- ¿K-kura? ¿Vendrás conmigo a la casa de Marik? – El mencionado levantó una ceja blanca y preguntó: - ¿Para qué? – Ryou comenzó a servir la comida de ambos y respondió: - Bueno, para celebrar nuestros cumpleaños nos reunimos en casa de alguno y jugamos toda clase de juegos y vemos películas y todas esas cosas, sé que no te agradan mucho, pero… - No había terminado de hablar cuando miró a Bakura asentir mientras masticaba su comida; - ¿Aceptas ir? – el mayor volvió a asentir; - ¿No vas a poner peros? -está vez el peliblanco más grande negó; - ¡Genial! ¡Gracias Kura! – Dijo Ryou sonriendo con los ojos cerrados e inclinando un poco la cabeza, Bakura lo miro por unos segundos, pero bajó la mirada cuando sintió sonrojarse un poco.
La puerta se abrió, dejando ver al residente pelicenizo, quien sonrió de inmediato al ver a sus dos amigos peliblancos fuera de su casa, dejándolos entrar de inmediato, solo para que después el resto se dedicó a saludar y felicitar felizmente al albino menor, mientras el oji carmesí se mantenía al margen de la situación ocultando sus ya mencionados ojos tras una gafas oscuras que combinaban con su pantalón negro y camisa de botones negra que llevaba abierta, llevando debajo de esta una camisa a rayas e indirectamente con el igualmente mente negro, pantalón de Ryou y su suéter a rayas cafés claras y oscuras. N/A:
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Iba a comenzar a dirigirse hacia el sofá para esperar que el ajetreo pasara cuando Marik, al fin notando “los demás accesorios” en la cara de Bakura, un poco alarmado preguntó: - ¡Bakura! ¡¿qué te pasó en la cara?! – el pelicenizo lo tomó del cuello de la camisa y jaló de él para sus rostros quedaran a centímetros, algo que no le agradó nada al mismo peliblanco como a Kiram, quien miraba ahora con los ojos entre cerrados y el ceñó fruncido; - ¡Suéltame! ¡¿qué te importa?! –
- ¡Oye! ¡me preocupo por ti! – Dijo Marik ante la arrogancia y apatía del ex ladrón; - ¡¿Y quien te lo pidió?! – A los demás les bajó una gota de sudor mientras venían discutir a los egipcios: - ¡No le hables así ladrón idiota! – ahora Kiram se había metido en la discusión, Ryou estaba seguro de que, si no fuera por las gafas que le había prestado a su yami, los pares de ojos lavanda y carmesí estarían echando chispas entre sí; - Lo que ocurre es que… a Bakura … le intentaron robar… ¡sí! Y se peleó con los asaltantes, que le lograron pegar un poco, ya saben lo orgulloso que puede ser, por eso no quiere hablarlo – Explicó el oji esmeralda poniendo cada mano en el pecho de los egipcios más separándolos los suficiente el uno del otro; - Claro… eso pasó – dijo el peliblanco más grande comenzando a redirigirse al sofá.
Después de que se calmaran las aguas todos volvieron a sus lugares y todo continuó con normalidad, hasta que el timbre volvió a sonar, por lo que Marik fue a abrir la puerta; - Entrega para la señorita Ishtar – dijo un joven cartero de unos 18 años que traía una carretilla de carga con unas 5 cajas medianamente grandes. N/A:
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- Dame un momento, le diré que venga – Dijo Marik, dejando la puerta abierta mientras iba por su hermana al segundo piso de la casa, después de unos segundos ambos hermanos bajaron, Marik volviendo con sus amigos e Ishizu encargándose de su correo; - ¿Se- señorita Ishtar? – Preguntó nervioso el joven cartero; - Así es, ¿estas son todas las cajas que llegaron? – El cartero solo asintió tontamente con la boca entreabierta y sin quitarle la mirada a la pelinegra; - Bien, puedes ponerlo aquí - el cartero entró con todas cajas y las dejó a un lado de puerta y abrió la primera de las cajas para mostrarle su contenido a la mujer, Bakura quien sin poder ocultar su curiosidad estuvo viendo todo desde el sofá, arrodillado en el cojín de este y con los brazos cruzados y apoyado en respaldar de este, de pie al lado del sofá y Bakura, estaba Marik, quien veía molesto al cartero encantado con su hermana; - ¿Cómo se atreve a mirarla así tan descaradamente? – dijo con enfado muy notable es su voz; - No lo culpo – Respondió simplemente el oji carmesí, haciendo que un par de ojos amatistas y otro esmeralda lo miraran con enfado;- ¡Ni se te ocurra ladrón!- Dijo en voz baja el peli cenizo dándole un golpe en la cabeza, ganando un gruñido como respuesta; - ¡claro que no! ¡solo fue un…cumplido!
- ¿Po-podría firmar esto…se-señorita? – pidió el cartero, dándole una forma a Ishizu quien comenzó a firmar en los lugares pedidos, para Ryou se le hacía muy gracioso la curiosidad infantil que su yami podía tener y más ahora cuando una de las cajas fue abierta; - ¡WOO! ¡Eso es un casco romano! ¡hacía milenios que no veía uno! – Dijo Bakura saltando del sofá y tomando uno de los dos cascos en sus manos, parecía nuevo, como el paso del tiempo no lo hubiera afectado en lo absoluto. N/A:
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- Sí, efectivamente es uno, después de todo el imperio romano también fue una parte importante de la historia de Egipto, así que abriremos una pequeña zona que hablara de esa parte de la historia con varios objetos romanos encontrados en Egipto – Explicó la oji azul con algo de desinterés al ex ladrón mientras le entregaba la forma al cartero y este se retiraba de la casa; - ¡Pero si parece nuevo! – Ahora Kiram también se había acercado curioso, tomando el otro casco en sus manos; - Mandé esos dos a restaurar sus colores, mientras los demás permanecen tal y como se encontraron, a pesar del tiempo aún conservan su gran resistencia a los golpes – Kiram y Bakura al escuchar esto se miraron el uno al otro y sonrieron maliciosamente.
Ishizu revisaba el contenido de las otras cajas cuando…; - ¡AAAAAAAAH! – Todos voltearon la mirada a los dos yamis de donde provenían los poderosos y graves gritos de… ¿“guerra”? ambos corrían desde una esquina de la casa en dirección al otro y justo en el centro de la sala de estar sus cabezas protegidas por los cascos chocaron, deteniéndolos en seco y produciendo un sonido metálico en el proceso; - ¡Sacos de musculo sin cerebro! ¡¿qué están haciendo?! ¡a pesar de su resistencia, son piezas muy delicadas! – ahora ambos estaban inclinados agarrando sus cabezas aún protegidas, el silencio reinaba hasta que la risa tonta de Kiram se escuchó; - Je…je…je..jejejejeje – Levantó un poco la cabeza y señaló a Bakura; - Jejeje…eres un romano con estilo… jejeje – Ahora fue el turno del otro yami de levantar un poco la cabeza y reír tontamente también; - Jejejeje… ya entendí…jejeje… lo dices por las gafas… jejeje – Ambos se enderezaron y siguieron con sus risas tontas hasta que sus conciencias terminaban de desvanecerse y cayeran desmayados en el suelo; - Un romano que se desmaya con estilo – agregó Joey desde el sofá.
Bakura abrió los ojos, viendo todo en un tono más oscuro, recordando las gafas que llevaba puestas, se sentó frotando la parte frontal de su cabeza, notando que el casco que llevaba ya no estaba allí; - ¿Kura? ¿estás bien? – el mencionado volteó su rostro hacia la derecha, dónde estaba Ryou viéndolo con algo de preocupación; - Sí, por supuesto
- Arrg, me duele la cabeza ¿Qué pasó? – Kiram había despertado y también se frotaba la frente; - Se desmayaron después de su estupidez, tienen suerte de que los cascos estén intactos o a ti te haría pagarlo ahora mismo – Dijo Ishizu en tono enfadado y señalando a Bakura; - Y a ti, te haría buscar trabajo para que me lo pagues también – esta vez señalo a Kiram, quien solo sonrió arrogantemente y se cruzó de brazos; - ¿así? ¡oblígame! – la egipcia entrecerró los ojos y respondió: - Tengo mis maneras para lograr sacar lo que quiera de ti – miró a Marik por unos momentos y luego le devolvió la mirada, cuando Kiram entendió, también entrecerró los ojos; - No te atreverías – Ishizu se cruzó de brazos y volvió a responder: - No sabes de lo que soy capaz– Por segunda vez en el día, otra pelea de miradas comenzó, esta vez entre un par amatista y otro de Zafiros.
Mientras todos miraban la pelea, Bakura notó una caja cerca suyo y estirándose un poco y sin levantarse, la atrajo hacia él, la abrió para después sacar un desgastado libro, también lo abrió y para su sorpresa a diferencia de los cascos, el libro era egipcio, era un libro de conjuros y hechizos, pero la mayoría no podía leerse por completo debido al desgaste en las hojas, algunas paginas estaban borrosas, a otras les faltaban pedazos de páginas, otras estaban dañadas por lo que parecía haber sido agua o algún líquido, pero a pesar del desgaste pudo encontrar un hechizo completo, uno que realmente le llamó la atención poderosamente.
Todos dejaron de mirar la pelea de furiosas miradas cuando la profunda voz de Bakura se escuchó en una lengua extraña; -
qad yaeud alqadim li
“Lo viejo puede volver a mí”
alzilal ymkn 'an tartafie fawq li
“Las sombras pueden elevarse sobre mí”
we eindama yasqut Ra
“Y cuando Rá caiga”
ma aljadid yati li
“Lo nuevo vuelve a mi”
N/A: ¿qué les pareció mi hechizo prron? Yo lo inventé, pero como español nada que ver, lo puse en el traductor de san Google en árabe y debajo de la traducción que no se entiende ni gaver, te pone como se pronuncia y eso es lo que puse como “egipcio antiguo” ya verán lo que las palabras significan.
- Oh no… - Dijo Ishizu con los ojos muy abiertos; - Creo que no funciona, tal vez no está completo… -comentó Bakura al no notar ningún cambio, pero cuando su mano derecha quiso soltar el libro para pasar de página no pudo, por más que lo intentaba con ambas manos, ninguna soltaba el libro, una fuerza poderosa se lo impedía y fue cuando comenzó. Una niebla morada salió del libro, girando alrededor de los brazos del yami mientras subía y otra parte bajaba por el resto de su cuerpo siempre girando a su alrededor hasta que lo cubrió por completo, todos se alejaron sin saber lo que ocurría, hasta que la niebla comenzó a girar en dirección contraria, regresando al libro.
Ryou amplio sus ojos al máximo con lo que vio, la camisa de botones negra de Bakura había sido remplazada por un túnica roja, su camisa a rayas, por otra especie de túnica más delgada con capucha y más corta sin mangas de color beige que se abría dejando ver su esculpido pecho y abdomen bronceado, su pantalón negro fue remplazado con una falda azul oscuro que era asegurada a su cintura junto a la túnica beige con un especie de cinturón de tela igualmente azul oscuro que se estaba en un nudo que dejaba caer las tiras sobrantes, su pelo largo y salvaje, ahora era más corto, pero igual o más salvaje y un poco más agrisado, su cicatriz antes visible solo a muy corta distancia, ahora era visible a cualquier distancia, sus bronceados parpados se abrieron, dejando ver los profundos ojos amatistas, en conclusión, había recuperado su antiguo cuerpo. N/A: Sé que no es necesario poner una imagen, pero puede que alguien que nuevo en el mundo de Yu Gi Oh no sepa cómo se ve en realidad
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Esmeraldas y amatistas no se desviaron ni un solo instante mientras el ex ladrón se ponía de pie frente a Ryou, quien no se había movido allí, haciendo notar la diferencia de estaturas de una cabeza a favor del yami, cuando antes era una diferencia de una frente nada más; - ¿Qué pasa Hikari? ¿el gato te comió la lengua? – Preguntó burlonamente Bakura con voz mucho más grave y profunda de la que tenía en su otro cuerpo, el peliblanco menor se sonrojó un poco cuando bajó su mirada al pecho de su contraparte, notando que era más robusto y sus músculos estaban mucho más definidos, algo que realmente era sorprendente, pues los músculos de Bakura en su otro cuerpo ya eran muy bien definidos y lo suficientemente duros, se avergonzaba con el pensamiento de que tan duros llegaban a ser ahora en este cuerpo, especialmente los de los brazos, Ryou sacudió levemente la cabeza cuando se dio cuenta de que aún no quitaba sus ojos del pecho descubierto de su oscuro; - E-ese es t-tu antiguo cuerpo ¿c-cierto? – Bakura solo respondió dando una arrogante sonrisa; - N-no estás p-poseído de nuevo ¿verdad? –
- Claro que no – Respondió el oji amatista elevando un poco la voz sin dejar de sonreír y agarrando su túnica roja estirándola un poco para acomodarla, pero al hacer esto, grandes cantidades de objetos cayeron de ella, entre ellos: monedas de oro, collares de diferentes piedras preciosas o solo as piedras preciosas, objetos de plata…etc. N/A:
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- Con que por eso que estaba un poco pesada, había olvidado que tenía eso allí… ¡Huy! ¡mi cuchillo! - Todos los demás miraban aún más sorprendidos que antes, no solo por la transformación de Bakura, sino también por todo el oro y joyas ante sus ojos; - Si vez algo que te guste, puedes tomarlo Ryou – Dijo Bakura mientras miraba su chuchillo a contra luz y con un ojo cerrado; - Todo es robado ¿no es así? – el peliblanco mayor asintió aún en lo suyo; - entonces no tomaré nada – rechazó amablemente el oji esmeralda; - ¡¿QUEE?!- Todos estaban sorprendidos ante el rechazo de tal oferta, incluso el mismo ex ladrón dejó de apreciar su cuchillo para mirar a su luz; - ¿por qué no? – Ryou lo miró a los ojos y respondió: - No lo sé, supongo que no me parece justo gastar en mi algo que le fue arrebatado a alguien más, aunque haya pasado tanto tiempo – Bakura frunció el ceño y dijo: - A veces eres un poco raro ¿sabías? – su contraparte de luz se rio un poco de esto encogiéndose de hombros por un instante; - Supongo que lo conservaré todo yo, después de todo fue fruto de mi “trabajo” como ladrón – agregó Bakura sonriendo, Kiram olfateo un poco el aire y dijo con una mueca: - ¿Qué huele tan mal? -
- ¡oh lo siento señor duchas diarias! ¡pero en Egipto no había agua suficiente como para desperdiciarla bañándote todos los días! – Respondió un poco enfadado todos se quejaron al conocer de donde provenía el olor intenso a sudor, carne, humo (seguramente de las fogatas) y un ligero toque de sangre seca; - Entonces revierte el hechizo – dijo el yami peli cenizo; - No puedo hacer ¿no escuchaste el hechizo? “y cuando Rá caiga, lo nuevo vuelve a mí” El hechizo no se revertirá hasta que el sol caiga y se oculte – explicó Bakura como si fuera lo más obvio del planeta –
- Entonces ve a bañarte al patio con la manguera – Dijo Marik con voz nasal al estar tapando su nariz del olor; - ¡No soy perro! – replicó el oji amatista más grande con el ceño fruncido y enojo en su voz; -No, pero hasta ellos huelen mejor… - Dijo Tristán en voz baja, pero aún así fue escuchado por el peliblanco; - ¡¿Qué dijiste idiota?! – Preguntó Bakura con más enojo y el puño frente a su cara; - ¡Está bien! ¡está bien! ¡puedes ir a bañarte en nuestro baño! ¡solo apúrate! – Habló Ishizu con un poco de desesperación en su voz. Bakura se dirigió al segundo piso con el ceño fruncido en busca del baño de la casa Ishtar; - Tendremos que desinfectar todo el baño más tarde Marik- Habló con desdén la oji zafiro, haciendo que una gota de sudor bajara por el lado de la cabeza del mencionado, quien con los ojos cerrados, asintió tristemente.