Era la hora de afrontar lo que fuera que Charles quería que hiciera. Estaba de pié como un monumento a la duda frente a la puerta de un edificio que se ubicaba en la esquina de una calle. Estaba en construcción, dos plantas terminadas y dos más arriba aún en proceso. Se podía ver una gran grúa en la otra calle, ladrillos expuestos y paredes sin revocar.
Suspiró, no podía recordar la última vez que se veía en una situación similar, dudoso y alterado. Miró la puerta doble de metal y empujó una de sus hojas ingresando a un cuarto cuadrado, con tres puertas, una frente a el, y las otras a ambos lados. Caminó hacia la de adelante. Había un sistema de seguridad, un botón, un teclado y una cámara. Optó por presionar el botón, sintió como si estuviera tocando timbre a algún vecino. Esperó con poca paciencia, clásico de él y pronto escuchó un pitido. Eso le dio luz verde para empujar la puerta, usando más fuerza de la que había creído necesaria. Luego se cerró sola, me tras el observaba atentamente el despliegue de personal de seguridad que se encontraba delante de él. Enarco una ceja mientras se acercaba y dos de los cuatro hombres uniformados se arrimaban a su persona.
- Buenos días, señor. Si me permite tendré que asegurarme que no tenga ningún arma. -Y habiendo avisado se acercó a su espacio personal.
- No me toques. - Siseó ásperamente y con su mirada fija en el hombre que detuvo su accionar al instante. El de seguridad se recuperó al instante y volteando hacia uno de sus compañeros, hizo una seña con la cabeza y éste comenzó a caminar hacia ellos. Una vez más el hombre intentó palparlo, pero antes de que pudiera siquiera rozar sus ropas, Logan le propinó un fuerte y certero golpe en la nariz. El sujeto se agarró la cara, sintiendo la calidez de su propia sangre.
- ¡Agarrenlo! -Pronunció dando un paso más hacia atrás viendo la sonrisa satisfactoria de Logan.
- ¡Logan! - El nombrado miró hacia arriba, sobre la baranda de una escalera metálica se encontraba Charles. - Deja a mis hombres tranquilos y sube. que alguien por favor le atienda la nariz. - Esperó que su amigo subiera y lo abrazó. -Ven. -Ambos caminaron hasta una puerta reforsada y con una tarjeta magnética Charles la abrió no sin antes esperar que la pequeña luz verde se encendiera y el característico clik se escuchara. El inerior era una clásica imagen de oficina empresarial, muebles de madera, escritorio con una cómoda silla ejecutiva detras, libros en los estantes, un que otro cuadro colgado en las blancas paredes, una alfombra en el centro y sobre ella una lujosa araña de crisal. Logan fue el primero en senarse en una de las sillas simples y Charles en la del escriorio del oro lado, una vez frente a frente, en la privasidad y comodidad de la oficina, se miraron un segundo. - Me alegra que vinieras Logan. Es imporane para mi que estés acá. Eres parte de todo esto, eres parte de la fundación de esta empresa.
- No Chalres, no vine a eso. No me interesa nada de lo que me estás diciendo. -Lo interrumpió con algo de brusquedad, a lo que su amigo solo contestó con un sonoro suspiro. -Ve al grano.
- Igual que siempre. Esa bien. - Del interior de uno de los cajones extrajo una carpea de tapa dura, se la extendió a Logan. Este la agarró y la abrió. Dentro habia un par de expedientes, el primero mostraba la foto de una persona adula pero de rostro joven, cabello castaño y lentes, se veia que era una persona delgada y alta. -El es Henry Philip McCoy. -Comenzó explicando Charles.
- Puedo verlo. -Dijo leyendo ese mismo nombre, la edad, hasa el tipo de sangre en el expediente. -Se leer Charles. -Éste rio por lo bajo.
- Bien, eso es un alivio, -Se burló, recibiendo una fría mirada que solo consiguió sacarle otra risa. - Como decía, él forma pare del congreso. Tiene mucho poder dentro, nada se aprueba antes de pasar por sus manos y su aprobación. Tiene influencia en muchos lugares, muchos contactos tano en los peldaños mas bajos como en los mas altos. No lo dudes, algun día será Precidene. Él es el que se comunicó conmigo. Somos amigos, lo conosco muy bien. Hace dos semanas entraron a su casa evadiendo toda la seguridad y le robaron un disco de almacenamiento con informacion muy valiosa. No hubo víctimas. - Logan se aburrió de leer el currículum del hombre, asi que pasó al siguiene expediene. Lo abrió y la foto de un sujeto de semblante serio y muy frío lo saludó. -Erik Lehnsherr. El es un enorme problema. Hurto, robo, esafa y creemos que conrabando. Hasta ahí llegamos, fueron sus primeros errores, ahora ya no los comete y no lo pueden agarrar. Es astuto y no deja señales, ni rastro. Aprendió y está más limpio que yo.
- ¿El fue el que robó la informacion? -Preguntó Logan. Al mirar a su amigo vio que negaba y suspiraba un corto no. -Entonces ¿quien fue? - Dentro de la carpeta, salteando un expediente que no abrió, había una foto tomada de lejos, en blanco y negro, distorsionada. -Podria ser cualquiera, Charles -dijo sin poder creer lo que veia, o mejor dicho lo que no veia. Era una imagen con pésima calidad. -Para colmo tomada desde atrás. -Se quejó, pasando a la siguiente foto. Esa estaba un poco mejor, aunque con las mismas dificultades que la anterior, en esa se podia ver un perfil. Escrutó la foto con afinidad- Es solo un niño...¡un adolescene! -Concluyó. La tercer y última foto sólo mostraba otra foto tomada de atrás. Nada que sirviera verdaderamente, ni siquiera podía distinguir si el color de pelo del chico era rubio o algo parecido a platinado. -¿quien es?- Indagó
- No sabemos.
- ¡Demonios Charles, pretendes que busque y encuentre un aguja en un pajar!
- Eres como un sabueso Logan, por eso te necesito. El fue quien entró a la casa de Hank- Logan enarcó una ceja -de Henry. Creemos que es un simple ladronzuelo que fue contratado por Erik, pero no hubo movimiento de él desde el robo. Lo tenemos vigilado y no se ha movido de alemania donde está desde hace 3 meses. Supongo que pronto se juntaran para hacer una transacción, los archivos por dinero. Debes encontrarlo y conseguir esos archivos Logan. Yo me pondré en contacto con un agente encubierto, pediré una orden para hacer que Lehnsherr venga a esta ciudad. Tal vez así tengamos más posibilidades de reunir las dos puntas y atraparlos. -Le extendió un pequeño bolso que juntó del costado de su asiento. -Dentro encontraras más detalles, un arma semi automática, una placa, la llave de un hotel y un celular prepago. El único número agendado es el mío.-Logan se puso en pie, agarrando el bolso y la carpeta con los expedientes y fotos. -Usa los recursos que sean necesarios y no dudes en llamarme. Yo me pondré en contacto cuando organize el traslado encubierto de Lehnsherr. -Logan asintió con la cabeza y se dispuso a irse. -Gracias Logan. -El aludido sólo gruñó. Charles lo vio salir y suspiró pensando en que no sería fácil traer sin razones a Erik. Lo había visto un par de veces...era un hombre muy particular.
Logan caminó sin que nadie se interpuciera en su camino dando largas y firmes zancadas. Salió y se dirijió al hoel que le había asigando su amigo. Era más lujoso que los últimos en los que había vivido y mucho más cerca del centro de la ciudad. Una vez dentro desparramó la carpea sobre la cama y entró a bañarse dejando que el agua resbalara suavemente por su bien formado cuerpo.
Usando una toalla en la cintura salió y observó el traspapeleo de hojas y fotos. Su vista se depositó en la del supuesto ladron. La agarró y la quedó viendo un largo rato, intentando ver más allá de lo que se mostraba. No se había equivocado, el perfil era de un joven que no tendría más que 21 años, de piel muy blanca y cabellos de color plata un poco largos. Tipico de jovenes pensó. Intentó pensar porqué alguien tan joven se involucraria en algo así, o simplemene porqué se había metido en la delincuencia. Mientras más lo miraba, menos entendía. Suspiró pesadamente, él también había sido joven y habia cometido locuras.
- Niño estúpido, deberias estár pensando en mujeres y juegos, estudiar y la familia. No en ser un vulgar ladron. -Habló a la foto luego de tirarla junto con las demas. No entendía porqué, pero era un mundo peligroso y pensar que ése joven estaba involucrado le daba mala espina.
Sacudió la cabeza apartando todo pensamiento y se consentó en vestirse. Debía prepararse para salir y hacer el trabajo de campo. Si tenía suerte muy pronto se toparía con ese ladronzuelo que tanta curiosidad le comenzaba a generar.
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