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Pasajeros por kaoryciel147

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!! Gracias por leer y dalre oportunidada este nuevo fic. Bueno, como saben siempre intento hacer una buena investigación para cada fic, esta no fue la exepción. 

Espero les guste y..finalmente cual será la desición de Naruto? Despertará a Sasuke??? Disfrutenlo!

 

Desde que sus ojos conocieron al japonés, su vida empezó  a girar alrededor de Sasuke Uchiha. Por lo cual, no pudo conformarse con solo saber su nombre. Necesitaba conocerlo, más de lo que jamás había necesitado saber sobre una persona. Su necesidad era como un hambre primitiva.

 

No tardó en recordar que existía un registro con los datos generales de todos los habitantes de aquella colosal nave. Al principio  le fue suficiente. Le ayudó a sentirse más cercano al chico dueño de su tiempo. Dentro de los registros halló la usual entrevista que le hacían a todos los viajeros semanas antes de abordar el Avalon.

Ni siquiera hace falta describir cuanta emoción desbordó ante su hallazgo.

 

Naruto se encontraba tendido en su cama, con la Tablet en sus manos. Tocó el video y lo deslió al frente. La imagen se amplifico. Y como si estuviera en su cine personal, se acomodó sobre los cojines para disfrutar del video de presentación del joven asiático.

 

El muchacho  se veía tan arrogante, pero a la vez poseía una elegancia digna de alguien de la nobleza. Su mirada era inteligente, los ojos negros y rasgados solo amplificaban esa cualidad en su mirada. Todo en él armonizaba de manera sublime. Poseía una belleza que no necesitaba ser maquillada como era la moda en la Tierra. Sin embargo notó claramente que sus ojos estaban levemente realzados por un delineador negro  y su cabello estaba claramente peinado por un estilista de  alto calibre.

—Soy, Sasuke Uchiha. Tengo 22 años. —Inició con una ligera sonrisa altiva. — Estoy aquí porque simplemente me apetece crear la más grande obra jamás escrita.

“Sí que confía en sí mismo”, pensó Naruto con ansiedad.

—Buenos días, Sasuke. Es muy interesante tu razón para viajar, sin embargo ¿Sabes que hay otros escritores que navegaran contigo?—Preguntó el entrevistador.

—Aun así. Ellos no vivirán lo mismo que yo ¿no lo crees?—Al parecer no tenía intención de dirigirse a él con respeto o distancia. Su comportamiento delataba que era un divo acostumbrado a las entrevistas. —  Cada persona tiene diferentes modos de vida, mi perspectiva le gusta a miles de usuarios.

 

A aquellas palabras, Naruto le daba razón. No existían vivencias iguales a pesar de que recorriesen el mismo camino. “Podrá ser un divo, pero sin duda habla con razón. Me pareces tan interesante, teme”

 

—Por supuesto. — El tono del entrevistador cambió a uno más suave, como queriendo entrar en complicidad. — Pero sabes que despertarás  dentro de 100 años. Muchos de tus lectores no existirán para ese entonces.

 

El joven escritor no se amilanó. Sus ojos no dejaron de conservar esa abrumadora seguridad del inicio.  Sus labios se curvearon en una clara  sonrisa entre provocativa y orgullosa. Naruto se sonrojó por la forma en que eso labios se tensaron sensualmente.

 

— ¿Acaso no conoce las últimas noticas, señor entrevistador?

Naruto era un hombre experimentado sexualmente. Había compartido experiencias  de todo tipo y con diferentes tipos de personas,  pero se sintió abrumado  ante la estremecedora manera de hablar del divo.

 

El entrevistador río nervioso. Seguramente había sentido el impacto de la sensualidad del pelinegro.  Debido a la libertad sexual que vivía la sociedad humana, un coqueteo entre dos hombres era tentador para ambas partes.

 

El rubio sintió una pizca de celos por ello. Sin embargo, también le había sorprendido que alguien que se veía tan elegante y serio pudiera tener ese poder de seducción.

—Eres muy seguro de ti mismo eh…—Titubeos en un profesional entrevistador. Naruto ahora comprendía que Sasuke era también una persona bastante experimentada.  — Escuché que muchos de tus seguidores se van a criogenizar solo para esperar tus historias. Por verte de nuevo. Parece que la criogenización se ha vuelto una salida a las depresiones de fans.

 

Su tono de voz recobró seguridad. Seguramente para aquel joven aunque experimentado entrevistador era difícil lidiar con alguien tan soberbio.  

—Además… ¿Acaso no cree que muchos nuevos lectores aparecerán? —La joven estrella se acomodó en su silla, su rostro adquirió seriedad. —  La forma de leer o de contar historias puede cambiar pero nunca el hambre que todos tenemos por una buena ficción. Hace cientos de años era solo un cumulo de papeles, ahora se utiliza las tabletas y las pulseras acompañada de sonidos, o incluso de cd dramas, con imágenes que guían pero no se ha perdido el hambre por leer, por imaginar a tu propia manera e interpretación lo que te cuente un autor. Es una experiencia que jamás será reemplazada por una animación, series o demás.

 

Su discurso fue muy apasionado. Naruto sintió su corazón acelerarse ante una persona con unas ideales tan firmes y hermosos. Él no era un aficionado a la literatura, pero admiraba a todo aquel que defendía una causa justa.

—Seguramente habrás tenido un par de discusiones con tu padre, madre y hermano.

La fiereza gatuna en los ojos de Sasuke no se  perdió. El rubio anotó mentalmente buscar sobre la familia de su chico.

—Por supuesto, mi padre es un productor  de contenido audiovisual. Yo estudie la misma carrera. Mi hermano es guionista y mi madre fue una de las mejores actrices.

Su mirada se había perdido por unos instantes, como rememorando algún recuerdo triste.

—Sin embargo te independizaste de ellos tan rápido que muchos no te relacionan fácilmente. Tu familia es uno de las pocas a las que se les permite la conservación de sus genes en sus hijos.

—Lo sé.

 

Naruto deseó golpear al entrevistador. Su pequeña obsesión se veía incómodo y fastidiado.

— ¿Qué dijeron tus padres al respecto? Debió ser duro que tu hermano se fuera hace dos años. —Pero el entrevistador, ajeno al sentir del joven Uchiha, continuó con la entrevista. — Ahora mismo debe estar en camino hacia la colonia 9. Llegará unos años antes, ambas colonias están bastante cerca. Podrás visitarlo.

 

—Lo haré. —Recobró seguridad en su voz. — No tengo  una mala relación con Itachi. Mis padres tuvieron que asumirlo. Ellos desean permanecer juntos y vivir una sola vida. Es su forma de vivir y la respeto.

Había dejado claro que no toleraría otra pregunta sobre sus padres.  

—Entiendo, tu hermano se fue con su compañero y su hijo ¿no es así? ¿Fue repentino...

—No deseo hablar de ello. —Respondió cortante

Naruto admiró aquel joven que seguramente hubiera podido tener éxito en cualquier carrera. Y que a pesar de que la hubiera tenido fácil en el mundo  audiovisual, decidió atreverse a seguir su propio rumbo. El rubio deseó fervientemente poder preguntarle por sí mismo, miles de dudas le asaltaron que la entrevista no pudo calmar.

—Lo entiendo.  No es necesario tampoco. Bueno, Sasuke tus razones son interesantes. Yo mismo voy a viajar en tu nave, nos estaremos viendo, debe ser duro viajar solo.

 

Una suave sonrisa se dibujó en los labios del pelinegro.

 

—En realidad estoy viajando conmigo mis… bien lamentaré llamarlos así… pero sí mis mejores amigos—rodó los ojos.

 

A lo lejos un grito femenino se escuchó. La cámara giró para descubrir de quien provenía el grito. Un grupo peculiar de tres personas apareció encuadrado en la pantalla. Se trataba de una chica pelirroja, un chico peliblanco y un peli naranja.

“Así que mi musa no se encuentra solo”, pensó Naruto un poco incómodo y enojado.

 

—Teme, incluso alguien tan orgulloso como tú tiene gente que lo aguante eh... ¿Dónde estarán? Serán de tu clase A.

 

El vídeo acababa un poco después de ello. Con una simple despedida, un saludo de Sasuke a sus fans y un “buena suerte” del entrevistador.

 

En vez de haber saciado su hambre por información de Sasuke, el rubio solo sintió una desesperanza mayor. Giró varias veces en su cama, esperando tranquilizar su corazón y su ansiedad. Fracaso en su labor. Necesitaba conocer a aquellas personas que eran cercanas al chico.

 

Naruto se dio a la tarea de buscar información de cada uno, pues sí los tres pertenecían a la misma clase social que Sasuke debería haber información de cada uno.

 

Karin Uzumaki: Editora de contenido Web y crítica literaria, de cine y series. Tiene 25 años. Nació durante el programa AB. Custodiada y cuidada por el gobierno hasta su edad de independencia. Nació en el Hospital Konoha de la Unión Asiatica. Clase A. Se volvió protegida de la familia Uchiha. Dentro de sus pasatiempos destaca la literatura, contenido audiovisual.

 

La muchacha era una de los niños que nacían por programas del gobierno y que no habían sido adoptados. Estos niños no tenían una vida difícil, pues eran niños que cuidadosamente habían producido el gobierno y recibían un cuidado exhaustivo en su crianza comunal. Eran criados para ser líderes. Casi siempre obtenía el patrocinio de una familia importante a la edad de 15 años.

 

Suigetsu Hozuki: Nadador profesional. Tiene 25 años. Hijo menor de la gran familia Hozuki. Familia de clase A+, dueña de la enorme industria de conservas. Su familia había auspiciado varias producciones de la familia Uchiha. Dentro de sus pasatiempos destaca la natación, paseos, kendo y artes marciales.

 

Juugo Kaguya: Miembro de Seguridad de la familia Uchiha. Clase B.  Nació durante el programa AB. Custodiado y cuidado por el gobierno hasta su edad de independencia. Nació en el Hospital Konoha de la Unión Asiatica. A la edad de 15 años fue ingresado a la academia de entrenamiento físico, su educación fue patrocinada por la familia Uchiha. Después de su graduación se hizo guardaespaldas de los hijos de Fugaku.

Todos tenían que ver con la familia de Sasuke. Todos debían de conocerlo en persona,. Para que él los considerara mejores amigos, debieron volverse muy cercanos, conocer facetas de Sasuke que él nunca podría saber. ¿O sí?

 

Una idea descabellada cruzó su mente. “Despiértalo”. Aun no estaba seguro de que fuera posible, pero los manuales estaban muy cerca.

 

Intentando tranquilizarse, se conectó a la red de la nave. No era como el Internet real de la tierra, pero era una copia de una parte  de esta o lo que hasta el momento tenía esta.

Sin dudarlo empezó a buscar fotos. Para su fortuna sí que había muchas de ellos. Realmente eran una familia bastante adinerada. El cine que mayoritariamente producían no era el género que él le gustaba, no era aficionado a la literatura, política ni natación, así que no había conocido algo destacable sobre ellos.

 

Apretó sus labios en disgusto cuando vio una foto de su precioso oriental junto al peliblanco, no se besaban pero estaban muy cerca. Sasuke se veía del tipo de persona que no se dejaba tocar por nadie ¿Por qué lo hacía con él?

 

Cerró la foto y decidió buscar un poco más de información sobre Sasuke en algunas páginas de fans.

Descubrió que el nombre de Sasuke era el de un personaje histórico de Japón. Sonrió aún más entusiasmado por ello. Incluso se leyó la biografía de aquel personaje solo para ver si finalmente el nombre había atinado. Luego averiguo su edad exacta. Tenían la misma edad, aunque aquel bello oriental era unos meses mayor, no podía creerlo.

 

Había tenido las mejores notas en todas las instituciones educativas a las que había asistido- había rebuscado en cada una exhaustivamente. - Tiempo le sobraba así que analizó los estándares de cada lugar solo para descubrir que aquel “teme” como le había apodado luego de esa pequeña investigación era un genio.

 

—Wow teme fuiste un niño genio—Comentó.

Se quedó dormido abrazando la tableta con la foto de Sasuke. Al fin tenía alguien a quien aferrarse.

 

Los días posteriores se dirigió a la sala donde se encontraban todas las cámaras de criogenización. Con su desayuno en mano, se sentó al lado de la de Sasuke y empezó a leer una de las obras de Sasuke que había podido comprar de la tienda de la nave.

Al terminar su desayuno, admiró un par de minutos el rostro durmiente de Sasuke. Suspiró. Iba a retirarse, pero le dio una terrible curiosidad ver a las personas que le acompañaban.

 

No le tomó mucho tiempo encontrarles. Todos viajaban en clase A. Incluso Juugo, pues viajaba como guardespaldas de Sasuke y este había pagado su viaje. Primero encontró a Karin, era una mujer bastante hermosa. Su cabello le recordaba al de su propia madre. Luego fue al de Juugo, quien tenía una expresión serena, pero si talla y porte era de temer. Finalmente vislumbro a Suigetsu, quien, pare su molestia, era bien parecido: Tenía un exótico cabello blanco, un cuerpo firme y musculoso.  }

 

Con el ceño fruncido paso su mano por sobre su cámara.

—Ni siquiera lo pienses…—Susurró amenazante como si el hombre durmiente pudiera escucharlo.

 

Fue en ese momento en que lo imagino: Cuando su Sasuke se despertara sería tan joven como lo veía. Suigetsu con quien compartía cierta afinidad, también lo sería. Mientras él estaría muerto o, en el mejor de los casos sería, un viejo decrepito

Una malévola idea cruzó su mente: Ya no tenía porque vivir en esa miserable desesperación sino que podría vivir con ese joven, compartir y divertirse. Su carácter serio y orgulloso chocaría con el suyo pero sería divertido sin lugar a dudas.

A pesar que sus impulsos le guiaban hacia ese camino, se retuvo. Sabía que aquel joven tenía sueños, metas por las que se había embarcado en ese lugar. Y, a diferencia suya, no era su destino envejecer encerrado en aquella nave. Naruto sabía que era su condena propia, no tenía por qué arrastrar al bello Sasuke consigo. Y aun así, tomó los manuales y se dirigió a leerlos cuidadosamente.

 

A diferencia de cómo reparar su propia cámara de criogenización, los manuales le habían dado solución a la pregunta de cómo despertar a alguien que aun dormía. De hecho, era bastante simple dadas sus habilidades en ingeniería. Lo sintió como una mofa a su destino.

 

La disyunta creció dentro suyo ¿arrastrar a Sasuke a su lado o no?  A pesar de lo desolado que se sentía su sentido de valor no se había ido. Estaba muy consciente de lo bueno y lo malo. Lo sabía, había sido  sumamente  egoísta el tan solo intentar averiguar si era posible. Pero finalmente, con tanto tiempo libre, se aprendió de memoria el proceso de despertar al azabache.

 

Fue con su manual en manos hasta el robot barman. Se lo consultó, pero este no entendía de moral o sentimientos. Solo le daba por su lado. No podía decir algo ajeno a su programación.

 

Naruto deseó contar con su madre a su lado, aunque probablemente ella en la tierra ya era muy anciana. Gruñó, podía hablar con el robot, peor no era lo mismo. Su cuerpo no tenía calidez, sus emociones eran planas de acuerdo a su programación y no se molestaba ni siquiera en responder ante insultos o golpes. No existía la reacción que como ser humano deseaba encontrar. Nuevamente su mente le llevó al muchacho asiático.  Sasuke seguramente pintaría su vida de hermosos colores. Al menos tendría alguien con quien gritarse.

 

Pasó dos semanas en esa disyuntiva, reveía sus videos, buscaba nueva información y se sintió asqueroso de solo haberlo meditado. Sasuke quería vivir libre en esa nuevo mundo, quería escribir una buena historia, tenía un hermano que le esperaba, fans que se habían criogenizado por él. No era lo correcto. Así que renunció a su plan y se sumergió en la bebida, intentando pensar que era lo mejor, sin embargo no pudo dejar de pensar que Sasuke podría ser su compañía.

 

Solo duro una semana. Sin decirle al robot, se decidió cortar la barba, acicalarse, darse un buen baño, quedar con el rostro limpio y oler bien. Aun así frente al espejo se dijo que no lo haría.

 

 En unas horas se encontró al lado de la cámara de hibernación de Sasuke con herramientas necesarias para abrirla y así  despertar con bien a Sasuke.

Unos segundos después había iniciado su trabaja desensamblándola. Su mente le repetía “No lo hagas”.  Sin embargo, a esas alturas ya no tenía raciocinio,  estaba embargado por una emoción poderosa.

 

Trabajo por horas sin descanso, no sufrió de sed ni de cansancio, su mente estaba concentrada. Titubeo cuando solo faltaba juntar dos cables y presionar un botón. Su mano tembló pero ya con decisión presionó el botón. La máquina se activó, y el saludo de la asistente virtual de Sasuke se hizo presente.

 

¡Lo había hecho! ¡Había despertado a Sasuke! ¡Lo había traicionado! ¡Al fin tendría a otro ser humano a su lado!

 

Sus emociones estaban a flor de piel, una parte de ellas estaban felices, otras llenas de culpabilidad.

 

Naruto huyo llevando sus herramientas. Se encontraba agitado, sonrojado y asustado de sus actos: Sasuke había despertado para estar junto a él en esa prisión galáctica.

Se encerró en su habitación. Escondió rápidamente los manuales que había conseguido para ocasionar el desperfecto en la máquina de hibernación. ¿Cómo se encontraría Sasuke? Pensó, seguramente confundido, dejándose llevar por su guía virtual. Sin siquiera pensar en sus amigos o demás. En unas horas más se daría cuenta que nada era como lo imaginó.

 

Uzumaki decidió tomar un baño rápido para salir y darle la bienvenida a Sasuke en su nueva jaula, la cual lo obligaría a ser su compañero de soledad. El rubio solo quería una oportunidad de conocerse, de tener un lazo. Un año y dos meses había pasado completamente solo y era inaguantable, pero ya no más, el bello oriental estaría a su lado.

 

Ya listó salió despacio, intentando prestar atención a cualquier grito. Cuando estuvo cerca al comedor principal, escuchó un  “Hola” en varios idiomas.

—Hey. —Soltó sin saber cómo iniciar.

 

Era diferente a él sin duda. Sasuke había notado que era el único mucho más rápido pues tenía puesta sola una bata encima del traje de hibernación.

Sin embargo para Naruto seguía siendo una criatura celestial.  Su rostro era pálido pero tenía cierto toque rosado que le daba vida, sus ojos negros brillaban llenos de pánico,  sus cabellos negros le enmarcaba un grácil rostro. Tenía los puños cerrados, su respiración era agitada.

 

Para el rubio la sensación de ver a otro ser humano frente  de él fue grandioso. Lleno de pánico y culpa pero de una absorbente emoción. Sabía mucho de Sasuke por lo que había leído. Podía decir que quería en esos momentos contarle como le había parecido sus libros, las películas que su padre y hermano habían producido, pero se mantuvo callado.

 

—Hola, tebayo. —Volvió a llamar su atención subiendo el volumen de su voz.

El pelinegro giró hacia la voz que le habló. El rubio pudo notar que cierta tensión perdía sus puños y sus hombros, y que un brillo de alivio llenaba sus ojos. Sasuke rápidamente se acercó. Su entrecejo estaba levemente fruncido.

 

— ¿Porque mis amigos no han despertado? Nadie lo ha hecho…La tripulación debería estar ya despierto. Ellos deben organizarnos y aterrizar en la nave en unas semanas.

 

¿Cómo debería de empezar a contarle la verdad?

 

—Bueno...—Naruto se rascó la nuca. Tenía que mentir, fingir que era una víctima sorprendida de ver a otro como él ahí. —No hay nadie más que nosotros despierto, tebayo.

 

Pudo ver que el lindo rosa en las mejillas de Sasuke se perdió, que sus ojos alargados se abrían y las venitas en sus cuencas enrojecían.

—EH… ¿Qué dices tonto? eso es imposible, la tripulación…ellos deben de aterrizar esta pedazo de chatarra. Los dueños de Konoha están aquí…ellos no

 

Naruto no le dio importancia al insulto del joven, cualquier acto era entendible en medio de aquella angustiante situación. No podría culpar de nada a Sasuke. Su oriental se desmoronaba a segundo, giraba su cabeza segundo a segundo. Así que se acercó a tomar su mano,

— ¡¿Qué demonios le sucede?! ¡Suélteme!—Ordenó.

—Iremos al salón de la información, el buscador central te lo explicará como hizo conmigo.

 

Sasuke se había aprendido todas las áreas que la nave tenía antes de que él y sus amigos la tomaran así que se dejó arrastrar porque francamente no recordaba donde se encontraba.

 

Y fue en aquel lugar que Sasuke se enteró que solo ellos estaban despiertos y que todos los demás, incluido sus amigos, seguirían durmiendo por décadas hasta que la nave estuviera a meses de aterrizaje. Escuchaba la voz de aquel extraño retumbar a su lado. Sasuke solo deseaba que se callase, su cuerpo se enfrío, perdió todo calor y en su mente inundo el negro.

 

Naruto tomó rápidamente al azabache en sus brazos. Habían anticipado una reacción similar. No le tomó esfuerzo levantarlo en brazos con cuidado.

 

—Todo va estar bien, Sasuke. No estás solo.

 

Fue al área de salitas de reuniones general, y ahí recostó en uno de los sofás dispuestos a Sasuke. A su lado acarició sus cabellos, eran increíblemente suaves para alguien que ha dormitado por años.

 

—Realmente eres hermoso ´tebayo.

Se iba atrever a tocar una de sus mejillas, pero Sauske interceptó su mano abriendo los ojos rápidamente. Se puso  de pie y reteniendo sus lágrimas comenzó a correr hasta la sala de capsulas donde sus amigos aun dormían. Naruto lo siguió.

 

— ¡¿Adónde vas?!

—Voy a buscar mi capsula. Debo dormir de nuevo. Debo encontrar a mis compañeros...

Corrió por todos lados hasta encontrar la capsula de su amigo. Paseó la mirada por  cada uno. Como si en cualquier momento todos despertaran y le anunciaran que había sido víctima de una broma de bienvenida.

—No es posible, joder teme no es posible. —Naruto se desesperó.

— ¡Cállate inútil!

Así que viendo que nadie más despertaba,  abrió su capsula y se metió ahí. Naruto le permitió, pues suponía que el joven debía de percatarse por sí mismo. Como le sucedió a él, a los segundos,  Sasuke abrió la compuerta. Se había quedado sin aire. Terminó tosiendo a un lado. Naruto con cuidado se acercó y le rodeó con sus brazos.

 

—Teme, yo he estado despierto por un año antes que tú… no hay nada que…

— ¡¿Un año?!

 

Vio algo de compasión en los ojos negros. Tenía que explicarle rápidamente.

 

—Supongo que la nave no está funcionado bien y que cada cierto tiempo se traduce en fallas como estas.

—Entonces eso es. Debemos despertar a los inútiles de la tripulación. Orochimaru, él está en esta maldita nave ahora mismo. Él tiene que responder por nosotros.

—Escucha…

— ¡Dime donde está el cuarto de comando!

—No…

— ¡Dímelo ahora!

—Te llevare si eso te tranquiliza. —Respondió rindiéndose.

 

Naruto chasqueó sus labios, le tendió la mano peor Sasuke rehusó a tomársela le indicó con la cabeza que lo seguiría. El rubio temía que el azabache terminara desmayándose nuevamente. Así que le guío rápidamente, siempre alerta de las reacciones del cuerpo de Sasuke.

 

—Aquí están.

El azabache observó con asombro las marcas en la puerta que protegía a la tripulación, y todas las herramientas desde taladros hasta pesadas combas. Las palabras del rubio cobraban sentido. Lo cual solo le causaba más pánico, así que golpeó con sus manos la puerta como si con sus gritos aquellos seres pudieran despertar y solucionar el problema.

 

—Sasuke, he intentado abrir esta puerta y no he podido. —Le confesó.

— ¡Pues te rindes muy fácilmente!

— ¿Fácilmente? ¿Sabes todo lo que he pasado durante este maldito año? No tienes idea.

Naruto se calló, sabía que no era el mejor momento. Se acercó intentando calmarse  y no exasperarse más, pero el azabache le dio una palmada a la mano que intento tocarlo. Luego se tambaleó sobre su lugar.

 

—Yo… me voy a mi camarote…—Anunció Sasuke mientras su pies temblaban.

Las náuseas y la debilidad invadían su cuerpo.

—Te llevaré a tu camarote´tebayo. —Se ofreció muy preocupado.

—Puedo ir solo, quítate.

—Bien si te desmayas en el camino ni siquiera me enterare.

Sasuke no le hizo mayor caso. Arrastrando los pies por los pasillos, mientras se apoyaba en las paredes desapareció de su vista.

 

 

 

Naruto se dejó caer, arrastrando su espalda por la puerta que tantos días enteros intento derrumbar sin éxito. ¿Habría sido buena idea despertarlo? Podría haber leído mil artículos de Sasuke y sus libros pero quizás no tendría la fortaleza para no ahogarse en ese encierro. Sin embargo, Naruto también se dio cuenta que debía ser más comprensivo y suave. No debía acelerar las cosas. “¿Acelerar qué?”

 

No podía negarlo, Sasuke le parecía increíblemente más atractivo que en las fotos y videos. Ya con sus videos y fotos había fantaseado mucho; le había anhelado físicamente e incluso sexualmente. Pero no necesitaba que Sasuke se volviera su amante. Solo deseaba atener alguien, un ser humano con el cual compartir. Sonrío. Hace mucho que no se enfadaba con otro ser humano. Ese, sin duda, había sido un buen comienzo.

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Se despertó agitado, sentía varias gotas de sudor recorrerle la espalda, sus ojos picaban. Sin contenerse dejó que sus lágrimas escaparan. Se acostó de lado, con los ojos vacíos. Había soñado con los tres idiotas que se habían embarcado a su lado en esa aventura.  No los volvería a ver. Es decir, podría verlos detrás de esa luna, pero no los escucharía más, ni las patéticas escusas de los tres por acompañarlo. Era en ese momento en que se daba cuenta que los apreciaba. Por más ruidosos que fueran, los quería.

 

Luego pensó en su hermano, en Shisui, su primo y compañero de su hermano, quienes le esperaban en la colonia cercana. En sus padres, que le despidieron esperando lo mejor para él.

 

Apretó sus dientes. Por supuesto que no se rendiría. Era un Uchiha y aunque la ingeniería y mecánica no era lo suyo, era un genio en todo el sentido de la apalabra. No existía algo que no pudiera lograr. Así que se proyectó tres planes: Arreglar su capsula de hibernación, encontrar un repuesto para esta o despertar a la tripulación a como diera lugar para que esta se encargase de arreglar e incluso despertar al creador de toda esa locura.

 

Se dio un baño a conciencia. Tomó el batido que habían recomendado para nutrirse, se peinó y vistió adecuadamente casual. Podía estar en una situación desastrosa, con su vida por arruinarse, pero existía un pasajero más y no iba permitir que viera sus debilidades. No sabía qué tipo de persona era.

 

Se encaminó primero al buscador general que se ubicaba cerca del comedor. Le pidió un croquis de la nave para no perderse y poder movilizarse. Posteriormente,  preguntó sobre como reparar su capsula de hibernación. Pero el necio buscador solo le indico que era imposible que estas se malograsen.

 

— ¡Estoy aquí maquina inútil! ¿Cómo diablos crees que estoy aquí sino?

Su garganta dolió después de tremendo grito.

—Teme...—Una voz interrumpió su línea de pensamientos— Sabía que te encontraría aquí.

Sasuke solo gruñó ante las palabras de Naruto

— ¡Hey no me ignores!

Sasuke solo continuó consultando con otras palabras e idiomas, obteniendo funestos resultados.

—Ya lo he intentado...teme—Naruto recordó que Sasuke nunca le había indicado su nombre. No era un buen momento en que se enterara que lo había observador dormir por semanas y que se había aprendido su biografía entera.

—Deja de llamarme así mi nombre es Sasuke Uchiha.

Al parecer el príncipe esperaba alguna reacción de fanboy de Naruto pero este siguió inmutable. Por supuesto que sabía que esperaba el azabache; pero no le daría ese gusto.

Sasuke solo bufo sin darle importancia.

—Entiende una cosa. —Sus puños se apretaron, su corazón estaba inquieto. “Solo junto a un extraño”, esa frase en su mente le llenaba de miedo. Un miedo que no dejaba entrever, que reemplazaba por molestia. — Porque seamos aquí los únicos despiertos no significa que tengamos que hablarnos. —Su voz siguió saliendo grave, sin dejar que alguno de los numerosos titubeos escaparan. —  Solo si encuentras una maldita manera de solucionarlo todo, pero veo que te has rendido. Yo no soy un fracasado voy a conseguir arreglar esa maldita máquina.

 

Un silencio que puso más nervioso a Sasuke llenó el lugar. Nuevamente la sensación de sentirse acorralada acudía al pelinegro. Naruto lo observaba como si le detallase. Así que atravesó su lado derecho para salir de la sala. Sin embargo, el rubio se atrevió a detenerlo tomándolo del brazo con fuerza.

— ¡Óyeme, príncipe arrogante! yo soy un ingeniero ¿Qué puede hacer alguien con las manos delicadas que un ingeniero no pueda?

 

Sasuke sintió su corazón tamborilear, su cerebro dolía, su pecho estaba apretado, el aire no ingresaba a sus pulmones. En un arrebato empujó a Naruto. Odiaba que invadiesen su espacio personal si no era alguien que quisiera. Y aquel extraño se había atrevido a apretarlo su brazo como si quisiera rompérselo.

— ¡Aléjate de mí!

 

Ambos se miraron sorprendidos por el grito desesperado del azabache. Este se sintió avergonzado, así que se cubrió la boca mientras su otra mano se apretó el estómago, intentando calmarse.

Corrió sin detenerse por unos minutos. Llegó a su suite. Era un lugar espacioso, iluminado, con comodidades como un jacuzzi privado, bar privado y una cascada masajeadora. Pero Sasuke solo se lanzó sobre su mullida cama. Ahogó un largo grito en sus almohadones.  Lo admitía, tenía miedo del otro pasajero. Pero  su parte lógica le decía que si quería solucionar ese problema debería de ser más sociable. Quizás debería de exponerle sus reglas de espacio personal.

 

En el bar, Naruto movía su trago anaranjado sin ninguna meta específica.

—Oye, mocoso. Como barman al servicio de esta nave, es mi deber cuidar de sus pasajeros. así que…¿no deberías de comer algo antes de tomar?

Naruto continuó moviendo su trago. Luego llevó el vaso a sus labios y tomó un trago largo. Arrugó el ceño al sentir como este quemaba su tracto digestivo.

—Pensé que estarías feliz luego de haber despertado al chico que te gusta.

— ¡No me gusta ese engreído!

— ¿A no?

–Bueno sí. —Resopló apesumbrado. —Creo que cometí un error. Me tiene mucho miedo.

— ¿Pero sentir miedo no es lo que ha mantenido a tu raza viva?

El rubio finalmente levantó su mirada.

—Ustedes, los humanos, caminan entre el miedo y el valor. Es porque no se han ido a ningún extremo que siguen en pie conquistando el universo. El muchacho está en un lugar completamente adverso con un extraño. Su comportamiento es razonable según mi información.

El joven sonrío débilmente. Se llevó la mano a su cabeza.

—No puedo creer que recibo consejo de un robot ‘tebayo.

Había estado desesperado por compañía. Así que deseaba permanecer todo el lado posible con Sasuke. Pero debía darle tiempo a adaptarse. Debía de acercarse poco a poco. Hacerle ver que no tenía por qué temerle. Entonces, Naruto recordó que Sasuke tenía todo el derecho a temerle y rechazarlo.

 

Atrajo al barman robot hacia adelante.

 

—Nunca le vayas a contar que le desperté. ¡Júralo! —Ordenó.

—No tengo porque jurarlo. Eso es una costumbre humana en desuso. Pero no tienes que preocuparte. Soy un barman robot así que estoy programado para guardar secretos.

 

El joven Uzumaki resopló más tranquilo. Si Sasuke se enteraba que él lo había despertado, una golpiza de parte de este era poco de esperar. Intentó olvidar el pecado que había cometido, se concentró en planear su siguiente movimiento para acercarse al pelinegro.

 

 

 

 

Notas finales:

Pues ya estan juntos en esta soledad infinita. 

Creen que progresará su relación o antes Sasuke descubrirá todo?

Creo que es más realista que Sasuke sienta ese p+anico extremo por Naruto, así que no la tien facil.

Espero leer vuestras teorías pronto. Nos leemos!


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