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ENGAÑO por Yelmar Doker

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Notas del capitulo:

Les comparto un nuevo capítulo. 

Muchas gracias por su apoyo y sus comentarios. 

Me dieron ganas de actualizar hoy :)

El texto es ligeramente mas largo. Ojala lo tomen en cuenta.                      

 

 

 

 

No olviden leer las notas finales.

 

 

 

Disfruten :)

ENGAÑO



IMPOSIBLE




By Yelmar Doker

 

 

 











Para ambos fue dificil y doloroso contemplar el cuerpo magullado de su pequeño y único hijo, que postrado en una cama, se rodeaba por varias maquinas que emitian toda clase de sonidos y luces intermitentes. Así mismo, la delgada bata azul que usaba y dejaba a la vista algunas vendas y curitas. Un cardenal del tamaño de su ojo adornaba la parte frontal de su cabeza, y su cabello, ahora oculto por una venda, creaba un sinuoso bulto.




Con ojos curiosos y sutilmente opacados por el desastre de su cuerpo, Naruto los veía a ambos en silencio, tratando inútilmente de articular las palabras que pugnaban por salir de su boca. Pero era dificil. La anestensia que aún circulaba por su sangre entorpecia su lengua, y el dolor articular de los músculos de su mandíbula era incómodo.



Naruto parpadeó, arriesgandose a sufrir un punzante dolor en la boca.



—Ellos.... —musito debilmente, aún no tenia las suficientes fuerzas para terminar una sencilla y corta frase. Pero los sedantes, por fortuna, ya estaban por terminar con sus efectos. — como... 



El galeno, al percatarse de que su paciente preguntaba por sus padres, decidió prudente acercarse al muchacho que descansaba en la cama. Y pensó que, los dos adultos a su derecha, estaban muy sorprendidos por el estado semiiconciente de su hijo.



—Veamos. —Se aclaró la garganta antes de proceder a las preguntas.— ¿Sabes quienes son ellos? —señaló a la mujer y al hombre.



El menor supo que se refería a las dos personas adultas que hace un momento habían entrado a la habitación. Achino sus ojos un momento, intentando identificar a las dos personas. Pero sus ojos no parecieron entreabrir un brillo de reconocimiento. Al contrario, de pronto se notaba distraído y desinteresado.



—N-no...



Kushina casi estuvo a punto de caer desfallecida por esa respuesta, si no hubiera sido gracias a los ágiles reflejos de su marido. Minato se apresuro a sostenerla por los hombros, antes de que sufriera algún desmayo.




El también estaba mal, muy mal. Primero con la tragedia que estuvo a punto de acabar con la vida de Naruto. Después con la pérdida del bebé, y ahora con las repercusiones de lo sucedido.



¿Que clase de monstruo le haría eso a su hijo? Naruto no tenia la culpa de nada. Era bueno, alegre, optimista y no se metia en problemas desde hace muchos años. ¿Porque entonces alguien le haría tanto daño si su hijo era un pan de dios? ¡Era injusto! Y totalmente reprochable que existiera ése tipo de personas.



Ésto era muy dificil para ellos. Pero tenían que ser fuertes, ya que Naruto los necesitaba de ahora en adelante.


—Tranquilos.— continuó el galeno, entendiendo de pronto que la familia estaba muy afectada. —En pocos casos la perdida de memoria es absoluta y definitiva. Es posible que empiece a recordar con el paso de los dias, talvez semanas. —pauso un momento— Lo mejor será llevarlo con un neurólogo para saber si sufrió algún daño cerebral. Por lo pronto, les dejare a solas con el joven. —se dispuso a retirarse, pero antes dio una recomendación. —: Solo díganle quienes son. No queremos que se altere si le sobrecargan de cosas que no recuerda.



Ellos asintieron, agradeciendo en silencio.



Cuando se vieron solos, los tres permanecieron en un silencio que apenas era salvarguado por los pitidos de la máquina. Naruto había perdido el interés en ambos adultos, y se entretenia mirando la puerta por la que el otro hombre había salido.




Pero no negaba que se sentía incomodo al estar acompañado por esos desconocidos.



A pesar de su amnesia temporal, sentía la necesidad de preguntarles quienes eran y porqué estaban allí, con él.



—Minato.—llamo Kushina a su esposo, sugiriendo mudamente a que el empezara con las presentaciones, puesto que ella estaba muy nerviosa para hacerlo. El rubio mayor entendió a lo que se refería, y rápidamente se irguio en su sitio.




—Si, es verdad. —asintio Minato, todavía nervioso e incomodo como ellos. Se limpió las sudadas manos en la parte delantera se su chaqueta. No sabia que debía decir, dado que la mirada azul de su hijo aparentaba ser la de un extraño. —Hola, ¿Como estas?



El rubio papardeo, y miró con desconfianza al hombre mayor por unos segundos, pero no contestó. Estaba cansado, mareado  y no tenia ganas de hablar con nadie.



La pelirroja mujer se sentó en un sillón que había frente a la cama, y se entretuvo mirando la escasa luz que entraba por las persianas de la ventana.



Naruto cambió de parecer. Por alguna razón que aún desconocia, le parecia que el silencio y la tensión que fluia en el aire eran demasiado incomodas para su gusto.



—Yo... ¿Ustedes... q-quienes son?—inquirio pausadamente.



Kushina y Minato se miraron entre si. Asintiendo al mismo tiempo, como si estuvieran poniendose de acuerdo en algo.



El rubio mayor suspiró, antes de responder.



—Yo soy Minato, tu padre. Y ella...—refiriendose a Kushina.  —...es tu madre. Somos tus padres.



—¿Q-que?



No. Eso era imposible. ¿Sus padres? ¿Que estaba pasando? ¿Porque ellos decían que eran sus padres? Trató de recordar algo, cualquier cosa. Pero una punzada en la cabeza frustro sus intentos. Prefirio no hacerlo, porque el dolor en la cabeza le empezó a marear.



—No... Yo... No lo recuerdo. No se... quienes...— trato de hablar, pero fue acallado por la mujer.




—No te esfuerces, Naruto. Todo esta bien. —sonrio. Viendolo con ternura— Tienes que estar tranquilo y relajado. El doctor dijo que estas fuera de peligro, por eso no vayas a asustarte. Somos tus padres y estamos contigo, ¿De acuerdo?



Todavía aturdido, desorientado y confundido, asintió para darle la razón.  Todo era muy confuso, se sentia como si no existiera, pero al mismo tiempo estaba alli, a lado de las personas que decian ser sus padres. ¿Cuan raro seria ahora? ¿Que le esperaba de ahora en adelante?




Entonces a su mente le llegó una pregunta aún mas importante que el hecho de no recordarlos a ellos.



—¿Que me... pa-só?



Si ellos eran su familia, seguramente sabian porque estaba allí, acostado en una cama de hospital y sin tener idea de quien era. Tenia tantas preguntas arremolinandose en su cabeza, tantas cosas que no podía recordar. En el fondo sentía miedo, mucho miedo.



Los ojos azules de Kushina se cristalizaron, y estuvieron a punto de soltar un par de lagrimas. Pero con todas las fuerzas de su alma, se abstuvo de derramar alguna.



—Primero recupérate, hijo. Tienes que estar fuerte y sano para salir de aqui. Te prometo que te diremos todo lo que sabemos, pero no ahora ¿Esta bien? —Naruto asintió, a duras penas. — Ahora, lo mejor sera que descanses. Mañana estarás mejor.



—Pero, yo quiero...saber...—pauso un instante al momento en el que sintió una punzada leve en el puente de la nariz. Respiró profundamente con suavidad para calmarse, y luego continuó, hablando a penas en un hilo de voz débil. — ... ¿Como... me llamo?



—Naruto...—respondio su padre de inmediato, invadido por un sentimiento de tristeza e impotencia. Y con mas seguridad dijo — : Te llamas Naruto Uzumaki.




"Naruto..."



Era un nombre raro desde su punto de vista.



De repente un mareo le obligó a cerrar lo ojos.



Los mayores pensaron que Naruto ya no podía permanecer despierto por mas tiempo. Así que solo esperaron hasta que su hijo se durmiera, ya que todo el trauma por el que había pasado debio ser muy fuerte como para suprimirle toda esa energia que se cargaba desde su infancia.



Y cuando sus parpados cedieron al cansancio y por fin se durmio,  Kushina se permitió llorar todo lo que no había podido en ese tiempo, siendo consolada por su marido, quien instintivamente le puso una mano en su cintura y permitió que recostara su cabeza en su hombro.



Podía, de alguna forma, sentir el dolor de Kushina.



—Minato... Esto es demasiado  ¿Porque... ? ¿Quien le hizo esto a nuestro hijo? ¿Porque...? —sollozó lastimeramente, tratando de no sonar muy escandalosa.



—No lo se, cariño— contestó cerca de su oreja, acariciando brevemente su largo y sedoso cabello rojo.— Pero no te preocupes...— dirreciono sus azules ojos a la figura que dormia, tan lastimada y herida que le provocaba llorar ahi mismo. Pero se trago ese sentimiento, y prefirió mantenerse firme y estoico frente a su esposa.  Su mirada se afiló aguda y gradualmente, poniendose serio de repente.— El que le hizo ésto, pagara...






...






Sasuke, apesar de su notoria ebriedad, pudo salir del bar tambaleandose y caminar en medio de la noche por las calles de la transitada ciudad. A veces se detenia para apoyarse contra una pared y vomitar una especie de liquido amarillento. El sabor de su boca era agrio y pastoso, lo que le provocó una inesperada  arcada, seguido de un violento espasmo.



Se dobló sobre si mismo y dejó salir todo el contenido de su estomago.



En su mano derecha llevaba su saco, y con la izquierda aferraba una botella negra con apenas unos tragos de sake.



Dado que la luz del día había desaparecido, a nadie que pasaba por allí le importaba cruzarse con un hombre aparentemente borracho, y con claras señales de haber participado en alguna pelea. Lo cual era cierto hasta cierto punto. Dado que fue hechado del bar a la fuerza por haberse negado al inicio.



Pero eso no tenia importancia.



El Uchiha detuvo su andar solo para beber un poco de sake. Al notar que el liquido no llegaba a su boca, frunció el entrecejo y fulminó a la botella con rencor.



—Malditaa seah... — tiró la botella al suelo, la cual se precipitó y fragmentó en pedazos en cuanto tocó el suelo. — Tod-do me ssale mhal...



Faltaban escasas horas para que amaneciera. Sabia con certeza que no le hacia bien beber toda la noche y arriesgarse a sufrir algún asalto por algún ladron callejero,  hundiendose en el licor por la rabia, por el coraje, por la furia que lo invadia contra si mismo, por ser tan cobarde y haber abandonado a Naruto cuando más lo necesitaba.




En ese momento un vago recuerdo le asaltó:







"—¡Oyeme, Teme! ¡Yo quiero comer Ramen!



—El doctor dijo que necesitas vitaminas. —replicó, ignorando el puchero que hacia Naruto. —Conformate con la ensalada, y come.



—¡Pero yo quiero Ramen! —lloriqueó, esta vez pateando la pata de la mesa. —¡Es injusto! ¡A los embarazados hay que cumplirles sus antojos!



—Solo los primeros meses. —argumento, poniendo mas vegetales en el plato del rubio. A lo que éste se puso pálido y asqueado. —Hazlo por el niño, Naruto.



—¡Esta bien! ¡Pero solo hasta que nazca!



—Hecho. —aceptó, sonriendo al ver como Naruto se llevaba una cuchara de verduras y legumbres a la boca. —Lo comeras todo.



—¡Eres malo! —lloriqueó, mientras seguía comiendo."

 




Ahora se arrepentia de no haber llamado a una ambulancia para que lo llevaran a un hospital y que intentaran, por lo menos, salvar su vida. Pero en vez de eso huyo como un miserable cobarde y lo dejó tirado allí.







"—Naruto, no levantes cosas pesadas. Puedes lastimarte. —regaño al rubio, quitandole la olla llena de agua hirviendo que había dejado en la estufa.



—¡No me trates como si fuera un invalido,Teme! ¡Yo puedo con ésto! —replicó molesto, al tiempo que se cruzaba los brazos sobre el pecho.



—El doctor dijo que nada de esfuerzos. Le hace daño al niño.



—¡Pero estoy aburrido teme! ¡Quiero distraerme con algo!



—Entonces ve a visitar a tus padres. Seguro que se alegran de verte. —sugirio, al tiempo que abria la alacena para sacar algunos ingredientes.



—¡Oye! ¿Y que tal si vamos al parque? —comentó, sonriendo con verdadera ilusion.



Sasuke volteó el rostro para verlo de arriba a abajo. La panza ya se le notaba algo abultada y su sola presencia hacia irradiar la cocina. Y se veía muy tierno con ese delantal naranja.



Volteo de nuevo para apagar la estufa.



—Después. En la tarde tengo un compromiso con unos clientes.



La cara del blondo cambió. Ahora llena de desilusión.



—Oh, de acuerdo. Entonces nos vemos en la noche. —Salió de la cocina, encaminandose a su dormitorio para cambiarse e ir a ver a sus padres.



En ese momento, Sasuke recibió un mensaje de texto:



"Hola, Sasuke-kun. Ya estoy en donde habiamos quedado. Espero que no tardes, tengo algo para ti.




Atte: Sakura. "



Miró el mensaje por unos breves segundos, y luego guardó su móvil en su bolsillo."

 

 





Su espalda se apoyó contra la pared de un callejon, se dejo caer  por la superficie fría y rasposa,  y finalmente se sentó sobre el sucio suelo,  solo para ponerse a llorar en silencio. Hundiendose mas en su profundo arrepentimiento.



—Perdón... perdóname, Naruto...—sollozó, abrazando sus piernas como lo haría un niño que se siente inseguro y solo. No le importaba mas la vida, no quería seguir viviendo. La persona que amaba podria estar muerta en ese momento. Y él solo quería cerrar los ojos, y pensar que todo eso era una pesadilla. Un maldito y aterrador  sueño, y que al despertar, su dobe estaría a un lado suyo sobre la cama  para poder abrazarlo, besarlo y amarlo como nunca antes.


"Ya es tarde"





¡Maldicion!



Quería golpearse a si mismo, y no volver a saber nada del mundo.






...







Cuando salió de su oficina, cerrando la puerta con llave, su secretaria apareció de la nada frente a él, con los ojos agigantados y el tenso gesto de un rostro preocupado.



—¡Señor! ¡A ocurrido algo! —Chillo la castaña, avispando los brazos freneticamente. Él se dio la vuelta enseguida  al oirla y verla tan desesperada, inmediatamente sintiendo un mal presentimiento.



—¿Que pasa?—pregunto a la mujer,  quien parecia doblemente shockeada por el terrible suceso. Vio que ella trataba de explicarse, pero las palabras salian atropelladas e  inentendibles. Al darse cuenta de ésto, no tardó en colocar una mano en su hombro para tratar de tranquilizarla. —Vamos, no te alteres. No te estoy entendiendo ¿Que fue lo que ocurrió?



—Llamó el señor Namikaze hace un rato...— profirio de forma rápida. Aparentemente el nudo de su garganta se deshacia— ... Naruto esta en el hospital...—su voz se quebro.— ... esta muy lastimado. Y... Y también...



—Santo cielo...—susurró sin poder creercelo. Su ceño se acentuo fuertemente y el pánico en sus facciones varoniles fué notablemente abrumadora. La noticia le heló los huesos.



—¿Él está bien?



Ella negó, ahora si soltando un par de lagrimas.



—Perdió a su bebe...




Perdió a su bebe. El bebe de Naruto... de Naruto... y de Sasuke...



Mierda. Su hermano muy seguramente se encontraria devastado, al igual que lo estarían los padres de su cuñado y el propio Naruto, que desde que lo conocio, supo que era una persona unica. Recordó muy bien que le hizo una visita hace una semana, y sin lugar a dudas, Naruto se veía muy feliz y emocionado por el bebé que iba a tener.



No quería ni imaginar lo que pasaría ahora que lo había perdido.



Tenía que ir de inmediato al hospital, era necesario estar acompañandolos y ayudar de alguna manera.



—Cancela todas mis juntas, Izumi.—ordeno, antes de darse la vuelta e ir casi corriendo al estacionamiento para subirse a su carro y llegar lo mas pronto posible al hospital.


Al momento en que Itachi se dio la vuelta, la chica abandonó su actuación rota y triste para limpiarse las lagrimas y acomodarse el cabello hacia atras. Llevó una mano a su cintura y  se alisó la falda de su uniforme.


Una leve sonrisa se dibujó en su boca.




—Ésto lo tiene que saber Sakura...


 

 

 





.

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C O N T I N U A R A...

Notas finales:

Hasta aquí. 

 

 

 

 

 

Ya tenia los capítulos 5 y 6 de este fic. Pero no me gusto como quedaron. Así que volveré a escribirlo (de hecho ya estoy en eso. Para quien esperaban un nuevo capítulo (ya pronto publicare la continuación). Aunque eso si, me tomare una semana aproximadamente.

 

 

 

Nuevamente Gracias a todas por su apoyo. Aunque he decidido no responder a los comentarios (por eso del Spam) creanme que cada crítica es buena y sinceramente repercute en el desarrollo del fic.

 

 

 

 

 

 

 

Nos leemos.

 

 

 

 

 

Y.D.

 

 


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