- Querías que comprara tus brillos ¿no?- y con una sonrisa le señalo su entrepierna, que ya se notaba semi-erecta en los pantalones, le ordeno.- Convénceme.
Judal seguía en shock, este chico cada momento lo sorprendía más. No se esperaba este giro, vaya con el niño rico sí que sabía dominar la situación. Bien si es lo que quería se lo daría, eso sí, iba a hacer que rogara por comprarle esos brillos de labios, después de todo él siempre vendía su producto y esta no iba a ser una excepción.
Le miro con superioridad y sentencio:
- Bien señor presidente – le quite el brillo de las manos y lo abrí- espero que no se arrepienta de lo que ha pedido. – Termine empezando a pintarme los labios.
Comencé pintándome el labio inferior, muy lentamente y con una gran cantidad de brillo, de izquierda a derecha y sin quitarle la mirada a Hakuryuu, el cual no se perdía ni uno de mis movimientos. Justo al terminar este labio, junte los dos labios para esparcir el brillo por ambos, en ese momento vi como Hakuryuu se lamia el labio superior impaciente y decidí castigarlo un poco más.
Continúe ahora con el labio superior, de manera más lenta y abriendo aún más la boca para poder terminar en la zona derecha y salirme un poco. Con el dedo índice de mi mano libre cogí el poco brillo que se había salido y pase la lengua descaradamente por la parte superior del mismo. Mientras lo hacía mire un instante a Hakuryuu, este estaba mordiéndose los labios demostrando tener un gran autocontrol ya que yo lo estaba provocando demasiado, pero se lo tenía merecido por ir de superior cuando en realidad se moría por lo que estaba a punto de hacerle.
Al terminar volví a juntar mis labios para terminar de esparcir el brillo y lo deje en la mesa. Me acerque lentamente de nuevo al hombre sentado en la silla y apoye mi mano en el reposabrazos de su silla. Mi mano libre la dirigí directamente a la hebilla de su pantalón el cual desabroche con maestría, seguí mi trabajo y al terminar con el cinturón pase mi dedo lentamente por el borde del pantalón.
Subí desde la parte inferior de la cremallera hasta la superior ejerciendo una leve presión con la que Hakuryuu me regalo un suspiro pesado cerca de mi cara, al llegar al botón del pantalón lo desabroché con la misma técnica que el cinturón y pase a coger la cremallera con dos de mis dedos y lentamente ir bajándola hasta tope de la misma.
Al terminar, me apoye un poco más en el reposabrazos y me acerque al oído de Hakuryuu para susurrarle-:
-Buen provecho.- mientras le lamí la oreja, le escuche soltar una especie de gruñido o gemido contenido y con una sonrisa satisfecha me dirigí lentamente a la zona del pantalón que necesitaba atención.
Me apoye en sus dos piernas y las separe para colocarme cómodamente entre ellas. Cuando ya estaba en la posición que quería, le dirigí una mirada fugaz a Hakuryuu en la cual le giñe un ojo y comencé con mi trabajo.
Comencé pasando mis manos lentamente por el borde del pantalón sacando la camisa blanca del interior del mismo. Desabroche los dos últimos botones de la misma dejándome ver una parte de su pálido y trabajado abdomen, en el proceso aproveche para rozarlo suavemente con los dedos con la excusa de apartar la camisa de esa zona, lo que hizo que Hakuryuu suspirara.
Después de esto me dirigí justo al borde el bóxer azul marino que asomaba en el hueco de la cremallera abierta, bordee el elástico con mis dedos para pasar a rozar la erección con ellos. Presione levemente y pase toda mi mano por ella, apretando y deslizándola hasta ver como se humedecía por la parte superior gracias al pre-semen que estaba empezando a soltar.
Después de un rato jugando de esa manera decidí pasar a la acción. Volví al borde del bóxer para esta vez meter mis manos dentro de él y estirar poco a poco hacia abajo para dejar libre la erección de Hakuryuu. Al terminar ya estaba completamente erecto, me quede un momento pensando de qué manera empezar para castigarlo lo máximo posible hasta que él cortó el hilo de mis pensamientos.
-¿Es que no habías visto una tan grande ante o qué?- dijo mirándome con superioridad aunque con una mirada a que instaba que hiciera algo, más bien me ordenaba que hiciera algo.
Asique se ponía chulo ¿no? Mirándolo con una cara picara cogí su hombría e hice un ligero sube y baja apretando en la zona de la base lo que hizo que soltara un sonoro gemido.
-Perdona ¿decías algo?- remarque la pregunta con el agarre un poco más fuerte, lo que hizo que me sostuviera la mirada unos momentos para luego darse por vencido y echar la cabeza hacia el respaldo y disfrutar del momento.
Continué con un lento sube y baja por todo el tronco con una de mis manos mientras la otra la dirigí directamente a sus testículos acariciándolos. Decidí parar el masaje para poder pasar lentamente mi lengua desde la base hasta la cabeza de su miembro, repetí esta acción varias veces más hasta que me aburrí de esto. Sujete el tronco con una mano para poder dibujar ligeros y pausados círculos con la lengua en la cabeza pene, lentamente comencé a introducirlo en mi boca.
Lo hice de una manera lenta para disfrutar de los gemidos/gruñidos que soltaba Hakuryuu al intentar aguantarse la voz y poco a poco fui deslizando todo su miembro hasta conseguir meterlo por completo en mi boca. Al conseguirlo comencé un vaivén hacia delante y atrás, a la vez que masajeaba de sus testículos todo ello sin dejar de mirarlo a los ojos. Y es que la cara de Hakuryuu era una mezcla entre cabreo y autocontrol con las mejillas sonrojadas, con las manos apretando fuertemente los reposabrazos de la silla.
Y es que estaba teniendo demasiado autocontrol, desde el primer movimiento en su miembro estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no cogerlo de la cabeza y marcar él un ritmo mucho más rápido. Asique se conformó con poner la mano en el cabello de Judal y dejarla en ese lugar, acariciándolo.
Judal no se había esperado que Hakuryuu hiciera ese gesto, al principio pensó que le iba a imponer un ritmo más rápido pero al ver que simplemente estaba allí rozando su pelo decidió complacerlo un poco y aumentar el ritmo.
A este paso Hakuryuu no iba a aguantar mucho más, debía admitir que Judal era jodidamente bueno en esto, desde el comienzo con sus manos que parecían tener una maestría inexplicable de saber que zonas tocar, hasta su boca y los movimientos de su lengua que hacían que poco a poco fuera más difícil contenerse. Y si, es que estaba por correrse y Judal seguía con ese ritmo lento, un poco más rápido que antes pero igualmente tortuoso para él. Asique tirando un poco del pelo de Judal hacia abajo le dijo:
-Y si aumentamos un poco el ritmo eh- sentencie con una mirada sería y autoritaria que hizo que Judal sufriera una subida de temperatura en su cuerpo.
No es que ver a ese jodidamente caliente hombre no le pusiera, pero que se le resistiera y lo sorprendiera con acciones así, le ponía aún más caliente de lo que ya estaba. Asique con una mirada de decisión aumento el ritmo. Hasta que lo noto vibrar en su garganta y gruñir, sabía que muy pronto acabaría. Todo termino después de unos vaivenes más, con una mano agarrándole la cabeza y un gran gemido que esta vez Hakuryuu no se guardó. Al terminar, trago todo y ante la atenta mirada de Hakuryuu que no había quitado de él en todo momento, lamió los restos de semen y brillo de su miembro para acabar por relamerse los labios.
Esa jodida escena podía junto al dulzón olor a melocotón del brillo podrían haberlo puesto otra vez tan duro como estaba antes, pero antes de que nada de eso pasará Judal se levantó y acomodó su ropa, yo iba a hacer los mismo justo cuando lo vi subido en mi mesa con las piernas cruzadas y mirándome expectante.
-Y bien señor presidente ¿aceptara usted nuestra oferta?- dijo risueño y con una mirada de superioridad, asique lentamente me levante hacía la mesa y con paso firme me dirigí hacia allí.
Pero no fui directo a él, tal y como esperaba Judal sino que me dirigí al telefonillo de la esquina de mi mesa y presionando un botón salió la voz de una de las secretarias de la puerta:
-Hikari, quiero que canceles todas las citas que tenga esta tarde, tengo un asunto muy importante que resolver con un contrato.- sentenció Hakuryuu, a lo que recibió un “de acuerdo señor presidente” y se cortó el sonido.
Justo después se giró para esta vez posar su mano en mi rodilla y abrir mis piernas lo poco que daba la falda de ejecutiva que llevaba. Sin apartar la mano de la rodilla, se colocó en medio de mis piernas y subió su mano a mi cara para pasarla desde mi mentón, haciéndome mirarle a los ojos, a mi nuca.
-Bien, ahora que hemos resuelto el asunto y he aceptado su oferta, me temo que deberá quedarse para discutir todos los detalles de la transacción. Después de todo soy un empresario que le gusta dejarlo todo aclarado y perfecto, además que como anfitrión nunca permitiría que te fueras así- dijo mirando mi entrepierna que estaba todavía dura de la acción anterior, asique acerco su cara a la mía y me dijo- asique Judal-kun ¿Continuamos donde lo habíamos dejado?