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La Verdad Pasajera por cravatnaitospain

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Estuve unos días meditando cual sería mi próximo paso. Tenía un objetivo claro en mente: pedirle a Jake que volviera conmigo.

 

Primero lo intenté con lo más básico: las llamadas y los mensajes de texto. Tenía miedo que, si iba a su casa personalmente, me cerrara la  puerta en la cara. Por eso decidí empezar con esto primero. La primera llamada me la cogió. Pero me sorprendió mucho el hecho de que me preguntara quien era al descolgar la llamada y, cuando se dio cuenta de que era yo, colgar enseguida sin decir ni una palabra. Las siguientes llamadas ya no me las cogía.

 

Me estuve comiendo el coco intentando averiguar porque pasó eso y solo había una  explicación posible: Jake había borrado mi número.  Este hecho me deprimió y me dolió a partes iguales.

 

Así que pasé a la acción.

 

Me presenté en su casa sin avisarle. Y, curiosamente, ocurrió lo mismo que con las llamadas: la primera vez que llamé me abrió la puerta al no saber quién llamaba, pero al ver que era yo me cerró la puerta en las narices. De nada sirvió forcejear, ya que era obvio que él era
más fuerte que yo. 

 

-        ¿Jake? ¡Jake! - aporreaba la puerta sin parar. - ¡Por favor! ¡Ábreme la puerta!

 

No recibía respuesta. 

 

-        Jake… por favor. - mi voz ya era apagada y agotada. - ¿Que tengo que hacer… para que
me perdones?

-        Si me conoces tan bien como dices… - soltó Jake de repente - encontrarás la respuesta
sin que te lo diga.

 

Me puse a pensar durante un momento antes de levantarme al suelo. Ya tenía decidido lo que iba a hacer a continuación, y para ello tenía que pasar por una tienda de disfraces.

 

*****

Me presenté en la academia de defensa personal a la que asistía antes como alumno, y en la que Jake seguía siendo profesor. Mientras venia hacia allí, la gente me miraba raro. Era normal, teniendo en cuenta cómo iba vestido.

 

Había tomado una decisión: iba a coger un montón de disfraces y a presentarme cada día en la academia con un disfraz diferente cada día. Mi idea era hacerle presión hasta que accediera a hablar conmigo. Pero no había escogido unos disfraces cualquiera, sino que había los había escogido minuciosamente según las películas que más le gustaban a Jake de pequeño. A él le encantaban las películas de pequeño y, actualmente, no han dejado de apasionarle. Pensé que si le tocaba la fibra sensible de esta forma, se le ablandaría el corazón y accedería a hablar conmigo.

 

Ese primer día me vestí de Mufasa, de ‘El Rey León’. Me sentía un poco ridículo yendo así por la calle, a decir verdad. Pero había una cosa que me motivaba más: el hecho de poder recuperar a Jake.

 

Entré en la academia y todos me miraban raro. La recepcionista ya me conocía pero, dado que no se me veía mucho la cara no supo quién era hasta que me acerqué al mostrador y le dije:

 

-        Busco al profesor Jake Witthington. Soy Tyler Miller. Tengo que hablar con él.

 

La recepcionista asintió y me señaló el aula donde estaba Jake dando clases en ese momento. Le di las gracias y me fui para allí. Noté que, tanto ella como el resto de personas que había en la recepción, me miraban sorprendidos en cuanto me alejaba por el pasillo.

 

Me asomé al aula donde Jake estaba haciendo clase a unos cuantos alumnos. Las paredes eran transparentes por lo que sus alumnos (niños de unos 5 años aproximadamente), me  vieron enseguida. Todos se volvieron locos y salieron de clase para ir donde estaba yo.

 

-        ¡Mufasa! ¡Mufasa! - gritaban los niños emocionadísimos.

 

Jake estaba atónito al principio, pero enseguida me reconoció.

 

-        ¿Pero qué haces, idiota? - gritó enfadado saliendo de la clase. - ¡es mi clase y me
estas molestando!

-        He venido a que me perdones, y no me iré hasta que lo consiga.

 

A pesar de sus gritos y del nivel de enfado que tenía Jake, yo me mantenía firme en mi decisión. Pero Jake no parecía opinarlo mismo.

 

-         Lárgate ahora mismo o llamaré a la recepcionista para que  te saque de aquí.

 

Sus palabras eran duras, pero no dejaba que eso me desanimara. Me fui de ahí, con la intención de volver al día siguiente.

 

*****

El segundo día me vestí de Aladdin. Hice lo mismo que el primer día, solo que la recepcionista  a no tenía esa cara de sorprendida. A cambio de eso, se le podía ver una pequeña sonrisa en su cara cuando me vio aparecer.

 

Jake, sin embargo, no. No estaba tan enfadado como el día anterior, pero sí que se le notaba fastidiado por interrumpir su clase nuevamente. Los niños, que por cierto eran los mismos, reaccionaron exactamente igual. Jake intentó calmarlos en vano, rogándoles que volvieran a la clase de nuevo. Al ver que sus esfuerzos eran inútiles, me miró de nuevo.

 

-         Todos tus esfuerzos son inútiles, n voy a cambiar de opinión... - Soltó sin más.

-    No lo creo. - le contesté yo sin perder la sonrisa. - Ya no me gritas.

 

Mi comentario provocó una pequeña sonrisa. Luego suspiró y volvió a meterse en la clase.

 

*****

Al tercer día, me vestí de Hércules. Jake se dirigió a mí suspirando. Ya no tenía esa expresión de enfado en el rostro. Abrió la puerta y me miró.

 

-        ¿Hasta cuándo vas a hacer el ridículo de esta forma, Tyler?

-        Hasta que me perdones - le contesté firmemente. - O hasta que se me acaben los disfraces, lo que ocurra primero.

 

En aquél momento, soltó una pequeña risita. Era la primera vez que le veía hacerlo desde que empecé con lo de los disfraces.

 

Volvió a cerrar la puerta, pero esta vez no con un portazo.

 

******

 

Los días iban pasando y Jake parecía cada vez menos enfadado.  Cuando llegó el décimo día, ocurrió algo que jamás pensé que pasaría.

 

Fui a la academia vestido de Tarzán, mientras pensaba si conseguiría tener una conversación con Jake y expresarle mis sentimientos lo máximo que podía… Cuando le vi. Estaba en la puerta de la clase, apoyado en la pared y con los brazos cruzados. Me estaba esperando.

 

En cuanto aparecí por el pasillo clavó su mirada en mí. Yo me quedé parado, no me esperaba que estuviera allí, y menos esperándome. Mi plan de esos días era sorprenderle, pero caí en la cuenta de que, si dejaba que se repitiera durante muchos días seguidos, Jake podría llegar a esperárselo de algún modo.

 

Nos quedamos en silencio durante un momento hasta que Jake decidió romper el hielo.

 

-         ¿Este es tu disfraz de hoy? – me miró de arriba abajo. - ¿Tarzan?

-         Si… supongo – me encogí de hombros. – Supongo que… después de tantos días eligiendo disfraces, uno acaba perdiendo las ideas y coge lo primero que se le ocurre.

-         Debes de estar muy desesperado… - suspiró mirándome.

-         Si, lo estoy.

 

Volvimos a quedarnos en el silencio. Aunque no fue tan corto como el anterior, fue igualmente de penetrante.

 

-         Tyler… - se acercó a mí. – Estoy cansado de decirte… que no quiero volver contigo. Me hiciste mucho daño acostándote con Neil, sobre todo teniendo en cuenta que tú, precisamente tú, hace un tiempo me dijiste que entre vosotros ya no quedaba nada de amor… ¿Puedes explicarme entonces como, de repente te entran ganas de hacerlo con él?

-        Si te digo la verdad…. No lo sé.

 

Creo que mi respuesta debió de sorprenderle. Supongo que se esperaba otro tipo de respuesta que no fuera esa.

 

-         Es difícil de explicar… A lo mejor se debe a que Neil y yo debemos tener una conexión especial que hace que, hagamos lo que hagamos, no podamos alejarnos el uno del otro.

-       
Eso lo entiendo… ¡¿Pero porque tenías que acostarte con él!?

 

Jake estaba alterado, se le veía en la cara que tenía ganas de gritar y de llorar al mismo tiempo.

 

-         ¿Acaso sabes… como me siento ahora mismo?

 

Negué con la cabeza.

 

-         Me siento… como que soy el segundo plato. Como que estás conmigo porque no puedes estar con él. Pero en cuanto puedes, caes en sus brazos sin dudarlo. Créeme en cuanto te digo que, si él no se hubiera ido a Alemania, probablemente ni me hubieras conocido.

-         Te conocí por un motivo muy distinto, ya lo sabes. – le contesté, serio.

-         No intentes cambiarme de tema para intentar quedar bien. – negó con la cabeza. – Por mucho que recites un bonito discurso, por mucho que cojas y te disfraces durante diez días seguidos, por mucho que me llames y me pidas perdón, por mucho que vayas a mi casa… No va a cambiar nada. No siento lo mismo por ti, ya que todo el amor que te tenía se rompió en cuanto me traicionaste de esa forma.

Dejé que me dijera todo eso y más sin decir ni una palabra. En situaciones normales me hubiera echado a llorar por sus palabras, pero mi corazón estaba tan machacado que ya no sentía dolor alguno.

 

Sonreí y le miré.

 

-         ¿sabes qué pasa? Cuando me acosté con él… Realmente lo disfruté. No voy a entrar en cuál de los dos lo hace mejor porque eso es realmente una estupidez y no es el momento. Pero lo que sí que es cierto… Es que el tema del sexo ya no me aporta lo mismo. Ya no… siento que es un privilegio el tener  la confianza suficiente con alguien como para desnudarte y acostarte con esa persona… - sonreí y una lagrima me recorrió la mejilla. – Ha habido dos personas… que ya se han encargado en destruir eso. Han hecho de mi cuerpo su parque de atracciones, y han conseguido que vea que quitarle los pantalones a alguien y hacerle de todo… Sea lo más normal del mundo.

 

Me tomé unos segundos antes de volver a hablar.

 

-         Lo que hicieron conmigo en esos días fue innombrable… Pero, tristemente, acabé habituándome a eso. Pasé de un “por favor, no me lo hagáis” a un “espero que esta vez sean menos de tres veces seguidas”. Ya había un momento que cuando veía a Dennis sin pantalones ya me ponía a cuatro patas y esperaba a que pasara todo. – el pecho me empezó a doler a medida que hablaba. – Eso no excusa mi comportamiento, pero… Ya llevo una temporada… en la que ya no sé ni lo que hago. En la que casi ya no distingo de lo que está bien y lo que está mal. Y cuando me quiero dar cuenta… ya te he perdido.

 

Dejé de hablar por el momento y, al ver qué él no decía nada, negué con la cabeza y una sonrisa de incredulidad se formó en mi rostro. Luego le volví a mirar.

 

-         Perdona por haberte molestado estos días, y también por haber interrumpido tu clase. – Sonreí – He captado tu mensaje. Espero… que todo te vaya bien.

 

Me di media vuelta y me fui a casa. Hubo algo que le agradecí a Jake en ese momento: que no me retuviera para evitar que me fuera.

 

Llegué a casa y, tras comprobar que estaba solo, me quité el disfraz de Tarzán. Finalmente, cuando me miré al espejo, solté el llanto más desgarrador que era capaz de soltar.

 

*****

 

 Las semanas avanzaban lentamente. No estaba dolido y deprimido por lo que aquello. De hecho, después de haber llorado desesperadamente aquél día, ya no volví a mostrar emoción alguna.

 

Volví a ir a clases de defensa personal. Es extraño porque, después de algo así, un ser humano cualquiera hubiera abandonado… pero yo no. Iba allí, atendía, aprendía, y eso era todo. Jake se sorprendió al principio al verme de nuevo, pero al ver mi actitud, se relajó un poco y empezó a dar clases como si nada.

 

Todo parecía que iba normal, parecía que yo lo había superado… Pero, por mi propia experiencia sabia que eso no iba a durar mucho.

 

Llegué un dia a casa, como si nada, cuando escuché unas voces que venian del salón. eran Jake y neil. No parecia que me hubiesen oido entrar, así que hice lo que todo el mundo hubiese hecho: cerrar la puerta con cuidado y ponerme en un lugar que no me vieran para escuchar la coinversación.

 

-        neil, no intentes convencerme de lo contrario. -  El tono de Jake era duro, y no parecía querer ceder con ningún argumento que le diera. - Lo que hicisteis Tyler y tú fue un error. Y por mucho que me intentes decir cosas como “perdonale, no sabia lo que hacía”, no voy a cambiar. Nuestra relación se ha roto para siempre, y punto.

-         Oh, vamos Jake. - Acompañó esa respuesta de un suspiro. - Sabes que Tyler ha sufrido mucho, y que le han pasado tantas cosas que ya no sabe lo que está haciendo.

-        Eso no es excusa.

-        Puede que no. Pero. ¿sabes como está Tyler psicológicamente? está realmente destrozado. A veces, inclouso antes de que pasara todo esto, le daban ataques de ansiedad y ganas de llorar de la nada. Ni siquiera él sabia  el motivo. - hizo una pausa para continuar. - Su madre… ¿sabes que su madre estuvo planteandose internarlo en un centro? 

 

me llevé una mano a la boca para opacar el grito que tenía ganas de hacer. ¿Que mi madre habia dicho qué?

 

-        Algo había oido… - le respondió Jake. - Pero aun así… estoy dolido, ¿sabes? Dolido y celoso.

-        ¿Celoso?

-        ¡Claro! La relación de amor que teneis vosotros dos… ya hace años que estais juntos. ¿Como puedo yo… competir contra eso? ¿Me lo puedes decir?

-        te voy a decir como: eres el amor de su vida. Sé lo que me vas a decir, y no. Yo no puedo serlo. Hago muycho dañoa  Tyler cuando estoy con. Siempre

 

-        Esta bien… Volveré con él. Pero… te voy a decir una cosa. - su tono de voz sonaba mas severo que antes. - Puedo perdonarle a él… pero no a tí. Tu y yo… No volveremos a ser amigos. Ni ahora ni nunca. 

 

Escuché como jake le decia un par de cosas, lo que me hizo darme cuenta de que la conversación se habia acabado y, por lo tanto, iba a ser descubierto si no me iba en breves. Intenté irme sigilosamente pero, dada la torpeza que me carazteriza, me tropecé con una silla, con un bolso que habia por ahí y me caí al suelo con un sonido muy fuerte. No me hice daño apenas, pero ambos se percataron de mi presencia.

 

-        ¡H-hola! - me empecé a poner nervioso - Acabo de llegar ahora mismo, jejeje… Bueno, os dejo solos.

 

intenté irme, pero Jake me retuvo.

 

-        Sé que lo has escuchado todo. Se te nota en la mirada.

 

Mis ojos se cruzaron con los suyos, por primera vez en semanas. Creo que me puse rojo. Le desvié la mirada mientras Jake me cogia de las manos.

 

-        Así que… Así es como luces sin disfraces, eh…

-        olvida lo de los disfraces. - suspiré, algo desanimado. - Fue una tontería. No debería haber llegado tan lejos.

Negó con la cabeza y me levantó la barbilla con una cabeza.

 

-        No… olvida tú mi reacción. No debería haberme enfadado tanto contigo… Cuando solo querías que te perdonara. Solo… estaba enfadado porque me interrumpieras la clase.

-        Ah, sí… - bajé la mirada ante su comentario - Perdoname por eso también. Deberia haber esperado a que acabaras.

 

Negó con la cabeza antes de besarme. No sé que queria decir con ese gesto, pero sabia que las cosas no serian igual.

 

*****

No me equivocaba.

 

Neil y Jake se dejaron de hablar desde aquel dia, y todo lo que implicaba quedar en grupo de amigos empezó a ser un infierno para mí, y tambien para Leo y William. Los pobres no tenian la culpa de nada y estaban en medio de la pelea de ellos dos.

 

Así que, lo que acababamos haciendo era quedar nosotros tres a solas, sin Jake ni Neil  de por medio.

 

-        No puedo mas, os lo juro. ellos dos me van a matar un dia de estos.

 

Leo y William se portaron muy bien conmigo. Cuando quedabamos los tres, dejaban que me desahogara sin decir ni una palabra.

 

-        Es que… - tomé un sorbo de mi batido antes de seguir hablando. - Cuando estoy en casa de Jake, no para de ponerme la cabeza como un bombo de lo malo que es Neil, que lo que dijo el otro dia estuvo muy mal… Y mas cosas. Y cuando me voy a casa, a mi casa, Neil empieza a hablarme de como le trata Jake, que cuando le ve le gira la cara, de sus peleas… ¡No puedo mas, de verdad! ¿De parte de quien deberia ponerme?

-        Bueno… - Leo rompió su silencio. - Eso no podemos decirtelo, eres tu el que debe saberlo.

-        Ya, pero…

-        De todos modos, ¿Porque tienes que estar solo de una parte? - continuó. - Si crees que ambos tienen razón en algunos aspectos, hazselo saber a ambos de la forma mas suave posible.

-        ¡pero me van a odiar si me pongo de parte del otro!

-        Mira, Tyler… - William intervino. - Te queremos, y no quiero decirte esto de forma borde, aunque suene así pero… - inspiró antes de volver a hablar. - Con todo lo que ha pasado… Es un milagro que te sigan hablando.

 

Asentí al escucharle. No me dolia lo que estaba diciendo, ya que era algo que yo ya sabia. Desgraciadamente, aun me costaba asimilar que las cosas hubieran cambiado tanto en tan poco tiempo.

 

Agotado, solté un suspiro y me levanté de la terraza del bar en donde estabamos.

-        Vámonos. - les miré - Necesito pasear y que me dé un poco el aire.

 

Mientras caminabamos y mirabamos tiendas de todo tipo, yo no podía dejar de comerme con todo este tema. Leo y William se daban cuenta de ello a veces, e intentaban hablarme de cualquier tema para evitar que cayera en una espiral de la cual no podria salir… Pero era inevitable en algunos momentos.

 

Sin embargo, habia algo de lo que estaba seguro: todos habiamos tocado fondo, y nuestra situación no podía ser peor. Por lo tanto, lo unico que podiamos hacer era mejorar… ¿no?

 

 Estaba seguro… de que el futuro sería mejor que el presente.


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