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Day by Day por NamiShion

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Capítulo VII

Planes

 

                Los exámenes llegarían pronto, algo que los profesores repetían cada vez que tenían la oportunidad. Como si la presión no fuera suficiente, con cada nueva clase, otro tema se añadía a aquellos que tendrían que estudiar. La compasión era cosa de la secundaria, ahora que eran lo suficientemente mayores, tendrían que luchar por lograr sus metas… Eso era lo que decían ellos, como si el sistema educativo les permitiera relajarse en algún momento de sus vidas.

 

—¡Hey! —la palmada en la espalda lo sobresaltó. JungKook ladeó el rostro para encontrarse con el sonriente rostro de SeokJin—. Pareces agotado, ¿cómo te encuentras?

—Agotado —respondió JungKook, encogiéndose de hombros con una sonrisa. Ninguno de sus amigos había mencionado lo sucedido en el hospital, había notado que TaeHyung lo miraba más de la cuenta, como si esperara que colapsara de un momento a otro, pero no lo había llevado a parte ni había hecho comentarios. Las cosas habían seguido como siempre.

—Ven, vamos a la cafetería por algo de comer. Los exámenes pueden llegar a sacar lo peor de cada uno, ¿no crees? Los chicos deben estar planeando el viaje.

—¿Viaje?

—Oh, ¿no lo mencionamos? Desde que empezamos a juntarnos, tenemos la costumbre de ir de vacaciones todos juntos. Cada año vamos a un sitio diferente, es una buena forma de liberarse del estrés de los exámenes. Creo que iremos a Jeju.

—Suena bien.

—Puedes venir si quieres, ¿hm? —el mayor palmeó la espalda del contrario una vez más, y luego lo rodeó por los hombros—. No, debes venir, eres parte del grupo ahora.

—No sé si pueda…

 

                El tono de voz del menor no pasó desapercibido para SeokJin, así como tampoco lo hizo el que bajara la mirada. Si bien no conocía todos los detalles, los chicos sabían que algo andaba mal en la familia de JungKook. Todos tenían sus problemas, pero los del menor parecían ser bastante urgentes. Había intentado sonsacarle información a TaeHyung, pero no había tenido mucho éxito. Los dos se habían vuelto bastante cercanos últimamente y, aunque ninguno hablara mucho, parecían cómodos en la compañía del otro.

                Mientras caminaban hacia el buffet, se planteó la situación. Ni él ni su compañero de piso estaban en una situación muy favorecedora, pero sabía que a YoonGi se le daban bien los exámenes; si lograba mantener a su padre contento con sus notas, quizás él pudiera interceder por JungKook, el señor Min era bastante imponente.

                Tal como Jin había anticipado, la mesa en donde sus amigos se encontraban estaba repleta de cosas. Un mapa de la isla turística ocupaba el centro de la misma pero también había hojas sueltas, cuadernos, distintas guías, entre otras cosas. Tras un saludo rápido, se desviaron a comprar algo para comer y, una vez que tuvieron sus sándwiches y sus bebidas, se unieron a los demás.

 

—Oye, YoonGi, ¿crees que tu padre podría hablar con el de Kookie para que pueda venir también? —el aludido les dedicó una larga mirada sin decir nada, mas acabó por asentir.

—Claro, no veo por qué no.

—No quiero ser una molestia —se apresuró a decir el castaño.

—No seas tonto, tienes que venir —lo cortó NamJoon. A pesar del tono demandante, al ver que todos asentían, JungKook no pudo más que sonreír.

—Está bien.

 

                La idea de escapar un par de días de su padre se le hacía maravilloso. Sabía que era egoísta, estaría dejando a su madre a la merced de aquel hombre pero, al mismo tiempo, le estaría dando un descanso; el hecho de que la mayoría de los golpes que la mujer recibía era por defenderlo no era desconocido para él. Pero sabía que primero debía enfrentarse a la difícil prueba de los exámenes.

                Con cada nueva semana era menos el tiempo que pasaba con sus amigos y más el que pasaba encerrado en su habitación leyendo, marcando y resumiendo. Su familia, consciente de su situación, le daba la paz necesaria. Su padre regresaba a altas horas del trabajo y la mayoría de las veces lo hacía borracho, por lo que era fácil eludirlo. Extrañaba pasar tiempo con los demás pero sabía que todos estaban en la misma situación a excepción de J-Hope quien, lamentablemente, debido a los golpes que había recibido, no podría presentar las coreografías que se esperaban de él; el reposo era su prioridad.

                Serían dos semanas muy intensas: para la primera debía repasar el análisis sintáctico y las declinaciones para Latín, conceptos en griego para Literatura Clásica y una guía de preguntas que el profesor les había dado en Introducción a la Literatura. Luego quedarían Literatura Medieval y Gramática, para la segunda semana y Taller de Corrección en la tercera. ¿Por qué negarlo? Era su primer bloque de exámenes en la universidad, estaba un poco asustado.

                El estrés crecía con cada día. SeokJin era el único con el que se cruzaba en los pasillos. El viaje en micro, que solía aprovechar para ponerse al día con él y con TaeHyung, ahora era empleado para acabar los pesados libros que entrarían en el examen. No podía pensar en nada más que ello, sus compañeros eran un espejo de los nervios que sentía. Por eso fue que, cuando la presencia del moreno afuera del aula desestabilizó su esquema habitual, se sorprendió.

 

—Kookie —de tanto escuchar a SeokJin, había acabado por acostumbrarse a aquel nombre. El aludido se giró a verlo, confundido, como si, en lugar de estudiar en la misma universidad, TaeHyung fuera un extranjero llegado del otro lado del mundo. No se molestó en decir más, lo tomó por el brazo y comenzó a caminar.

—¡E-espera! ¿A dónde vamos? Los exámenes comienzan el lunes y…

—No me importa —respondió, tajante—. Dile a tu madre que te quedarás hasta tarde repasando con un amigo.

—¿Qué?

—Anda.

—E-está bien —aún confundido, JungKook le envió un mensaje de texto a su madre. La respuesta con la confirmación no tardó en llegar, siempre y cuando llegara para cenar—. Ya, ¿puedes decirme qué sucede?

—Lo que sucede, JungKook, es que vamos a salir —dicho aquello, reanudó su andar, haciendo trastabillar al menor, quien lo miraba boquiabierto.

—Pero los exámenes…

—Tus ojeras me dicen que te estoy haciendo un favor. Podrás continuar estudiando por la noche si quieres pero, de momento, quiero que te despejes un poco, lo necesitas —al escuchar sus palabras, el menor no dijo nada—. Además… Si tengo que esperar dos semanas más antes de verte de nuevo, acabaré volviéndome loco.

 

                TaeHyung no se giró para ver la reacción del contrario a sus palabras. Si lo hubiese hecho, habría disfrutado de aquel rojizo color que se había instalado en sus mejillas.

 

 

—Así que el padre de YoonGi habló con el tuyo —se encontraban sentados en una cafetería con humeantes tazas de chocolate ante cada uno. JungKook había optado por una porción de pastel de fresas mientras que el mayor había elegido un sándwich tostado.

—Sí. En un principio se negó totalmente, sin embargo, acabó convenciéndolo. No sé cómo lo hizo, estaba seguro de que no podría ir… Aunque tengo que sacar buenas notas en los exámenes.

—Lo imaginé, pero estoy seguro de que te irá bien —el moreno sonrió al decir aquellas palabras. JungKook se había acostumbrado tanto a la fría apariencia que el moreno solía mostrar que pudo sentir claramente cómo su corazón se aceleraba. Asintió por el mero deseo de que aquella sonrisa no desapareciera.

—¿Cómo vas tú? ¿Te has preparado bien?

—Claro, aunque no lo parezca, soy buen estudiante. Mi abuela se esforzó mucho para que pudiera ingresar a la universidad y, al ser becado, el que me vaya mal en los exámenes no es una posibilidad —explicó.

—Oh, pensé que para tener una beca se necesitaba un trabajo.

—No es la gran cosa pero barro los pisos de una tienda de mascotas todas las noches. También me aseguro de que los animales que se encuentran allí tengan comida suficiente. El dueño es un viejo amigo de la familia así que no me presiona demasiado y sabe que cuando me ausento es porque he tenido una emergencia.

—Vaya, de verdad te gustan los animales, ¿cierto?

—Sí. Algún día me gustaría tener una casa con un enorme jardín. Me gustaría casarme, adoptar un hijo de ser posible. Tendría muchos perros.

—¿Vivirías en el campo?

—Sería agradable.

—Ya veo… Sí, creo que yo también lo haría. Me gustaría ser escritor algún día.

—Un lugar en el cual poder respirar te vendría bien, ¿cierto?

—Sí… —JungKook bajó la mirada, pero se apresuró a camuflar su desánimo comiendo una cucharada de pastel.

—Me gustaría que me acompañaras a un lugar cuando salgamos de aquí—aquellas palabras captaron la atención del contrario, que se limitó a asentir.

 

 

                El sol había comenzado a caer y hacía bastante frío cuando llegaron al cementerio. A pesar de que su acompañante se había detenido a comprar flores por el camino, su destino lo había tomado por sorpresa. Sabía que TaeHyung le tenía mucho cariño a su abuela, SeokJin le había dicho una vez que siempre iba solo a visitarla. Siguió al moreno hasta una pequeña lápida. A diferencia de varias de las que la rodeaban, era sencilla.

 

—Abuela… —TaeHyung fue quien interrumpió el silencio; eran las únicas personas allí, además del guardia de seguridad en la puerta del parque—. Creo que últimamente has estado un poco preocupada por mí, ¿verdad? Por eso quiero presentarte a alguien. Él es JungKook, es un nuevo amigo.

—Hm… Hola —el aludido no sabía qué decir, pero la melancólica mirada de su amigo lo llevó a adelantarse un paso más, quedando a su lado. Sin pensarlo demasiado, deslizó sus dedos entre los de TaeHyung—. Es un honor poder conocerla, soy Jeon JungKook, un amigo de su nieto.

—He estado un poco triste desde que te fuiste, pero JungKook me ayudó a darme cuenta de que no puedo seguir siendo una carga para mis amigos. Sé que has estado preocupada por mí, y por eso decidí seguir adelante, sin importar lo duro que sea, no puedo caer… —el menor jamás había visto a su amigo quebrarse, mas se giró a verlo al escuchar un sollozo. TaeHyung se arrodilló ante la tumba y, tras dejar las flores en el suelo, se inclinó y apoyó la frente sobre la fría piedra de la lápida—. Es solo que…, te echo tanto de menos…

 

                JungKook mordió su labio inferior. La pena que sentía al ver a TaeHyung llorar estrujaba su corazón. Aquel chico tan decidido, tan demandante, le estaba mostrando su lado frágil. El moreno se había convertido en una figura importante para él, por más que no dijera nada, siempre estaba allí, era quien velaba por su seguridad. Pero era humano, y él también necesitaba apoyarse en alguien. La incomodidad que había experimentado en un principio se esfumó. El castaño se arrodilló junto a su amigo y lo envolvió con sus brazos. Por una vez, los papeles se invirtieron. TaeHyung se aferró a él con fuerza y JungKook lo acurrucó contra su pecho. Sus falanges acariciaron los cabellos del chico al tiempo que lo mecía con suavidad. No le pidió que no llorara, lo dejó descargarse, contentándose con mantenerse a su lado. Pasaron varios minutos antes de que el llanto comenzara a calmarse.

 

—Gracias, por estar aquí —la voz del moreno sonaba ronca por el llanto.

—Gracias a ti por permitirme estar aquí —contestó JungKook, y besó la frente ajena antes de pararse, ayudando al mayor a hacerlo. Ambos miraron la tumba por un largo rato. Se había hecho de noche y hacía frío.

—Será mejor que nos marchemos, no quiero que te metas en problemas.

—De acuerdo, pero compremos un poco de té primero, no vaya a ser que te duela la garganta más tarde —una leve sonrisa se propagó por los labios de TaeHyung. Esta vez fue él quien se inclinó para besar la frente del menor.

 

                Se despidieron de la abuela de TaeHyung, prometiendo volver a visitarla cuando regresaran de su viaje, y juntos abandonaron el territorio de la muerte. El viento no era amable con ellos, pero sus manos, aferrada la una a la otra, los mantenían calientes.

Notas finales:

¡Un nuevo capítulo VKook!
Nuestros niños se van a vacacionar juntos. La verdad es que estuve investigando un poco acerca del sistema de educación en Corea y se me hizo bastante confuso. Siendo que esto es un fanfic, decidí hacer una adaptación del sistema educacional de acá porque prefieron escribir sobre lo que conozco. 
¡No crean que me olvidé de los demás! ¿Hm? Muy pronto va a haber cositas sobre ellos.

Como siempre, muchas gracias a todos por seguir allí, sobre todo a aquellos que dejan los comentarios que tanto me animan a seguir. Estuve sin anteojos un par de días y estar en la compu me daba mucho dolor de cabeza. Creía que no iba a poder subir capítulo esta semana pero no quería defraudarlos así que hice un esfuerzo.

¡Nos vemos la próxima!


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