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La Verdad Pasajera por cravatnaitospain

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-        Mamá… dime que es en serio.

 

Esas eran las únicas palabras que podía pronunciar en ese momento… ¿O es que alguien, en su sano juicio, podría quedarse impasible mientras que su madre le decía que había empezado a salir con el padre de su mejor amigo?

 

Así es. Mi madre y el padre de Neil estaban saliendo. Pero no salir de amigos que simplemente van de compras juntos, a comer, a pasar el día… no, NOVIOS. No acababa de creérmelo, al menos no hasta que mi madre le cogió de la mano al padre de Neil de un modo que denotaba algo más que simple amistad. Un pinchazo me dió en el corazón al ver ese gesto, y eso se debía a que esa era la misma forma de la cual Neil y yo nos cogiamos de la mano antes. 

 

Por ese, y por otros motivos, mis ojos se humedecieron. y no precisamente porque me alegrara por la noticia.

 

-        Mamá… - le miré a los ojos. - No… no es cierto. Dime que no es cierto.

-        Es cierto, Tyler, cariño. - me miraba con preocupación - Estamos muy ilusionados con esto, ya que ambos necesitamos volver a tener a alguien que nos da cariño en nuestras vidas… Y agradeceria que lo aceptarais.  

-        ¿Aceptarlo? ¿¡Aceptarlo, dices!? - me levanté de la mesa en la que estábamos comiendo - ¿¡Como quieres que lo acepte!? ¡Has olvidado a papá!

 

 Sus ojos se volvieron tristes en cuanto esas palabras salieron de mi boca.

 

-        No… No es cierto. - dijo ella con una sonrisa en la cara - Es imposible olvidarse de él.

-        Mamá… - las lágrimas habían empezado a salir - Lo siento… Pero no puedo aceptarlo… Entiendelo.

 

Me conocía muy bien y sabía que si me quedaba allí por más tiempo, acabaría discutiendo con mi madre y diciéndole cosas que en realidad no sentía. De hecho, ya le había suficiente daño diciéndole lo de papá.

 

Por eso, tomé la mejor decisión que podría haber tomado: levantarme e irme.  

 

*****

 

Pasaron semanas y no pude recuperarme del shock. Todas las comidas y cenas se volvieron muy silenciosas, ya que ninguno de nosotros quería pronunciar palabra alguna. No solo de ese tema, sino de cualquier cosa. No soportaba estar en esa casa, y lo arreglaba saliendo casi cada día con mis amigos y con Jake.

 

Con el único con el que no me apetecía estar era Neil. Esto se debe a que, con el paso de los días, Neil acabó aceptando la relación entre nuestros padres, e incluso defendiendola. Eso provocó que empezara a no soportar estar cerca de él, simplemente por su apoyo y por estar en mi contra en este tema.

 

Empezamos a tener roces constantemente, lo que desembocó (no sé cómo) en discusiones en las que casi nos pegabamos, pero nunca llegabamos tan lejos...  Hasta el dia que sí que llegamos a pegarnos.

 

-        ¡Calla! - le dije tirándole de los pelos  - ¡No tienes ningún derecho a decirme eso!

-        ¡eres tú el que no tiene ni idea! - me contestó intentando contrarrestar los golpes que le daba con las rodillas en el estómago.

 

Jake estaba en otra habitación cuando cuando Neil y yo habíamos empezado a discutir, pero se presentó en la habitación al oír nuestros gritos e intentó separarnos. Me cogió de los brazos y me inmovilizó. Luego miró a Neil, el cual tenía ganas de devolverme los golpes que le había dado momentos antes.

.

-        ¡Alejate! - le gritó - ¡No des ni un paso más!

 

Neil le hizo caso, probablemente asustado de su reacción.

 

Los tres respiramos profundamente para intentar aliviar la tensión del momento. Yo seguía furioso, por lo que de vez en cuando hacía intentos de ir hacia Neil, pero jake me tenía totalmente inmovilizado y acabé desistiendo.

 

-        A ver… - dijo Jake muy suavemente en cuanto vió que todo estaba un poco más calmado - ¿Alguien puede decirme que es lo que ha pasado para que actueis como auténticos animales?

-        Neil está usando el ordenador del despacho para ver videos chorras sabiendo que lo necesito para un trabajo.

-        Tienes el tuyo, idiota. - me soltó enfadado. - Si necesitas una excusa para meterte conmigo, busca una más creíble.

-        ¿¡Cuántas veces tengo que decirte que el mío está estropeado y lo están arreglándose!?

 

Neil me miró con desprecio ante mis palabras. Lo que más me dolió no fue la mirada en sí, sino que nuestra relación se había deteriorado de tal forma que ahora ya éramos capaces de lanzarnos miradas de ocio donde antes solo había miradas de amor.

 

-        Me da igual. - soltó de golpe - Es mi casa y haré lo que me plazca

-        ¿QUE ES TU CASA?

 

Ante sus palabras, volvió a salir mi rabia interior y casi me libré de los brazos de mi novio, pero este volvió a atraparme.

 

-        ¡Nunca ha sido tu casa y nunca lo será! ¡Por mucho que tu padre y mi madre estén juntos, nunca, repito NUNCA, te consideraré mi hermano! ¡Prefiero seguir siendo hijo único!

 

Sin poder evitarlo, dejé que la rabia me consumiera y le dijera cosas realmente dolorosas y que en realidad no sentía. Me convertí en alguien totalmente desconocido.

 

*****

Esa pelea no fue la última ni por asomo. La última pelea que tuvimos fue la que me llevó a cometer un error que, pasaran los años que pasaran, seguía lamentando.

 

Todo empezó con los gritos y reproches los cuales ya eran habituales en nosotros: él reclamando que esa era su casa y yo dandole a entender que no pertenecería a esa casa por mucho que pasaran los años y por mucho que nuestros padres fueran en serio en su relación.

 

Aquél dia Jake no estaba presente en la casa para detenernos. Pero, sin embargo, ese día no  llegaron los golpes, pero sí que llegaron las lágrimas. Yo le rogué entre llantos que parara, que me hacía daño, y que no intentara fingir que lo de nuestros padres era normal porque no lo era. Neil me miró con la cabeza baja.

 

-        Tengo… que aceptarlo. - me miró, con lágrimas en los ojos - Ellos… son felices así. tu y yo… No somos nadie para interponernos en su relación.

 

Me quedé callado ante sus charla. No tenía ganas de exponer mis argumentos, ya que el hacerlo le abriría una nueva herida en su corazón.

 

-        Tyler… - se acercó a mi. - ¿Qué pretendes con esa actitud? ¿Porque no puedes… simplemente dejar que sean felices y ya está?

-        No puedo… porque.., su relación … me recuerda a la nuestra.

 

Los ojos le brillaban ante mi respuesta. No por alegría, sino por dolor y tristeza.

 

-        Neil… Quiero que esto se acabe. - continué - Quiero que dejemos de hacernos daño mutuamente...Que dejemos de gritarnos, de pegarnos, de decirnos cosas que duelen en el corazón… Quiero que acabe… Y que todo vuelva a ser como antes.

 

El silencio entre los dos se hizo penetrante y doloroso hasta que Neil se decidió a intervenir.

 

-        Si de verdad quieres que esto acabe… Demuestramelo.

 

Sin saber cómo ni porqué, me abalancé hacia él, besándonos e introduciendo nuestras lenguas en la boca ajena. Neil no me rehuyó ni me empujó, como hubiese hecho meses atrás. Al revés, a cada beso y mordida apasionada él me correspondía cada vez más deseoso de acción. Fueron unos minutos imparables, los mejores que había tenido en mucho tiempo.

 

Cuando quise darme cuenta, me encontraba tumbado en la cama, con él encima y con una ráfaga de besos que no daban tregua a un respiro. Un par de prendas nos separaban del desnudo absoluto. El corazón se me aceleró más de lo que ya estaba, y mis mejillas se sonrojaron.

 

-        H-hazlo. - le miré, avergonzado - Si ya hemos llegado hasta aquí, ya no nos podemos echar atrás.

 

*****

Pasaron las horas y esa sensación no se había marchado de nuestros cuerpos. 

 

Neil me embestía con fuerza y rabia. Yo no podía hacer otra cosa más que dejarme hacer, mientras que el placer me consumía. 

 

-        ¿Porque.. es...tan… intenso? - conseguí preguntar entre embestida y embestida.

 

Me miró, con una sonrisa de medio lado. Se podía ver el sudor acumulado en su frente por el esfuerzo. Se acercó en mi oreja y susurró unas palabras con el tono más dulce que pudo encontrar.

 

-        Porque… Va a ser la última vez.

 

Asentí ante sus palabras. Los dos sabíamos que esto tendría consecuencias en un futuro, pero en ese momento solo nos importaba darnos placer mutuamente.

 

Me agarré a su espalda mientras mi cuerpo ya estaba al límite.

 

*****

-        Ha sido un error.

 

Después de muchas semanas discutiendo, por fin coincidiamos en algo.

 

-        Tú… podrías haberme frenado.

 

Me miró con una ceja levantada.

 

-        Lo mismo digo.

 

Nos quedamos en silencio. Mientras Neil se vestía, yo reflexionaba en la cama. Habían pasado muchas cosas en un lapso muy breve de tiempo. Y, tal y como me había imaginado, eso traería consecuencias.

 

-        No se… como le voy a contar esto a Jake.

-        Díselo cuanto antes. - me contestó enseguida. - No dejes… que lo descubra por error. Eso será aún más doloroso.

 

Asentí, bajando la mirada. Neil se levantó de la cama y me miró. Tenía los ojos llorosos.

 

-        Me… voy. - dijo, y se fué por la puerta de mi habitación.

 

 

*****

 

Pasaron las horas, llegó la noche incluso, y no había vuelto a saber de Neil. Yo estaba volviendo de casa de Jake. Siguiendo el consejo de Neil, le confesé lo que había pasado sin pensármelo dos veces. Me esperaba gritos y reproches por su parte. Pero solo se quedó muy serio mirando al infinito.

 

-        Tyler, vete. - dijo simplemente.

 

No tenia mas remedio que hacerle caso, ya que no me encontraba en el derecho de exigirle una charla ni mucho menos. Pero sabía perfectamente lo que eso significaba. Mientras iba por la calle solo y a oscuras, llorando y lamentando lo que le habia hecho a mi ahora exnovio, recibí un mensaje de Neil. Aunque el mensaje era algo… Inquietante.

 

“No des ni un paso más. Quédate quieto.”

 

¿Que demonios... ?

 

Me giré y vi algo escalofriante. Una sombra oscura, de estatura media, se aproximaba hacia mí. Asustado, intenté huir corriendo, pero en el mismo momento en el que me eché a correr, me choqué con algo o alguien. Esa cosa me agarró y me inmovilizó en menos de un segundo. Para evitar que gritara, me tapó la boca con un trapo o algún objeto que tenía una substancia extraña la cual, cuanto más pasaban los segundos, más me pesaban los ojos.

 

 

Mientras iba perdiendo el conocimiento, me pareció ver la cara de neil corriendo hacia mí, desesperado, mientras él también era agarrado y amordazado.

 

Todo se oscureció… Y solo podía oír la voz de Neil llamándome como lo hacía antes.

 


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