Un día cualquiera (que no fue cualquier día) Kayn fue llamado por Zed ya que al parecer le tenía un trabajo especial
-Maestro Zed- dijo kayn mientras entraba en la cámara de meditación de zed
-Kayn acércate por favor- le dijo zed mientras se levantaba del suelo
Por alguna extraña razón el corazón tan frio de kayn se aceleraba ligeramente (aunque lo suficientemente fuerte como para que el mismo lo notara) cuando estaba cerca de zed y lo que era más extraño esto le pasaba desde el día que lo conoció y a pesar del paso de los años esto no parecía cambiar
-Necesita algo de mí? -
-Así es kayn, necesito que cumplas una misión especial. Mis espías me han confirmado que en la ciudad de Vindor una tropa de Noxianos han descubierto un arma Darkin con una magia increíblemente poderosa. Es por eso que necesito que viajes allí y evites que los noxianos lleven el arma al Bastión Inmortal-
-No se preocupe maestro, yo me encargo- respondió Kayn orgulloso
-Dejo el destino de Jonia en tus manos- le respondió zed mientras Kayn abandonaba la habitación
Kayn se sentía emocionado, finalmente era hora de su prueba final.
Esa misma noche kayn salió de manera sigilosa hacia la ciudad de Vindor sin ningún acompañante y solo con dos picas como armas. Cuando llego a los límites de la ciudad pudo observar a tres guardias que vigilaban bajo una noxtoraa, el conjurando magia sombría se escabullo a través del arco de piedra y los embistió violentamente, al primero lo asesino con sus manos, al segundo le torció el cuello y le rompió el cuello con bastante facilidad, mientras que se acercó al tercer guardia a través de su sombra y le susurro: “ahora es donde corres noxiano”. El guardia sin pensarlo dos veces soltó su arma y corrió despavorido. Kayn al verlo sonrió ya que sabía que se lo iba a contar a los demás guardias que había en la ciudad.
Cuando el guardia había corrido apenas unos cuantos metros de la noxtoraa una sombra salió de la nada y atravesó con una catana el vientre del guardia.
-Que diablos haces aquí hermano Naruki? - le pregunto Kayn a su compañero aprendiz – acaso buscas compartir mi gloria?
-De verdad piensas que podías enfrentar una flota noxiana y robar un arma maldita tu solo hermano? – le respondió Naruki de forma burlona
De pronto escucharon una caravana de soldados noxianos que se acercaban hacia donde estaban.
-Lárgate de aquí yo me encargo – le reclamo Kayn
-Idiota – dijo Naruki en voz baja
Ambos comenzaron a combatir a los soldados, como era de esperarse ninguno de ellos era rival ante los ninjas y ante la desesperación de ver a sus compañeros siendo brutalmente masacrados un soldado agarro el arma darkin que llevaban cubierta en telas y estaba sobre una carrosa lista para ser llevada a la capital de Noxus. En el momento en que sujeto el arma comenzó a gemir de dolor y comenzó a atacar a sus compañeros, era obvio que el arma era más fuerte que él y que ella era la que tenía el control. Al ver esto Kayn ataco al soldado y rápidamente acabo con él y sujeto el arma.
-Que haces hermano? – exclamo Naruki – acaso no viste lo peligrosa que es?
-Bromeas hermano? - le respondió Kayn – mi voluntad es mucho más fuerte que cualquiera de estos inútiles noxianos
-Pero se supone que debe ser destruida
-No, es mía – respondió Kayn apretando con fuerza aquella gran guadaña la cual tenía un resplandeciente ojo rojo cerca a la cuchilla
“Quien será digno?”
Kayn escucho una voz en su cabeza preguntándole esto.
-Yo – exclamo con fuerza Kayn en voz alta y procedió a acabar con el resto de soldados noxianos
-Escúchame Kayn- le dijo Naruki mientras agarraba su brazo
-No hermano, escúchame tu a mi
Entonces Kayn procedió a cortar la garganta de Naruki y este callo inerte sobre una pila de cadáveres.
Kayn salió de la ciudad con dirección al templo de las sombras empuñando la milenaria guadaña entre sus manos cubiertas de sangre.
“Parece que no eres fácil de manipular”
-Ja – rio Kayn – claro que no….