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Day by Day por NamiShion

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Capítulo II
Double J

 

—¿A dónde vamos? —aquel día, en lugar de esperar a que el micro los recogiera para llevarlo de regreso a sus casas, SeokJin había insistido en que JungKook viniese con ellos a otro lugar. Se habían reunido con NamJoon, YoonGi y TaeHyung y, tras alrededor de una hora de viaje, se habían bajado del bus en las cercanías de Gangnam.

—¿Qué importa? Tú solo síguenos —como siempre, YoonGi no se mostró demasiado amable. Con el correr de los días había notado que no solo era así con él sino que también con los demás a pesar del tiempo que llevaban siendo amigos, el cual también desconocía.

—Hay una academia de danza por aquí a la que asisten dos amigos —explicó el mayor del grupo, ignorando al más bajo—. Normalmente venimos a verlos los martes ya que su horario concluye antes. Si tenemos algo de suerte, podremos ver el final de su clase de Hip Hop, es increíble, te gustará.

 

                Jin no se había quedado corto con su promesa. Faltaban diez minutos para que la clase acabara cuando llegaron a la academia de danza. No era la primera vez que los veían por allí, de modo que la recepcionista se limitó a saludarlos con un gesto de cabeza. La animada música y el sonido de los pies al golpear el suelo aceleraron el corazón de JungKook. Un enorme ventanal con las cortinas corridas les permitió observar la sincronización con la que, en el interior del aula, unos veinte o treinta chicos se movían. La precisión de movimientos dejó al chico con la boca abierta.

 

—Son buenos, ¿cierto? —inquirió NamJoon, divertido ante la perpleja expresión del castaño. De pronto, uno de los chicos del grupo se adelantó, deslizándose por el suelo, e inmediatamente se puso de pie, comenzando una complicada secuencia de pasos—. Ese es HoSeok, él y yo somos amigos hace tiempo. Su nombre artístico es J Hope.

 

                Un segundo chico salió de la masa de bailarines y, apoyando su mano en la espalda del J Hope, le pasó por arriba, realizando un giro al caer. Juntos empezaron a moverse a un ritmo intenso y sincronizado, que los demás apenas podían seguir. Lo que más sorprendía a JungKook era, sin embargo, la enorme sonrisa que ambos mostraban. Mientras que sus compañeros luchaban por mantener el ritmo y dejaban que el agotamiento se notara en sus rostros, los dos chicos bailaban con tal energía y determinación que parecía irreal. En algún punto, con tan solo verlos, JungKook había comenzado a dar pequeños saltos en las puntas de sus pies.

 

—JiMin está en buena forma, aún me cuesta creer que comenzó a estudiar aquí tres años después que HoSeok —aquella era la primera vez que el menor escuchaba a YoonGi decir algo favorable de alguien. Observó de reojo cómo el chico estaba completamente absorto en el espectáculo, incluso una sonrisa había aparecido en los labios. Esperaba que aquella sonrisa no desatara un nuevo diluvio universal.

—HoSeok dice que es un genio, aunque JiMin siempre lo niega. Es un desperdicio que no quiera ser idol, con su talento, creo que lo lograría —afirmó SeokJin.

—Es bueno saber que, a pesar de todo, tiene los pies en la tierra. Espero que no se le suba a la cabeza.

—Eso no pasará, déjenlo en paz.

—¿Y tú te encargarás de eso, YoonGi? —el tono de voz del más alto se había tornado burlón. Por primera vez desde que habían llegado, el aludido apartó los ojos de los bailarines para dedicarle una mirada letal.

—¿Tú qué crees, V?

 

                TaeHyung había estado tan callado que, por un instante, JungKook se había olvidado de su presencia. La música había terminado así que, mientras los bailarines estiraban, todos se giraron a ver al moreno, quien se había sentado en una banca cercana. Tan solo se limitó a encogerse de hombros, bajando luego su mirada. No era la primera ver que hacía aquello, cuando volvían a casa, él siempre miraba por la ventana, distanciándose de los otros, y cuando no había ventana por la cual mirar, se contentaba con el suelo o el techo según dónde estuvieran. No pasó desapercibido para el más joven cómo NamJoon y SeokJin cruzaban una mirada de preocupación, YoonGi se limitó a poner los ojos en blanco y darse vuelta.

                El barullo inundó el pasillo cuando los estudiantes comenzaron a salir. Aquellos a quienes esperaban fueron los últimos en abandonar el salón. El que NamJoon había señalado como J Hope parecía igual de rebosante de energía a pesar de que la clase había terminado, el segundo, JiMin, se mostraba más tranquilo; saludó a los demás con un movimiento de mano y, mostrando una tímida sonrisa, se limitó a situarse entre YoonGi y su compañero.

 

—¿Qué les ha parecido? Hemos comenzado a preparar las canciones para fin de año, ¡JiMinnie y yo tendremos un dueto! —exclamó, alzando los brazos hacia arriba. Antes de obtener algún tipo de respuesta, los ojos del bailarín se habían fijado en JungKook—. ¡Tú eres Kookie! —no era una pregunta. HoSeok se deslizó hasta quedar junto a él y le dio una palmada en el trasero que lo paralizó, causando algunas risas.

—No te preocupes, el siempre es así —se apresuró a decir SeokJin—. ¡Hobi, compórtate! No quiero que lo asustes desde el primer día, no querrá salir más con nosotros —aquel reproche no causó impacto alguno en el aludido, quien tan solo se echó a reír.

—Lo siento, lo siento, por favor no te asustes, es que me han hablado mucho de ti, la pequeña nueva incorporación a la familia —su brazo acabó por rodear los hombros del chico y, de un momento a otro, los cabellos de JungKook acabaron siendo un desastre—. Tienes mucha suerte, chico, es raro que Jin hyung muestre interés en los nuevos. Soy Jung HoSeok, el que no habla es Park JiMin, puedes decirle JiMinnie —el mencionado, que hasta el momento había estado manteniendo una conversación por lo bajo con YoonGi, levantó la mirada, avergonzado como si lo hubiesen atrapado con las manos en la masa.

—Es bueno conocerte al fin —secundó el chico, sonriendo una vez más.

—¿Podemos ir a tomar algo ya? Me siento como si fuera a morir —sin liberar a JungKook, HoSeok encaminó la marcha y los demás lo siguieron.

 

 

                Cuando el menor miró la hora, su corazón se detuvo por un instante. ¿¡En qué momento se había hecho tan tarde!? Fue SeokJin quien captó la mirada del chico y se puso de pie. Hacía rato que las pinceladas rojizas habían dado lugar a un cielo oscuro y estrellado, pero los chicos habían estado pasándosela tan bien que no se habían dado cuenta de ello. Al pensar en el largo viaje que tenían por delante hasta su casa, JungKook supo que no saldría bien parado; las once llamadas perdidas de su celular solo lo confirmaban.

 

—Será mejor que nosotros nos vayamos, no me gustaría que los padres de Kookie le prohibieran salir con nosotros.

—Es cierto, ya es bastante tarde —afirmó NamJoon, poniéndose de pie. Los chicos salieron de la cafetería en la que se encontraban—. Te acompaño hasta tu casa —dijo, echándole una mirada a J Hope.

—Gracias.

—De acuerdo, nos vemos mañana entonces —se despidió el mayor de todos.

 

El grupo se dispersó, hasta que solo quedaron dos de ellos. En lugar de marcharse, JiMin se giró para ver a YoonGi con curiosidad. El contrario no le devolvió la mirada, sus cabellos cubrían sus ojos. Sin decir palabra alguna, deslizó sus dedos entre los del menor y comenzó a caminar.

 

—¿Estás seguro? —inquirió JiMin, sorprendido.

—No voy a dejar que vuelvan a robarte —argumentó YoonGi.

—Gracias —dijo el menor tras unos segundos en silencio. Si bien su acompañante se perdió de la afectuosa sonrisa y del ligero rubor en sus mejillas, sí pudo percibir como el agarre cobraba mayor firmeza. JiMin correspondió al apretón.

 

 

                Ya sentados en el autobús, JungKook había llamado a su madre para advertirle de su retraso. La tensión en la voz de la mujer dijo todo lo que tenía que saber, debía prepararse para lo peor. Notó la mirada de SeokJin, pero decidió ignorarla, reposando la cabeza en el vidrio; el chico no hizo preguntas. Tardaron bastante en llegar, con cada minuto, el menor se sentía más y más nervioso. Finalmente, cuando el autobús se detuvo en su parada y los tres chicos bajaron, un silencio incómodo se había formado entre los dos amigos.

 

—Recuerda que tenemos que comenzar a leer la Ilíada para mañana —le recordó Jin.

—Sí. Gracias por todo, la pasé muy bien hoy —las lecturas eran el menor de los problemas de JungKook.

—Espero no haberte metido en problemas…

—Estaré bien, mi madre se preocupa demasiado, es un poco cargosa —explicó—. Nos vemos mañana.

 

                JungKook se alejó a paso rápido antes de que SeokJin pudiera responder. Tanto él como TaeHyung observaron cómo el chico comenzaba, tras unos instantes, a correr. SeokJin se sentía intranquilo, estaba claro que algo le pasaba al pequeño. Mordió su labio inferior con algo de fuerza.

 

—¿Crees que estará bien? —inquirió. Como esperaba, no obtuvo respuesta.

Notas finales:

¡Hola! Bienvenidos al segundo capítulo del fic. Espero que hayan disfrutado con la lectura, muchas gracias por seguir allí. ¿Les viene gustando hasta ahora? ¿Qué creen que sucederá con Kookie? ¿Dejará de mostrarse tan frío TaeHyung?

Muchas gracias a todos por sus comentarios, me dan muchos ánimos para seguir escribiendo. ¡Las críticas son siempre bien recibidas (siempre y cuando sean con respeto)!

Nos vemos en el próximo capítulo~
Nami,,


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