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What the hell is going on?! por LittleAyla

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Notas del capitulo:

Como regalo de fin de año he decidido actualizar este fanfic que hacía siglos no escribía! Aunque no es muy largo espero que os guste.

FELIZ 2018!

- Bien Ritsu, ahora te daremos algunas indicaciones más - le dijo el Dr. Fujimoto en cuanto salió del baño - Deberás llevar una alimentación sana y equilibrada, es decir, nada de comida basura o precocinada - Ritsu abrió los ojos como platos ante esas palabras - Además tampoco podrás beber nada de alcohol, al igual que nada de café o bebidas energéticas.

- ¿¡Me está tomando el pelo?! - preguntó interrumpiendo al médico - ¿Usted está loco? ¿¡Cómo piensa que voy a poder trabajar sin mis cafés y bebidas energéticas?!

- No es saludable para el bebé y tampoco para ti - respondió con un tono burlón al ver la desesperación de su paciente - Tampoco debes fumar o estar en un ambiente de fumadores - Ritsu hizo una mueca ante esas palabras, tanto Hattori como Takano solían fumar - No hagas movimientos bruscos ni tampoco realices ningún tipo de fuerza, ahora mismo estás en un momento bastante delicado y el más mínimo accidente podría dañar al bebé de alguna forma - Ritsu asintió de acuerdo con sus palabras.

- Los vómitos y los mareos deberían empezar a remitir en unos días si no lo han hecho ya -continuó del ginecólogo - Y, como ya hemos dicho antes, será mejor que te abstengas de tener relaciones sexuales hasta, mínimo, la semana veinte  - Onodera asintió a pesar del sonrojo.

- Pero doctor, ¿sucede algo si yo...? - realmente se sentía demasiado incomodo diciendo esas palabras - ¿si yo ayer tuve relaciones? Además también bebí bastante... - dijo preocupado.

- Bueno, por suerte esta vez no ha pasado nada y como acabamos de comprobar el bebé está en buenas condiciones, pero será mejor que se abstenga de hacerlo durante las siguientes semanas.

- Entiendo, ¿debo tomar alguna precaución más?

- No por el momento, tan solo deberás descansar y volver en una semana, lo haremos así de ahora en adelante puesto que es un embarazo de riesgo - finalmente le sonrió para que se relajara un poco - Y esto es todo por hoy - dijo el doctor levantándose de su asiento y los demás lo imitaron.

Ritsu también se levantó colocándose su abrigo en el acto y estaba a punto de despedirse de todos cuando el doctor Akiyama se acercó a él con dos sobres en su mano.

- ¿Qué es esto? - preguntó cogiéndolos.

- El primero son tus exámenes de sangre, si quieres informarle a alguien de tu estado con este sobre no podrán no creerte - Onodera asintió - Y el segundo es el más importante, es donde están las imágenes de la ecografía - respondió Akiyama con un tono de voz dulce - las primeras imágenes de tu bebé.

Ritsu asintió, feliz pese a no demostrarlo exteriormente, y tras despedirse de los tres médicos salió del hospital con los sobres firmemente agarrados entre sus manos. Y ahora... ahora supongo que debía volver al trabajo y fingir que todo estaba bien. Que todo era normal. Que no tenía una vida creciendo en su interior.

Pero antes debía intentar calmarse y procesar mínimamente todo lo que le habían dicho. Quería a ese niño con toda su alma, por supuesto que lo hacía, pero el tema seguía superándolo. No se veía capaz de poder hacerlo pese a que lo haría. ¿Cómo seguiría de ahora en adelante su vida?

Estaba claro que no podría mantenerlo en secreto por mucho tiempo más, su vientre empezaría a notarse en unas pocas semanas y entonces debería dar alguna explicación a sus compañeros. Y decir que había engordado no iba a sonar muy creíble.

Y después estaba el tema de cómo decirle a Takano. Era muy consciente de que si no actuaba tendría las mismas cantidades industriales de trabajo y una enorme presión y estrés, en otras circunstancias no le habría importado, le encantaba su trabajo, pero lo que no podía hacer era poner en peligro a su bebé.

Agh, todo era demasiado complicado.

Por el momento regresaría a la oficina y en los próximos días ya pensaría en qué o cómo decirle. Miró su reloj dándose cuenta de que se había hecho increíblemente tarde, su turno había empezado hacía una hora y media y ni siquiera había comido algo en todo el día.

Se apresuró en ir hasta la editorial - comprando algo por el camino para comer - y a entrar como un rayo en el edificio. Cuando llegó a su sección un escalofrío le recorrió la espalda al encontrarse con la mirada fulminante de Takano.

- Onodera, ¿qué horas son estas? - tragó saliva, supongo que que lo dejara solo en la cama sin decirle nada y encima llegara demasiado tarde al trabajo no le entusiasmaba demasiado.

- Y-Yo tuve que ir al médico a recoger unos análisis de sangre - su expresión cambió un poco al recibir esa explicación y asintió, mirándolo con un poco de preocupación.

- ¿Todo bien?

- ¿Eh? Oh, uhm, claro, sí... - apartó la mirada y se sentó en su sitio, esperaba que Takano hubiera quedado convencido pero con su mierda de respuesta era poco probable - No hay nada de qué preocuparse.

Empezó a sacar sus cosas sin decir una palabra más y sus compañeros no tardaron demasiado en dejar de observarlo y continuar con su trabajo, ahora mucho más tranquilo al estar al inicio del ciclo.

Ritsu suspiró pesadamente intentando concentrarse en su tarea pero sus ojos se cerraban por momentos y su mente estaba demasiado dispersa. Un café apareció frente a sus ojos y alzó la mirada para ver de quién era ese maravilloso regalo que, para su desgracia, no podría disfrutar en unos cuantos meses. Takano.

- ¿Takano-san?

- Vas a dormirte en cualquier momento si no te lo tomas.

- Uhm, muchas gracias pero... am, los médicos me han prohibido tomar bebidas con cafeína.

Takano pareció sorprenderse ante eso.

- ¿Y des de cuándo una simple operación impide tomar café?

Onodera apartó la mirada, tensándose ante el interrogatorio de su jefe.

- No es por la operación, es otro asunto - explicó el menor entre dientes - Privado - remarcó dándole una mirada de advertencia, no iba a decirle más de ese tema - Pero gracias por el café.

Takano se sorprendió por el tono que utilizó Ritsu así que decidió no molestarlo más. Por el momento. En vez de eso volvió a su escritorio sin despegar la mirada de su trabajador por el resto de la jornada, dando un suspiro cuando al cabo de media hora acabó durmiéndose.

Fue hasta él y le sacudió el hombro para intentar hacerlo reaccionar pero solo recibió un ronquido como respuesta. Rodó los ojos, ya esperaba que algo como eso pasara.

- Chicos, lo llevaré a casa, está claro que no se encuentra bien.

Como pudo le puso el abrigo - Ritsu ni se inmutó - y lo cargó en brazos. El menor no tardó en agarrarse como un koala a su jefe, enrollando sus brazos alrededor del cuello de Takano y sus piernas en sus caderas. Kisa sonrió enternecido ante tal escena y se apresuró a entregarle ambos maletines.

- ¿Quiere que le ayude? - preguntó amablemente.

- Sí, acompáñame hasta la salida, cogeré un taxi - aceptó agradecido, si bien Ritsu apenas pesaba era incómodo llevar los dos maletines él solo.

Fueron en silencio hasta el ascensor, salieron del edificio - obviamente recibiendo miradas extrañadas de la gente que pasaba a su lado - y esperaron en la acera a que pasara algún taxi vacío.

- ¿Takano-san? - habló Kisa llamando su atención - Está enamorado de Ricchan, ¿cierto?

- Sí - afirmó sin vergüenza alguna.

- Ricchan también está enamorado de usted, se lo puedo asegurar - sonrió - aunque aún no es capaz de reconocer sus sentimientos - rió un poco - y no deja de sentirse celoso cada vez que se ve con Yokozawa-san o alguna mujer.

- Lo sé - sonrió levemente, acariciando con suavidad el pelo del chico dormido entre sus brazos - Es demasiado cobarde para aceptar la realidad.

Kisa asintió dándole la razón y volvieron a quedarse en silencio hasta que, cinco minutos después, consiguieron parar a un taxi.

- Cuide de Ricchan, Takano-san - dijo Kisa antes de que la puerta del coche se cerrara.

Takano le indicó la dirección al taxista y el vehículo arrancó. Separó levemente el cuerpo de Ritsu para poder observarlo. Un suspiró escapó de sus labios al ver el rostro dormido y completamente calmado de su empleado, ojalá siempre fuera así de dócil, pensó.

Cuando llegaron frente a su bloque de edificios bajó del coche con un poco de dificultad y le agradeció al taxista cuando le abrió la puerta y le dio ambos maletines. Como pudo llegó frente a la puerta de su departamento y la abrió, tirando los maletines al suelo, quitándose los zapatos con rapidez y dejando a Onodera en su cama.

Le quitó el abrigo y los zapatos y lo cubrió con las sábanas para que no cogiera frío. Después volvió a la entrada y soltó un bufido al darse cuenta que uno de los maletines se había abierto. Como no, debía ser el de Ritsu.

Se agachó y empezó a recoger todos los papeles desperdigados por el suelo. Fue entonces cuando descubrió dos sobres marrones con el apellido Onodera que claramente eran del hospital. Frunció el ceño y las cogió, yendo hacia el sofá y dejándose caer en él.

No le importarían si se tratara de alguien más pero conocía a su trabajador lo suficiente como para saber que muy posiblemente haría caso omiso a las órdenes del médico y seguiría con sus malos hábitos alimenticios. Así que abrió el primer sobre.

No supo cómo reaccionar ante el contenido de este.

Claramente podía identificarlo como... una ecografía y pese a que su mente trataba de negarlo sus ojos no podían mentirle. Podía ver la silueta de un bebé lo suficientemente desarrollado como para reconocerlo como tal. Primero pensó que sería un error pero cuando en el papel detrás de la ecografía vio claramente los datos de su primer amor su corazón se congeló.

Rápidamente abrió el siguiente sobre intentando encontrar respuestas que explicaran esa ecografía porque era estúpido pensar que Ritsu estaba... embarazado, ¿no? Pero cuando leyó lo que había dentro del segundo sobre sintió como su corazón se detenía por segunda vez en el día.

¿Qué significaba eso?


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