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Segundas oportunidades por Ncox

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Notas del capitulo:

Yu gi oh no me pertenece.

Feliz día de las madres a sus madres xD (es mañana pero no importa) y a ustedes en caso de que lo sean, yo que sé xD

“Bakura, mañana tenía planeado ir de compras al supermercado ¿no quieres acompañarme? Podrás conocer más lugares de la ciudad y hará que no estés encerrado todo el día aquí, claro si quieres” preguntó cruzando sus manos hacia atrás esperando una respuesta.

“Mmm, sí ¿Por qué no?” y con esto se volteó para salir de la cocina “iré al parque, vuelvo al atardecer nos vemos” dijo antes de salir de la casa.

Ryou estaba feliz de que su yami aceptara salir con él, aunque fuera solo para ir comprar comida, Bakura le intrigaba mucho y quería conocerlo más, descubrir los misterios que se escondían detrás de esos ojos que cuando lo miraban sentía que le quemaban el alma con el fuego de un sentimiento que no sabía reconocer…o que solo trataba de ignorar el hecho de que si sabía cuál era ese sentimiento que no había querido comenzar a sentir y que estaba seguro de que jamás seria correspondido.

O eso era lo que creía.

 

“Bakura” Una suave voz penetró en sus oídos, pero quiso ignorarla.

“Bakura, despierta” Ahí estaba de nuevo, se le hacía conocida la voz, pero estaba tan dormido que no podía recordar quien era.

“Vamos Bakura despierta” y al fin logró recordar, era Ryou, pero ¿Qué era lo que quería?

“ngh, ¿Qué quieres?” Dijo con voz adormilada y sin abrir los ojos acomodando más su cara en la almohada pues como siempre, estaba durmiendo boca abajo y sintió que Ryou se sentaba en la cama junto a él.

“Ayer dijiste que me acompañarías a hacer las compras ¿recuerdas?” Dijo Ryou esperando que Bakura no se arrepintiera y le dijera que ya no quería ir con él.

“Sí, lo recuerdo” Dijo por fin abriendo los ojos, pero aun sin moverse.

“Si quieres ir debes levantarte ya” Dijo viendo a lo que, a su parecer, era una fascinante vista de Bakura descansando sin estar tenso como lucía normalmente, inconscientemente llevó una mano hasta la cara de su contraparte, dónde acomodó los rebeldes cabellos que caían en los ojos de su yami, al darse cuenta de lo que hizo, rápidamente alejo su mano para llevarla a su regazo y se sonrojó un poco esperando que Bakura no se enojara.

  Se había sorprendido de los actos de su luz, pero lo que más le sorprendía era que le había gustado el suave toque que recibió, le había gustado el sentimiento de cariño que había recibido, le había gustado sentir esa suave piel contra sus cabellos y piel y esto jamás lo admitiría “E-está bien, ya me voy a levantar” Se volvió en su espalda, se sentó y se estiro.

Al ver esto, Ryou se sonrojo más y volteo la mirada, Bakura un gran cuerpo como en el pasado debido a su ya pasada condición, pero estaba volviendo a recuperar el cuerpo con el cual regresó, sus músculos se notaban cuando se tensaban mucho y esta no era la excepción “Y-yo te esperare abajo, no tardes mucho” Se levanto aún sin volver la mirada y salió de la habitación.

Bakura se levantó, fue por su ropa y se fue a bañar. Salió después de 5 minutos, iba a cepillarse el cabello pero no encontró la crema para el cabello que Ryou le había dado la vez que quiso cepillarse el cabello por primera vez y lo termino enredando más, cuando Ryou lo vio le dijo que no podía cepillarse el cabello con mucha fuerza porque solo terminaría dañándolo y que debía usar una crema especial antes para que fuera más sencillo y terminó por cepillarle el cabello a Bakura, lo cual lo había hecho sonrojarse un poco pero Ryou jamás se dio cuenta y desde entonces usaba esa crema, pero supuso que a Ryou ya se le había gastado la suya y que tomó prestada la de él.

Fue al cuarto de Ryou buscarla pensando que este no estaría en la habitación porque la puerta estaba abierta, pero cuando entro lo primero que vio fueros los glúteos de Ryou ya que este estaba apoyado en su escritorio viendo por la ventana, sus cejas se levantaron de la impresión ante la vista, nunca había notado lo tan bien dotado que estaba su hikari por detrás, estaba como hipnotizado, tragó en seco y apretó la mandíbula, sus cejas ya no eran lo único que tenía levantado, Ryou se apoyó en el otro pie y Bakura inclinó la cabeza hacia el lado que Ryou se había inclinado y su quijada cayó un poco, sintió presión en la entre pierna y aún tan hipnotizado como estaba bajó lentamente la mirada para ver que era y entonces noto el bulto entre sus piernas, parpadeo y entonces su cerebro se volvió a conectar y dejó de pensar con la cabeza que no era, una ligera sombra rosa apareció en el puente de su nariz, nunca le había pasado eso con alguien por eso estaba avergonzado, pero se trató de convencer diciendo que se debía a que su cuerpo estaba en la adolescencia de nuevo y que era por eso que se había puesto así, se tapó aquello y tocó la puerta que estaba a su derecha.

Ryou se volvió y vio a Bakura ahí parado en la entrada con los ojos viendo quien sabe que cosa en el suelo y con la cara un poco colorada, pero Ryou no estaba muy seguro de esto último, así que se acercó y preguntó “¿Ya estás listo Bakura?”

Levantó la mirada y lo vio acercarse mientras lo veía con esas dos esmeraldas, se puso nervioso, sabía que no era buena idea mantener la mira con Ryou porque, de manera extraña se perdía en sus ojos como le había ocurrido ya antes “N-no, yo vine por…” Estaba luchando por no perderse. Ryou lo miró confundido al oírlo tartamudear e inclinó la cabeza y eso empeoró las cosas, porque su mente quedó en blanco “pooor…emm”

¿PORQUE SE ESTABA COMPORTANDO DE MANERA TAN ESTUPIDA? SOLO TENÍA QUE DECIRLE QUE VENÍA POR SU CREMA PARA EL CABELLO, eso es, al fin lo recordó, venía por la crema para el cabello.

“Venía a preguntarte si tenías mi crema para el cabello” Por fin había salido del hechizo que le provocaba ese chico.

“¿eh? Oh! Sí, yo la tengo, lo siento es que la mía se acabó y tomé prestada la tuya, pero olvidé devolverla” Al perecer Bakura no era el único hechizado.

“Amm, está bien, estaré listo en un momento” y se fue a su habitación nuevamente.

Después de otros 5 minutos los dos estaban saliendo de la casa rumbo al supermercado, no hablaron en todo el camino más el viaje no fue incomodo, Bakura veía los grandes edificios que nunca había visto, pues nunca había ido a esa parte de la ciudad, aunque por la poca información que recordaba de lo que sabía Zork, aún podía recordar algunas partes de la ciudad y otras cosas sobre este mundo moderno.

Cuando llegaron Ryou fue por un carrito para la compra mientras Bakura lo esperaba en la entrada y cuando volvió comenzaron con las compras.

“Veamos” Dijo Ryou con lista en mano “Necesitamos arroz, azúcar, pan y leche, el arroz, azúcar y pan están en el mismo pasillo ¿puedes ir a buscar la leche Bakura?” Volteo para ver al otro y este asintió con la cabeza y antes de irse Ryou le preguntó “¿Sabes cuál es la que usamos?”

Se lo pensó un poco y dijo “Es una de caja azul con una vaca al frente ¿no?” dijo levantando una ceja.

“Sí, es esa” Dijo sonriendo y con gracia por la descripción de Bakura, el mencionado se dio la vuelta y se fue en su búsqueda mientras Ryou iba por lo demás.

Cuando encontró a Ryou le entregó la leche “Muchas gracias Bakura, ¿ahora podrías ir por unos tomates?” Nuevamente Bakura se dio la vuelta y se fue a buscar lo pedido y entonces Ryou notó que Bakura llevaba escondido en una de sus bolsas traseras una barra de chocolate, que en realidad no estaba tan escondido pues se podía ver un poco la envoltura, el ladrón había entrado en acción, pero Ryou no dejaría que se saliera con la suya, se fue tras él y de un rápido movimiento metió su mano en el bolsillo de Bakura y sacó el chocolate.

Por otro lado, Bakura, al sentir que alguien le tocaba esa parte del cuerpo inclinó sus caderas hacia delante para alejar sus glúteos del maldito que se había atrevido a tocarlo de esa manera, se volvió furioso, pero antes de siquiera abrir la boca para decir algo, se encontró con la mirada seria de Ryou quien lo veía con una ceja arqueada, tenía una mano cruzada en el pecho y la otra se apoyaba en esta y sostenía el chocolate que había robado a la altura de su cara, todo esto mientras se apoyaba en su pie derecho.

Bakura tragó en seco por segunda vez en el día estaba esperando ser regañado por el niño que lo había descubierto, pero este nunca cambió de expresión, solo se volvió y echo el chocolate en el carrito de compras y siguió con lo suyo, Bakura seguía ahí sin entender, pero recordó que tenía que ir a traer los tomates así que también se fue.

Ryou llevaba una sonrisa en el rosto, había sido divertido molestar a su oscuridad.

Y hablando del rey de Roma…Venía con un kilo de tomates en mano, se los dio a su hikari sin verlo a la cara, parecía que estaba avergonzado por haber sido descubierto en su “gran robo” y con esto de dirigieron a pagar en la caja, en ella Bakura tomó las bolsas mientras Ryou terminaba de pagar, tal vez este es un modo de disculpa había pensado el peliblanco más pequeño.

Cuando llegaron a la casa Bakura fue a dejar las bolsas en la cocina y disponía a irse a su cuarto cuando Ryou lo llamó “Bakura (se voltea) ten, olvidaste esto” y le entrega el chocolate que “había robado”. Bakura mira el chocolate y luego levanta la mirada al otro peliblanco “La próxima vez que quiera algo, solo pídemelo, ya no tienes necesidad de robar, por eso ahora vives conmigo” le dijo con una pequeña sonrisa, Bakura no respondió, solo se volteo y se fue.

Pasadas las horas después de eso, Ryou se fue a su cuarto donde se disponía a acostarse cuando vio algo en su mesita de noche, era el chocolate que Bakura quiso robar o al menos era la mitad del chocolate que estaba en el envoltorio, Bakura lo había partido por la mitad para dársela a él, definitivamente su yami era un mar de sorpresas.

 


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