Jamás había vivido una situación tan tensa… hasta ahora.
- ¿N-Neil?
Tragué saliva sin soltar a Dennis. Neil nos había pillado mientras estábamos haciéndolo en su habitación. No sé ni cómo había entrado. Tal vez… ¿Es posible que Dennis hubiera dejado la puerta de casa abierta a posta porque intuía que Neil vendría hasta aquí?
- ¿Qué estás haciendo aquí? – dije, fingiendo sorpresa, pero en el fondo sabia porque venía.
Me separé de Dennis. No me gustaba que Neil me viera desnudo haciéndolo con otra persona. Aun que es un poco incoherente, ya que Neil ya me había visto desnudo varias veces (y además le habíamos enviado el video haciéndolo)… pero, aun así, no me apetecía nada que lo viera en directo.
- Vaya… así que lo que he visto en el video es cierto, y no es un montaje de ninguno de los dos… Sois amantes, por lo que veo.
“Te equivocas, si era un montaje”, pensé. Pero, dado que me había sorprendido a mí mismo haciéndolo con Dennis sin ningún propósito vengativo, no me limité a desmentirlo.
- Sí, es cierto. – asentí, para sorpresa de ambos. – Llevo varios días acostándome con Dennis.
Me miró durante unos largos segundos. Luego, se acercó a mí y me cogió de la muñeca.
- Vámonos. – dijo sin más.
- ¿Pero qué dices? – dije, resistiéndome. - ¡Suéltame ahora mismo!
Nada pude hacer frente a la fuerza de Neil. Me cogió la ropa y me obligó a vestirme, mientras él se encaraba con Dennis.
- Bien… Dennis. – le dijo totalmente enfadado. – Ya me puedes estar contando que arma has usado para convencerle.
- Yo no he usado nada. – dijo con una sonrisa orgullosa en la cara. – Estamos hartos de ti y de tu actitud. Por eso, lo que era originariamente un sentimiento de venganza hacia ti se convirtió en deseo lleno de pasión entre ambos… Y eso es todo.
Noté como Neil me miraba con una cara bastante cabreada. Le giré la cara. No quería tener contacto visual con él en ese momento.
- ¿Es eso cierto, Tyler? – me dijo serio.
Asentí. Tampoco quería llevarle la contraria en nada. No sabía por qué, pero me sentía totalmente intimidado en ese momento. Los sentimientos de odio que tenía hacia Neil se habían convertido en miedo. Tenía miedo de él y de sus reacciones.
- Así que ya lo ves. – dijo Dennis, totalmente tranquilo. – Él ha hecho esto por propia voluntad… ¿Acaso vas a hacerme algo si sabes que él mismo lo ha deseado?
No sabía si era por el frio que tenía al estar aún medio desnudo, o por el conflicto que se estaba originando, pero empecé a temblar mucho. Neil se dio cuenta, así que me ayudo a ponerme la camisa. Me extrañé mucho, así que le miré a los ojos. Y, curiosamente, vi en ellos un sentimiento de dolor y tristeza totalmente desconocido en él.
- ¿Neil?
- Vámonos. – me dijo.
Asentí y no me dijo nada más.
*****
Me llevó hasta su casa. Entré con el corazón a mil por hora… ¿y si me encontraba con su madre?
- No te preocupes, no está mi madre. – me dijo, como si me hubiera estado leyendo el pensamiento. – Esta fuera y tardará bastante en volver.
Asentí silenciosamente.
- Oye… - dije, con suavidad. - ¿Porque me has traído aquí?
- ¿Y por qué no?
- Pensé… que no querrías saber nada de mí.
- ¿Por qué iba a hacer eso? – me dijo, levantando una ceja.
Me encogí de hombros.
- No lo sé… pero pensé que venía por la conversación que tuvimos el otro día.
Suspiró profundamente.
- Oye, Tyler… lo que te dije el otro día… simplemente olvídalo ¿vale?
- ¿Qué lo olvide, dices? – le miré incrédulo. - ¿Después de cómo me trataste? ¡Encima de llamarme mentiroso, me acusaste de querer separarte de tu madre, cuando es al revés! ¡Tu madre no me soporta des de hace muchísimo tiempo, y hace lo posible por que tú y yo dejemos de ser amigos! – Paré a tomar aire.- Lo que me dijo en el hospital es cierto, y me da igual si te enfadas por lo que acabo de decir, o no me crees, pero yo te he dicho la verdad. Si no quieres creerme, eso depende de ti.
Se calló durante un rato. Yo aproveché ese silencio para derramar algunas lágrimas producidas por la tensión de la situación.
- Tyler… ¿tú me odias?
Le miré. Nunca me hubiera imaginado que me hubiera hecho una pregunta así.
- Ahora mismo… no sé qué contestar.
-¿Y cuándo hiciste el video? – me dijo triste. – En aquel momento… ¿Me odiabas?
Hice una mueca.
- No lo sé… probablemente sí. Pero… - le dije, dudando un poco. No quería mentir, pero tampoco quería hacerle daño. – Me di cuenta de que no solo lo hice por venganza, sino por Dennis.
- ¿Te gusta Dennis?
Me encogí de hombros.
- Solo físicamente, tal vez. Sé que pensaras que te he estado engañando pero… si te soy sincero, tal y como me trataste el otro día, pensé que habías terminado nuestra relación… por lo que en parte no me sentí culpable. Pero… - le miré. – el Tyler que deseó que nos vengáramos de ti ese dia… ese no era yo. Era una versión oscura de mí… mi peor versión, por así decirlo. Espero que puedas entenderlo…
No contestó.
- Yo…
- No pasa nada. – me interrumpió. – De todos modos, no tenemos una relación oficialmente. Solo…
- … Nos hemos dicho que nos amamos. – continué la frase por él.
Asintió.
- ¿Sabes que, Tyler? – dijo con una sonrisa melancólica en su rostro. – Si quieres alejarte de mí… lo entenderé. No soy un buen novio, ni siquiera soy un buen amigo…
Me acurruqué a su lado sin darle una respuesta. Estuvimos callados durante un buen rato. ¿Qué se suele decir en situaciones como esa?
- ¿Sabes que me pasa contigo ahora mismo? – le dije, rompiendo el silencio. – Que te quiero y te odio a la vez.
Me miró unos segundos antes de empezar a reírse.
- ¿Qué? ¿Qué te parece tan gracioso?
- Es que… - dijo aun con una risita en la cara. – Últimamente solo me han dicho que me quieren o que me odian, pero nunca me han dicho las dos cosas a la vez. – me miró a los ojos. - ¿Por qué será que tu respuesta es la que más me ha gustado de todas?
Me encogí de hombros.
- Porque me amas. – dije con una tímida sonrisa.
Asintió.
- Tienes razón. – me dijo con una sonrisa.
En un segundo se abalanzó sobre mí.
- ¿Eh que haces??
- ¿Me dejas… compensar el error que he cometido?
Asentí.
- Soy todo tuyo.
*****
Con un poco de esfuerzo, conseguí apartarle un poco de mi cuello.
- te aviso que, me hagas lo que me hagas no te voy a perdonar tan fácilmente, que lo sepas.
- Ya contaba con ello. – me dijo, volviendo a mi cuello.
Me besó apasionadamente, a la vez que su mano izquierda fue a parar a mi entrepierna.
- Eres muy obstinado. – dije con una sonrisa.
Nuestras miradas se cruzaron durante un segundo.
- ¿Crees que no tengo motivos para hacerlo?
Suspiré.
- No sé cómo puedes estar interesado aun por mí a pesar de lo que te he hecho.
- Porque te amo. Por eso mismo.
- ¿y por eso tienes que sufrir de esta forma?
- Venga ya. – me dijo arqueando una ceja. – Aquí el único que puede quejarse eres tú.
- ¿Yo? ¿Por qué?
Se alejó de mí lanzando un largo suspiro.
- es cierto que has estado con un tío que no era yo mientras estábamos enfadados. – empezó a decir. – Pero, si lo piensas, tenías todo el derecho. Te he estado presionando des del principio con que nos abrazáramos, nos besáramos… prácticamente te obligué a tener una relación conmigo sin ni siquiera preguntarte si te parecía bien, sin respetar tus deseos ni sin escucharte. Tienes todo el derecho a irte a los brazos de otro hombre que te escuche y te respete…
Me dio un pinchazo al corazón. ¿De verdad había hecho eso? ¿Me había ido a los brazos de otra persona que no fuera él? Empecé a llorar al darme cuenta del error que había cometido. Sentí su cálido abrazo rodeándome.
- No pasa nada. – me dijo. – Todo eso es pasado.
Asentí, aun envuelto en lágrimas. Todo aquello era el pasado… y así seguiría.
*****
- Oye… no me sigas más. – dije, insistiendo de nuevo.
Al parecer, lo que pasó el otro día en su casa y el mensaje que le envié días después, no le bastaron a Dennis para darse cuenta de que ya no quería nada con él.
- Oh vamos. – me dijo con una sonrisa. – Con lo bien que nos lo hemos pasado… ¿Vas a dejar que esto acabé así? ¿No quieres que lo hagamos una vez más, como despedida?
Le aparté de mi lado y seguí andando por el pasillo del cole. Las clases hacía rato que se habían ido, pero da la casualidad que Dennis y yo habíamos sido elegidos por mi tutora para ayudar en la fiesta de navidad, por lo que teníamos que quedarnos un rato más para tenerlo listo todo.
- Respóndeme a una pregunta: ¿Le ha sentado mal a Neil que tú y yo fuéramos los encargados y tuviéramos que estar los dos a solas?
- ¿A ti que te importa? – Le dije, borde.
La verdad, es que no le había hecho ni pizca de gracia. Recuerdo como discutimos un poco cuando le dije que íbamos a ser los encargados, pero acabamos solucionándolo cuando le rogué que confiara en mí. No iba a pasar nada, y yo mismo me encargaría de que así fuera.
Pero, la verdad, no tenía la menor intención de contarle nada sobre nuestra relación a Dennis.
- Bueno. – me dijo. – Esta es la última caja.
- Si… menos mal. – dije asintiendo.
- Oye, Tyler. Yo… - me empezó a decir.
- Ni te molestes. – le dije, interrumpiéndole. – No pienso volver a tener algo contigo. Amo a Neil, y agradezco que estuvieras conmigo en ese difícil momento. Pero lo nuestro se acabó. – Le di la espalda – Afróntalo de una vez.
Me disponía a irme, pero me agarró del brazo.
- ¿Qué haces? – le dije alterado. – esto no me hace gracia… ¡Suéltame!
Sus labios se aproximaron a los míos.
- A mí nadie me rechaza. – me dijo serio. – Fuiste mío durante un tiempo, y ahora vas a serlo para siempre.
Su lengua invadió mi garganta y me aprisionó contra la pared.
- Ngh…
Intenté resistirme pero no podía ni moverme.
- Afróntalo ya. Eres mío, y siempre lo serás.
Me hizo entrar en una sala al azar y cerró la puerta con llave desde dentro.
- Vamos a hacerlo aquí.
- ¿E-eh? – Miré a mi alrededor- ¡Pero si esto es la sala de profesores!
- Lo sé, pero no va a venir nadie hasta dentro de dos horas. Además, ¿nunca te ha excitado saber que te podrían pillar?
Tragué saliva. Era cierto, pero… ya no estaba con él. No quería hacerlo con él.
- Para… por favor.
Sentí ganas de llorar. ¿Por qué me estaba haciendo esto?
- Tranquilo… no te voy a hacer nada que no te guste.
Me cogió de la mano y me llevo hasta una mesa. La reconocí enseguida: la mesa de nuestra tutora. Sonrió y me puso contra la mesa, alzando mi trasero y bajándome los pantalones hasta quitármelos por completo. Me abrió las piernas e introdujo algo dentro de mí.
- Ah… ¿Qué es?
Soltó una risita.
- Con la cantidad de veces que lo hemos usado…. Y sigue sin sonarte.
Apretó un botón y mi interior empezó a temblar.
- ¿Te has traído un vibrador a la escuela?
- Shhh. Calla.
Después de unos eternos minutos, empecé a temblar. Dennis quitó el vibrador de mi interior y soltó una risita.
- Por favor… para ya. – dije con lágrimas en los ojos.
Al ver mi reacción, me besó dulcemente en la boca.
- No te preocupes. Esto no ha hecho más que empezar.
*****
- Espera… - me dijo jadeando – aún no hemos acabado…
- ¿Eh? ¿Qué… quieres decir?
¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué me estaba dejando hacer estas cosas? Y, sobre todo, ¿Por qué Dennis no me hacía caso?
La puerta se abrió justo en ese momento. Dada la posición en la que estaba, no pude ver quien era.
- Él es Sam, de la clase de al lado nuestra. – me dijo con una risita.
- Hola, Tyler. – dijo Sam. – He venido a jugar…