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ENGAÑO por Yelmar Doker

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Notas del capitulo:

Gracias por sus comentarios.

 

 

Aquí se revela la verdad de Sasuke, así que atentas chicas. 

 

 

Disfruten el Capítulo :)


ENGAÑO



VERDAD




By Yelmar Doker

 

 

 












—Estas loco.—masculló con su voz grave y masculina, claramente teñida de pura indignación. Sus cejas se fruncieron, al tiempo que una torcida sonrisa se formaba en sus labios. —No pienso hacerlo.



Su acompañante se encogió de hombros, como si la respuesta del moreno le importara poco o nada.



—No tienes opción. Si ella habla estas perdido. Corrijo. Estamos perdidos. —se incluyo a si mismo. No quería ser duro con Sasuke, pero la situación no daba para menos. —Sakura es una mujer linda. Al menos yo lo veo así. Ademas, no deberia de darte problemas. Se nota a leguas que siente algo por ti.



La carcajada que se le escapó acabó por eliminar la poca paciencia del Uchiha.



—¡Imbecil! ¡Estoy casado por si no te has dado cuenta!— rugió, poniendose de pie bruscamente. —No voy a hacerle eso a Naruto. Y menos ahora que recientemente hemos llegado de nuestro viaje.



Suigetsu no se intimidó ante el coraje ni la bravura de su amigo. Siempre que se trataba de "su esposo" reaccionaba de una forma mas violenta y antipática.



—Pero tienes que entender. Si tu secretaria renuncia, o en todo caso nos delata, estamos acabados. —hizo un avispamiento con la manos para señalar cada espacio de la oficina.—¡Mira todo esto! ¡Miralo bien! Todo esto que ves aquí lo conseguiste con tu propio esfuerzo. ¿Y todo para que? ¿Para que venga un viejo carcamán y te lo quite todo?



—¿Y que pretendes, eh? —rodeó el escritorio y se colocó justo en frente de Suigetsu. Lo miró fijamente a los ojos. Exhalando aire por la nariz, como un toro bravo a punto de embestir. —¿Que enamore a mi secretaria y la convierta en mi amante? ¿Que Naruto se entere y que se dañe la relacion que tenemos?



Cada palabra que salia de su boca tenia un tono severo de ironía. Era la verdad, despues de todo, pero al albino no le gustaba que le escupieran la verdad en la cara.



— Eres una de las personas mas inteligentes y astutas que conozco, Sasuke. —reconoció, utilizando ese tono serio que pocas veces se le escuchaba. — Pero lo vas a perder todo de todos modos si no haces nada para evitarlo. Incluso si tu esposo se entera.



Fue cuando los ojos de Uchiha demostraron un pequeño tinte de miedo. O más bien, preocupación.



Suigetsu continuo:



—Yo entiendo que sea dificil. Pero puedes mantenerlo en secreto, supongo yo. Nadie tiene porque enterarse. El problema aqui, es que no quieres arriesgarte, aún sabiendo que el final es inevitable.



Sasuke no objetó ni dijo nada. Qué caso tenia cuando la realidad era tan dura y cruel. Aún cuando quisiera negarlo, Suigetsu tenia razón.



Pero en sus miedos mas profundos estaba el perder a Naruto. No sabia como ni porque, pero siempre reaccionaba mal cuando se trataba de él. Lo quería mucho. No. Lo amababa con locura.



Eran una pareja de recién casados. Hace poco que regresaron de Europa, luego de haber pasado dos semanas en un lujoso hotel por su luna de miel.



¿Como podía serle infiel después de todo aquello?



—Te dejare solo, para que lo medites. —musitó, ligeramente ansioso por la decisión que tomaría su amigo. Ya que de eso dependía el futuro de la empresa. En parte, a el también le molestaba la idea, pero era la única, según su punto de vista.



El Uchiha se quedo allí, de pie. Quieto como un objeto inanimado. Meditando como le había sugerido Suigetsu. Contrariado ante la posibilidad de perderlo todo. Su empresa, sus bienes, sus cuentas... pero sobretodo, a Naruto.


Su corazon se apretujo de forma dolorosa ante el solo pensamiento.



¡No!



"Primero muerto antes que perderlo a él."



Hizo presion en la mandibula y mandó todos sus principios al diablo. En un lugar en donde no le causaran mas conflictos internos.



Primero, le habia costado horrores aceptar que sentia algo por Naruto. No fue facil para él reconocer sus sentimientos. Pero ahora... ¡estaba casado¡ y sentía que era con la persona más hermosa y especial que habia conocido jamas.



Segundo. Eran una bonita pareja. Todo el mundo lo decía. Ademas, el rubio no tenia porque enterarse. Tampoco iba a acostarse con Sakura. Y obviamente no seria una relación romantica ni mucho menos.



Así que eso no contaba como infidelidad, ¿Verdad?



No.



Su mirada se volvió decidida.




Fue en ese preciso momento que, sin darse cuenta, cayó en una vil trampa.




Empero, no lo sabria hasta mucho tiempo después.









Enojado, acorto la poca distancia que los separaba y le estampo un duro puñetazo en el centro de la cara. El hueso del tabique crujio ante el inesperado impacto, causando que el albino se llevara las manos a la zona afectada, mas específicamente a la nariz, al tiempo que soltaba un chillido de dolor.




—¡Mierda! ¿¡Que demonios pasa contigo!?



El moreno se contuvo de darle una patada en los testículos. Se alejo lo suficiente para no obedecer a sus impulsos.



Sus oscuros ojos revelaron la intensa rabia que le poseía. Parecia no importarle el dolor que seguramente estaría sintiendo el otro. Ni la sangre que caia a chorros sobre el piso alfombrado de la sala.



Caminó con pasos firmes hasta la puerta del baño y empujó, ansioso por darse un baño de agua fría. Sin embargo, el hijo de puta que se quedó en la sala le siguió con el enojo pintandole el rostro.



—¡Te estoy hablando, Sasuke! ¿¡Que se supone que significa esto!? ¡Me has roto la nariz, imbécil!




El mencionado se dio la vuelta para encararlo. No negaba que la imagen que ahora proyectaba Suigetsu le removia en algo su conciencia. No obstante, era lo que se merecia, por meterle absurdas ideas en la cabeza.



Y pareció que el albino se dio cuenta de que el moreno tenia más de una razón para estar enojado. Lo vio en sus ojos, en su rostro. Era como ver el retrato de un energúmeno bajo la tormenta mas tenebrosa.



Por eso se quedó callado. Y no dijo nada que terminara por cabrear al Uchiha.



—Dame ropa limpia. Saldre en cinco minutos. —fue la fria orden que dio Sasuke, antes de meterse en el baño, y cerrar la puerta con desmedida fuerza.



El albino permaneció un momento allí, pensado en las mil y un maneras que existían para que su amigo le partiera la nariz después de haberle recogido en su coche. Prácticamente haciendole un favor.



No se le ocurrió ninguna. Pocas veces había visto a Sasuke en aquel estado. Sin embargo, olía a alcohol. Y eso era lo mas preocupante.




Mientras tanto, Uchiha se quitó la ropa a una velocidad desesperada. Ni siquiera prendio los calentadores. Se metio en el pequeño cubículo de vidrio esmerilado y giro la llave de la regadera. El agua helada le cayó encima, haciendole dar un respingo por la fría temperatura del agua.




No le importo, sin embargo, permanecer cinco minutos bajo ese suplicio. Temblo involuntariamente, al tiempo que su mente se llenaba de pequeñas escenas vividas no hace mucho.








Como había afirmado Suigetsu. No fue dificil, pero si molesto, enamorar a Sakura. La chica únicamente le dejó en claro que no quería que mezclaran las relaciones de trabajo, con las de pareja. Y el estuvo de cuerdo. Sin embargo, nunca le mencionó que él ya estaba casado. Sino, talvez Sakura no habría accedido tan fácilmente.



—¿E-enserio quiere salir a tomar un café?— inquirió con cierta duda, y ruborizada como una colegiala de quince años. Sasuke le había invitado a salir, algo que jamas creyó sucederia.




—Si, a menos que tengas otros planes...—profirió sin mirarla a la cara, aparentemente mas concentrado en las estadisticas laborales del mes.



—¡Claro, si usted me lo pide! ¿A que hora mas o menos...? — se apresuró en aceptar, mas nerviosa que antes. El que su jefe le pidiera salir, significaba que algo sentía por ella... ¿no?



—A las ocho y media. Y si no te importa, me gustaría llevarte en mi coche.



—¡Por supuesto! ¡Yo... Así será!



Sasuke asintió, y le sonrió ligeramente. Una sonrisa que le robo el aliento.
¿Acaso estaba soñando? ¿En verdad Sasuke estaba tratando de ligar con ella? ¿Una simple estudiante de universidad que pagaba sus estudios con un sueldo de secretaria?



Correspondió a su sonrisa. Se dió media vuelta y cerró la puerta al marcharse. Todavía sonriendo como una boba.



Cuando la escuchó salir, Sasuke eliminó toda clase de gesto amable. Arrugo el entrecejo, al tiempo que mascullaba entre dientes.



—Maldito Suigetsu...







...






Ya aseado y vestido, se subió a un taxi en compañia de Hozuki. Una vez dentro, el albino le plantó cara y le fulmino con la mirada.



—¿Ahora si vas a explicarme que es lo que te pasa? —enarco una ceja, exigiendo una explicación convincente que justificara el puñetazo que recibió. Aunque aún sentía una ligera inflamación, se había tomado un par de analgésicos y la sangre había parado de brotar afortunadamente.



—Todo esto es tu culpa.



—¿Que? ¿Y de que soy culpable si se puede saber?



Uchiha se tragó el insulto que quizo soltarle. En cambió miró por la ventanilla, ignorando a los automóviles y a las personas que iban dentro de ellas. Mas concentrado en la manera de poder entrar al hospital sin que nadie se diera cuenta.



Suigetsu se molestó ante la falta de atención a su pregunta.



—¡Oye! ¿¡Quieres de una vez explicarme que esta pasando!?
Uchiha giró el rostro bruscamente.



—¿Que crees que paso? ¡Estoy jodido! Mi matrimonio se destruyó y todo es por tu maldita culpa. Tu idea estúpida de ser amante de Sakura para que se pusiera de nuestra parte fue un plan de porquería.



El albino parpadeo un par de veces, intentando procesar todas esas palabras. Mas o menos empezaba a entender el motivo al extraño comportamiento del moreno.



—¿Se enteró?



Sasuke resoplo:



—¿Tu que crees?



A ninguno de los dos les importó el tercer hombre que conducía el vehiculo. Era un hombre cualquiera, con un sueldo miserable, de todos modos.



—Pero... ¿Como se enteró? —inquirio, incrédulo.



—De eso precisamente quiero que te encargues. —pauso un momento, pensando en la mejor manera de vengarse de Sakura Haruno. — Sakura me engañó, Suigetsu. Teníamos un pacto de no decir nada a nadie, ¿Y sabes que hizo ella?



Suigetsu negó. No se imaginaba siquiera que pudo haber hecho la chica.



Uchiha prosiguió:



—Le mandó unas fotos a Naruto en donde ambos aparecemos como unos... amantes en celo.



Se quedó boquiabierto ante la respuesta. Ahora comprendía mejor el enojo de Sasuke. Esto suponía entonces que el joven matrimonio pendia de un hilo.



—¿Que te dijo entonces? —inquirio, refiriendose al Uzumaki, tratando de parecer calmado. Se dio cuenta que Sasuke ahora se sentía derrotado. Quizás arrepentido de haberse involucrado con su secretaria. Y claro, el se sentía igual o peor, por haberlo instado a hacerlo.




El azabache cerró los ojos, sintiendose incapaz de decirle lo que había sucedido después. Pero se tragó la vergüenza y el orgullo lo dejo a un lado.



—El... quizo dejarme. —hablo con voz queda, queriendo eliminar la molesta picazón que sentía en los ojos. —Discutimos. Yo... me enfade. Trate de razonar con el. Pero Naruto ya tenia lista las maletas... por eso yo... no se lo que me pasó...



Se cubrió los ojos con una mano, evitando a toda costa que las lagrimas traicioneras se le escaparan. Suigetsu le miraba atento. Casi presintiendo que Sasuke se romperia allí mismo.



Lo que fuera que iba a decirle, seguramente era algo grave. Muy grave.




—Naruto estaba determinado en irse... y yo no podía dejarlo ir... Me enfade, y... lo golpeé, pero... me arrepiento tanto... —La voz se le quebró y no pudo decir más.








...





—¿Como dijiste?



El mismo hombre oculto tras una máscara apretó con moderada fuerza el delicado cuello de la castaña. Ésta se quejó, tratando de apartarse de las garras del moreno.



—No fue... mi culpa... —habló pausadamente. — Yo no lo sabia, lo juro...



—¡Te dije específicamente que estuvieras al tanto de su salud! ¿Ahora que se supone que haremos, eh? ¡No recuerda absolutamente nada!



—Lo siento...



El moreno quiso matarla allí mismo. Por no haber hecho bien su trabajo, aún cuando tenia todos los beneficios.



—Eres una inútil. —susurro con desprecio muy cerca de su oído. —Mas te vale asegurarte de que recuerde o yo mismo voy y mato a tu querido Uchiha.



Los ojos de Izumi se abrieron llenos de terror. Dejo escapar un jadeo.



—¡No! ¡Por... favor! ¡A él no! —suplicó, desesperada, humillandose si era preciso.



El moreno la miro con desprecio. Viendo con gozo como la piel blanca se ponia azul, debido a la falta de aire.



Solo entonces la soltó. La chica cayó al suelo, tosiendo y respirando a trompicones.



—Tienes dos semanas, Izumi. —habló claro, firme y directo. —En caso de que Naruto no recuerde lo que pasó, asumiré que tu trabajo es ineficiente. —su voz se volvio mas fria.—Lo haré sufrir, querida. Lo mataré lentamente hasta que solo queden sus huesos. Y él sabrá que fue por tu culpa ¿Y sabes que pasara? Te odiara... y finalmente le cortaré la garganta.



Izumi lloraba en silencio. Murmuraba palabras como "no" "por favor" "no le hagas nada"



—Ahora limpiate esas lagrimas. Y ve hacer lo que te corresponde. —se dio media vuelta y se encamino hacia las escaleras, sin ningún tipo de compasión o remordimiento ante la muchacha que seguía llorando en el suelo.



Total, era su culpa por ser una inútil. Pero lo mismo le hubiera dado si hubiera sido uno de sus hombres. Incluso se habría desecho de ellos. Sin embargo, Izumi seguía siendo inmune de sospechas. Y claro, con ella podía conseguir mucha mas información. Solo por eso seguía con vida.



Empujo la puerta de su habitación, entrando y cerrando con forzada calma. Apoyo la espalda en la puerta, luchando contra el impulso de romper cada cosa que había allí.




Golpeó la pared con el puño cerrado.




—¡Estupido mocoso! ¿Siempre te sales con la tuya, eh? Pero ya vas a ver... —fijo su iracunda mirada en una fotografia que colgaba de una pared. En ella se mostraba a una familia en particular. Un hombre rubio, una pelirroja mujer y un adolescente. Los tres sonriendo frente a la cámara, como una familia feliz.




Familia.




Que tontería.





Se quitó la máscara con brusquedad, ya que le molestaba.



Un ojo era de color azul. Y el otro, completamente negro. Una retorcida sonrisa se le dibujo en el rostro. Era cruel y despiadada.





—Ya nos falta poco, hermanito...













C O N T I N U A R A...

Notas finales:

Gracias x leer :3

 

 

 

 

 

Espero que les haya gustado. Cualquier duda, no duden en comentar.

 

 

 

 

 

 

 

Bye ~

 

 

 

 

 

Y.D. 


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