Al llegar a casa yuri soltó un suspiro sentándose de golpe en el sofá, en unos minuto sintió una copa de coñac helada en su cien haciéndolo voltear su maestro había llegado antes que él y a la parecer acababa de salir de la ducha ya que solo tenía una toalla que envolvía su cintura.
-mal día guapo?- yuri se encogió los hombros para agarrar la copa y tomarla de un trago.
-bueno es normal para mi- alucard sonrió para besar los labios de su alumno para separarse mirándolo coquetamente.
-en un mes viajo a tokyo así que espero mejorar tus días hasta entonces- susurro traviesamente al oído del joven vampiro quien se mordió el labio traviesamente.
-entonces que esperamos hay que aprovechar lo más posible- se levantó del sofá para colocarse frente a su maestro quien lo atrajo lentamente por las caderas para besarlo lentamente mientras sus lenguas se entrelazaban entre ellas saboreando cada centímetro de sus bocas.
Con la velocidad vampírica en unos instantes estaban ambos en la cama alucard sobre yuri quien estaba completamente desnudo gracias a sus hábiles manos boca abajo con sus caderas alzadas para él, lo penetro de una estocada sacándole un grito de placer, su sexo siempre era rudo y lleno de un intenso placer, alucard arremetía contra las caderas de su amante nalgueando los redondos glúteos hasta dejarlos rojos provocándole olas de placer a yuri quien gemía descaradamente mientras se perdía en ese mar intenso de placer.
Alucard alzo a su amante del cuello para clavar sus colmillos en su hombro succionando ese néctar que le encantaba desde la primera vez que lo mordió provocándole a yuri un placer tan intenso que lo hizo venirse manchando las sabanas soltando un grito de placer junto al nombre de su maestro, alucard dejo de beber su sangre para cambiar de posiciones sin dejar su interior estrecho quien lo succionaba y apretaba de una manera deliciosa, era tan apretado que le costaba moverse aún pasaron años de estarlo haciendo y esa estreches se mantenía intacta como el primer día.
Las posiciones cambiaban sin bajar la intensidad de las envestidas las cuales eran violentas casi descomunales, la cama arremetía contra la pared casi quebrándose por la intensidad de la pasión de los amantes, si rompían esta sería la décima cama del mes pero que les importaba querían fundirse en un solo ser, sus labios se devoraban, sus manos acariciaban el cuerpo del otro con tal intensidad intentando volverse uno, mas mordidas y rasguños no paraban, al mismo tiempo que los obscenos sonidos de la pareja inundaban su casa como sus alrededores los cuales sus vecinos estaban acostumbrados a los gritos de la pareja y no fuera como si a esta le importara.
La noche era joven y ambos amantes la disfrutarían hasta el amanecer.
----mansión kuran----
Kaname se encontraba en la puerta esperando a su invitado y señor el cual no tardaría en llegar, las puertas se abrieron dejando ver a un hombre imponente de cabellera plateada, ojos celestes y una piel blanca entrar a la casa mirando indiferente la mansión.
-le doy la bienvenida a mi hogar mi rey-saludo kuran mirando a victor solo asentir.
-quiero descansar ya mañana hablamos de los preparativos para la fiesta- el peli borgoña asintió para llevar a su rey a la habitación la cual preparo para este y dirigirse a la propia viendo a su esposo leyendo un libro.
Zero había cambiado en esos años juntos, su cabellos era más largo llegándole a las caderas, su cuerpo se volvió más hermoso, aunque tuvieron percances en el pasado su amor era enorme.
-ya recibiste a la sandijuela?- kuran se rio por las palabras mordaces de su amado las cuales él amaba, se despojó de sus ropas para quedar en bóxer adentrándose a su cama.
-sí, pero debes contener un poco esa deliciosa y provocativa boca que tienes ya que si te escucha se molestara- zero bufo para recibir un beso apasionado de su esposo quien debía admitir lo adoraba.
-bueno será mejor que me calles con tus labios antes que me escuche no es verdad- ronroneo al sentir como la mano de su esposo se colaba por su pijama acariciando sus caderas.
-gustosamente lo are mi hermoso ángel- kaname se colocó sobre su esposo quitándole la estorbosa camisa para empezar a besarle el cuello lentamente para escuchar los suspiros de su amado los cuales lo volvían loco.
Fue quitando lentamente cada prenda hasta quedar desnudos, se colocó entre las piernas de su amado para poner penetrarlo cuando la puerta de su recamara se abrió, Zero en un rápido movimiento quito a su esposo de encima suyo para taparse viendo a su pequeño de 5 añitos entrar a su habitación.
-mami porque papa esta tirado en el suelo- pregunto inocentemente al ver a su padre tirado en el suelo con una cara de frustración.
-nada mi amor que haces aquí?-el pequeño de cabello borgoña y ojos amatista, de piel blanca y sonrisa inocente se acomodó en la cama de sus padres.
-puedo dormir hoy aquí?- pregunto mirándolo con ojos de cachorro, obvio kaname soltó un bufido para colocarse sus bóxer ya que sabía que su hijo era un experto manipulador cuando deseaba algo.
-claro amor- el pequeño chillo de felicidad abrazando a su madre quien miro a su esposo susurrando un “lo siento” y kaname nada mas soltó un suspiro para acomodarse en su campo abrazando a sus amores y caer dormido junto a ellos.