3 de enero de 2015
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La luz del lugar era escasa, siendo apenas visible la silueta de la mujer que se encontraba suspendida debido al amarre en sus muñecas.
Sus pies no llegaban a tocar el suelo, por más que estuviera moviéndose con desesperación en un intento de liberarse.
Por más que Zinni fuera la mayor del grupo al que pertenecía, mayormente era de las que más llegaban a temer, aunque siempre intentara no demostrarlo.
Pero esa situación le era demasiado espeluznante, sintiendo el sudor frio recorrer su nuca, mientras sus largos cabellos se pegaban a su rostro.
Un fuerte grito escapo de sus labios cuando la grulla a la que sus manos estaban sujetas se movió, haciendo que su cuerpo se sacudiera de manera brusca.
Las luces se encendieron, dejándole cegada por un momento, ya que su vista se había acostumbrado a las penumbras del lugar. Al poder enfocar bien se quedó callada.
Frente a ella estaba Kim Himchan sentado en una amplia silla, observándole como si fuera un nuevo juguete de colección.
— Sabes... Siempre me han gustado las mujeres mayores que yo. Digo, están llenas de experiencia. —Conforme el líder de Noir se levantó de su asiento fue que había comenzado a hablar, encaminándose hacía donde la chica estaba. Los dedos del hombre rozaron las largas piernas de su contraria, deteniendo una de estas al sujetarla por el tobillo en cuanto la mujer intento darle una patada— Lastima que no eres para nada femenina. —Con solo ese murmullo, Himchan dio un fuerte golpe al vientre de su mayor, haciendo que esta se quedara sin aire, dando un fuerte quejido.
— J-Juro que las pagaras, niñato. Hemos averiguado todo de ti. Las chicas al igual que CAP y Chunji te destruirán. —Una sonrisa se había formado en los labios de Zinni, aunque luego se borró al escuchar las risas de quien estaba frente a sí.
— Lo siento, pero debo avisarte que tengo a todas tus amigas en tus mismas circunstancias... Y referente a los dos idiotas esos... Lamentablemente ya están bajo el mar... Debo decir que lograron hacer que me enfade... Uno de esos imbéciles, hirió a uno de los míos. —Los ojos del jefe de la organización llegaron a notarse con una gran molestia, lo cual se intensifico al ver como la chica sonreía de nuevo.
— ¿Acaso tocaron a tu ''Jonguppie''? Tu gran títere, eh.
— Es tan divertido que las cámaras ya estén programadas para que empiecen a grabar cuando yo toque un botón. Así que puedes decir lo que quieras, nadie se enterara de esta conversación. —Burla. Eso era lo que podía notarse en el timbre de voz que el más alto utilizaba, acercándose a la chica para poder deslizar el dorso de su mano por la mejilla de esta— Vamos, descárgate, te hare bien~
— ¡Eres un maldito hijo de puta! ¡Solo has utilizado a todo tu equipo todo este tiempo! ¿Qué clase de líder eres? No eres más que un infeliz que utiliza a las personas. Estas utilizando a esas personas que confían ciegamente en ti. ¿Qué pasaría si Daehyun se entera que tú fuiste el que mando a golpear a su hermanita? ¿Qué diría Yongguk si se entera que su familia tuvo una crisis por tú culpa? ¿Qué pasaría si Jongup supiera que solo lo utilizas? Aunque estas utilizando un arma de doble filo, Kim Himchan, ese chico Jongup es peligroso e incluso tú lo sabes. Creo que Youngnam estaría muy decepcionado. —Zinni iba a seguir hablando, pero otro golpe en su vientre le hizo doblarse del dolor. Había tocado esa fibra sensible que el líder tenía.
— Tus labios nunca deberían mencionar ese nombre. Y sabes algo... Ya pasamos mucho tiempo hablando. Creo que podríamos hacer algo mucho más interesante.
La camara ubicada en una esquina del lugar tintilo con una luz roja, lo cual indico a la chica que había comenzado a grabar, aunque no tuvo tiempo de siquiera decir una palabra, ya que había comenzado a ser utilizada como un saco de boxeo.
Lagrimas se deslizaban por las mejillas de la chica, recibiendo los golpes sin poder evitarlo. Vientre, piernas, brazos e incluso rostro eran los lugares en donde los golpes eran dirigidos.
— Lo que más me ha molestado realmente, es que hayan creído ser capaces de engañarme. ¿Creyeron que ustedes, cinco niñas, podían burlar mi seguridad? Lo gracioso también es que Minsoo y Chanhee hayan creído ser capaces de engañarme. No tienes ni idea de cómo disfrute el dejar todas mis balas en ellos. Más en CAP, ese idiota se atrevió de tocar algo mío. Y sabes... Nunca me ha gustado compartir lo que me pertenece.
Con ayuda de ambas manos, Himchan pudo ir rompiendo cada prenda que cubría el cuerpo de la mujer, la cual intentaba por todos los medios evitar el toque de aquellos dedos por su piel.
— Tranquila, no me interesa tocarte... Aunque... Se dé a quienes si les gustaría recorrer tu cuerpo. Creo que es buen momento para que conozcas a unos amigos.
La sonrisa que el hombre de cabello oscuro daba hacía que Zinni no pudiera evitar temblar, negando con fuerza.
De nueva cuenta, la grulla se movió, esta vez dejando el ahora desnudo cuerpo en el suelo. Himchan aprovecho eso para acercar una silla, haciendo uso de su fuerza para colocar el delgado cuerpo en esta, atando sus tobillos a las patas del mueble, repitiendo el proceso con sus manos, lo cual fue más fácil al estar estas ya atadas.
Un líquido fue el que el cabecilla de Noir dejo caer en varias partes del cuerpo de la chica, humedeciendo más zonas como sus pechos, cuello, muslos e incluso la zona de su intimidad. Un chorro en particular fue puesto en la boca de la fémina, pudiendo esta identificar que se trataba de agua con azúcar.
Eso llego a extrañarle.
— Ahora si serás atractiva para ellos.
Ellos, ellos, ellos... ¿A qué se refería con ello?
Los ojos de la fémina se fijaron en un gran recipiente que era cubierto por una manta negra, la cual fue retirada de un solo tirón por el contrario.
Un fuerte chillido de terror fue el que la chica emitió al ver lo que se encontraba dentro de la gran pecera.
Cientos y cientos de enormes cucarachas.
Himchan se había colocado un par de guantes de latex en tanto sus ojos pasaban por los insectos que allí había. En días simples podía pasarse horas comparando a cada integrante de su organización con esas asquerosas cucarachas.
Metiendo la mano, el de apellido Kim pudo sacar una cucaracha particularmente grande, viendo como esta se movía en tanto se encaminaba hacia la chica, quien se movía en la silla con profundo terror.
— Oh, al parecer es una niña... Oh, me disculpo por no presentarte a mis amigos. Gromphadorhina Portentosa, mejor conocidas como Cucarachas gigantes de Madagascar. Son bastante inofensivas, a menos que estén con hambre y encuentren algo dulce... Espera... Si lo pienso bien... Hace dos semanas que no les he dado de comer... ¿Qué dices, preciosa?
Jinhee podía asegurar que el hombre frente a si estaba demente. ¿Cómo era posible que tuviera esos asquerosos insectos? ¡¿Como era posible que estuviera hablando con estos?!
En cuanto el insecto hizo contacto con la piel de su vientre, Zinni no pudo evitar gritar, sintiendo como el insecto se deslizaba por su cuerpo, pellizcando con sus ligeras mandíbulas en busca del agua dulce.
Los ojos de la mujer se abrieron en un terror puro cuando sintió que más insectos comenzaban a ser puestos en su cuerpo, no pudiendo evitar el temblar por el pánico. La gran fobia que tenía por esos bichos era algo que portaba desde joven. ¿Cómo era posible que el líder de Noir supiera de esta?
Podía sentir como las cucarachas se amontonaban en las zonas más húmedas de su piel, que era donde el menor había colocado más agua dulce.
Cuando sintió como las cucarachas comenzaban a subir por sus muslos comenzó a moverse con más brusquedad, aunque ni ello funcionaba, ya que cerrar las piernas le era imposible por el agarre del contrario. Un nuevo chorro de agua dulce fue puesto en su boca, cosa que los insectos comenzaron también a trepar por su cuello, subiendo por su rostro hasta su boca.
En un acto desesperado comenzó a morder a las cucarachas, escupiéndolas casi al instante. Luego de unos minutos comenzó a sentir como su boca se entumecía, escuchando las risas que el líder de Noir emitía.
Zinni solo podía intentar respirar, pero por un error de su cuerpo sus labios se separaron para tomar aire. Los insectos comenzaron a introducirse de nueva cuenta en la cavidad bucal en busca de más comida, pasando por la tráquea de la chica, impidiendo el paso del aire.
Himchan solo podía ver satisfecho como los espasmos de pánico recorrían el desnudo cuerpo mientras las cucarachas seguían abarcando cada centímetro de este.
Fue cuestión de unos largos minutos para que el cuerpo en la silla dejara de moverse, lo cual fue el indicativo de que la vida de esa chica se había esfumado.
¿Qué mejor forma de ahogar a una persona que con sus más grandes temores? Himchan había llevado eso a un extremo bastante macabro, pero se sentía conforme.
— Como te dije, ''noona'', el castigo por tocar algo mio es bastante alto... Ahora veré que tan bien la pasare con Trinity.