Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Caída libre por Otogi Rinkaku Nishimura

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

3 de enero de 2015


??:?? Am


 


— ¡¿Qué es esto?! ¡Suéltenme! —Si algo podía definir a Dahee, era el que nunca se quedaría callada cuando algo le molestaba. Y en ese momento, estar colgado boca abajo le molestaba demasiado, más por el hecho de que el dolor de cabeza se hacía ya insoportable— ¡Bájenme de aquí! ¡Con un carajo, Kim Himchan! ¡Juro que ventilare todos tus secretos! ¡Maldito homosexual de closet!


— ¿Con esa boca dices mamá y papá? —Cuando las luces se encendieron por completo, Dahee intento levantar un poco su cabeza de la posición en la que estaba, mirando con odio al hombre que estaba a unos pasos— Que yo sepa, las chicas deben ser delicadas y nunca decir malas palabras.


— Y que yo sepa, un hombre debe tratar bien a las chicas. ¡Ah! Es más, los hombres de verdad deberían aceptar cuando les calienta más un pene que una vagina. —La sonrisa de superioridad de la chica se borró al recibir un puñetazo en el rostro, escupiendo la sangre que se había formado en su boca, volviendo así a sonreír— Golpeas como niña.


— Deberías aprender a callarte. Al menos ya tus amigas guardan silencio. —Diciendo ello Himchan pudo disfrutar de su superioridad, ya que vio el rostro de ira que la chica tenía— Creo que me descargare más contigo. Lo siento, cariño, no es nada personal, solo... Simplemente no me caes bien.


— Al fin concordamos en algo, tú tampoco me caes bien.


 


La actitud retadora de la chica hizo que una chispa de diversión se formara en Himchan, quien hacía años que no encontraba a alguien que siquiera pudiera sostenerle la mirada.


Al principio solo se entretuvo dando fuertes golpes al cuerpo de la chica con ayuda de un bastón de acero, sonriendo de lado cada que veía como la blanca piel se volvía roja para luego volverse morada.


Por un momento llego a detenerse, teniendo en su cabeza un vago recuerdo de algo que su padre le había enseñado para prolongar más una tortura.


Dejando el bastón de lado pudo acercarse a la chica, colocándose a su espalda, rozando uno de sus dedos por la camiseta que colgaba por el torso impropio al estar de cabeza.


Fueron las manos atadas las que agarro, recibiendo como respuesta que el cuerpo adverso se removiera con furia. Tal como un dragón orgulloso que quería liberar sus llamas a su enemigo.


Del bolsillo de su pantalón logro sacar una pequeña caja, de la cual extrajo una aguja bastante alargada.


Dahee cerro sus ojos en tanto apretaba sus dientes con la mayor fuerza posible, intentando aguantar el incesante dolor que se extendía por toda su anatomía. Lagrimas se juntaban en los ojos de la fémina, pero esta se negaba a dejar que ese hombre presenciara su llanto de dolor.


Espeso liquido carmín era lo que ya pintaba los finos dedos de la mujer, quien sentía sus dígitos entumecidos del palpitante dolor, siendo ya imposible el ocultar sus exclamaciones de sufrimiento.


Era peor cuando Himchan decidía remojar las heridas en alcohol, haciendo que los lugares en donde había clavado la aguja ardieran como el infierno.


 


— ¿Qué te parece mi atención? Soy un buen anfitrión, ¿Verdad, Dahee?


— U-Un excelente a-anfitrión. R-Recuérdame de-dejar mi firma e-en el lib-libro de v-visitas. —Algo que no parecía quebrarse aún era el orgullo que la chica de cabello castaño tenía. En cierta parte, algo bastante admirable en esa situación— Y di-dile a tu n-noviecito que l-le enviare u-una postal en na-navidad. —El intento de reír de la chica se vio interrumpida cuando la aguja volvió a hacerse presente bajo sus uñas, esta vez clavándose con una brusquedad mayor.


— No me gusta que menciones a Jongup con esa voz de burla. No pienso dejar que lo hagas. —Mientras tenía parte de su atención en enterrar más profundo la aguja pudo guiar su otra mano a sujetar uno de los delgados dedos de su contrario—Para un hacker, los dedos son fundamentales, ¿Verdad?


— ¡Púdranse tú, tu novio, tus compañeros! ¡Que se pudra todo Noir! —Las palabras gritadas pudieron resonar por toda la habitación, haciendo cierto eco, el cual se vio apagado por el nuevo grito dado por la chica, todo por el intenso dolor que había sentido cuando Himchan quebró su dedo índice.


 


Uno por uno los dedos de la chica fueron quebrados, algunos más de dos veces por la simple diversión que el príncipe de Noir tenía ante los gritos.


El jefe de la organización se detuvo, pudiendo elevar su cabeza para ver hacía el techo.


Había creído sentir como una gota de agua caía sobre su nariz, cosa que le había desconcertado en un inicio, pero al recordar la ubicación del lugar en el que estaban no le era de extrañar.


Las bodegas abandonadas por Noir siempre serían algo peligroso incluso para los mismos integrantes.


Con ayuda de una navaja pudo cortar el amarre tanto de los brazos como de las piernas de Dahee, provocando que esta terminara de cara contra el sueño, aullando del dolor que le había provocado el impacto.


Moviendo una manija pudo hacer que el agua que se había guardado en algunas zonas del techo comenzase a caer, viendo como todo el suelo pasaba a estar lleno de líquido.


La fémina se arrastró con la poca fuerza que portaba, producto de haber estado de cabeza tanto tiempo, sintiendo como su cuerpo se mojaba hasta tener gran parte de su cuerpo empapado. Cuando intento buscar, al contrario, vio a este casi en la puerta de salida, dedicándole una sonrisa que hizo que la de cabello largo sintiera algo de adrenalina.


Dahee por más que fuera Hacker también había servido a las organizaciones en sus años de adolescente, sabía bien como se manejaban, que hacían para conseguir lo que querían.


Ella no pensaba darle nada a Himchan, así que no pensaba avanzar hacía este.


Con ayuda de una tijera oxidada que encontró pudo darse en la tarea de agarrar un par de cables, queriendo quitar las bandas protectoras para quedarse con lo importante.


 


— ¡¿Qué estás haciendo?! —Himchan había notado lo que estaba haciendo, así que se intentó adelantar para detenerle, pero antes de eso, vio como la chica señalaba sus pies. Al bajar su mirada, vio que sus pies se encontraban tocando parte del agua, mientras que el cable de la chica estaba cerca de esta— Me imagino que sabes que, si lo haces, tu morirás.


— Prefiero morir por mi voluntad que por un imbécil como tú... Me das pena, Kim Himchan. Realmente lamento lo que tu padre te ha hecho hacer en tu juventud, pero eso no justifica tus actos... Ahora... Espero verte pronto en el infierno.


 


Himchan logro hacerse hacía atrás a tiempo, saliendo del agua antes de que los cables se introdujeran en el agua.


El de cabello negro cerro sus ojos en un momento, ya que la luz del corto que se había formado lastimaba un poco su visión. Al volver a mirar hacia dentro, pudo ver una densa capa de humo, mientras que allí en el agua se notaba el cuerpo quemado de Dahee.


 


— Al final no me caías tan mal como creía... Algún día nos veremos, pero yo seré el que reine el infierno también.  


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).