ENGAÑO
CASTIGO
By Yelmar Doker
Cuando Naruto despertó, lo hizo con una enorme pesadez en los parpados de sus amoratados ojos. No podía respirar con normalidad. Podía sentir como si su cuerpo estuviera alejado de su mente y oir un constante pitido de las máquinas que eran las únicas acompañantes en la blanca habitación. El impoluto blanco de las paredes le distrajo por unos segundos.
Hizo el intentó de mover un brazo para quitarse esa incómoda aguja de las fosas nasales, pero no se espero que ésta estuviera sujetada con un tubo delgadisimo que se insertaba en la piel de su antebrazo y que estaba conectada a un tubo mas largo del cual colgaba una transparente bolsa de suero.
No podía moverse. Incluso respirar era complicado, y ni hablar de su cabeza que parecia mas pesada que una bola de boliche. La cual punzaba dolorosamente.
No sabia donde estaba, porque estaba acostado en una cama y bastante sujeto a objetos extraños que se insertaban en su cuerpo.
Tratar de hablar tampoco era una opción.
Así que optó por esperar a que alguien se apareciera para que le explicara que hacia en ese extraño lugar.
Pasaron varios minutos para que alguien entrara por la puerta.
Uzumaki giró para ver quien era.
Un hombre vestido de blanco; robusto y con el pelo canoso, se acercó al más joven al darse cuenta que éste ya había despertado.
—Que bueno que ya estas conciente. A ver, veamos. ¿Puedes moverte? — apenas movió la cabeza, negando. — Es una lastima. Parece que tampoco puedes hablar.
El doctor se había dado cuenta que el muchacho aún permanecía en los efectos de la anestesia. Era por eso que se hallaba imposibilitado de decir si se sentía bien o mal. Pero por lo que veía, suponía que no tan bien.
Después de haber sufrido un aborto y haber llegado tan herido al hospital, tomaba en cuenta que el jovencito estaba aún muy afectado, era de suponerse que no estaría bien en mucho tiempo.
—¿Recuerdas porque estas aqui?— cambio de tema.
Otra vez negó con la cabeza.
El hombre compuso una expresión de desconcierto, anticipándose a un caso extremadamente raro en su oficio, pero no podía descartar que el paciente tuviera alguna perdida de memoria. Sin embargo, el problema en si no era ése. Las secuelas psicológicas que le quedarian serian factibles por los próximos meses de su vida. Ya habiendo tratado con gente que había pasado por lo mismo, podía concluir aquello.
Y como siempre, le daba mucha pena darse cuenta que aún existen personas mentalmente transtornadas que abusan de sus parejas. Física y psicologicamente.
Todo era muy claro para el doctor.
O demasiado obvio como para no denunciar el caso por su propia cuenta.
Naruto trataba de decir algo, pero daba la casualidad de que ni siquiera tenia palabras que decir.
Aparentemente estaba muy confundido, tanto que ni siquiera sabia cual era su nombre.
No sabia quien era.
...
La botella de vidrio se estrello contra la pared.
—¡Ya calmese! ¡No me obligue a llamar a la policia!— se escuchó el agudo y estridente grito de una mujer que a penas podía con el borracho cliente que había llegado hace una hora.
—¡No me imporrrta! ¡Haz lo quee...quierras! ¡Ya nada me imporrtaaa...!— contestó con la misma frecuencia de voz que la mujer, solo que con mas dificultad por tener la lengua trabada a consecuencia de la gran cantidad de alcohol que había ingerido.
Sasuke estaba sentado en la barra, consumiendo directamente de la botella como si no hubiera un mañana. Su camisa estaba visiblemente humedecida por las gotas de licor que caian de su barbilla, su cabello era un nido de pájaros, y por supuesto, el color blanquecino se su faz estaba completamente enrojecido. No podria decir si era por la bebida, o por la ira que lo consumia. Talvez las dos cosas.
Estaba llamando realmente toda la atención de las personas que estaban sentadas en diferentes mesas del bar. Después de todo, Sasuke se había puesto a tomar sin moderación desde que había puesto un pie allí, y cuando acababa con su inconciente acto de embriagarse para evadir su realidad, arrojaba la botella al aire y ésta se estrellaba contra el suelo o la pared. Causando así, mucho alboroto.
El moreno había perdido el juicio.
Nunca se perdonaria por la cosa tan horrible que le hubo hecho a Naruto. A su adorado rubio de sonrisas deslumbrantes. Había huido cobardemente del departamento. Había dejado solo a la persona que amaba, y todo porque no pudo controlarse a si mismo.
Y estaba huyendo porque no solo era un maldito cobarde, si no también porque tenia temor. Tenia miedo de volver a ese mismo lugar para darse cuenta que Naruto estaba muerto por la golpiza que le había dado. Por lo golpes que le había provocado. Estaba... estaba...
"Esperando un hijo mío"
Recordó aquel día que llegó del trabajo, hace unas semanas. Naruto le propuso comer afuera porque tenia algo importante que decirle.
—¡Sasuke! ¡Estoy embarazado!
Y lo feliz que le había hecho esa noticia, aunado al fuerte abrazo que se habían dado después de saber que serian padres. Lo mas maravilloso había pasado aquel día, porque después de un año de hacer tantos intentos para tener hijos, por fin lo habían logrado.
Inclino su cabeza y la dejo caer lentamente sobre la barra.
Y empezó a sollozar, de forma tan lastimera que causo cierta lastima en los presentes.
Pero nadie se acerco a preguntar que le pasaba, porque solo un desdichado sabria que era mejor no meterse en asuntos ajenos que no les incumbian a ellos.
O quizás, no deseaban ser blanco de su ira.
...
Minato, mas calmado después de recibir la terrible noticia de aquel suceso tan desgraciado, espero paciente hasta que el doctor saliera de la habitación en la que su hijo había sido trasladado hace unas horas.
En ese momento, su esposa ya estaba junto con él, esperando con la misma impaciencia alguna noticia sobre su hijo.
—¿Que pasó, Minato? — pregunto la pelirroja, enfundada en un grueso abrigo marrón. Se habia puesto cualquier prenda y había salido de casa corriendo para tomar el primer taxi que había encontrado. Sus ojos estaban rojos, acuosos y anegados en un sentimiento de tristeza infinita. —¿Que paso?… ¿Quien le hizo esto a nuestro hijo?
—No se que decirte, Kushina.
La verdad era esa. Ni él sabia como se habían dado las cosas. En parte no tenia fuerzas para ir a averiguar quien era el responsable de tan vil tragedia, y por otro lado, no quería separarse de Naruto.
Quería saber que al menos él estaría bien.
—¿Y Sasuke? ¿Donde esta él?
—No tengo idea. Cuando llegué no estaba.
Kushina tuvo un fugaz pensamiento que fue exteriorizado al momento de abrir los ojos como si pensara detenidamente en algo. Pero no fueron lo suficientemente duraderos de considerar cuando la puerta que estaba frente a ellos se abrió.
Los dos se levantaron de las sillas de plástico y fueron directamente al encuentro con el médico.
—Doctor ¿Como esta mi hijo?— pregunto angustiada la mujer. Minato se hizo la misma pregunta en silencio.
Para los doctores siempre es malo tener que dar una mala noticia. Era por eso que se tomo unos segundos, antes de contestar a la pregunta.
—Esta estable. Su condición fue muy desalentadora cuando llegó. Le hicimos varias transfusiones de sangre y por eso está aún débil. Sin embargo, ya esta fuera de peligro.
Esas palabras fueron un alivio inmenso para la pareja, pero no tanto para Minato, que aún pensaba en que el semblante del Doctor no era lo suficientemente alentador para decir que Naruto estaría bien. Tomando en cuenta lo de la perdida del bebe y los golpes y heridas de los cuales fue victima.
—Sin embargo, hay un problema con el joven.
—¿Que le pasa? ¿Es algo grave?—El rubio pregunto, apretando mas el abrazo que le daba a su esposa para transmitirle fuerzas.
—Trate de hablar con el. Le pregunté como estaba, pero parece ser que aún no puede hablar. —pauso un momento. Reflexiono un segundo, antes de decir la mala noticia. — Existe la posibilidad de que el joven haya perdido la memoria. Aunque, todavía eso no esta confirmado. Ya que no puede hablar, no eh podido hacer mucho.
Seria bueno para ambos padres que tomarán en cuenta la situación antes de entrar al cuarto para poder ver el estado en el que estaba el paciente.
El de gabacha blanca continuó:
— Acaba de despertar, por lo que ahora se halla un poco desorientado. —explico— Será mas complicado definir si se trata de perdida de memoria, o un simple retraso tardío de lo que le paso por el trauma. Así que entraran, preguntaran si él los reconoce. Y ya veremos que podemos hacer. ¿De acuerdo?
Ambos asintieron. La mujer se veía mas preocupada, ansiosa por poder ver a su pequeño, pero angustiada por la existente posibilidad de que su hijo no los recordara. Como madre se sentía culpable, por no haber protegido a Naruto. Por no haber estado cuando más lo necesitaba, aún si no fuera culpa suya. Una madre siempre se preocupa por sus criaturas.
Entonces, en un ultimo asentimiento, el doctor abrió la puerta, y los insto a que pasaran.
La pareja se miró un segundo a los ojos, como si pudieran comunicarse con la mirada y notaron, con cierto alivio, que cada uno daría lo mejor de si para ser fuertes ante la adversa escena que los aguardaba.
Lo que vieron...
... los destrozó.
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C O N T I N U A R A...