvieron presentes empezaron a cuchichear sobre el incidente.

 

 

—Vamos a mi tienda—indico Corazon a Baby con voz suave y comprensiva—. Necesitas descansar, te lastimaste un poco en medio de todo esto, ven…

 

 

Y Law observo como su mentor se llevó a la joven junto a él.
En verdad esperaba que Baby 5 siguiera los consejos y advertencias de Corazon en esta ocasión, de lo contrario, le quedarían muchas peleas y sufrimiento más en el futuro.

 

 

Y semanas pasaron…
El ejercito del ave carmesí atravesó más bosques, montañas, caminos al costado de arroyos, prados, parajes que se tornaban cada vez más áridos y carentes de vegetación conforme iban a acercándose más a la región de su destino.

 

Y finalmente llegaron a un paraje donde grandes dunas de arena se veían por doquier; habían llegado a Arabasta. Pasaron un par de días y, gracias a pequeños oasis soportaron el calor provocado por los fuertes rayos del sol, hasta que llegaron a una zona poblada.  

Y cuando ese momento llegó, Law miro con gran asombro que tan diferente era esa ciudadela a todo lo que había conocido antes…
La ciudad había sido construida sobre una meseta y las entradas hacia esta eran unas grandes escalinatas de color blanco, justo al igual que la mayoría de los edificios que conformaban aquella localidad.  

 

Muy pronto soldados que resguardaban los límites de esas grandes escaleras fueron a exigir a Doflamingo su motivo de visita y en cuanto se aseguraron de que ese pequeño ejército era el requerido por el rey, les dieron la bienvenida a la ciudad de Alubarna, los escoltaron hasta el camino principal que dirigía hacia las zonas pobladas por civiles, luego grandes plazas y comercios, para después dirigirse iba hacia al gran palacio real, que se encontraba en medio de la ciudad.

Al igual que la misma ciudadela, el palacio también se encontraba sobre una base alta, alzándose por el resto de los otros edificios y necesitando de unas grandes escaleras para ingresar en este. Era un palacio enorme, con tres estructuras con cúpulas doradas que eran el principal llamativo de esa edificación.  
Doflamingo ordeno a la mayoría de sus soldados y tropas que se quedaran en las afueras del palacio, mientras que él, junto con Corazon, Trebol, Diamante, Pica y Vergo entraban al palacio para anunciar su llegada.

 

 

—Qué ciudad tan pintoresca…—comento Monet, quien se había acercado a Law, gesto que tomo por sorpresa al joven moreno.

 

—Sí, nunca había visto algo así—musito Law—. Espero que podamos cambiarnos de ropa pronto… Hace calor. No sé cómo podremos luchar con las armaduras puestas y soportando este clima…

 

—No te preocupes, pequeño Law. Estoy segura de que eso no será un problema para nosotros—dijo Monet con voz segura y con un ligero tono coqueto.

 

 

Law miro con cierta desconfianza a la mujer de cabello verde. Se preguntaba a que se podría estar refiriendo.
Mientras tanto, en el interior del palacio de la ciudad de Alubarna…

 

—Sean bienvenidos, el rey está listo para recibirlos…—anunció un sirviente que había guiado a Doflamingo y a sus acompañantes hasta un par de puertas gigantes que dirigían hacia el salón real.

 

 

Las puertas se abrieron, los invitados entraron y pudieron ver a un par de personas sentadas en grandes tronos, con un par de guardias a sus costados.
Una bonita muchacha joven de piel blanca, ojos oscuros, largo cabello azul y vestida con un largo vestido de color blanco de tela muy suelta, estaba ahí sentada, con una expresión triste y seria.
Y al lado de la joven, un hombre de piel pálida, cabello oscuro peinado hacia atrás, de rostro arrogante con una gran cicatriz horizontal atravesándolo, y cuya mano izquierda había sido remplazada por un gran garfio de oro, estaba sonriéndole a Doflamingo.

 

 

 

—Creí que les tomaría más tiempo llegar, pero estoy gratamente sorprendido, sin duda son una gran fuerza, ¿no lo crees así, mi querida reina?—pregunto aquel hombre de cabello oscuro, volteando su arrogante mirada hacia la joven que estaba a su lado.

 

—Es un honor estar aquí, su alteza—respondió Doflamingo, agachando un poco su cabeza en gesto de solemnidad, gesto que siguieron a su vez sus acompañantes.

 

 

La muchacha, que ahora podían confirmar que era la reina de Arabasta, se limitó a asentir en silencio.

 

 

—Bien, me gustaría que hablemos de una vez por todas… Pero creo que primero debo echarle un vistazo a tu ejército, Doflamingo. Se tan amable de presentarme al resto de tus subordinados—y el rey se puso de pie, dirigiéndose hacia Doflamingo, y pronto se dispusieron a retirarse del salón.   

 

 

Antes de salir de la estancia, Corazon se disculpó con la reina, debido a que el resto de sus compañeros, incluso Doflamingo, no se habían molestado en despedirse apropiadamente de ella, esta respondió con una suave y triste sonrisa, diciéndole a Corazon que no había problema alguno. El hombre de cabello rubio hizo el mismo gesto de solemnidad que hizo su hermano mayor hace momentos, y salió del lugar.

 

 

 

—Vaya… ¿Quién hubiera dicho que llegarías tan lejos, mi estimado Crocodile?—soltó Doflamingo al ver que, por un breve momento, él y el rey de Arabasta se habían quedado solos, después de haberle mostrado brevemente a su ejército.

 

Ambos iban caminando por uno de los largos pasillos exteriores que daban hacia patios y jardines del palacio.  

 

 

—Siempre pensé que tú serías el primero en lograrlo. Yo no desaproveche la oportunidad en cuanto la tuve frente a mí...—respondió Crocodile.  

 

—No lo dudo. Aun me queda camino para alcanzar ese punto. El venir aquí a ayudarte, me ayudará a llegar más rápido.

 

—Claro, no será un problema proporcionarte lo que necesites…—y de repente Crocodile se detuvo para observar a Doflamingo con mucha atención—. Supongo que tienes calor, con toda esa armadura, debes estar ansioso de refrescarte.

 

—No lo había querido mencionar, pero vaya que sí. Tú debes estar acostumbrado, además de que con esa ropa tan suelta, debes estar fresco y cómodo.  

 

—Sí, de hecho… Además, este es el clima que adoro, el calor hace que me sienta más fuerte. Bien, creo que tengo algo de ropa que pueda sentarte bien, aunque eres más alto que yo…

 

—También, si no es mucha molestia, quisiera que toda mi gente se viera provista de ropa apropiada, ya sabes, para que estén lo mejor posible antes de la batalla…

 

—No te preocupes, ya me encargue de dar esas instrucciones. Ropa, comida y un lugar para descansar se proporcionaran. Entonces, ¿me acompañas a mi habitación?

 

 

Doflamingo se quitó las gafas por un momento, miró fijamente a Crocodile por unos segundos, luego volvió a ponérselas, reviso su alrededor y susurro:

 

 

— ¿Estás seguro de que podemos hacerlo? ¿No habrá algún problema con tu esposa? Aun es de día, podrían descubrirnos.

 

—No, claro que no. Sería peor si decidiéramos vernos de noche, tonto. Mi esposa solo entra a esa habitación de noche, solo por su obligación marital.

 

—Ya veo…—y Doflamingo sonrió amplia y maliciosamente—. Entonces, démonos prisa. No solo vine a admirar tu escultural cuerpo, Crocodile. También quiero ver todo el resto de palacio y la ciudad.

 

 

Y ambos continuaron su camino hacia los aposentos de su majestad.
Horas después, cuando la noche llego…  

 

—Corazon, ¿Qué tal les fue?—pregunto Law a Corazon una vez que pudieron estar solos y tomar un respiro.

—Pues… No puedo decir mucho. No paso gran cosa, supongo que Doffy se encargara de los detalles importantes.

 

 

Ambos llevaban batas de color claro, de tela suelta y fresca que les habían obsequiado hace horas. Estaban en una sencilla casa que habían conseguido para el hospedaje de Corazon.

 

 

—Sabes, Corazon, algo que me preocupa es el clima. ¿Estás seguro de que podremos pelear lo necesario con las armaduras puestas?

 

—No te preocupes, Law. Doffy me aseguro de que hay una solución a eso, no puede decirlo hasta el momento del combate, pero me juro que no tendríamos problema alguno… Al menos no por mucho tiempo.

 

 

—Bien… Debes de estar cansado, creo que debo irme—y Law se puso de pie—. Debo ir a levantar mi tienda.

 

—Oye, Law, ¿no te gustaría quedarte aquí?

 

—Este lugar lo consiguieron solo para ti, Corazon. No es apropiado que me quede aquí.

 

—Pero la casa tiene dos estancias, puedes quedarte en la habitación del fondo. No creo que a Doffy le importe. Es más… Ni siquiera he visto que vuelva.

 

 

Un nudo se hizo en la garganta y estomago de Law. El nerviosismo se disparó y comenzó a sudar ligeramente.

 

 

—Gracias, pero en serio, ya no puedo dormir bien si no es a solas—continuo Law.

 

—Pero no dormiremos en el mismo lugar. No te molestaré en absoluto, además me ahorrarías el trabajo de ir a buscarte al campamento por la mañana.

 

—Eh…

 

—Además, aun no tengo sueño, quiero seguir charlando, por favor…

 

 

Finalmente, Law accedió. Volvió a sentarse y continúo platicando con él.
Mientras tanto, Doflamingo se encontraba dentro del palacio, había tenido una grandiosa tarde junto a Crocodile, hace mucho no tenía un encuentro tan apasionado y enérgico con alguien. Le habían proporcionado una habitación de huéspedes especiales.
El rubio llevaba una larga bata de un tenue color rosa, la tela era suelta y una cinta roja estaba decorándole la cintura.
Salió hacia el balcón que su cuarto albergaba y tuvo una magnifica vista nocturna de la ciudad de Alubarna.

 

 

 

— ¿Y? ¿No tienes nada que decir respecto al ejercito de Doflamingo Donquixote?—pregunto Crocodile a su joven esposa mientras terminaba de ponerse su ropa para dormir.

 

—No.

 

—Que animo tan desolador, querida Vivi. Pensé que ver a gente nueva te daría un poco de emoción…

 

 

— ¿Tendrías la decencia de dejar de hablarme por esta noche?

 

 

Y en cuanto la muchacha se dispuso a recostarse sobre la cama, Crocodile se colocó sobre ella, rodeo el delgado cuello de la joven con su única mano y apretó suavemente, brindándole una amenazadora expresión.

 

 

—Parece que si hubo un cambio en ti con la influencia de nuestros invitados, después de todo. ¿O que más te inspiro a atreverte a hablarme de esa manera?

 

 

—Tal vez haya sido la asquerosidad que hiciste hoy con ese tipo Donquixote—musito la joven cuyos ojos oscuros no se habían dejado intimidar, pues seguían con una desafiante mirada.

 

 

Crocodile se sorprendió por un momento pero no tardo mucho en volver a sonreír con arrogancia.
Y prosiguió a apretar con moderada fuerza el cuello de su esposa.

 

 

—Vaya, nunca pensé en ser tan afortunado de ver un gesto de celos de tu parte—dijo Crocodile que después emitió una profunda y cínica risa—. Oh, querida… Me has descubierto, pero no es para tanto… ¿O sí? Recuerda que debo cuidar muy bien la salud de tu padre, si me haces enfadar, tal vez decida no seguir cuidándolo tan bien como hasta ahora…

 

 

 

Y la valiente mirada de la reina Vivi se desmorono, remplazándola por una triste mirada de resignación. Fue entonces que Crocodile dejo libre el cuello de la chica, se abalanzo más sobre ella y comenzó a besar la misma parte que antes había aprisionado, provocando que la joven comenzara a derramar un par de lágrimas.

 

 

 

—Me pregunto cómo estará Doffy, seguramente le dieron una suntuosa habitación…—dijo Corazon al salir un momento al patio trasero de la casa.

 

 

—Debe estar muy cómodo, gozando de todo lo que ofrezcan…—musito Law con voz apagada. Recordó aquel desagradable momento en que estuvo a solas con Doflamingo y una sensación de asco surgió en él.

 

—Sí, debe de estar pasándola bien… Qué bonito cielo se observa aquí, ¿no lo crees, Law?

 

 

—Si… Demasiadas estrellas…

 

 

Law observo como Corazon miraba fascinado aquel manto oscuro cubierto de puntos brillantes y una luna a punto de llenarse.
Le resultaba un tanto gracioso que aquel hombre de cabello rubio encontrara tanta belleza en algo tan sencillo como el cielo, algo que podría volver a verse en cualquier noche en distintos sitios del mundo. Para Law, la belleza de esa noche radicaba en el pálido y atento rostro de Corazon.  

 

 

—Law, ¿quieres ir conmigo a explorar la ciudad mañana?

 

—Si… ¿Crees que tengamos oportunidad de hacerlo?

 

—Tal vez, no estoy seguro. No sabemos en qué momento nos puedan requerir, pero dudo mucho que sea a primera hora… Bien, ahora sí deberíamos ir a descansar—y Corazon bostezo profundamente mientras entrecerraba sus ojos.

 

—Si… Buenas noches, descansa—dijo Law tratando de no mirar tanto a su querido hombre de cabello rubio mientras se dirigía hacia su estancia personal—. Hasta mañana…

 

 

—Igualmente, Law—y Corazon se perdió de vista.

 

 

 

Law permaneció un rato más ahí fuera, contemplando el cielo que tanto había alagado Corazon momentos atrás. Permaneció ahí al menos veinte minutos más, repasando todo el día y los momentos compartidos con Corazon, como solía hacer casi a diario.
Cuando decidió ir a descansar, entro a la casa y sintió un vuelco en el estómago al pasar por la habitación en donde Corazon ya descansaba plácidamente.
No había puertas, lo único que cubría la entrada de aquella estancia era un delgado velo que dejaba entrever un poco el interior del cuarto iluminado por luz lunar.
Los labios de Law se tensaron, sus extremidades comenzaron a temblar ligeramente, trago saliva, su corazón empezó a latir rápida y fuertemente, y su rostro sintió el típico calor que aparecía cada vez que sentía esa intensa sensación de deseo…
Corazon estaba recostado boca abajo sobre unos suaves almohadones grandes, apoyando su rostro contra su antebrazo, respirando tranquilamente mientras de vez en cuando emitía algún débil ronquido.

Y una locura invadió la voluntad del joven moreno.
Con mucho cuidado, casi deseando poder flotar, Law se adentró en aquella habitación.
Se acercó poco a poco hasta quedar a un palmo de distancia de aquel rubio que seguía sumido en sueños.
Contemplo la figura de Corazon con mucho detenimiento, observo sus fuertes hombros, como se dibujaba su cintura con aquella bata que llevaba puesta, sus fuertes y pálidas piernas que apenas se dejaban ver junto con sus pies que a veces parecían querer moverse y echar a andar.
Era algo tan hermoso, casi sagrado, Law se sentía tan indigno como afortunado de poder mirar tan de cerca a su amado Corazon después de tanto tiempo…
Sintió unas terribles ganas de quedarse ahí, sentir cada movimiento de su amado al dormir, rodearlo con un brazo y sentir que había llegado al paraíso.

 

 

De pronto un brusco movimiento de Corazon despertó a Law de su trance, El rubio se había volteado, quedando ahora boca arriba, dejando ver su relajado rostro con los labios ligeramente abiertos.
Ahora Law estaba absorto mirando el dormido rostro de Corazon…
Ahora quería tanto poder acercarse, tanto hasta que pudiera juntar sus labios con los de Corazon, aunque sea por un instante…
Law se había puesto de rodillas, al costado derecho de su querido, deseaba tanto poder acariciar aquella suave y pálida piel…
Una vacilante mano del joven se acercó hacia el cabello rubio y, con un tremendo valor, se dispuso a acariciarlo por unos segundos.
El corazón de Law latió más fuerte que nunca… Era demasiado…

 

Y finalmente Law se detuvo, apartándose con cuidado de su amante. Con mucho cuidado se fue alejando, con una actitud que mezclaba la devoción, la pena y beatitud, deseándole un buen descanso, disculpándose por haberse atrevido a irrumpir en su lecho, jurándole amor y lealtad como cada noche, agradeciéndole su existir…

 

 

Law llegó a su propia estancia, se echó sobre su lecho, sorprendido de su audaz hazaña, pero con una sonrisa en los labios, sintiendo una cálida satisfacción dentro de su pecho que le ayudo a conciliar el sueño pronto.  

 

 

Notas finales:

Bien espero que les haya agradado c:
Y les haya dejado con las suficientes ganas de seguir esta historia.

Les mando mis mejores deseos, otra vez, gracias por su paciencia, por leer, y en especial por dejar comentarios, lo aprecio demasiado~

 

Atte. Levita Hatake


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).