- ¡Valla que sabes cocinar muchacho! Estuvo delicioso, gracias – felicitó el peli azul cuando terminó de comer;- soy un experto con la carne – dijo Bakura de brazos cruzados, ojos cerrado y una sonrisa de lado; -y con la arrogancia también – dijo Ryou de manera burlona, a lo que su padre rio ligeramente y el peli blanco mayor abrió los ojos para mirarlo con ojos entrecerrados, recibiendo como respuesta una suave sonrisa de Ryou, quien inclinó un poco la cabeza y cerró los ojos, mientras que los propios del ex ladrón se abrieron ligeramente, más no por mucho, pues desvió la mirada, “rayos, ¿por qué tiene que ser tan lindo en momentos como este?”.
- Por cierto, Ryou, ya estas en tu último año de colegio, ¿ya pensaste que quieres estudiar o a que universidad ir? – Preguntó interesado Steven, a lo que Bakura también puso atención, no le había preguntado sobre eso antes y no veía a su hikari interesado por las clases que recibía en el colegio, “no lo sé, tal vez… ¿algo con la literatura? Le gusta mucho leer”; - pues, quisiera estudiar en la universidad Tokio, no quisiera irme de aquí y…bueno lo he pensado mucho y me di cuenta de que realmente me gustaría ayudar a personas con sus problemas emocionales o psicológicos, ayudarles con sus traumas, así que me inclino por la psicología padre, quisiera ser psicólogo en un futuro-explicó con ojos brillantes el albino menor, a lo que el oji café y carmesí miraron con algo de sorpresa ante la inesperada profesión; - eso es muy bueno Ryou, tan noble como siempre, siempre te esfuerzas mucho, estoy seguro que entraras a la universidad que quieres y a la carrera que quieres – apoyó el mayor en la cocina, a lo que Ryou agradeció con una sonrisa.
- ¿Y tu Bakura? ¿también ya pensaste que quieres y donde estudiar? Imagino que continuaras con la mecánica ¿o me equivoco? – preguntó de nuevo el peli azul; -a bueno… yo… me gusta trabajar de mecánico, pero… me apasiona más d-dibujar, quisiera ser i-ilustrador profesional…- Ryou noto que su yami no le daba la mirada su padre por mucho tiempo, además del titubeo poco común en su prácticamente siempre confiada voz, “¿está avergonzado?” se preguntó extrañado el oji verde, “¿ilustrador? ¿andar dibujando como si fueras un niño? ¡eso no es un trabajo!” esos eran los angustiosos pensamientos en la mente de Bakura sobre lo que seguramente diría el padre de su novio; -trabajo difícil chico, pero ¿Quién soy yo para refutar trabajos difíciles? La arqueología no es un trabajo sencillo, estoy seguro de que todo es posible y que con la suficiente preparación tendrás un buen empleo, solo esfuérzate lo más que puedas – sorprendido por la reacción inesperada, Bakura solo asintió levemente al mayor en agradecimiento.
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- ¿Dormirás con Ryou en ausencia enano? – preguntó Bakura acostado del anterior mencionado mientras acariciaba a Khepera acostado también a su lado; -lastimosamente, creo que sí -dijo sin muchas ganas el oji esmeralda, apartando la mirada de su libro, siendo el yami el acariciado ahora en su melena blanca, por lo que le dio la mirada a su mitad más ligera, quien lucía un poco pensativo; - ¿Qué te está atormentando? – preguntó Bakura con el ceño fruncido; -no…yo no…- balbuceo Ryou, a lo que el mayor elevó una ceja, haciéndolo rendirse en un suspiro; -bien yo… bueno…eh estado pensando lo que dijiste hoy-
- ¿Lo de ser ilustrador? – interrogó el albino mayor, a lo que su contrario negó con la cabeza; - no…sobre que… no teníamos suficiente tiempo… me estuve preguntando si lo decías enserio – explicó Ryou quitándose las gafas, poniéndolas sobre la tapa del libro y sin devolver la mirada.
- B-buen yo…no puedo negar que en ese momento s-si quería pero… también lo pensé durante el día y llegué a la conclusión de que, bueno, si no podía controlarme a mi mismo cuando me lo pedías, significa que aún no estoy listo…incluso… me da cierto temor de solo pensar en que hubiera pasado si no me hubieras detenido, me da temor saber que en estos momentos podríamos ya haber tenido nuestra primera vez de una manera en la que no esperábamos, ¿lo habría hecho bien?, ¿te habría lastimado?, ¿te habría gustado?, ¿me habría gustado? – Bakura cerró los ojos y sacudió la cabeza ligeramente para dejar de imaginar; - no estoy listo, aún no puedo, solo dejé que mis instintos me controlaran, quiero que todo salga lo mejor posible, no quiero que un error arruine todo - explicó el oji carmesí, lo que le dio calma a Ryou, los pensamientos de que iba a ser presionado desparecieron de su mente.
- Será mejor que me valla a acostar antes de que me quede dormido aquí -Ryou estaba seguro de Bakura había dicho eso en un ronroneo debido a sus caricias en el cabello de este “sería un león, no un gato, un gran león albino, después de todo, los leones son reyes y él de cierta manera es uno”;-Sí, no estoy de acuerdo, pero hay que hacerlo – dijo el oji esmeralda apartando su mano de la cabeza del mayor, quien se elevó y se puso de rodillas en la cama para estirar sus brazos hacia arriba, a lo que el hikari aprovechó para darle una “estocada” en el costado con un dedo, por lo que el oji carmesí se contrajo para cubrirse, haciendo reír a su contraparte ligera; - no empieces una guerra que no puedes ganar- “amenazó” Bakura, logrando que Ryou arqueara una ceja; -¿Quién dijo que no puedo ganarle señor arrogancia? –
- sabes que es verdad niño – dijo el ex ladrón poniendo sus manos a los lados de la cadera de su hikari y acercando el rostro a él con ojos entrecerrados con mirada retadora; -puedo ganarte sin siquiera usar mis manos – acercó también el rostro el menor con la misma mirada; - ¿así? ¿y como piensas hacer… ¡mgh!? – la pregunta del mayor fue interrumpida por los suaves labios del otro que lo habían atrapado en un pequeño y tierno beso, sus ensanchados ojos fueron cerrándose poco a poco hasta dejarse llevar y corresponder, “siempre pone cara de tonto” ;- ríndete- dijo suavemente Ryou cuando se alejó un poco del otro, quien abrió ligeramente los ojos para mirarlo y asintió perdido mientras volvía a acercarse en busca de otro beso, pero sus labios fueron detenidos por un dedo; -así es como te gano sin usar mis manos Sansón, solo usando tu debilidad – dijo de manera algo burlona el oji verde, lo que le hizo volver en sí a su contraparte de ojos rojos, frunciendo el ceño y ladeando la cabeza, más no por mucho, pues volvió a mirarlo y a acercarse;- cállate, no digas nada- Ryou solo rio ligeramente mientras tomaba entre sus manos las mejillas de Bakura y terminaba de acercarlo.
El menor juntó sus frentes después de unos minutos, a lo que el yami respondió empujando ligeramente su nariz contra la otra pidiendo otro beso; -no, ya debes irte- obtuvo un gruñido frustrado como respuesta; -solo uno más, el último, el de las buenas noches – Ryou accedió a dárselo y luego se separó y puso las manos sobre su pecho empujándolo suavemente;- ahora vete- a regañadientes Bakura se levantó y le dio las buenas noches antes de salir, pero justo antes de cerrar la puerta la abrió rápidamente y como un rayo fue y le robó un beso al otro albino; -¡ladrón! – gritó en voz baja Ryou tirándole una almohada, más Bakura se cubrió con la puerta riendo, antes de asomarse de nuevo y tirarle un beso con la mano para después cerrar la puerta, mientras que Ryou solo rodó los ojos sonriendo y se acostó dándole la espalda a la puerta, quedándose dormido minutos después con esa ligera sonrisa aún en sus labios.
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Las cosas salieron bien el resto de esa y la siguiente semana, pero las muestras de afecto y tiempo juntos se había reducido notoriamente para los albinos y eso ya estaba saldando cuentas.
- Bakura es la última vez que te pido que prestes atención y dejes el cabello de Ryou en paz, no entiendo que es lo que te ha estado ocurriendo estos días – dijo la profesora de historia, dando su última advertencia y volteándose de nuevo para escribir. Como dijo a profesora, él había estado distraído los últimos días, distraído pensando en el hombre que estaba sentado frente a él, dándole caricias en los hombros, cabello, espalda, brazos y nuca, esas que no podía darle en casa, pues ni siquiera podía tocarlo con el mínimo afecto por miedo a ser descubiertos, ya no podía soportar no poder besarlo, abrazarlo o mostrarle el mínimo afecto y en el colegio estaban prohibidas las escenas amorosas y bla bla bla, tener a su novio al lado y no poder tocarlo, definitivamente estaba en agonía.
- Ryou, hazme el favor de cambiar de lugar con tu compañera Saori – el mencionado se sonrojó ligeramente; -p-pero ¿por qué yo? No estoy haciendo nada – la profesora suspiró y explicó: - lo sé, pero el hecho de tu sola presencia distrae a Bakura y se que si se lo pido a él no me va a obedecer, así que por favor Ryou- el oji verde suspiro y se levantó para tomar sus cosas; - ¡No no! ¡está bien, voy a prestar atención! – dijo Bakura envolviendo sus brazos alrededor del pecho de su hikari y lo jaló hacia abajo para que se sentara de nuevo, ganándose una mirada de enojo por parte de su contraparte y profesora, quien se volteó molesta; - ¿Qué ocurre contigo? – preguntó también molesto Ryou mirándolo de reojo, mientras quitaba bruscamente las manos de su yami de su cuerpo, quien se encogió un poco en su lugar y apoyó su mentón en la palma de su mano.
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- ¡suéltame! ¡¿qué te pasa?! – preguntó molesto Ryou tratando se zafarse del agarre de Bakura en su mano, quien lo arrastraba por los pasillos y lo llevó hasta la parte más lejana en los terrenos del colegio, un cedro enorme, que era utilizado por los brabucones para reunirse, pero la sola presencia de Bakura les hacía saber que debían marcharse; - ¡bien, basta Bakura! ¡ya estas acabando con la poca paciencia que me queda y si no quieres que…! -Ryou fue interrumpido cuando el oji carmesí lo empujó contra el árbol y lo atrapó con un beso necesitado; - ya no lo soporto… no puedo estar un segundo más… sin besarte… tocarte… abrazarte… o tomar tu mano… en cualquier lugar que estemos…si no puedo en casa… tendré que hacerlo aquí… aunque no los lo permitan…- explicó Bakura entre besos, entrelazando una mano con la de su contrario y con la otra acarició la mejilla de este.
Ryou dejó de resistirse al entender a su contraparte, “con que eso era lo que lo tenía tan ansioso, no creí que le fuera a afectar, al menos no tanto”. Se separaron cuando el aire se comenzó a acabar y el oji carmesí los guio a sentarse y se sentó entre las piernas del menor de espaldas a él, apoyando la suya contra el pecho del hikari, quien rodeó la cintura del ex ladrón se miraron a los ojos; -tomemos todos los días este receso para nosotros o voy a volverme loco – el oji verde asintió levemente con una suave sonrisa; -eres adorable- el mayor se acercó de nuevo; - cállate – dijo en un gruñido antes de volver a besarlo; - sal conmigo… el sábado… en la tarde,… sé que… hay que estudiar… para los exámenes,… pero… un día… no nos hará daño – Ryou solo asintió entre el beso.
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- Padre ¿no te molesta si salimos un rato? – preguntó Ryou a un lado del sofá dónde estaba su padre viendo la televisión; -no para nada, adelante – respondió Steven, a lo que Ryou sonrió; -gracias padre – agradeció el oji esmeralda antes de retirarse a su habitación dónde lo esperaba Bakura acostado hasta el borde de la cama apoyando sus pies en el suelo con sus pesadas botas, pantalón negro y camisa manga larga vino con mangas negras. N/:A https
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-No hay problema, vámonos – Bakura se sentó y asintió, levantándose para salir.
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5:30 pm
“tal vez debería ir a visitar el centro de la ciudad, debe haber cambiado en este tiempo” pensó Steven mientras apagaba la televisión y se levantaba. “Definitivamente ese edificio no estaba allí” se dijo a si mismo el peli azul cuando caminaba por el parque, miró hacia la izquierda cuando un rayo blanco paso por su reojo.
- ¡vuelve aquí! – “¿Bakura?” el mencionado parecía enojado y corría, corría de tras de “¿Ryou?”, de inmediato fue tras ellos “¿Qué pasó?”; - ¡detente ahora! – volvió a gritar el peliblanco mayor; - ¡no! – respondió el oji esmeralda mientras doblaba a la derecha y se adentraba a la parte boscosa del parque, siendo seguido por Bakura y su padre en secreto, quien se detuvo tras un árbol para mirar cuando el oji carmesí alcanzó a su hijo; - ¡No! – gritó Ryou mientras Bakura lo tomaba de la cintura y lo alzaba, lo que lo hizo reír, “¿qué está…”;- jajaja, ¡basta! – el ex ladrón bajó al menor y le dio la vuelta para besarlo, siendo devuelto con otra risa y caricias en el rostro. Ojos cafés se ensancharon de inmediato, “¡¿pero qué…?!”