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El príncipe y sus caballeros por 1827love

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Notas del capitulo:

Hola gente hermosa aquí les dejo el siguiente capitulo, espero les guste. Si tienen alguna duda por favor dejen un comentario. Sin mas los dejó.

- shishishishi El jefe va a enojarse cuando vea esto shishishi- el rubio con corona observaba a los guardias escoltando a los intrusos que sacaban de la habitación del omega.
- Voooiii!!!!! Bel, ve a vigilar en tu puesto. No se supone que tienes que cuidar al nuevo?!!!- Squalo intento golpear a Bel pero el príncipe esquivó todos sus golpes con gracia y facilidad.
- la rana se fue a la fiesta con el jefe, además no tengo que cuidar de el, no soy su niñera, los principes no hacemos eso, shishishi- Squalo iba a golpear otra vez a Bel pero se detuvo al ver lo que hacian los guardias que Xanxus puso para que cuidarán al pequeño renacuajo. Ohh Xanxus iba a matarlos.
- vamos Bel, tenemos que informarle la situación al jefe.-

La copa que sostenía en sus manos explotó al ver entrar a su hermano menor colgado del brazo de esa basura. Fran miro a su jefe, se veía muy furioso, hasta sintio pena de la pobre alfombra que se manchó con el líquido que bebía su jefe todo el día.
- boss el príncipe que le arrebató la corona y el puesto del Rey parece que se lleva bien con el ave-kun, usted sabía algo de eso? Boss- su voz monótona enojó más a Xanxus, que le lanzó lo primero que encontró. Claro que el peliverde no llegó a esquivarlo y terminó en el suelo
- boss por favor no golpeé mi cuerpo, mañana tengo misión- como si no sintiera dolor se levantó y se acercó al ojos rojos.
- basura, cállate de una maldita vez y ve a ver por qué diablos esa escoria está con Yoshi- Fran miro al pelinegro y suspiró, no tenía opción si es que no quería morir.
Tsuna sintio las miradas de los nobles sobre el, y no eran agradables en absoluto. Miro de reojo al Condé, parecía que no le molestaban para nada.


Saludaron a la mayoría de las personas ahí reunidas, hasta que la música comenzó a sonar, invitándolos a bailar, Hibari tomó la mano del castaño, hizo una pequeña reverencia y la beso, Tsuna se sonrojo y comenzaron a bailar. Hibari no pudo quitar sus ojos de los castaños, se perdía en ellos con facilidad.
Realmente no entendía a ese príncipe, no era como sus hermanos de eso estaba seguro, lo había visto pelear y lo hacía bien, sabía cómo moverse. Pero le intrigaba saber lo que pensaba, antes de que lo nombrarán príncipe heredero nunca lo había visto, pero aquí estaban bailando en medio del salón, junto a todos los nobles y aristócratas que odiaba, jamás pensó siquiera hacerlo. Se dió cuenta que el príncipe sonreía y reía
- que es lo que le causa gracia, príncipe?- Hibari sonreía también, de sólo ver su deslumbrante sonrisa sin darse cuenta el hizo lo mismo.
- me da gracia la sensación de bailar con usted, parece que flotara, je je je, no lo siente usted?- su suave voz lo sedujo. Pensó lo mismo, así que comenzó a girar más, Tsuna no dejo de sonreír mientras bailaban. Ambos sintieron una gran tranquilidad en los ojos del otro.
Dino entró con Enma al salón y se sorprendió de ver a él Condé Hibari sonriendo y bailando con su hermanito. Automáticamente giro su rostro y buscó a su hermano mayor Xanxus, ambos observaban como bailaban. No es que le desagradara Kyoya, pero su hermano mayor no lo tomaría tan bien como el.
Volvió la vista a su hermanito, sonreía feliz, oh Tsuna, esa sonrisa era peligrosa, cualquiera se enamoraría de esa sonrisa.

En una de las habitaciones del castillo una sombra comenzaba a tomar forma humana, de sus labios un susurro comenzo a sonar, al compás de la música del salón, tarareo la canción que resonó en los pasillos desiertos del ala abandonada del palacio.

En el salón un pelinegro de traje ajustado entró robandose algunas miradas, sus ojos negros se clavaron en las dos personas que más llamaban la atención. Sonrió de forma seductora y camino hacia ellos. El mocoso ya había tenido suficiente atención.

-me permite continuar? Conde- reventando la burbuja que ambos habían creado, el conde miro sobre su hombro para saber quién era el que los interrumpía, sólo para encontrarse con el General de la guardia nacional fronteriza, Reborn. Y por primera vez desde que lo conocía no le hizo feliz verlo. El pelinegro de patillas lo noto y sonrió triunfante. Como amaba hacer eso.
- príncipe Tsunayoshi, me permite esta pieza?- el castaño miro al Condé, aún no quería parar de bailar con el. Pero el conde aflojó su agarre y se desilusiono, en una fracción de segundo el Condé lo atrajo hacia el y le susurró con su ronca voz
- el balcón, en 7 minutos- Sin darle tiempo a reaccionar lo soltó y entregó al pelinegro de patillas, que en ningún momento dejo de sonreír. Una vez solos Tsuna hizo una reverencia y comenzo a bailar con su acompañante.
- lo hiciste a propósito! Reborn.-castaño sonrió amablemente y bajo su mirada un poco
- no pude evitarlo al verte tan feliz bailando con él, me parece que haz olvidado lo que te enseñe, observa tu alrededor mocoso. Tu y tu acompañante lo único que han hecho a sido ser el centro de atención.- el pelinegro lo hizo girar hasta hacerlo ver de reojo como la mayoría de los invitados lo observaban y miraban con cautela. Suspiro derrotado y frunciendo su ceño miro a su tutor admitiendo su culpa.
- lo siento Reborn, yo... no me di cuenta de lo que hacia, simplemente... yo- sonriendo el pelinegro lo fue llevando poco a poco al balcón por donde el Conde había desaparecido.
- mi dame-Tsuna, lo único que hiciste fue disfrutar de un baile, no te preocupes, solo ten cuidado la próxima vez. Por cierto ya tengo las direcciones que me pediste y esta todo arreglado, viajaremos cuando quieras. Por ahora te dejare con tu Conde para que sigas hablando con el- besando el dorso de su mano el pelinegro de patillas dejo solo al tierno castaño que se sonrojo al oírlo que su tutor había soltado con dobles intensiones.
Los copos de nieve que comenzaron a caer a su alrededor lo sacaron de sus pensamientos, giro sobre si mismo y chocó contra el pecho del Condé. Este se vio tentando a abrazarlo al ver su hermoso rostro observándolo.
- Condé Hibari, lo siento no lo había visto- Hibari le tomó de la mano y le hizo una señal para que no hablará, rodeó su cintura con su brazo y lo llevó a un rincón, el castaño se acurrucó en busca de calor y se quedó inmóvil, esperando. Fue cuando vieron al pequeño Fran buscandolos en el lugar. Al poco tiempo el peliverde sintió frío y se fue. Ambos seguían abrazados, esperando la reacción del otro.
-Conde Hibari, deberíamos separarnos, si alguien entra y nos ve podría malentender la situación no cree?- con su suave voz susurro esas palabras, pero ni el ni el pelinegro se movieron de su lugar.
- dígamé príncipe, si yo llegara a aceptar ser uno de sus caballeros, usted se alegrará o tiene un reemplazo por si no aceptó- Tsuna lo miro otra vez mientras se separaba de el. Retrocedió dos pasos y tomo las manos, ahora frías del azabache, para sonreírle de la forma más dulce que pudo.
- por supuesto que me alegraría Condé, lo elegí a usted para ser mi primer caballero. Ya le había confesado de que si usted rechazará mi invitación tenía la idea de acosarlo hasta que aceptará. Y más ahora que he llegado a conocerlo, aunque solo un poco. - Hibari le beso ambas manos, ese pequeño gesto provocó que el corazón del castaño saltara de su pecho, haciendolo sonrojar.
-Yoshi- la fría y sombría voz de Xanxus provocó que el castaño se asustara, saltando en su lugar.
- Xanxus-onisama que haces aquí?- algo palido por el susto Tsuna tartamudeo un poco, sorprendiendo a Hibari, que se quedó callado todo el tiempo.
- ya hace frío, ve adentro, puedes enfermar- el castaño miro a su hermano mayor y le obedeció, aunque Xanxus lo noto muy desanimado. Hibari estaba por irse cuando Xanxus le tomó del brazo de teniéndolo, ninguno hizo movimiento alguno.
- más te vale ser serio con Yoshi, el pudo haberte elegido, pero a la mínima falta de respeto hacia mi hermano y te juro por él que te mataré- después de decir su amenaza el de ojos rojos volvió al salón, dejando al Condé pensativo.

Me sentía cansado, los pies me dolían bastante y ya no aguante tener los zapatos más tiempo, me acosté boca abajo en mi cama calentita y me los quite. Suspiré y a los pocos segundos ya tenía a mis damas de compañía esperando a que tomase un baño caliente. Me desvesti y sumergi. Lavaron mi cabello, me pusieron perfume y secaron por completo. Antes que siquiera pensaran en ayudar a vestirme ya tenía mi pijama puesto. Los saque casi a empujones de mi cuarto y cuando alfin pude estar solo por completo, comense a reír y brincar de felicidad.
Por primera vez había disfrutado bailar, no me había sentido intimidado por ningún alfa.
Disfrute muchísimo la compañía del Condé. Por Díos me había perdido más de una vez en sus ojos. Su forma de hablarme, tan suave, y su sonrisa, podía jurar que nunca había visto una sonrisa tan hermosa. Maldición, ese hombre provocaba algo en mi, no sólo me confortaba, creo una inexplicable necesidad de tenerlo. Eso no era bueno, no podía sentir lo que sentía, era un príncipe, peor aún, era un omega, debía cargar con la vida de todo el reino, debía casarme por mero interés político. El amor estaba de sobra en ese futuro, por más absurdo que sonase, el único amor que tendría sería el que mi pueblo me diese. Con esos malos pensamientos caí dormido.

Abrí mis ojos de golpe al escuchar una melodía, todos mis sentidos se bloquearon y mi cuerpo no me respondió mas, sin perder más tiempo me levanté de mi cama y seguí la música. Los pasillos estaban vacíos, no había ni un solo guardia, y lo único que iluminaba mi camino era la tenue luz de luna. Esa música, la conocía, cada vez era más fuerte. Para cuando lo note, estaba frente a una habitación del alá antigua del palacio, detrás de esa puerta me esperaba, podía sentir eso. Apenas acerque mi mano al picaporte este se movió y abrió. Ahí estaba, en la ventana, al mirarme sus ojos se llenaron de ternura, sonrió para mi, corrí a sus brazos,y él me estrecho en ellos. La melodía siguió sonando. Cuando por fin habló mis sentidos volvieron, no podía escapar.
- Mi amado, esta vez nadie nos separará- trate de alejarme de el, intente gritar pero mi voz no salía, me aterre, mi cuerpo no me respondía. El siguió acariciando mi cabeza, tomó un mechón de mi cabello, cerro sus ojos y lo olió.
- no has cambiado en nada, siguen usando claveles. "Mi Amor esta vivo".- poco a poco su agarre cedió hasta soltar me por completo, aún no podía moverme, mi corazón latía a mil, sentí su respiración en mi cuello. Un pequeño gemido se escapó de mis labios.
- te pusiste perfume para mi?- sus labios besaron mi nuca, sus manos tocaron mi cuerpo con suavidad, y con cada segundo que pasaba mis ganas de huir aumentaban. Quería que alguien me salvara, y la única persona que se me cruzó por la cabeza fue el Conde.
- soñé tanto con este momento, sentir tu cuerpo temblando con cada toque de mis dedos, aún no has dicho mi nombre. Dilo, ya quiero escucharlo mientras clavo mis dientes en tu frágil cuello- mis lágrimas brotaban, tenía tanto miedo, cuando sentí sus dientes en mi piel, pude sollozar más fuerte. Estaba perdido.

Una tonfa lo golpeó con fuerza, obligándole a que me soltara. Caí al suelo sin fuerzas, mis lágrimas no me dejaban ver con claridad.
- nfufufufu volveré por ti, mi amado- su cuerpo desapareció en medio de la niebla. El Condé Hibari había venido por mí, me había salvado de ser marcado por ese sujeto. Me abracé mi mismo, mis manos temblaban aún, sentía mi cuerpo amortiguado de dolor. Maldición. Que demonios había sido eso?. Como era posible. Más lágrimas amenazaban con salir pero me forze a reprimirlas, no podía seguir llorando, debía levantarme y encontrar una explicación a lo que sucedió. Intente pararme pero mis fuerzas eran nulas. Con esfuerzo me giré y ví al Condé de pie en la puerta, observándome, sus ojos buscaban una explicación, pero al mirar mi estado soltó sus armas y me ofreció ayuda. Aún temblaba mi cuerpo cuando intenté tomar su mano, el me sujeto con firmeza y me cargó en sus brazos. Salimos de esa habitación y poco a poco sentí al dolor desaparecer. A medida que nos alejábamos del alá antigua podía sentir el ruido de los guardias que corrían de un lugar a otro. Los pasillos que antes estaban vacíos ahora tenían a un mar de gente buscando y gritando mi nombre. Pero al verme en los brazos del Condé corrieron a mi.
- príncipe! Se encuentra bién?!- intente hablar pero mi voz seguía sin salir. Me desespere y volví a intentarlo.
- ess-tare... bien.- los guardias volvieron la vista al Condé y este los obligó a moverse para poder pasar.
- llamen a un médico y avisen al resto, el príncipe Tsunayoshi esta a salvó- sus brazos me sostuvieron con un poco más de fuerza. Los latidos de su corazón me calmaron, estaba seguro, nadie me haría daño. Con ese pensamiento en mi cabeza cerré mis pesados ojos y solté una lágrima.
-gracias...-

Poco a poco recobre la consciencia, podía oír las voces de mis padres y hermanos, pero aún me costaba abrir mis ojos. Trate de escuchar que decían, pero sonaba más a una pelea por mí seguridad. Hubiese continuado fingir que dormía pero los oí hablar sobre prohibirme salir del palacio hasta averiguar qué me había sucedido, eso arruinaría todos mis proyectos y viajes planeados.
- Si hacen eso me fugaré con algunos de mis pretendientes y no pienso volver a verlos- mi voz sonó mejor de lo que esperé, sin embargo aún me costaba abrir mis ojos.
- Tsu-kun como te sientes? Te duele algún lugar? Mamma traerá al médico para tí- la tranquila voz de mi madre sonaba casada, probablemente se había quedado a cuidarme toda la noche. Sonreí para calmarla y hablé más tranquilo para ella.
- mis ojos aún están cansados, si pudieras cerrar las cortinas te lo agradecería mucho Mamma- oí unos pasos acercarse a la ventana y el sonido de las cortinas cerrándose. Cuando sentí que la luz ya no sería un problema logre abrir los sin problema.
- ahora que estoy bien me gustaría que no decidieran mi destino sin mi opinión, es lo único que me haría odiarlos a todos. Y es enserio. - nadie habló por unos segundos hasta que la gruesa voz de mi Xanxus-onisama rompió el silencio que había creado.
- JA no me hagas reír Yoshi, tu seguridad es más importante que tus juegos de niños, todos estaban muy asustados cuando desapareciste y Mamma se largó a llorar al ver el estado en el que el Condé Hibari te encontró.- Xanxus-onisama sonaba enojado y preocupado. Respire hondo y exhale todo el aire de mis pulmones, lleve mis manos a mi cabello y lo despeine frustrado.
- siento haberlos preocupados de mas, estoy bien y me gustaría hablar con el Condé Hibari, a solas- Mis hermanos y padres me miraron extrañados, al parecer no iban a dejarme, Xanxus-onisama estaba por decir algo hasta que mamá aplaudió callando a cualquiera que quisiese hablar.
- muy bien todos afuera, Tsu-kun quiere privacidad con su héroe así que vamos todos a tomar té- la sonrisa de mamá los iluminó a todos y le obedecieron, pero antes de salir se me acercó acariciando mis cabellos y depósito un beso en mi frente.
- Tsu-kun mamá confía en ti, así que cuando lo necesites mamá te ayudará en todo- su ternuna y sexto sentido me sorprendieron, mamá es sorprendente. Bese su mano y salió de mi recámara sin más, dejándome sólo con el Condé que hasta el momento se había acomodado en un rincón sin decir palabra alguna.
- gracias por salvarme anoche Conde.- después de decir eso el silencio se prolongó un poco, el seguía mirándome fijamente, me sentía mal, su mirada pesaba mucho desvíe mis ojos a otro punto de la habitación. No sabia que pensar, que había pasado anoche? Quien era esa persona? Y porque mi cuerpo dolía aun?. Pero cualquier cosa que pidiera pensar quedo en el olvido cuando escuche su voz.
- déjame permanecer a tu lado como tú caballero- su voz ronca me dejó sin aliento, pero las palabras que salieron de ella hicieron vibrar mi interior, si las cortinas no hubiesen estado cerradas podría haber visto mi rostro exaltado.
- pero antes respóndeme algo príncipe, para usted que significa ser un caballero de su orden?- sus ojos seguían fijos en mi, la sinceridad estaba clavada en ellos, no me atreví a apartarme de ellos.
- un caballero para mi es simple decoración, siempre supe que el próximo Rey iba a ser yo, amo mucho a mis hermanos mayores por lo que nunca me apresure a buscar caballeros para mi orden, quería que ellos eligieran primero, así si alguien les quisiera hacer algo ellos tendrían gente de confianza a su lado.
Pero al parecer me equivoqué, no quería depender de ningún alfa y sólo quería usarlos cuando me fuera conveniente, me confié mucho de mi fuerza y nunca me detuve a pesar que sólo era vanidoso. Un caballero tiene que ser alguien a quien pueda confiar le mi vida, y que esa persona también me confie la suya.- respondí lo más sincero que pude, sus labios se ensancharon en una hermosa sonrisa robándome el aliento una vez mas.
- En ese caso no hay nada más que decir. Príncipe Tsunayoshi ya tiene a su primer caballero.


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